miércoles, 24 de noviembre de 2010

YES: viaje a la década progresiva


David y Howe (foto: lavoz.com.ar)
La célebre banda inglesa, verdaderos íconos del rock progresivo, pasó por Córdoba con mayoría de integrantes originales y un par de recambios necesarios. La capital cordobesa refrendó un gran año de visitas internacionales que se cerrará con los Stone Temple Pilots el domingo 5 de diciembre en Orfeo Superdomo.

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2010

Ingresar al Orfeo en el mismo instante en que se apagaban las luces y la silbatinas de aprobación daban la bienvenida a la banda, no permitió al cronista hacer un barrido de las caras de los numerosos fans que se presumían en una mezcla de satisfacción y ansiedad por la espera.  Allá, enfrente, estaba la banda que como se dijo fue precursora del Rock Progresivo y emblema del estilo sinfónico, venerado con unción por varias generaciones de seguidores alrededor del mundo.  Eran tiempos que en Argentina la pregunta de rigor era: ¿te gusta la música progresiva? Y en el rótulo metíamos cómodamente a casi todas las bandas inglesas, estadounidenses y de nuestro, por entonces, incipiente rock en castellano. Esa etiqueta mutó sucesivamente a Música Contemporánea, Rock Nacional, otras. Y desde entonces “lo progresivo” ya fue más específico, y hoy mencionamos a Yes como los verdaderos cultores de esta corriente.
Casi todas bandas longevas -en el rock poco más de cuarenta años te convierte en tal- han experimentado, por distintos motivos, cambios en su formación. Yes no fue la excepción.
La versión que pudimos ver en su primera visita a Córdoba incluye dos nuevas piezas que ensamblan a la perfección en su mecanismo de relojería. Pero para dejar las cosas claras, o por corrección británica, el único miembro fundador que aún queda, Chris Squire, se encargó de presentarlos apenas comenzado el show. Los nuevos fichajes son: Oliver Wakeman, el mismísimo hijo del célebre Rick, en teclados; y Benoit David, un canadiense que reemplaza en la voz líder a Jon Anderson, para muchos insustituible.
Benoit (Benuá, parece ser la pronunciación más correcta) es alguien que supone haberse sacado la lotería. Era miembro de una banda tributo a Yes y fue, gracias a sus condiciones y a su registro vocal, seleccionado para reemplazar a Jon. Nada más y nada menos. Y en su paso por la capital cordobesa quedó claro que no lo hace nada mal, y que conoce a la perfección: el repertorio, los movimientos en escena y los tics que hay que cuidar para no desentonar.
De los miembros históricos quedan, el mencionado Squire, un bajista de gran porte que aporrea las cuerdas duramente pero con gran precisión.  Alan White, por el look no lo parece, pero es un baterista tremendamente eficaz, que toca con gran potencia sin que se le mueva uno solo de sus pelos canos.  Y dejé para final a Steve Howe, un guitarrista sorprendente, un tipo que abajo del escenario se muestra huraño, y con gesto malhumorado, que no deja que le den la mano o lo filmen, pero una vez en escena devuelve con creces. No apela a la economía de recursos, todo lo contrario, tira sobre la alfombra todo lo que tiene para dar, y convierte el set en algo sencillamente asombroso. Cuando Howe, Squire & White quedan sonando en trío, se insinúa una veta visceralmente power, pero es un amago nada más, enseguida vuelven a levantar su vuelo interestelar alucinante.
El repertorio de la gira, conocida como In the Present Tour, es lo más dorado y clásico de la etapa 1971-1980. Un set list de tan sólo diez temas, pero de diez minutos de promedio cada uno, en donde cada final es como el desenlace de una película épica celebrada con una ovación propia de un circo romano en estado de ebullición.
Abrieron con la enigmática Siberian Khatru (1972, álbum Close to the edge) y cerraron con un único bis, Starship Trooper (1971, del memorable Yes Album).  Hubo momentos de ensimismamiento en los veter-fans, durante los cuales en el recinto no volaba una mosca; pero también hubo tiempo para liberar la emoción, y eso pasó con I’ve seen all good people, que ni bien empezó la intro a capella se elevaron brazos al cielo. Y mucho más con And You and I, donde ya fue imposible no saltar de la butaca.
La lista tuvo una continuidad muy coherente en cuanto a la elección de las canciones, incluso el solo de guitarra electroacústica de Howe (el combo de Mood for a day e Intersección blues) fue de lo más celebrado. Tras esto, el guitarrista recordó su anterior visita a Córdoba en plan solista (año 1994) y llamó a la banda para Owner of a lonely heart, el mega hit de los 80’s con el que –todavía con Anderson, pero sin Howe– se ganaron legítimamente una nueva legión de admiradores. La versión sonó brillante, pero algo descontextualizada, y tal vez por eso no recibió una ovación desmesurada.
Los otros nueve movimientos son músicas que por más que hayan coleccionado años, no suenan viejas, sino todo lo contrario, se potenciaron con el tiempo y atravesaron de forma impecable las últimas cuatro décadas.
Una consideración final: si verdaderamente decís que te gusta el rock, no te quedes sin ver al cascarrabias de Steve Howe tocar su guitarra en vivo.-

Sala: Orfeo Superdomo
Fecha: 23/11/10
Asistencia: 3000 personas 

PolCastillo presenta su disco debut

martes, 16 de noviembre de 2010

Yes en el presente y por Córdoba

Yes gira por Córdoba
La banda inglesa más emblemática del rock sinfónico y progresivo se presenta en la ciudad de Córdoba como parte de su Gira Sudamericana. Será el martes 23 de noviembre en el Orfeo Superdomo.

CARTELERA

Por Néstor Pousa © 2010

Con la visita del ex Beatle Paul Mc Cartney la semana pasada, y sus dos conciertos multitudinarios en el Estadio de River Plate; y el inminente arribo de la banda Yes, podría decirse que nuestro país está siendo tocado por la varita mágica de las leyendas vivientes del rock mundial.

En el caso de Yes, la banda de rock progresivo y sinfónico más emblemática de todos los tiempos, tiene diseñado un tour latinoamericano que entre sus fechas locales incluirá nada menos que a Córdoba capital.
"Nueva Tribu", la empresa organizadora de la escala cordobesa, informó a través de sus responsables de prensa que: “Como parte de su gira ‘In the Present World Tour 2010’, Yes hará un recorrido por sus grandes clásicos el próximo martes 23 de noviembre en Orfeo Superdomo.
Formada en 1968, Yes es una de las bandas pioneras del rock progresivo. Con un estilo propio, la obra musical de Yes se caracteriza por sus recargadas armonías y por contar con elementos del jazz y de la música clásica. Asimismo, la habilidad de sus integrantes, su sonido complejo y sus letras místicas, hacen que sea considerada por muchos como la banda de rock sinfónico por excelencia.
La banda que marcó la historia con clásicos como: Fragile (1971), Close to the Edge (1972), Tales from Topographic Oceans (1973), Tormato (1978), entre otros, se presentará en Córdoba haciendo un repaso de sus grandes éxitos”.

Desde sus inicios, hace ya un poco más de cuatro décadas, Yes ha tenido innumerables cambios en su formación. Alista en la actualidad a Chris Squire en bajo, el único miembro fundador que se mantuvo en la banda hasta nuestros días; y a los históricos Steve Howe en guitarra y Alan White en batería y percusión. Entre las más modernas incorporaciones está Oliver Wakeman (hijo del legendario Rick Wakeman) en teclados, y el canadiense Benoit David, nueva voz del quinteto y quien reemplaza nada menos que a Jon Anderson.
Precisamente David era integrante de una banda tributo a Yes, y como tal, luce una voz a la altura de las circunstancias y conoce a la perfección todo el repertorio de la mítica agrupación inglesa. Lo más curioso de esta parte de la historia es que fue incorporado luego de haber sido descubierto a través de un video en YouTube.-

Valor de los tickets
Sector PISTA: $300 - $ 230 - $200
Sector ROJO: $ 250 - $ 200 - $ 130 - $ 80
Lugares de venta
Tiendas Vesta – Dinosaurio Mall (Alto Verde / Ruta 20 / Dino Express San Vicente)

Mirá todas las fechas de la gira “Yes In the Present World Tour” por Sud América 2010 en:

domingo, 7 de noviembre de 2010

El momento en que ya no estás presente

Rubén Basoalto: baterista pionero
Rubén Basoalto, baterista fundador de Vox Dei, murió el pasado 3 de noviembre. Su sola mención nos remite a esa elite de músicos pioneros del Rock Argentino. Con Vox Dei grabó “La Biblia”, la obra magna del género.

Por Néstor Pousa © 2010

Son demasiados los que se están yendo, y demasiado seguido. A un golpe le sigue otro, sin solución de continuidad, casi. Esta vez la mala noticia dio cuenta de Rubén Basoalto, uno de los bateristas emblemáticos de la historia del Rock Argentino, por haber sido miembro fundador de Vox Dei, banda en la que permaneció marcando el ritmo hasta nuestros días.
Rubén se fue –detesto la frase “dejó de existir”– el miércoles 3 de noviembre pasado, víctima de una cruenta enfermedad. Y con él se va uno de los músicos pioneros del género, integrante original de Vox Dei, los creadores de La Biblia según Vox Dei, obra magna del Rock en Castellano. Esto sucedía en 1971, y la banda alistaba a Willy Quiroga en bajo y voz, Ricardo Soulé guitarra y voz (actualmente distanciado de sus ex compañeros) y Juan Carlos Godoy en guitarra y voz, quien abandonó el proyecto en sus lejanos inicios, convirtiendo al cuarteto en trío, tal cual lo conocimos y se hizo célebre para el resto de su existencia.
Rubén Basoalto marcó el sonido crudo de Vox Dei, era un baterista que se caracterizaba por su energía para tocar, y mantenía ese estilo visceral y ancestral del rock de los años 70’s.
Aún siendo un veterano de mil batallas, tocaba de una forma desmedida, inusual, como queriendo demostrar que el fuego del rock and roll aún corría por sus venas. Así, cada presentación de la banda eran verdaderas maratones en donde marcaba el pulso con tremenda contundencia.
Además del capítulo aparte que merece La Biblia, Vox Dei dejó un legado fundamental con su discografía, que hoy es rescatada y referida por las nuevas generaciones de músicos de rock local.
Vox Dei nació en 1968 y al año siguiente editó sus primeros simples que se hicieron clásicos: Presente (El momento en que estás) y Azúcar amarga. En 1970 aparece Caliente, el larga duración debut. A la lista se sumarían álbumes fundamentales: Jeremías, pies de plomo (1972), La nave infernal (en vivo, 1973), Es una nube, no hay dudas (mismo año), Vox Dei para Vox Dei (1974), Gata de noche (1978), entre otros.
El trío se encontraba en 2010 en plena actividad, con Carlos Gardelini en la guitarra en lugar de Soulé, convirtiéndose en el grupo más longevo que registra el Rock Argentino.
Su último disco de estudio es El camino, aparecido en 2005, y actualmente se encontraban pre produciendo el material de Archipiélago de almas, un nuevo trabajo que estaba pronto a aparecer. Toda esta constancia de 42 años en los escenarios y en la ruta, se debió en gran medida a la perseverancia y convicción de un artista como Rubén Basoalto.
Son muchas las anécdotas que pintan a la banda y especialmente a Rubén Basoalto. Durante una fría noche, en el invierno de 1980 ó 1981 –sepan disimular el margen de error– Vox Dei se presentaba en el gimnasio de la Biblioteca Popular de La Cumbre (Cba). En un momento dado los tres integrantes interrumpieron el show y se bajaron del escenario fastidiados con el público que exigía que tocaran sólo temas de La Biblia. Refunfuñando mientras apuraban un whisky en el buffet del club, convencieron a los fans que todo el material debía ser escuchado por igual, y así el concierto pudo continuar normalmente.
Más acá en el tiempo, el 13 de febrero de 2010 -aquí la fecha brilla por la exactitud- los Vox Dei eran invitados a tocar por primera vez al Festival Cosquín Rock, como los verdaderos ancestros del rock. El respeto manifestado por la producción tenía límites de tiempo en escena, nada más que 20 minutos tenían para desarrollar su música. A Basoalto poco le importó, lo mismo se mandó con su habitual solo de batería de casi 10 minutos, ante la mirada perpleja y ansiosa de su socio Willy Quiroga que veía como se les esfumaba el tiempo otorgado. Y es que Rubén no concebía el show de otra forma, por más que los tiempos y las prioridades hubieran cambiado, él se sentía como si estuviera tocando en aquellos viejos festivales de los 80’s, donde ni el tiempo, ni los sponsors apuraban a nadie, y mucho menos a Vox Dei.
Por eso Rubén Basoalto merece hoy, más que ningún otro, los crespones negros que se suelen colgar en facebook o en twitter, porque fue un músico y un artista de una entrega total. Nos dio innumerables momentos de satisfacción con su música, y a cambio recibió muy poco. Tenía que seguir remándola día tras día, como muestra innegable de lo devaluada que está la cultura en este bendito país. Pero su nombre y su obra permanecerán imborrables en la historia de la Música Popular Argentina, y es por eso que un artista de estas características se puede ir, pero nunca jamás podrá dejar de existir.-


jueves, 4 de noviembre de 2010

El cantor de jazz

El regreso de mano lenta
Eric Clapton regresó a las vitrinas con un nuevo disco llamado simplemente “Clapton”. El trabajo contiene en su mayoría versiones y un par de estrenos. Lo acompañan una banda de apoyo de primera línea e invitados de lujo. Mirá el trailer del disco.

NOVEDADES DISCOGRÁFICAS
 
Por Néstor Pousa © 2010

Nadie duda que Eric Clapton sea uno de los grandes artistas del rock a nivel planetario, y que como guitarrista forme parte de una elite que podría contarlo entre los 5 violeros más destacados e influyentes de todos los tiempos.
Desde sus tempranos años en los que integraba bandas emblemáticas como The Yardbirds, Los Bluesbreakers de John Mayall, los inmortales Cream, Blind Faith o Derek and The Dominos; o en su dilatada trayectoria como solista, Clapton tiene definitivamente muy bien ganado su múltiple espacio en el Salón de la Fama del Rock and Roll.
Fue desde el momento mismo de su irrupción en el firmamento rockero nuestro guitarrista estrella, especialmente para todos los que además de ser amantes del género, veíamos en ese instrumento, la guitarra eléctrica, la espada y estandarte del rock.
En alusión a su virtuosismo se gano el paradójico apodo de “slowhand” (mano lenta) en tiempos de Los Yardbirds, su primera banda, corría 1964. Ese sobrenombre algunos años después sería el título de uno de sus álbumes solistas fundamentales en el devenir de su carrera, datado en noviembre de 1977. Disco con el que conseguiría acrecentar notablemente su popularidad, principalmente por dos temas que se convirtieron en clásicos indiscutidos y que atravesarían varias generaciones: Wonderful tonight, una balada que tuvo como musa a Pattie Boyd, la mujer que le birlara a su colega George Harrison sin que esto destruya su sólida amistad; y Cocaine, un rock and roll de JJ Cale en magistral versión de Clapton, tocada de ahí en más por la mayoría de los aprendices de guitarra del mundo.

Hoy el viejo Eric (respetuosamente dicho, claro está) regresa al disco con un trabajo compuesto en su mayoría por versiones, más dos estrenos. "Clapton" es su título, un registro en el que reversiona viejos temas del blues y el jazz tradicional y de la música country, asumiendo el rol de un perfecto crooner, cantando por momentos como si estuviera en un bar de copas (Rocking chair) y dibujando trazos con su maravillosa guitarra (River runs deep) en dosis homeopáticas pero altamente conmovedoras.
Impecable la backing band que lo acompaña, conformada por músicos de sesión que ya son leyenda: Jim Keltner en batería, Willie Weeks en bajo y Walt Richmond en piano, teclados y órgano Hammond; quienes tocaron en discos, vivos y giras al lado de figuras como George Harrison, John Lennon, Ringo Starr, Bob Dylan, Rolling Stones, Neil Young, Joe Cocker, Pink Floyd, entre muchos otros, sumando entre los tres una lista sideral.
Aparecen también invitados de lujo de la talla de Steve Winwood, el mismísimo JJ Cale y Sheryl Crow (el dúo Clapton-Crow se luce en el estreno de Diamonds made from rain, un lentazo con cualidades de hit); o junto al terceto de Wynton Marsalis, Trombone Shorty y Allen Toussaint que aportan los vientos de banda de jazz para que Clapton cante con voz negra When somebody think your wonderful, definitivamente un tema para el autostereo de un lujoso Cadillac. En tanto el armonicista Kim Wilson recrea el estilo Little Walter en piezas como Judgement day y Crazy about you baby. Como se ve, un fichaje soñado, y a la altura del protagonista principal.
Hay otros momentos destacados en la placa, como el que nos devuelve al Clapton más previsible y que se reivindicará ante los fans que esperan lo de siempre y a los que tal vez este disco los deje fuera de juego, ese tema es Run back to your side, otro de los nuevos, en donde la guitarra arde en llamas como ya sabemos que puede hacerlo.
La perla, mencionada por muchos como tal, se llama Autumn Leaves, una tonada que aunque no sepan de donde, igual les resultará familiar. Una canción versionada por muchísimos cantantes de estilos variados, y que hoy es recuperada por Clapton para este trabajo tan vintage que sorprende y agrada por partes iguales, un verdadero placer para el oído y uno de los mejores discos aparecidos en 2010. Si pueden disfrútenlo.-