lunes, 29 de septiembre de 2014

Pésame: cada día rockea mejor

Foto: Silvia Bush
La banda cordobesa de hard rock Pésame se presentó en Studio Theater, histórica sala en la que Carlos Gardel cantó por primera vez en esta ciudad.

RECITALES                                               
Por Néstor Pousa

La sala ubicada en la calle Rosario de Santa Fe 272 es histórica por varias razones. Cuentan los recopiladores que hace cien años se inauguró con el nombre de Teatro Novedades y que el pasado 11 de julio se cumplieron 100 años también, de cuando Carlos Gardel (junto a José Razzano) cantó allí por primera vez en la ciudad de Córdoba. Hay una placa y foto en la entrada como registro de ese hito. Con el paso del tiempo y las nuevas tecnologías el lugar se reinventó en la categoría de cine-teatro; luego en los 80’s, cuando en las pistas de baile arrasaba la música disco, se convirtió en Studio 1, mítico boliche bailable que agitaba las noches del lugar. Desde hace unos años se lo conoce como Studio Theater y reúne muchas de las características de antaño: se mantiene firme la estructura del añoso teatro, sus ornamentos y sus palcos que hoy son áreas VIP cuando destellan las luces estroboscópicas y la que domina es la esfera de espejos. Pero además conserva el escenario por el que ya pasaron varios artistas trascendentes de la agenda local y nacional.
El sábado 20 de septiembre fue el turno de Pésame, banda cordobesa especialista en hard rock al estilo clásico. Esta que comentamos fue la tercera puesta en directo de la banda que tuvo un debut contundente en marzo pasado durante el Cosquín Rock y una segunda aparición en el auditorio de Radio Nacional Córdoba.
Foto: N.P.

La formación fija de Pésame alista a Esteban Kábalin, una de las mejores voces masculinas del rock local; Jorge “Cuerda” Tarnavasio en guitarra líder y coros; y la categórica base de Daniel Tita en bajo y Fernando “Coco” Yannello en batería. El cuarteto ya tiene grabados los temas de lo que será su opera prima que verá la luz (según dicen) en 2015, hasta tanto esto ocurra distribuyeron un EP con muy buena calidad de producción, para ir tomándole el pulso. En ese disco, que se puede adquirir en los recitales como adelanto, aparecen los cinco primeros cortes de la banda, entre ellos: La tempestad, firmado por Kábalin, ya es un hit que oficia como apertura del show; El circo una colaboración de Tarnavasio/Kábalin ocupa un sitio de privilegio en la lista de temas, aparece promediando el concierto y vuelve a surgir como bis a instancias del público, cuenta además con una intro de presentador/maestro de ceremonias/performer, rol a cargo de Fernando Belzagui. En Bendita por la noche (Tarnavasio/Kábalin) la dupla autoral vuelve a mostrar: uno, los recursos de un violero que conoce largamente el oficio; y el otro, su registro alto y encendido. El juego (Kábalin) continúa en esa línea. Toda banda de rock duro que se precie, por norma debe tener al menos una buena balada que complete la liturgia, ese ítem lo cubre con creces Plegarias (Kábalin), quinto track que cierra el EP.
Para las versiones de estudio Kábalin cumple la doble función de voz líder y segunda guitarra. Para los vivos en cambio, y a fin de poder concentrarse en la interpretación vocal,  convocaron a Jorge Galizia en guitarra, quien junto a Ernesto Weler en teclados son los dos invitados estables. El frontman solamente se colgara la eléctrica cuando llegue el turno del único instrumental de la noche, o cuando el “Cuerda” asuma la voz principal en Cien años de perdón, un viejo tema de Praxis, su antigua banda, momento que el violero justificó como “Sacado del arca (sic) de los recuerdos”.
Realmente temblaron las columnas y cimientos del viejo teatro cuando Pésame se puso a rockear, una banda nueva dentro de la cada vez más prolífica escena cordobesa, que tiene a su favor estar integrada por músicos de vasta experiencia y que cada día rockean mejor.-

martes, 23 de septiembre de 2014

En el nombre del Cuchi

Músicos cordobeses rendirán homenaje al genial pianista y compositor salteño, el próximo viernes en el Teatro San Martín. Con Litto Nebbia recordamos el reconocimiento que hace 30 años recibió en La Falda.

HOMENAJE AL CUCHI LEGUIZAMÓN                                    
Por Néstor Pousa

La extraña y un tanto inexplicable fascinación que ejerce el número 100 hace que constantemente estemos chequeando centenarios para celebrar. Este año ya tuvimos las conmemoraciones por los cien años de nacimiento de figuras claves de la cultura como Aníbal “Pichuco” Troilo, Chango Rodríguez y Julio Cortázar.
No obstante, para Facundo Farrando (músico y docente de música) no fue necesario esperar al centenario para que le surgiera la idea de rendir tributo a una de las figuras más notables e influyentes de la música popular argentina, el genial pianista y compositor salteño Gustavo “Cuchi” Leguizamón, que el próximo 29 de septiembre hubiera cumplido 97 años.
Farrando, autor intelectual de la idea de Córdoba Cuchichea, inmediatamente pensó en Mario Luna como socio necesario para la producción de este evento; por ser ambos profundos conocedores de su repertorio, pero además en el caso del segundo, con una relación de cariño y respeto que se remonta a la época de la escuela secundaria en su Salta natal, de cuando el Cuchi fue su profesor.
No fue una tarea fácil -revela Farrando- el tener que definir la nómina de artistas y los temas a interpretar de la vasta obra que legaron Leguizamón junto al poeta Manuel J. Castilla. La lista de convocados para revisar esas canciones inmortales incluye nombres reconocidos, como: Silvia Lallana, Juan Iñaki, Mingui Ingaramo, Mery Murúa, Laura Bertora, Facundo Farrando, Juan Cruz Peñaloza, Miguel Rivaynera, Pelú Mercó, Pocho Bertora, Martín Oliva, Tere Ferrero, Zurdo Roqué, Lucas Velich, Pablo Argüello y Coral Resonancia dirigido por Hugo de la Vega. Invitado especial: “Moro” Leguizamón, pianista e hijo menor del homenajeado. Además de los textos de Alejandro Mareco y relatos de Mario Luna.
Datos útiles. Córdoba Cuchichea. Lugar: Teatro Libertador San Martín (Av. Vélez Sarsfield 365). Fecha: Viernes 26 de septiembre. Hora: 21.30. Entrada General: $100.-

Encuentro histórico: el Cuchi y el Flaco en La Falda '84
El Cuchi: amo y señor. Hace 30 años y pocos meses, durante el Festival Argentino de Música Contemporánea La Falda 1984, Cuchi Leguizamón tuvo el merecido reconocimiento que nunca le hizo el Festival de Folklore de Cosquín. En la siguiente charla con Litto Nebbia pudimos repasar aquel instante en vida del singular músico: “En una edición (del festival) le dedicamos todo al Cuchi Leguizamón, y no hay registro de nada. Yo toqué con el Cuchi, él me acompañó en La Pomeña, que en esa época no era un tema tan conocido y clásico, y no hay ni un cassette grabado, ni reportaje, ni filmación de eso”, se lamenta hoy Litto. Y prosigue: “Me acuerdo que habíamos pensado con Mario (Luna) que sería bárbaro mezclar con el rock, que haya otras cosas, para que no sea rock solamente. Había que hablar de los tipos piolas de las otras músicas, de tango, de folklore; y de la misma manera que Piazzolla ya tenía el éxito que tenía en el mundo, el referente en el folklore era el Cuchi Leguizamón y el Dúo Salteño, aunque lo conocía poca gente. Entonces Mario se tiró a la pileta y dijo bueno, vamos a dedicarle los cuatro días que dure el festival y el invitado de honor va a ser el Cuchi. Así fue que el Cuchi anduvo todo ese fin de semana como amo y señor por La Falda, caminando por las calles, fumando sus habanos, se metía en un lado a comer, a contar chistes. Era un tipo que andaba por todos lados atendido como un invitado. Y la única cosa que hizo musicalmente fue que una de las noches tocó uno o dos instrumentales, y me acompañó en La Pomeña, yo no toqué, canté solamente. Lástima que no se aprovechó bien, haciendo un reportaje, filmación y tocadas. Después del Cuchi el festival seguía su marcha, y salía un grupo heavy metal, estaba bueno”, recuerda entre risas Litto. 

Foto histórica. Según recuerda Mario Luna, sucedió en La Falda luego de la presentación de Spinetta Jade durante la mencionada edición de 1984. El Cuchi que había seguido atentamente la actuación desde un costado del escenario, maravillado por la música y las letras del Flaco le pidió a Mario que lo llevara a saludarlo. Juntos se dirigieron a los camarines del anfiteatro municipal faldense donde se produjo el encuentro (el Cuchi apoya su mano sobre el hombro de Luis con el torso desnudo) que fue documentado por el fotógrafo de La Voz del Interior.-

lunes, 8 de septiembre de 2014

NTVG en La Falda: No fue un recital más

Emiliano Brancciari, cantante y líder de No Te Va Gustar, le dedicó el concierto a Gustavo Cerati. “De música ligera” fue la intro de una larga lista de canciones y hits de la banda uruguaya.

RECITALES
                                                                                  
Por Néstor Pousa

Cerca de las 5 de la tarde más de un centenar de chicos ya hacían fila en la vereda que da al auditorio municipal. A las 20.30 era imposible encontrar un lugar para estacionar en las inmediaciones del lugar. Pasadas las 21.30 el interior del domo reventaba con más de 4.000 almas expectantes. Hacía mucho, pero mucho tiempo que esta sala mayor no verificaba una reacción así a causa del rock. Para volver a vivir esa experiencia hacía falta convocar un número de primer nivel y en su mejor momento, y a pesar de lo poco común de la fecha (el jueves 4 de septiembre) la banda uruguaya No Te Va Gustar cumplía con los requerimientos: veinte años de carrera y un sólido repertorio de canciones y hits de excelente factura como mayores atributos, además de la aprobación que su cantante y líder Emiliano Brancciari tiene especialmente en el público femenino. Brancciari, acta de nacimiento argentina pero uruguayo por adopción y en los modos, cumple con todos los requisitos del buen frontman. En él se basa buena parte de la efectividad de este combo que conocimos en Córdoba en el verano de 2004 durante el último Cosquín Rock que se realizó en la Plaza Próspero Molina, antes del éxodo del ciclo por distintas locaciones. En esa accidentada edición NTVG comenzó a edificar su idilio con el público cordobés que hoy tan buenos dividendos le reporta.
Noche de show en La Falda en el mismo día en que por la mañana se confirmaba la partida de Gustavo Cerati. A los tragos amargos hay que tomarlos de prisa suponen algunos, por eso NTVG fue al punto e inauguró su actuación con De música ligera que fue la intro de una larguísima lista de canciones descargadas a repetición durante las dos horas exactas que duró el show. Una buena seguidilla inicial para calentar motores: Hijo de las armas, Sin pena ni gloria, Al vacío y el tándem Con el viento/Fuera de control, deja en claro que esta es una banda de rock versátil gracias a los bronces, estilísticamente ecléctica y que ejecuta con solvencia tanto sea rock, reggae, candombe, murga, ska o baladas; sobre temáticas que abordan el amor/desamor, los conflictos sociales y el hombre en su interminable lucha existencial. Todo con una mirada y tonada indisimulablemente charrúa.

La aguja marcaba picos de intensidad casi permanentes cuando los que se apretaban en el calor de la olla central curtían mosh o se prendían en un coro a voz en cuello, pasó durante los clásicos: Verte reír, Chau, Tan lejos, A las 9; aunque fueron escasos los momentos en que la pasión se moderó y la platea se puso contemplativa. Sí suele suceder que hay canciones más reflexivas como Clara o Memorias del olvido que en formato acústico sirven para pensar (“Con hambre no se puede pensar”, dirán en otra); del mismo modo que El error o No hay dolor sirven, como todos los buenos reggaes, para calmar la ansiedad.
El cantante mantiene una actitud distante casi permanente, se expresa a través de las canciones y habla lo justo y necesario. Cuenta que por ser una gira aniversario revisarán algunas viejas canciones, y en El oficial se ataca en convulsiones cuasi punks. Avisa que en aproximadamente un mes estará en la calle el nuevo disco que se llamará El tiempo otra vez avanza del que adelantaron Llueve tranquilo.
NTVG reconoce influencias musicales de ambas orillas del ancho río, quedó claro con los acordes finales de Todo un palo de Los Redondos, antes de un cierre formal con A la izquierda del cero para regresar con una improvisada lista de bises “a la carta” armada a viva voz por los que aguantaban desde las primera filas. Ya lo había dicho Brancciari: “Este recital va dedicado a Gustavo Cerati”. Por todo, no fue un recital más.-

Sala: Auditorio Municipal de La Falda
Fecha: jueves 04/09/14
Asistencia: 4000 personas
Banda soporte: Cuatro Pesos de Propina (Uruguay)
Fotos: Santiago Pascual

viernes, 5 de septiembre de 2014

Un sueño stereo que se terminó

Soda Stereo con Charly de "invitado" en La Falda '86.
Por Néstor Pousa

Cuando hace exactamente 30 años se publicaba el álbum debut de una banda llamada Soda Stereo debo reconocer que fuimos muchos los que mirábamos con desconfianza el fenómeno. La estética, y canciones como ¿Por qué no puedo ser del jet set? o Sobredosis de T.V. sonaban muy livianitas y que no podían ni siquiera arrancar al lado de las que, publicadas en ese mismo año, aparecían en discos como Piano Bar de Charly García; Madre en años luz de Spinetta Jade; e inclusive en Del ’63, el debut solista del rosarino Fito Páez.
Hasta el nombre Soda Stereo resultaba algo ridículo para el riguroso rockero medio argentino. No obstante, había algo que nos decía que teníamos que estar muy atentos a esos tres pibes de pelos batidos con litros de spray encima.
No habría que esperar demasiado para corroborar esta presunción, tan sólo un año después cuando la banda publicaba Nada personal, su segundo trabajo, ya se perfilaba una más que interesante evolución en las letras de Cuando pase el temblor -uno de sus grandes hits de todos los tiempos- o Juegos de seducción, que confirmaban que no eran un grupo descartable o un proyecto para discotecas; y empezaron a ganarse un respeto que se iría consolidando durante toda su carrera sin que se verifique un retroceso.

Si bien los afiches y volantes de la sexta edición del Festival de Rock de La Falda 1985 los mostraba entre sus artistas, el debut del trío en este legendario festival recién se concretó un año después, en el verano de 1986, durante lo que se conoció como El Festival del Siglo.
Ocurrió la noche del sábado 11 de febrero, y Soda fue uno de los números sobresalientes de una agenda dominada por la música pop en la noche con record absoluto de asistencia que registra la historia del mítico auditorio municipal faldense. Soda Stereo concretaba su esperada actuación en La Falda en medio de una grilla que en esa misma jornada esperaba las presentaciones de Virus, La Torre, Zas, GIT y Metrópoli, gran parte de la nueva ola del rock vernáculo en plena primavera democrática. Soda alistaba entonces a su histórica formación, con Gustavo Cerati (voz y guitarra), Zeta Bosio (bajo y coros) y Charly Alberti (batería), reforzados con un cuarto integrante, el polifuncional Zorrito Fabián Von Quintiero (teclados). Tenían solamente dos discos en su haber, los ya citados Soda Stereo (1984) y Nada personal (1985); y en esos trabajos se basó la lista de temas para su único concierto faldense, que además fue una de las contadas oportunidades en que el trío se presentó en el interior de la provincia de Córdoba en toda su carrera. Lo de La Falda tuvo una anécdota extra para la historia: Charly García inauguraba ese año su costumbre de venir al festival aun cuando no estuviera contratado y no conformándose con ser un espectador pasivo saltaba al escenario para colarse a tocar teclados en la última canción (Jet Set), ante la mirada atónita de todos presentes, incluyendo al mismísimo Gustavo Cerati. Con este gesto, quien antes les había dedicado la irónica Raros peinados nuevos, ahora los bendecía dándoles la bienvenida al Olimpo del Rock (escuchá aquí el audio de esa noche: https://www.youtube.com/watch?v=Kh8R9VWSc78).

Varios años después, y con mucha agua corrida bajo el puente, un 15 de mayo de 2010 se paraban los relojes. Gustavo, luego de un show en Caracas, sufría un accidente cerebro vascular irreversible que lo mantendría en coma profundo durante poco más de cuatro años. Cuatro años en los que estuvimos conteniendo la respiración por su salud, esperando por un milagro que se demoraba demasiado, rezando en cualquier formato y admirando la fortaleza de esa valiente mujer, Lilian, su madre. Tal vez fue cierta especie de instinto de supervivencia irracional y colectivo el que nos mantenía viva la esperanza, esa que desapareció definitivamente a media mañana del pasado jueves 4 de septiembre, el día en que este maravilloso músico creador de tanta belleza, el que supo ser popular y sofisticado a la vez, soltaba amarras. Era el momento exacto en el que su sueño terminaba, junto al de todos los que aprendimos a admirarlo incondicionalmente.- 

martes, 2 de septiembre de 2014

Juan Carlos Ingaramo: con una ayudita de mis amigos

JC Ingaramo & Amigos
Juan Carlos Ingaramo, exintegrante de Los Músicos del Centro, presentó su trilogía de discos con firma solista. Lo acompañó un seleccionado de talentosos invitados.

PRESENTACIÓN DE DISCOS

Por Néstor Pousa

El músico y compositor Juan Carlos Ingaramo, tecladista y fundador de bandas fundamentales como Grupo Encuentro y Los Músicos del Centro, desafió la lógica de lo que habitualmente llamamos concierto de presentación de disco. Y eso que no tenía uno, sino tres para presentar. Una trilogía que empezó con Imaginario, álbum doble instrumental y de canciones publicado en 2012 con la participación de prestigiosos músicos amigos; DÚO (2014) junto a la cellista Hellen de Jong, holandesa radicada desde hace algunos años en Villa Giardino; e Improvisaciones (2014), un álbum grabado en tiempo real y sin retoques, todas primeras tomas en donde el piano y los teclados son los protagonistas.
Pero Juan Carlos no se sujetó al molde y para presentarlos, la noche del sábado 23 de agosto en Cocina de Culturas, invitó a un seleccionado de grandes músicos, algunos de los que participaron de este triple proyecto, a los que les cedió buena parte de su protagonismo en la noche de gala, revelándose como un hábil maestro de ceremonias que jugó con los tempos a placer y hasta se permitió humoradas si el momento daba para hacerlo (“En mi próxima entrada rifo una torta”, bromeó).
Así el concierto fue sorprendiéndonos con las improvisaciones del tecladista Claudio Cardone y el notable baterista Jota Morelli, ambos integrantes de sobresalientes formaciones de apoyo en la etapa solista de Luis Alberto Spinetta: Cardone durante los últimos veinte años, en tanto Morelli en el período 1988-1994. El primero de los nombrados mostró una versión del repertorio Spinetta y un tema de su propio disco No-tiempo de 2013. Luego la rosarina Sandra Corizzo se lució por partida triple: voz, guitarra y coautora de Mar, amar, un tema compuesto junto a Hugo Fattoruso incluido en Imaginario; y al piano con un tema propio. El villamariense Cacho Aiello repasó otras dos canciones de Imaginario, las bellísimas Algo de mí (solo con guitarra) y Estampita de luz (con Cardone y Jota).  
"Imaginario"
Juan Carlos presentó a su hermano como “Uno de los pianistas que más admiro”, y el Mingui hizo maravillas con Zamba para Carolina (dedicada a Carolina Pacheco, perteneciente al cd 1 de Imaginario) y La huella, del primer solista de Mingui titulado Patagonia (2009).
La generosidad de Juan Carlos neutraliza cualquier actitud egocentrista, por eso en su concierto alentó a sus convidados a presentar sus propias composiciones y trabajos. Le llegó el turno a la dulce Mery Murúa con una canción de DÚO, Elogio del Viento del Cuchi Leguizamón y Tejada Gómez con arreglos de Cardone; y de su propio repertorio y “Para no errarle”, según palabras de la propia Mery, otra del Cuchi, una arriesgada versión de la Zamba de Argamonte junto a Juan Cruz Peñaloza al piano. 
Los climas que sugiere Juan Carlos desde sus teclados son la base para que se deslice De Jong con el cello, eso pasó en momentos como Valsinia (del disco DÚO), antes de una nueva participación de Sandra Corizzo, otra vez en guitarra y voz y con Mingui al piano para interpretar Puras mentiras.
El concierto tuvo algunas dedicatorias, referencias y homenajes indispensables, como el que se le realizó a Mirtha Defilpo con la lectura de algunos de sus textos en la exquisita voz en off de Sonia Geoghegan sobre músicas enviadas especialmente por el pianista español Polo Orti para un video-clip creado por Punto Árbol.
Si bien en los últimos tiempos Juan Carlos estuvo muy activo en cuanto a la música se refiere, dedicándose a producir, arreglar y dirigir artísticamente a diferentes músicos y bandas; salvo por invitaciones puntuales hacía 12 años que no tocaba en vivo (“La última vez fue con Los Músicos del Centro, a comienzos del 2002 y ante más de 3000 personas en la Plaza de la Intendencia”, recuerda). Por eso este concierto estuvo tan bien planeado y resultó en un todo de acuerdo a lo imaginado. Un show que guardaba para el final su momento de máxima emoción en una gran zapada con intro a cargo de Juan Carlos y su hijo José en los teclados e instantes de lucimiento individual en los solos de Mingui Ingaramo, Claudio Cardone, Jota Morelli y Enrique Aiello (guitarra eléctrica).
Juan Carlos despidió la noche con Cuando yo me transforme, esa gran obra que aportó al cancionero popular argentino y a la que Nebbia le puso letra. Fue una versión libre para la ocasión a la que se sumaron fuera de programa todos los músicos participantes. Una sorpresa para los presentes, incluido el mismísimo Juan Carlos.-      

Lugar: Cocina de Culturas
Fecha: sábado 23/08/2014