En una conferencia de prensa que dejó más de un concepto interesante, el titular de Nueva Tribu Producciones brindó precisiones y reflexionó sobre la mayor cita rockera del interior del país que cumplirá su primera década de existencia el próximo febrero.
PRESENTACIÓN DE COSQUÍN ROCK 2010
Por Néstor Pousa © 2009
“Por los problemas económicos que está viviendo el país, la gente ha perdido el interés por los espectáculos, y en su mayoría ha dejado de ir a los conciertos”, con estas palabras José Palazzo, titular de la productora cordobesa Nueva Tribu, nos introducía a la conferencia de prensa en donde anunciaba oficialmente la realización del Cosquín Rock 2010, a realizarse el fin de semana del 12, 13 y 14 de febrero próximo en la Comuna de San Rocke.
Así daba cuenta de un segundo semestre de año que fue difícil de remontar para los productores de espectáculos y para los músicos en la ciudad de Córdoba, con shows que sino se suspendían por falta de venta anticipada, se realizaban a media sala. Un fenómeno que comenzó a hacerse evidente desde el invierno con la llegada de la Gripe A y el cuadro apocalíptico que generó una psicosis colectiva, de la que sólo algunos espectáculos salieron airosos.
No obstante, asegura Palazzo: “estamos muy contentos de estar aquí anunciando una nueva edición de Cosquin Rock, festival que nació como una inquietud de una serie de productores como el Perro (Emaides) entre otros, los que ya no están más, algunos por decisión propia, otros por coyunturas propias de la vida”.
La próxima cita será nada menos que la que completa el decenio, y todos sabemos que los números “redondos” (10, 20, 30, etc.) se tornan paradigmáticos, casi fetiches para muchas cosas a lo largo de la vida del hombre. Así fue y así será, y es por eso que a las promesas previas de una edición aniversario con abundancia de figuras rutilantes como nunca antes, la producción responde con orgullo el haber convencido a Skay Beilinson a sumarse a una grilla con otros artistas, algo a lo que el mítico guitarrista de Los Redondos siempre se negó. “Skay es el gran orgullo del festival, y se me pone la piel de gallina cada vez que lo digo”, confiesa el productor para dejar bien en claro que es la figurita difícil de la cartelera. Que expone como estrellas más convocantes o significativas al cineasta-músico serbio Emir Kusturica, a los reunidos Viejas Locas y a los siempre polémicos Callejeros. El cierre del festival estará en manos de Charly García, devuelto al mundo de los vivos tras una larga temporada en el averno. Para Palazzo esta será una reivindicación para el ex Seru, ya que fue protagonista de episodios sumamente caóticos en algunos “cosquines” del pasado, y caóticos casi siempre por culpa de él, como el día de furia que por poco no terminó en tragedia en el 2004 o el insoportable plantón de casi seis horas al cual nos sometió en el 2005.
Los programadores consideraron, por primera vez, un segmento de verdaderos clásicos del Rock Argentino, como son: Vox Dei (versión Quiroga-Basoalto-Gardellini), el Soulé Trío (la parte faltante de Vox Dei) y el Ruso David Lebón. El debut de Vox Dei en el festival más importante del interior del país, tiene por detrás una anécdota muy reveladora que Palazzo se encarga de contar: “Un día recibí un mail de Willy Quiroga ¡cagándome a pedos! diciéndome que como podía ser que Vox Dei no estuviera en el Cosquin. Me sentí con tanta culpa de ser tan ignorante y no haberlo tenido en cuenta, que lo primero que hice este año cuando programé, es mandarle un mail a Willy para pedirle las condiciones y decirle que este año vamos a hacerlo”.
¿Por la plata o por la mística? fue la pregunta. Por ninguna de las dos cosas respondió Palazzo, “el festival tiene para nuestra empresa una fuerza muy especial, y se empezó a consolidar una relación importante con las bandas y con el público. Tenemos el terreno que es nuestro y que nos costó tanto esfuerzo mantener… porque tenemos ‘vecinos invasores’, como la película de dibujitos animados -afirma con ironía- y por ahí todo el sacrificio que hicimos todos estos años te da mucha impotencia y mucha bronca dejarlo ir, entonces siempre renovamos esperanzas y tratamos de hacerlo mejor y lo más rentable posible, pero sin descuidar invertir en los artistas. Lo de la mística se fue dando solo y nosotros no hacemos nada para mantenerla o no. La verdad que es muy sacrificado hacer festivales, lleva mucho tiempo y mucho sacrificio y se hace difícil, pero estamos contentos, hacemos lo que nos gusta”.
El libro de Cosquín Rock: una novela de aventuras. En el Cosquín Rock Pappo salió a escena con una pistola 45, Andrés Ciro (Los Piojos) se rompió una rodilla en medio del show y Charly viajó a contramano por la autopista Córdoba-Carlos Paz para dar su show. Estas son algunas de las pequeñas historias que cuenta en este libro José Palazzo. En el relato también revela detalles íntimos de la zigzagueante y azarosa vida de 10 años de este ciclo que incluye escándalos, traiciones y sucesos cercanos a lo increíble. Un trabajo que cuenta con la producción del periodista Víctor Pintos, y luce como una novela de aventuras… con final feliz.-
PRESENTACIÓN DE COSQUÍN ROCK 2010
Por Néstor Pousa © 2009
“Por los problemas económicos que está viviendo el país, la gente ha perdido el interés por los espectáculos, y en su mayoría ha dejado de ir a los conciertos”, con estas palabras José Palazzo, titular de la productora cordobesa Nueva Tribu, nos introducía a la conferencia de prensa en donde anunciaba oficialmente la realización del Cosquín Rock 2010, a realizarse el fin de semana del 12, 13 y 14 de febrero próximo en la Comuna de San Rocke.
Así daba cuenta de un segundo semestre de año que fue difícil de remontar para los productores de espectáculos y para los músicos en la ciudad de Córdoba, con shows que sino se suspendían por falta de venta anticipada, se realizaban a media sala. Un fenómeno que comenzó a hacerse evidente desde el invierno con la llegada de la Gripe A y el cuadro apocalíptico que generó una psicosis colectiva, de la que sólo algunos espectáculos salieron airosos.
No obstante, asegura Palazzo: “estamos muy contentos de estar aquí anunciando una nueva edición de Cosquin Rock, festival que nació como una inquietud de una serie de productores como el Perro (Emaides) entre otros, los que ya no están más, algunos por decisión propia, otros por coyunturas propias de la vida”.
La próxima cita será nada menos que la que completa el decenio, y todos sabemos que los números “redondos” (10, 20, 30, etc.) se tornan paradigmáticos, casi fetiches para muchas cosas a lo largo de la vida del hombre. Así fue y así será, y es por eso que a las promesas previas de una edición aniversario con abundancia de figuras rutilantes como nunca antes, la producción responde con orgullo el haber convencido a Skay Beilinson a sumarse a una grilla con otros artistas, algo a lo que el mítico guitarrista de Los Redondos siempre se negó. “Skay es el gran orgullo del festival, y se me pone la piel de gallina cada vez que lo digo”, confiesa el productor para dejar bien en claro que es la figurita difícil de la cartelera. Que expone como estrellas más convocantes o significativas al cineasta-músico serbio Emir Kusturica, a los reunidos Viejas Locas y a los siempre polémicos Callejeros. El cierre del festival estará en manos de Charly García, devuelto al mundo de los vivos tras una larga temporada en el averno. Para Palazzo esta será una reivindicación para el ex Seru, ya que fue protagonista de episodios sumamente caóticos en algunos “cosquines” del pasado, y caóticos casi siempre por culpa de él, como el día de furia que por poco no terminó en tragedia en el 2004 o el insoportable plantón de casi seis horas al cual nos sometió en el 2005.
Los programadores consideraron, por primera vez, un segmento de verdaderos clásicos del Rock Argentino, como son: Vox Dei (versión Quiroga-Basoalto-Gardellini), el Soulé Trío (la parte faltante de Vox Dei) y el Ruso David Lebón. El debut de Vox Dei en el festival más importante del interior del país, tiene por detrás una anécdota muy reveladora que Palazzo se encarga de contar: “Un día recibí un mail de Willy Quiroga ¡cagándome a pedos! diciéndome que como podía ser que Vox Dei no estuviera en el Cosquin. Me sentí con tanta culpa de ser tan ignorante y no haberlo tenido en cuenta, que lo primero que hice este año cuando programé, es mandarle un mail a Willy para pedirle las condiciones y decirle que este año vamos a hacerlo”.
¿Por la plata o por la mística? fue la pregunta. Por ninguna de las dos cosas respondió Palazzo, “el festival tiene para nuestra empresa una fuerza muy especial, y se empezó a consolidar una relación importante con las bandas y con el público. Tenemos el terreno que es nuestro y que nos costó tanto esfuerzo mantener… porque tenemos ‘vecinos invasores’, como la película de dibujitos animados -afirma con ironía- y por ahí todo el sacrificio que hicimos todos estos años te da mucha impotencia y mucha bronca dejarlo ir, entonces siempre renovamos esperanzas y tratamos de hacerlo mejor y lo más rentable posible, pero sin descuidar invertir en los artistas. Lo de la mística se fue dando solo y nosotros no hacemos nada para mantenerla o no. La verdad que es muy sacrificado hacer festivales, lleva mucho tiempo y mucho sacrificio y se hace difícil, pero estamos contentos, hacemos lo que nos gusta”.
El libro de Cosquín Rock: una novela de aventuras. En el Cosquín Rock Pappo salió a escena con una pistola 45, Andrés Ciro (Los Piojos) se rompió una rodilla en medio del show y Charly viajó a contramano por la autopista Córdoba-Carlos Paz para dar su show. Estas son algunas de las pequeñas historias que cuenta en este libro José Palazzo. En el relato también revela detalles íntimos de la zigzagueante y azarosa vida de 10 años de este ciclo que incluye escándalos, traiciones y sucesos cercanos a lo increíble. Un trabajo que cuenta con la producción del periodista Víctor Pintos, y luce como una novela de aventuras… con final feliz.-