miércoles, 4 de agosto de 2021

El Tango del Reencuentro


Con una abultada agenda de shows por los bares de la ciudad, La Falda contrarrestó dos años sin actividad festivalera presencial en vacaciones de invierno. Artistas de la ciudad y Punilla se destacaron en informales escenarios.

Por Néstor Pousa

Desde hace casi 20 años que julio es el mes del Tango en La Falda. Pero desde hace dos, por los motivos ya conocidos, no hay actividad presencial en los escenarios. Su tradicional Festival Nacional de Tango fue el primero que en 2020 tuvo que suplantar el formato en vivo por una edición virtual. Pero este año, sin una mejora en las condiciones sanitarias y debiendo observar un protocolo que aunque relajado todavía no permite el desarrollo de festivales multitudinarios, la ciudad se encaminaba hacia una nueva frustración en ese sentido. Sin embargo, la municipalidad local, organizadora del evento a través del Área de Turismo y Cultura, dispuso con buen criterio la realización de las actividades complementarias, entre ellas el exitoso ciclo denominado Tango Café, con una grilla conformada en su totalidad por artistas de La Falda y del Valle de Punilla.

Fue inusual para casi todos los presentes reanudar los shows presenciales un miércoles a las 11 de la mañana. Pero es que acaso todas las vicisitudes que venimos atravesando desde marzo del año pasado revisten el carácter de extraordinarias en nuestras vidas.Por eso la fecha del 21 de julio era una cita impostergable y muy especial para la comunidad tanguera local y algunos turistas que eligieron esta ciudad para su descanso invernal.
Las palabras de presentación de Daniel Capdevila no intentaban ocultar la emoción, más bien todo lo contrario. El periodista y locutor faldense que ostenta el record de presencias como maestro de ceremonias en eventos tangueros de la localidad, puso énfasis en lo que significaba el regreso a los espectáculos con público presente. Los protagonistas de esa jornada, sobre el informal escenario de un conocido lounge bar de la avenida Edén, eran los Contramano Tango 4, agrupación que a poco de reformular y rebautizar su propuesta, debió bajar la persiana de la actividad musical por un prolongado tiempo (casi todo el año pasado y buena parte del actual). Para ellos significaba casi un debut y así lo hizo saber Mauricio Martínez, guitarrista y la voz cantante del grupo en cada concierto.

El cuarteto apeló para esta ocasión a lo más afiatado de su repertorio. El comienzo con Mi refugio (música de Juan Carlos Cobián), creación que simboliza sus inicios en el género tanguero, por lo cual su inclusión no es azarosa. Había que sacudirse la mufa de tantos meses sin tocar y Milonga de mis amores de Pedro Laurenz, sonó con la energía de un rock, con una pulsión frenética y a la vez catártica. A continuación el vals Gota de lluvia fue como el agua mansa, y la primera de las tres a las que Lisette Grosso le puso, además del bandoneón, su personal y cálida voz. No es un secreto para los que conocemos al grupo, que la notable intérprete prefiera no cantar desde su inclusión en el ex trío, para concentrarse en su instrumento. Pero sucede que el público lo reclama y ella concede ese momento y dos más, con Para no llorar tu amor y Desencuentro, así todos felices.

Y hablamos de clásicos, aparecen en el atril Recuerdo (Pugliese), A fuego lento (Horacio Salgán), Nocturna (Julián Plaza) y Quejas de bandoneón (Juan de Dios Filiberto), en inspiradas interpretaciones donde se conjugan la calma y la tempestad, la historia de un género centenario a través de la impronta de músicos muy jóvenes que también entienden de sutilezas cuando toca revisar una partitura inédita de Osvaldo Piro titulada Plenilunio, que el gran maestro radicado en La Falda generosamente cedió al grupo para su repertorio.

Llegábamos al momento de los bises, esa ceremonia consensuada entre músicos y público en la cual los primeros amagan a retirarse y los segundos piden con insistencia “otra”. Desde el fondo del bar una voz anónima sugiere con cómplice ironía: “¡Toquen algo sencillito, Piazzolla!”. Casi como un acto armado, el cuarteto se despide con su infalible versión de La muerte del ángel. En el año del centenario del gran Astor, en el mes del reencuentro de La Falda con el Tango.
 

TANGO CAFÉ 2021 (grilla completa)

La idea de los
“Tango Café” se expandió por la mayoría de los bares y confiterías de la ciudad como nunca antes había sucedido. Nadie quiso perderse la oportunidad de volver a vivir esa sensación irremplazable del contacto en vivo y directo con la música..
La grilla completa de este año presentó a: Daniel Simmons, Cascarrabia (Lezcano-Heredia), Carlos Habiague, Raíz de Tango (Beatriz Montenegro y Juan Cruz Barbero), Marisa Santos & Cecilia González Bollia, Lourdes Galiano y 2 por Tango (Vanesa Katopodis y Gringo Polidori).