martes, 6 de octubre de 2020

Alfajor en La Falda: una fiesta con historia propia

 



Por Néstor Pousa

La Fiesta Nacional del Alfajor de La Falda tiene bien ganado un lugar en el podio de las fiestas populares que la ciudad supo albergar en los recientes 55 años de historia.

Ostenta un meritorio 3er. puesto (detrás de la Fiesta Nacional del Tango y el Festival de Rock) aventajando a la ya olvidada Fiesta del Inmigrante, quizás la única irrecuperable.

De hecho la Fiesta del Alfajor surgió como un sustituto de las anteriores, en momentos en que las mismas habían perdido su brillo y relevancia, o directamente se encontraban inactivas. Eso ocurría en el año 1989, cuando un grupo de ciudadanos agrupados en el Centro Comercial, Industrial y Hotelero de La Falda, presidido entonces por Roberto Burrone, delineaban a grandes rasgos la 1ra. Fiesta del Alfajor Cordobés que, desde entonces, siempre se realizaría en el mes de octubre (aprovechando el feriado nacional del día 12). Los objetivos eran: potenciar ese período anual de baja temporada y fortalecer la producción del alfajor cordobés, como típico souvenir que nos identifica como región turística en el contexto nacional.

Con escasos meses de anticipación se organizó aquella edición inaugural que contó con el auspicio de la Secretaría de Turismo local y fue declarada de interés municipal. Todos destacan a Roberto Burrone como su inspirador y principal impulsor, quien estaba acompañado en su gestión al frente de cámara comercial local por: Carlos Schork, Alfredo Schäffer, Sergio Miskoski, Adolfo Sánchez, Carlos y Margarita Vanini, entre otros.

Aquella primera edición funcionó como una prueba piloto, un proyecto que muchos no entendían y otros todavía no lo tenían bien claro. Los stands se ubicaron desde Av. Edén 100 hasta la intersección con la calle Bahía Blanca, lugar en el que se instaló un escenario que fue cedido a préstamo por una localidad vecina. El corte de cinta estuvo a cargo del Intendente Municipal Dr. Carlos Enrique Pérez, la Secretaria de Turismo Prof. Susana Ghilardi y el Sr. Roberto Burrone.  La Comisión de Promoción y Servicios Turísticos aportó la infraestructura y se encargó de la prensa y difusión. Las principales fábricas alfajoreras locales: La Súper, Jockey Club e Irwo, estuvieron presentes.

 

Edición inaugural (Octubre 1989)

Con todo un año por delante, la segunda edición ya fue tomando otra forma. Se instaló una carpa gigante de 60 metros de largo en la primera cuadra de la Av. Edén en la cual se montó un pabellón industrial que emulaba la cadena de producción, y se construyeron cabañas de madera para los stands.  La 2ª Fiesta del Alfajor Cordobés fue acompañada por el Primer Certamen del Alfajor Nacional. Las importantes firmas nacionales empezaban a poner los ojos en la fiesta faldense que recibía el apoyo de instituciones locales como la Asociación Serrana de Hoteles y Afines (ASH), presidida por Jorge Gallardo.

Para la tercera edición fue declarada “fiesta nacional” por resolución del Ente Nacional de Turismo.  La novedad fue el cambio de locación. De la arteria principal de la ciudad se movió al Anfiteatro Municipal. El número de stands creció a 45 y el pabellón industrial ocupaba la olla del domo faldense convertido en predio ferial.  En la cabeza de los organizadores crecía la idea de una fiesta con características de gran congreso alfajorero nacional, que además del perfil comercial, no perdiera de vista la faz industrial a través de la organización de seminarios y la exportación de los productos a nuevos mercados. El momento era propicio ya que en marzo de ese mismo año 1991, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay firmaban el tratado que establecía las bases para un mercado común que se conoció con el nombre de Mercosur  

En 1993 la organización se delegó en forma definitiva a la municipalidad local, reemplazando a las primeras comisiones que acusaban el impacto de un desgaste prematuro, el que suele suceder cuando el trabajo recae sobre unos pocos en beneficio de muchos.  La fiesta había encontrado un contexto óptimo en el anfiteatro, pero en desmedro de la participación masiva y comunitaria que lograba en la calle. Por esa razón, para la edición de 1994 retorna a las calles céntricas de la ciudad.  El nuevo epicentro sería la Diagonal San Martín. Al formato gastronómico, comercial e industrial se le sumaría una grilla de espectáculos artísticos de primer nivel. Para afianzar este renovado impulso, el Honorable Concejo Deliberante de La Falda creaba mediante ordenanza la Comisión Municipal de Fiestas con la designación de doce miembros que cumplirían funciones ad-honorem.

El primer logo

Así llegábamos a la 10ª edición con un crecimiento sostenido y constante, la participación de 60 expositores y la contratación de una grilla artística de mayor jerarquía que redundaban en una cada vez mayor convocatoria de público compuesto por turistas que aprovechaban el fin de semana largo, pero también por los vecinos que completaban el marco multitudinario de la Fiesta Más Dulce del País.

Recordamos aquel décimo aniversario como la confirmación del evento en su punto más alto. Tan solo con chequear los artistas que pasaron por el escenario montado en la intersección de Av. Edén 100.  Fueron diez días de espectáculos con la participación de las más variadas figuras: León Gieco (con Nito Mestre de invitado sorpresa), Los Iracundos, Peteco Carabajal, Facundo Toro, Rubén Juárez, La Orquesta Provincial de Música Ciudadana, Cuti y Roberto Carabajal, Amboé, Adrián Maggi, Los Alonsitos, el Trío San Javier, los números locales Lunara y el Ballet José Hernández dirigido por Rudolf Lescano. Y como en cada edición desde 1990, la Elección de la Reina Nacional del Alfajor.

El éxito alcanzado en la primera década, lejos de ser un estímulo, concluyó en la inesperada discontinuidad del ciclo que recién se reflotaría tímidamente en los primeros años del nuevo milenio y, luego un nuevo intervalo, resurgir con nuevo impulso en el 2013.
Es esta una breve síntesis de un ciclo que en 31 años atravesó por todas las vicisitudes propias de los festivales faldenses, que conoció distintos formatos y etapas. Y que en este atípico 2020 (tan redondo como impredecible) nos entregará su primera edición on line. Siempre en octubre, como desde 1989.-