sábado, 29 de agosto de 2015

Les Luthiers: Con lo que mejor saben hacer

Tras la irreparable pérdida de Daniel Rabinovich, el prestigioso grupo retomó las actuaciones con cuatro fechas consecutivas en el Orfeo Superdomo de Córdoba. Estuvimos en la primera de ellas y te contamos lo que pasó.  

ESPECTÁCULOS

Por Néstor Pousa

Cuando el viernes 21 de agosto la resistencia física de Daniel Rabinovich dijo basta, ya estaban prácticamente agotadas las cuatro funciones que Les Luthiers tenía programadas desde hacía algunos meses en Orfeo Superdomo de Córdoba. Como siempre ocurre, en esta u otras plazas, se habían anunciado dos fechas (jueves 28 y viernes 29 de agosto) y luego se sumaron otras dos (domingo 31 y sábado 30, en ese orden); confirmando un privilegio que pocos ostentan, llenar en cuatro noches consecutivas a uno de los estadios cubiertos más importantes del país.
Ante el triste suceso consumado justo una semana antes de la seguidilla de shows con sold out, ¿algunos de los miles de tenedores de entradas habrán evaluado la posibilidad de no asistir? Difícil saberlo. Lo cierto es que aunque no se había aclarado suficientemente, a causa de su estado de salud, Rabinovich no venía siendo parte del elenco desde marzo de este año, es decir que su muerte no modificaba lo que el grupo tenía programado para los próximos meses. Igual, hubiera sido entendible que las funciones en suelo cordobés se reprogramaran, pero el grupo entendió, y difundió en su perfil de facebook y en el lujoso programa desplegable que se entregaba al ingreso a la sala, que aún de duelo, tristes y doloridos, la decisión era seguir trabajando y continuar con lo que mejor saben: hacer reír a la gente.
Me tocó asistir a la primera función tras la partida de Daniel, uno de los miembros fundadores y más emblemáticos del prestigioso grupo humorístico y musical, creado hace exactamente 48 años. Y seguro que no fue una función más. Era una sensación extraña y de sentimientos encontrados. Algo me decía que no iba a haber manifestaciones implícitas, mucho menos explicitas, de homenaje al amigo y compañero. Si a través de tantos años se ha llegado a aceptar el bajo perfil de sus integrantes y su carácter esquivo a las manifestaciones mediáticas, hubiera apostado doble contra sencillo que no iba a haber desde el escenario ninguna ofrenda que modifique la continuidad del espectáculo. Y así fue. Y aunque a alguno de los asistentes le haya sorprendido y hasta molestado el mutis por foro del resto, el homenaje se manifestó con un silencio más elocuente que cualquier discurso, que hubiera resultado tan obvio como innecesario.

Foto: Martín Baez / La Voz
En cuanto al show, se trata de Viejos Hazmerreíres, una nueva antología que reúne los mejores momentos de su obra previa. A punto de alcanzar el medio siglo de trayectoria Les Luthiers ha decidido que en adelante se dedicarán a revisar sus grandes éxitos, con estrenos en pequeñas dosis. De esta forma, con la recreación de obras ya probadas y conocidas por el público entendido en el grupo, el resultado el altamente eficiente y brillante.  
Nadie va a descubrir aquí las virtudes indiscutidas de estos cinco geniales artistas que supieron conjugar el humor, la música y la actuación; produciendo, arreglando y dirigiendo sus propios espectáculos, y perfeccionando obsesivamente cada movimiento que ejecutan sobre el escenario.
Viejos Hazmerreíres consta de nueve de algunos de los mejores episodios de los últimos años, que se van enlazando entre sí a través de Radio Tertulia, el desopilante envío radial conducido por el insuperable Marcos Mundstock en el rol de Murena, es utilizado aquí para introducir cada uno de los sketchs que se sucederán a lo largo de dos horas vertiginosas. Rankeando alto y en orden de aparición, el primer acto es con Las Majas del Bergantín, zarzuela heroica que narra las peripecias en alta mar de un grupo de poco hábiles marinos de la corona de España que deben enfrentarse al temible Pirata Raúl. Así hablaba Salí Babá, las desopilantes afirmaciones de un gurú de este tiempo, un líder espiritual muy poco convincente. Quién mató a Tom McCoffee?, policial negro de disparatada trama en el cual además exponen sus enormes dotes musicales para interpretar jazz de alto vuelo. Párrafo al margen: Carlos Núñez Cortés, que en ausencia de Rabinovich es el  más bufón del grupo, es un notable músico que bien podría ganarse la vida solamente tocando el piano. Completa este podio Dilema de amor, una clase de filosofía al ritmo de cumbia epistemológica. 
Es justo destacar los momentos donde prevalecen los instrumentos informales, una marca registrada de Les Luthiers. Loas al cuarto de baño, Receta postrera (el único estreno de este espectáculo) y el final épico con Pepper Clemens sent the messenger, nevertheless the Reverend left the herd, en el cual aparece por primera vez la mítica figura de Johann Sebastián Mastropiero, célebre personaje incorpóreo que su sola mención provoca un aplauso espontáneo de la multitud.
El clásico “fuera de programa”, que en Les Luthiers equivale a los habituales bises de un recital, queda para Los jóvenes de hoy en día, un alegato que comienza en forma de oda litúrgica para convertirse abruptamente en un rap que intenta advertir, obviamente sin éxito, sobre los desenfrenos juveniles, con Carlos López Puccio y Jorge Maronna en las voces principales. 

  La pregunta final es: ¿se notó la ausencia de un irremplazable como Daniel Rabinovich?

El grupo Les Luthiers, fundado en 1967 por Gerardo "el Flaco" Masana, tuvo desde siempre actores de reemplazo para que una eventual ausencia no obligue a suspender un show. Esos roles están cubiertos por los actores y músicos: Horacio “Tato” Turano (desde 2000) y Martín O’Connor (desde 2012). Ellos están preparados para salir al toro y suplir a cualquiera de los integrantes originales, pero por la ausencia definitiva de Daniel, la situación de subrogante se transformó en titular. A Turano y O’Connor les toca hoy la difícil tarea de repartirse los textos, remates e interpretaciones musicales del gran Rabinovich, y por su experiencia puede asegurarse que la calidad de Les Luthiers no se verá resentida. Igual no va en desmedro decir que a Daniel Rabinovich se lo extrañará más de la cuenta.-      

domingo, 16 de agosto de 2015

GTX: Sin ninguna duda existencial

GTX antes de salir a escena (Ph: Nicolás Papa)
RECITALES

Por Néstor Pousa

Fue el acontecimiento metálico de los últimos años en Córdoba. La banda de heavy metal GTX presentó el sábado pasado Me volveré camino, su segundo disco en un show histórico en el que no se ajustaron a los límites preestablecidos y desafiaron la ortodoxia. Repasemos algunos datos. Se animaron a salir de los ámbitos habituales del género en Córdoba y aceptaron presentarlo en el elegante Studio Theater, espacio que cuenta en la actualidad con una nutrida programación de shows en vivo de los más variados estilos (chequear próximas fechas en la pestaña Agenda del sitio www.studionoche.com). Pero como ese lugar en segundo turno funciona como una discoteca, los GTX debieron ceñirse a márgenes horarios poco habituales y comenzar el show no mucho más tarde las 23 horas para finalizar con puntualidad inglesa a las 00.30, sabiendo que el público del palo maneja otros usos horarios. En la larga lista de invitados especiales tuvo un lugar de privilegio Celeste Sarmiento, notable vocalista a la que cedieron buena parte de protagonismo cuando cantó a dúo con Lucas Giorgi Buenos vientos. Una canción antes había aportado su voz en los coros de Despertares, la balada que cierra el nuevo disco y que fue la otra apuesta fuerte de la banda. ¿Ver a Pacha Gómez colgarse una electroacústica haría bajar la tensión de un show al palo? ¿Lo aceptaría de buen grado el público? Tomar el riesgo valió la pena porque fue uno de los momentos altos de un show intenso en todas sus formas. No obstante el frontman aclaró: “Quizás sea la primera y última vez que lo tocamos en vivo”.
Otro rasgo de este recital lo aportaron las chicas (tanto arriba, como abajo del escenario) que se acercaron en buen número al antiguo teatro de Rosario de Santa Fe 272. Las de arriba del escenario se encargaron de decorar con sensualidad algunas canciones (Escritos, Despertares, GTX) improvisando coreografías y jugando a ser hot dancers por una noche.

GTX, un show histórico (Ph: Nicolás Papa)
Tras una interesante previa animada por la ascendente banda local En Tu Scien y los porteños Coral; llegó el esperado momento de GTX despachándose de movida con una ajustada lista de temas del nuevo disco. A la intro de Jinetes de la oscuridad sonando en playback, le siguió, ya con la banda en escena, Gritos, Ojos vacíos, Escritos (con proyección muda del nuevo video clip, musicalizado en vivo por la banda), Poca vida y Me volveré camino, ese indiscutible hit que la banda aportó a la antología del Rock de Córdoba. Los estrenos se intercalaron con algunos los mejores momentos de Sin límites al fin, disco debut de 2012. De ese trabajo revisaron Cabeza de piedra, Hades y Dime con quién andas. Lejos de las presiones y ansiedades provocadas por una presentación de este nivel de importancia, a la banda que alista al faldense Aníbal Zanni (guitarras, coros y liderazgo intelectual), se la vio en su mejor forma, con un Lucas Giorgi (voz) repartiéndose el centro del escenario con Maxi Domínguez (bajo). El nuevo look capilar del expresivo cantante de los agudos imposibles contrasta ahora de manera notoria con la habitual cabellera bíblica del bajista. Un similar cambió estético adoptó Emi Di Natale, sólido baterista que sostiene el feroz ritmo casi sin que se le despeine su novedoso jopo. Mientras que Guillermo Pacha Gómez aporta solos de alto nivel y sutilezas, tanto con la eléctrica como con la acústica.
Si existe una palabra autorizada en la escena metalera cordobesa es la de Pablo Scalabrelli. Al exmiembro de Sentencia le tocó subir sobre en el desenlace del concierto, minutos antes que desde la consola de sonido le bajaran inexorablemente el pulgar al tiempo estipulado. El guitarrista antes de cumplir con su parte pidió el micrófono y se despachó con la siguiente afirmación: “Este es un momento trascendente para la música de Córdoba, esta es una de las mejores bandas heavys de todos los tiempos, hacía mucho que no se veía un show de heavy metal con una asistencia como esta”. Por su parte Aníbal Zanni, el día después y desde su perfil en Facebook, manifestaba: “Fue la noche de mi vida”. La noche en que GTX formalizaba la presentación en sociedad de Me volveré camino. Un gran disco para una gran banda, sin ninguna duda existencial.-

Fotos gentileza: Nicolás Papa

miércoles, 12 de agosto de 2015

“Hago lo que siempre quise hacer”

Ph: Paulina Frontera
Dice Aníbal Zanni, guitarrista de GTX, banda cordobesa que el próximo sábado estará presentando oficialmente Me volveré camino. Hablamos con el músico faldense. Bonus track: el flamante video-clip de "Escritos".

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

“Para mi viejo, Troilo era lo que para mí es Bruce Dickinson”, me cuenta Aníbal Zanni para justificar el origen de su nombre de pila, en el comienzo de la charla que mantuvimos días antes de la presentación del flamante segundo disco de GTX, su actual banda. El bar donde nos encontramos es una antigua construcción de 1942 que originalmente fue una inmobiliaria regenteada por un tío abuelo del entrevistado. Zanni es un nacido y criado en La Falda con profundas raíces en esta ciudad pero, como tantos otros, una vez tuvo que emigrar: “Estuve viviendo diez años en Córdoba, desde el 2003 al 2013, acá en La Falda, en realidad en todo el país -observa- estaba muy complicado el tema del laburo, todos sabemos lo que fue desde el 2001 para acá, faltaba un cartel que diga ‘Se Vende’…”

   -¿Te fuiste con la idea de hacer música?  “Sí, he andado por muchos lados, Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, y en todos lados siempre hice música, tocando o cantando”.

Aníbal acusa 42 años, “Un pibe”, acota. Mi primer recuerdo de él se remonta a los años en que asistía en calidad de fan-plomo a la banda local Sexton. Luego, como una consecuencia más habitual de lo que se supone, saltó de la platea a formar parte del grupo. Lo explica: “Lo que pasa es que en Sexton eran cinco que tocaban, pero siete o diez que íbamos a todos lados juntos, como decís vos, éramos mitad fans, mitad amigos, haciendo las veces de plomos, sin saber nada de lo que estábamos haciendo, pero tratando de colaborar en lo que nos gustaba. Por eso hoy en día es un sueño hecho realidad estar tocando, estar haciendo música”, completa.

   -Posteriormente te vi en otro proyecto, tocando en bares de por aquí…  “Esa banda se llamaba Shocker que fue un proyecto que vino después de Sexton donde también estaba el Gordo Finizzola, pero con otros músicos, algo más evolucionado, no tan tradicional sino algo más de los 90, ese estilo. Ahí ya dejé de estar atrás y me dediqué a tocar”.

    “No me quiero ni acordar porque son muchos años -reflexiona ante el ejercicio de memoria que le propongo- pasaron muchas bandas y fue mucho… no diría renegar, pero sí buscar, buscar y buscar hasta encontrar lo que creo que encontré hoy en GTX. No quiero decir que este sea el techo, pero sí un muy buen momento, seguramente”.  

Para quien conozca a Aníbal no será difícil suponer que GTX, banda fundada en mayo de 2008,  le significa haber encontrado su lugar en el mundo, él confirma: “Sí, hoy en día sí, porque hago lo que siempre quise hacer, que es tocar y componer, estar con músicos que van para el mismo lado que yo siempre quise ir, que es como dice nuestro primer disco: sin límites, no conformarse con decir: ‘bueno, toco en el bar de enfrente de mi casa todos los fines de semana’, sino ir mucho más allá. En eso estamos trabajando constantemente”.

Desde la gráfica, las letras y la estética, GTX es una banda del camino. Hasta su nombre hace referencia a una cupé que es un ícono de la industria automotriz argentina de la década del 70, un auto hoy considerado de culto. “Sí, totalmente”, corrobora. “El nombre se le ocurrió a Lukas, el cantante, con quien siempre estuvimos de acuerdo en poner un nombre que tuviera que ver con los fierros, y GTX es el V8 argentino, el más representativo y el más groso. El que tiene una Dodge GTX no la va a tener para ir a hacer las compras, la va a tener espectacular, para salir con los amigos, o para correr, por qué no. Le pusimos ese nombre por todo lo que representa”.

"Me volveré camino" (2015)
   -Hablemos del nuevo disco. “La verdad que tenemos muy buenas expectativas y mucho nervio porque nos tenemos que encargar de un montón de cosas, y estamos laburando lo más profesional que se puede, porque somos gente que se dedica a otra cosa, y hacemos las veces de músicos, productores, managers y… muchas otras cosas más, pero todo con mucha pasión, con muchas ganas, entonces terminás reventado y quemadísimo de la cabeza, pero siempre que terminás de hacer una cosa, te ponés a pensar en la próxima con las mismas ganas o más”.

   -¿Las canciones fueron escritas para este disco?   “A diferencia del anterior (Sin límites al fin, 2012), este es totalmente nuevo, es muy fresco porque laburamos a conciencia, todos. En cuanto a las letras son temáticas actuales, que van a tener goyete hoy, dentro de diez años y diez años atrás lo hubieran tenido también, y todas hablan de vivencias personales”.

Me volveré camino, la canción que titula el disco, desde que la escuché me pareció que tiene todos los atributos de un hit. “Pensamos igual -apunta- de hecho cuando teníamos el disco casi terminado y empezamos a pensar cómo se iba a llamar, el orden de los temas, etc, pensamos en Me volveré camino porque cuando lo tocábamos en los ensayos saltaba todo, abríamos la cerveza, entonces nos dimos cuenta de eso que decís vos, que es un tema que explota”.

   -¿Y qué le falta para que le expidan el certificado de hit?  “Que lo pasen en la Gamba, que lo pase Mario Pereyra”, bromea. Y, aunque sea innecesario, aclara que no fue algo intencional escribir un hit.

GTX (Lukas Giorgi en voz, Aníbal Zanni en guitarra, Pacha Gómez en guitarra, Maxi Domínguez en bajo y Emi Di Natale en batería) es una banda con un sonido demoledor en los vivos, y en este disco lograron documentar fielmente ese poder que desarrollan sobre un escenario, sin embargo al álbum lo cierra una balada, Despertares. ¿Tienen espalda para tocarla en la inminente presentación?  Aunque hace un gesto de duda, sostiene: “Sí, de hecho la estamos ensayando y la tenemos que tener afilada para cuando pinte, no la tenemos porque sí. La letra la escribió el batero (Emi) y está perfecta, lo puedo decir con toda tranquilidad porque no es mía”.

Emi, Aníbal, Lukas, Maxi & Pacha: GTX
Con bandas históricas como Hammer todavía en actividad, con GTX haciendo un gran trabajo actualmente, además de Pésame, Eterna Agonía, entre muchas otras; y el panorama que se ve en el interior con referentes como MAGMA o Apocrypha, ¿en qué momento consideras que está el género metálico en Córdoba, hoy?  “El Heavy está en uno de sus mejores momentos históricos, eso te lo puedo decir con toda seguridad, hoy tenés público, tenés a los medios que lo apoyan y tenés un montón de bandas que están laburando seriamente, haciendo buena música y grabando discos. Eso antes no pasaba, ese era un problema que tenía el Metal, que se grababa como se podía y muy mal, hoy en día se busca sonar bien, mandarlo al exterior para hacer las mezclas, hoy se puede, hoy se tiene la cabeza, antes en los 90 ni en pedo ibas a mandar un disco a Polonia o Canadá para que te lo mezclen allá, como se hace hoy”.

   -Con tanta proliferación de bandas, ¿hay público para todos?   “Muchas veces la mitad del público son músicos, pero a las bandas que están laburando bien, la gente las termina apoyando, por ejemplo Mortuorial Eclipse, que es una banda de black metal sinfónico, te los recomiendo, después búscalos en YouTube. Son cuatro monos todos pintados, caracterizados de vikingos, que aunque no te guste el estilo, te da curiosidad, ¡hay que ser muy amargo para no ir a verlos! Además tienen una producción tipo Hollywood, te juro”, exagera Aníbal.

   -Luego de radicarte nuevamente en La Falda y tener que moverte a Córdoba por trabajo y para ensayar, ¿qué tanto te rompe las pelotas el cierre del Camino del Cuadrado?   “Uh, un montón ¡me cortaron las gambas! como dijo el Diego. Sí, me cagaron la vida, mal”, se queja.

La presentación oficial de Me volveré camino se concretará el próximo sábado 15 de agosto desde las 20.30 hs (puntual) en Studio Theater (Rosario de Santa Fe 272 - Cba). Bandas invitadas: En tu Scien (Cba) y Coral (Bs As). Anticipadas: $70. En puerta: $100.
“Es muy importante que pongas -sugiere Aníbal- que durante nuestro show va a ver una performance con chicas ligeras de ropas (sic), va a ser algo muy cuidado, más bien artístico, para brindar algo más que cinco gordos tocando”, concluye.-


lunes, 3 de agosto de 2015

Un café con el maestro

Juan Carlos Godoy fue cantor de Ricardo Tanturi, Alfredo de Angelis y el legendario Glostora Tango Club. A sus 92 años fue una de las figuras del Festival del Tango de La Falda. “Es un trabajo común y silvestre”, asegura en esta entrevista exclusiva.

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

Es uno de los últimos exponentes en actividad de la denominada década de oro del tango. A sus 92 años todavía tiene ganas y la energía suficiente para subirse a un escenario y cantar. O cantar en donde sea. Mientras le arreglo el micrófono para la entrevista que será grabada en audio y video, le pido que diga algo para hacer la prueba de micrófono. ¿Un tanguito?, propone. Y arranca: Si el mundo revirao, golpeándote, te tira pa’ un costao de la pared, si el 20 es un suspiro, y el día 3, ya se piantó de yiro y queda el mes…”  
Juan Carlos Godoy canta con un caudal que asombra, por su prolongada edad, toda la primera parte de Y a mí qué, tango de Aníbal Troilo y Catulo Castillo con el que iniciará su actuación acompañado por el Contramano Trío, en la última noche de una nueva edición del Festival Nacional del Tango de La Falda.  Pero ahora son las 3 de la tarde, y en plena siesta faldense Juan Carlos se acomoda a gusto en un sillón del lobby del hotel y completa: “Este tango lo cantaba Elba Berón, cantábamos en un cabaret y la Elba me lo pasó. Lo empecé a cantar, gustó y lo metí en el repertorio”. No harán falta demasiadas preguntas del cronista para que empiece a reconstruir su historia: “Yo empecé a cantar en el año ‘56, siempre cantaba con guitarras, con los amigos, y resulta que había un sexteto que tocaba en el Sans-Souci, me escuchó el director y me dijo: Ud. tendría que venir a probarse con el sexteto. Y fui al Sans-Souci un día de verano que hacía como 40 grados de calor, quedaba enfrente del Teatro El Nacional en la calle Corrientes. Entonces empecé a cantar ahí, dos meses; iba al Montecarlo, que era otra confitería, otros dos meses, después hacíamos el Picadilly, y siempre la misma ronda”.

“Yo trabajaba en el Banco Municipal -prosigue el relato- y lo que pasaba es que me acostaba a las 5 de la mañana, y a las 9 me levantaba, me iba al banco, marcaba la tarjeta, iba al baño y me dormía 3, 4 horas (risas). Después salía del baño. ¿Dónde estabas?, me peguntaban. Y, no, me descompuse. ¿Siempre te descompones, vos? me decían. Ya cuando pasé a (la orquesta de Alfredo) De Angelis fui a hablar con el gerente del banco, le dije miré me voy a ir seis meses sin goce de sueldo, porque salíamos a una gira de tres meses con la orquesta de Radio El Mundo y el Glostora Tango Club. Y el gerente me dice: Miré, me contaron que Ud. llega, marca y se va al baño a dormir, entonces vamos a hacer una cosa, antes que le demos la baja, pídala Ud. a la baja, y cuando no cante más, venga a trabajar, o si no, siga con el canto. Entonces le dije, voy a dejar el banco, voy a dejar todo, y me dedico a cantar, y si me viene mal la mano volveré al banco otra vez. Pero como no me vino mal la mano, la mano cada vez venía mejor…”

 -No tuvo necesidad de volver…

“No volví más”.

Godoy y Contramano Trío (La Falda Tango 2015)
 -¿Cuántos años con la orquesta de De Angelis? “Con Angelis empecé en el ‘60, por ahí, cuando se fue Carlos Dante me llamaron a mí porque tenía la voz melodiosa como él. Entonces me dijeron ¿por qué no hacés una prueba con De Angelis? Yo estaba en la orquesta de Ricardo Tanturi y habíamos discutido con él, porque éramos tres los cantores, estaba Horacio Roca, la Elsa Rivas y yo. Éramos muchos cantando, con dos basta. Me probé con De Angelis y le gustó. Hicimos unas grabaciones para (el sello discográfico) Odeon y si aceptaban me quedaba con la orquesta. Y me quedé. Claro, al poquito tiempo grabé un tango que se llama Quién tiene tu amor que se vendieron más de tres millones, entonces a ellos les convenía. Con De Angelis estuve seis años y medio, y dejé porque hicimos muchas giras, salíamos todos los años, para enero empezaba la gira, conocimos todas las provincias; fuimos a Colombia, y cuando volvimos le dije a De Angelis mirá yo me voy a ir de la orquesta porque yo grabo y Ud. me da $300; y voy al Rincón de los Artistas (nota: mítico reducto en donde cantaban todos los cantores de la época) y me dan $1000. Y seguí como solista”.
Juan Carlos guarda un lugar especial en su memoria para el Café de los Maestros, aquel documental producido por Gustavo Santaolalla y Miguel Kohan en 2008 con las grandes glorias vivientes del tango. “Estuve en el Café de los Maestros y recorrimos toda Europa con Leopoldo Federico y los mejores músicos que había de tango. Hacíamos giras, de todo”, resume con orgullo Godoy. 

 La prueba con Rivero. “Él iba a la calle Córdoba y Pueyrredón, los sábados a la madrugada a un  boliche, venían todos los guitarreros, ahí se quedaban hasta las siete, ocho de la mañana tocando, y yo iba siempre ahí. Me presentaron a Edmundo Rivero, y la gente amiga de él le dice ¿Por qué no lo probás? Y me probó. ¿Qué tango querés cantar? Alma de loca en La. Y me dijo: Tenés una linda voz, pero tenés que vocalizar, hacer ejercicio para impostar la voz. Entonces yo le dije, no conozco como es impostar la voz. Me dio una dirección y me dijo, andá acá, Ricardo Domínguez se llama y es el maestro de canto con el que yo estudié. Y fui. Y después nos hicimos amigos con Rivero".

 Gardel, un fuera de serie. “Como Gardel no hubo ni va a haber otro, fue una cosa fuera de serie, para mí fue el mejor. No sé por qué, que razón tenía. Porque yo lo escucho a Gardel, esa voz pastosa, linda, con melodía y con todo, aire, tenía de todo. Tuvo la desgracia de ir a morir a Colombia, por una bobada, estaban en Medellín y tenían que ir a Bogotá, entonces los aviadores (sic) habían tenido una fiesta y estaban todos medios borrachos, y carreteo el avión para ponerse en la pista, había como una montaña antes de llegar a aterrizar, pasaban la montaña y aterrizaban, y como los aviadores estaban medio chupeteados (sic) le aflojaron los frenos y se quisieron meter cuando pasaba el otro avión y ¡tac! vino el choque y ahí murieron. Pero como voz no creo que haya un cantor superior a Gardel”.
 
“¿Sabés lo que era eso?”, exclama, mientras rememora sus años de juventud en la noche porteña, cantando de confitería en confitería, junto a todos sus colegas y amigos cantores. “Yo llegaba a mi casa a eso de las 9 o 10 de la mañana, y mi señora se enojaba conmigo, pobrecita ya falleció, pero yo le decía, si querés venir conmigo, vení. Terminábamos de trabajar, íbamos a comer un asado por ahí, porque nunca faltaba alguien que te invitaba a comer un asado a las 6 de la mañana, recién después me iba a dormir. Dormía de día y de noche salía a laburar. Con el Polaco Goyeneche andábamos en el Rincón de los Artistas juntitos, ahí estaban todos: Nelly Omar (se emociona la recordar su nombre), Héctor Maure, eran más de 10 cantores y cobrábamos bien, trabajé como tres años ahí y me compré el departamento y todo. Pero como todo se termina, pasan los años, pero yo me puedo quejar, hice las cosas correctas, voy a cumplir 93 años y todavía canto. Yo siento que hay días en que no puedo cantar, porque estoy afónico, entonces descanso un día y al otro día tengo la voz arreglada. Y no me arrepiento de nada de lo que hice, es un trabajo común y silvestre”.    

 Bonus track. “Me ofrecían, y yo no, de esa no. ¿Y por qué?, me preguntaban. Porque tomo de esa y no me siento bien, me hace vomitar, les decía. Mentira, yo sabía que me jodía. El médico me decía: Ud no vaya a tomar coca, eh. ¡Ni loco!”.