martes, 12 de junio de 2018

Claudio Gabis: “El rock era una cosa maldita”

El ex guitarrista de Manal y La Pesada del Rock, pionero del blues y el rock en castellano, está celebrando 50 años de carrera con una gira nacional que lo depositó en Cosquín.

EN CONCIERTO

Por Néstor Pousa

Si alguien que no lo conoce se lo cruza por la calle, difícilmente pueda imaginar que ese hombre pertenece a la elite de músicos que hace 50 años fundaron rock en castellano en Argentina. Su aspecto de hombre común con ropa de calle, camisa a cuadros, campera de polar gris, haría difícil suponer para algún distraído, que se trata de Claudio Gabis, miembro fundador de Manal e integrante de La Pesada del Rock & Roll, y como guitarrista de blues, uno de los mejores rankeados de nuestro país.
Pero cualquier incógnita se despeja cuando se cuelga su inseparable Gibson 335, la viola que habitualmente usa, y le empieza extraer los sonidos del Blues de un corazón destrozado. Es la segunda fecha de su mini-gira cordobesa, la que forma parte de una gira más amplia y de carácter nacional para celebrar sus 50 años de carrera. Lo acompaña una banda de músicos formada ad hoc por Esteban Kabalin, mentor de esta y todas las recientes giras de Gabis por Córdoba y quien, además, se encargará de la parte vocal.
Es viernes a la noche en La Encrucijada, el pub de Cosquín al que se accede por el camino al Pan de Azúcar, y si no fuera por Fredy Mustafá, propietario del lugar y fan del rock, una fecha como esta no tendría lugar en Punilla. Mucho menos en junio. Por eso hay que reconocer el riesgo que toman los responsables del lugar en programar un show de estas características, pero por muchas razones imperdible.
Las características físicas del lugar permiten la cercanía con el músico que promete una noche de mucha música complementada con anécdotas y “algunos chismes” (sic) del rock nacional. Como ya sabemos se trata de uno de los pilares del rock, que en 1968 fundó Manal junto a Javier Martínez y Alejandro Medina, y sin dudas tiene mucho para contar.
Ese primer tema fue el único instrumental de la lista, antes que se sume Kabalin en la voz a la banda que completan Fernando Coco Yanello en batería (integrante de Pésame, al igual que el cantante), Gustavo Giannini en bajo y Maxi Cervetti en los teclados.
La lista sigue con Bajando a Buenos Aires, una composición propia, de 1973, de cuando ya se había mudado a Buzios, en Brasil. “Me fui porque en esa época el país andaba mal”, dice, haciendo un deliberado silencio que provoca las primeras risas y comentarios de la privilegiada platea. 

“Cuando empezamos a cantar rock y blues en castellano decían que era una cosa mersa, berreta". Y agrega: "El rock aquí era considerado una cosa maldita, no nos quería nadie”

Luego de la temprana separación de Manal y de su viaje a Brasil, Gabis se incorpora a La Pesada del Rock, esa experiencia musical de puertas abiertas que comandaba Billy Bond por donde pasaron la mayoría de los músicos de la primera fase del rock local. Con ellos Claudio grabó varias colaboraciones en discos fundamentales y dos álbumes propios, a ese momento pertenece el monumental Blues de un domingo lluvioso que repasó esa noche.
De su relación con Los Gatos de Litto Nebbia, banda iniciática del movimiento beat en Argentina, versionaron uno de sus temas más rockeros, Rock de la mujer perdida.
Y de su estrecha y temprana amistad con Norberto “Pappo” Napolitano recordaron Desconfío, un blues compuesto al piano por el Carpo al cual juntos le pusieron un título que nada tiene que ver con su letra.
“Con Pappo nos poníamos a tocar la guitarra en una piecita hasta que su mamá nos llamaba a tomar la leche. Quiero que sepan que el Nesquik fue la droga que estimuló el nacimiento del rock en Argentina”, revela, mientras bebe pequeños sorbos de whisky de un vaso que le custodian los músicos.
Gabis no para de narrar historias que nos introducen a cada nuevo tema, como la que inspiró una de las, opina, más bellas canciones escritas por Javier Martínez, Una casa con diez pinos. Luego contará que en 1985 regresó al país por un breve lapso de tiempo, hasta que en 1989 se mudó definitivamente a Madrid (“El país no andaba bien”, insiste) donde prosiguió su camino como músico y docente, lugar que es su actual residencia desde hace 29 años, aunque regularmente vuelva para tocar.  De esa época extraerá dos números: Malas condiciones, con fuerte lírica, y Mudanzas 1989, un gran tema que será el preludio de un final reservado exclusivamente a las composiciones de Manal que no necesitan presentación, No pibe (“Queríamos cambiar el mundo”), Avellaneda blues y Jugo de tomate.
Imposible terminar la noche sin dos bises calientes como Esto se acaba aquí y Boogie de Claudio en los cuales sacará a relucir una vez más sus dotes intactas de notable y versátil guitarrista.

Lugar: La Encrucijada del Supaj-Ñu ñu (Cosquín)
Fecha: 08/06/2018

martes, 5 de junio de 2018

Charly enciende la máquina

Cómo es “Random” el disco de Charly García que arrasó con seis categorías en la reciente entrega de los Premios Gardel. Es el primero en siete años y aparece luego de un largo período de recuperación. Aquí lo repasamos.

DISCOS

Por Néstor Pousa

“Decían que estaba acabado, que ya no podía componer más”, disparaba Charly García desde el escenario del Teatro Gran Rex en un momento de su show con entradas agotadas del pasado 30 de abril.
Un año atrás, el astro nos sorprendía con la aparición de Random, su nuevo disco de estudio publicado a siete años de su antecesor, el controvertido Kill Gil.
Random, que contiene diez nuevas canciones firmadas por el ídolo, acaba de arrasar con 6 de las 7 nominaciones en las que había sido ternado en la reciente entrega de Premios Gardel que todos los años asigna CAPIF, entre ellas la estatuilla de oro al álbum del año, nada menos, midiéndose con dos tanques de la industria como son Luciano Pereyra y Axel.
Para muchos Charly es como una usina a medio desmantelar, un alma transportada por un cuerpo material disminuido en sus posibilidades físicas y de desplazamiento. Sin embargo en Random las nuevas canciones demuestran destellos de su reconocida lucidez.
La nueva placa inicia con La máquina de ser feliz, una canción de apariencia inocente a la que nos introduce el Nocturno op. 9 no.2 de Federico Chopin. Este comienzo deliberadamente romanticista nos recuerda los inicios de pianista clásico de un Charly niño que aquí juega con la idea de un artefacto de felicidad digital. El tema fue el primer adelanto de este nuevo trabajo.
En Ella es tan Kubrick manifiesta su pasión cinematográfica en un rockanrolito que habla de un personaje real o imaginario con guiños a Fabi Cantilo.   
Primavera fantasea sobre la eterna juventud, su permanente renacer y aporta una estrofa categórica: Ahora que estoy rehabilitado / Saldré de gira y otra vez / Me encerrarán cuando se acabe / Y roben lo que yo gané.  Es el Charly irónico ser, en su máxima expresión, quien nos habla.

En Rivalidad se rebela contra sus vecinas de edificio. La letra contiene una de las tantas referencias a su obra previa en la que el compositor permanentemente se retro-alimenta. Otro es uno de los números más fuertes en música y letra (Yo quería ser fascista / Pero no me fue bien, asegura).
Lluvia es el segundo corte y video clip de difusión de este trabajo, y en ambas interpretaciones (audio y visual) cuenta con el apoyo de Rosario Ortega, hija de su amigo Palito y voz secundaria de su actual banda.
A Believe con letra totalmente en inglés le sucede Amigos de Dios, una mirada ácida sobre los predicadores “televangelistas” (Son brasileros o de otro país) y sus milagros inesperados (El cojo avanza,  el mudo tiene voz), en una letra desafiante en la que hasta Tinelli cae en la volteada.
En Random convergen todas las influencias de García, como Phil Spector en el tema homónimo (Spector). Así en Mundo B, un muy buen tema de cierre, una letra intrincada y oscura remata en títulos Beatles como I wanna hold your hand y She loves you, yeah, yeah, yeah. Y tras esto el final.
Para este, su decimotercer álbum solista de estudio, el ex Sui Generis estuvo acompañado por parte del personal que integra su banda, no obstante se hizo cargo de casi todos los instrumentos (pianos, teclados, guitarras eléctricas y acústicas, bajos, Ipads, batería electrónica, samplers, loops, programaciones y voces). Compuso la totalidad de los temas. Y se encargó de los dibujos, el arte y el diseño de tapa. Nada mal para alguien que según decían estaba acabado.

Charly es Gardel

Random se alzó con seis de las siete categorías en las que había sido nominado para la edición 2018 de los Premios Gardel que anualmente entrega CAPIF.
Durante toda la ceremonia Charly se mantuvo a resguardo y alejado de la mirada del público y de sus pares, esperando que llegara el momento indicado. Antes, los músicos de su banda habían alzado en su nombre las estatuillas plateadas por: Mejor álbum artista masculino de rock, Mejor video clip (Lluvia), Ingeniería de grabación, Mejor diseño de portada y Producción del año.
Faltaba el más importante, el Álbum del año, que es lo mismo que decir Gardel de Oro. Recién entonces el músico emergió de camarines en el elegante CCK acompañado de su incondicional amigo Palito Ortega para recibir y dedicar este nuevo premio, que ya había conseguido sucesivamente en 2002 y 2003, a la memoria de: Carlos Gardel, María Gabriela Epumer, el Flaco Spinetta, el Negro García López, Prince y Cerati.