miércoles, 22 de octubre de 2014

"Early Stones": la lente sobre la leyenda

5 músicos, 11 manos (Foto: Michael Cooper)
Se exhibe en Córdoba la colección de fotos sobre los primeros años de los Rolling Stones, retratados por Michael Cooper, amigo y fotógrafo oficial de la legendaria banda. Hablamos con su hijo Adam Cooper.

MUESTRA FOTOGRÁFICA

Por Néstor Pousa

Podríamos asegurar que Michael Cooper estuvo en el lugar preciso y en el momento oportuno. O tal vez por su cercanía y amistad con los Rolling Stones, pudo predecir el futuro. Sea que supiera o no lo que iba a ocurrir, ya que estamos hablando de la banda más longeva del rock mundial; con su ojo avizor y un talento innato Michael se dedicó a retratar todos y cada uno de los momentos de la génesis del grupo durante sus primeros 9 años de existencia.
Pero Cooper no era un mero observador. Fue un artista polifacético dedicado a las artes visuales, especialmente a la fotografía, que también formaba parte del asunto, y como una consecuencia no deseada de la experimentación y búsqueda que resultaron los convulsionados años 60’s a nivel mundial, él pagó con el alto precio de su propia vida. 
El legado de Michael, luego de que en 1973 y a la edad de 32 años tomara la drástica determinación de quitarse la vida, quedó en poder su hijo Adam, por entonces menor y a cargo de un albacea. Al llegar a la mayoría de edad, este decide desclasificar esos archivos para que el mundo se asombre.
En la actualidad todo ese intenso trabajo se encuentra recopilado en la colección Early Stones by Michael Cooper, son más de 200 fotografías que abarcan el período 1962-1971, nacimiento de la legendaria banda. La misma se exhibe en Córdoba y para quien la visita es difícil no maravillarse ante la fuerza documental que encierra ese material.  Ahí están Mick Jagger, Keith Richards, Bill Wyman, Charlie Watts y el tempranamente malogrado Brian Jones, con gesto adolescente de los primeros años (early Stones = primeros Stones); inclusive en algunas tomas de cuando todavía no habían adoptado el nombre con el que adquirieron status universal. Están los personajes periféricos que rodeaban al fenómeno, sus amigos, managers, sus históricas novias, las bellas Anita Pallenberg y Marianne Faithfull. Los grandes conciertos, como la multitudinaria despedida a Brian Jones en Hyde Park de 1969. El autoexilio en el sur de Francia de 1971. Y atisbos de genialidad psicodélica como la foto de las “Once manos”. Además de las portadas de discos antológicos como Their Satanic Majesties Request; en un cruce insospechado con el no menos emblemático Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band de Los Beatles, del que Michael también fue autor de la magistral foto frontal. Aun así, la mayoría de las imágenes documentan momentos de intimidad y de la vida cotidiana de los músicos, en los que Michael siempre tenía la lente lista. “Jamás te fastidiaba poniéndote una cámara en tu cara, ni haciéndote consciente de ella. Lo hacía tan bien y tan sigilosamente que la mayor parte de las veces nadie notaba que nos estaba fotografiando”, aclaró Keith Richards en uno de sus tantos comentarios que completan la obra. Las fotos que reveladas en blanco y negro adquieren, gracias al ingenioso diseño de presentación de esta versión cordobesa, un realce artístico que eleva la muestra a la categoría de imperdible.

El día de la inauguración, entre periodistas e invitados especiales, Adam Cooper recorre con total naturalidad las diversas salas y espacios en donde se expone la obra de su padre. Con algo de la típica formalidad inglesa, viste de traje aunque sin corbata y luce en la solapa un pin con la lengua Stone. Adam manifiesta estar “Totalmente destruido”. Junto a su mujer, la argentina Silvia Ripoll, y a Elio Kapszuk, ambos curadores del proyecto, estuvieron trabajando sin descanso las últimas 48 horas en la puesta a punto de la exposición; aun así responde muy atento y amable ante la requisitoria del cronista, y en un aceptable castellano con acento británico relata la sucesión de hechos que dieron vida a la muestra.  “Para el 50° aniversario de los Stones recibo una invitación especial de la embajada de Gran Bretaña en Buenos Aires, preparamos un pequeño show de 30 imágenes nada más y fue un éxito total. Empecé a pensar en la edición de un libro con 350 fotos y textos de una entrevista a Keith Richards; yo había producido este libro en inglés en el año ‘92 y no quedé muy conforme con la impresión y la presentación. Entonces hablamos con el jefe editorial del Grupo Planeta, que por suerte es un  gran fanático de los Stones también, sacamos el libro y fue un éxito. Un año después hacemos una edición para Brasil, otro éxito. Entonces Silvia me dice que lo mejor era preparar una muestra y planificar un tour por Latinoamérica empezando por Argentina. En junio pasado lo presentamos en el Festival Emergente de Buenos Aires, con imágenes un poco más chicas de las que se pueden ver acá, y fue un éxito increíble con casi 200.000 personas en 3 semanas”.
Adam, que conoció a su mujer trabajando en la filmación de Highlander II en Argentina, tomó contacto con Córdoba cuando vino a producir un comercial para una compañía de teléfonos en la Quebrada del Condorito. “Me gustó mucho Córdoba, la ciudad y su gente, y gracias a Elio conocí a José (Palazzo) quien tiene mucho interés en traer exposiciones con temas de rock”, resume cuando le pregunto porque eligió esta plaza.

Adam Cooper interview (Foto: Silvia Bush)
Curiosamente uno de los objetos más conmovedores de la muestra es un texto, el de la carta que Michael le dejó a su hijo, la que hace las veces de testamento y en donde además le explica los motivos de su irreversible decisión. Entre otras cosas le dice al pequeño Adam, por entonces de tan sólo 8 años, los motivos por los cuales elige irse a conocer “otro mundo”. Adam me cuenta porque decidió exponer al público por primera vez semejante documento.  “Una parte de la muestra es un time line (línea de tiempo) que termina en 1973, que es el año que mi papá murió. Pero en esos dos últimos años Michael no tenía muchas energías para tomar fotografías, entonces escribía guiones para cine y esas cosas. Cuando me piden fotos de ese período yo no tengo nada. Esa noche pensé que este era el mejor momento para publicar la carta”.

-¿Dudabas en mostrarla porque era algo demasiado íntimo?  “Emocionalmente es difícil -confiesa- pero yo tengo la obligación de mostrar toda la historia, las cosas buenas y las malas. Por otra parte la prensa, de Inglaterra particularmente, escribió que Michael murió por sobredosis de heroína, y esto no es verdad, la verdad es que él sí tenía un problema con las drogas y se internó en un hospital para rehabilitación, pero en esos años ni los médicos entendían muy bien lo que eran las drogas, entonces ellos le sacaron la heroína y le recetaron metadona que es un químico y lo hicieron adicto a la metadona, la que en realidad es más peligrosa y fue peor. Había mucha ignorancia”.
Para ilustrar, cuenta la siguiente anécdota: “Mirá, en una de las redadas en busca de drogas en Redlands (nota: la casa de campo de Richards, famosa por las orgiásticas fiestas) entra la policía en busca de marihuana y en el medio del living había una inmensa mesa de café con un montón de heroína, pero los policías no sabén qué es, y creen que es incienso, entonces Mick y Keith tienen un problema por la marihuana pero no les hacen cargos por la heroína. Ahora, personalmente, yo no tengo mucha simpatía por la gente con adicción a las drogas duras, porque hay información por todos lados, pero en los 60’s y 70’s nadie entendía, y hasta ellos mismos no entendían, los 60’s eran una fiesta…”
-Interminable  
“Vos lo dijiste”

-Tu padre tenía una relación muy estrecha con los Stones, ¿vos prolongaste esa amistad con ellos?   “Él tenía relación con todos, pero en particular con Keith con quien eran íntimos amigos. Por suerte yo siempre mantuve una buena relación con él, por ejemplo para este show hablé con su gerente, aunque no necesito permisos, yo tengo todos los derechos para esto, pero para mí es importante que lo sepa la banda, ellos conocen cual es mi intención al usar sus caras y a ellos les gusta este tipo de cosas. Porque hay un montón de gente que no tiene permiso para nada, merchandising y todo eso, y yo no tengo interés en esas cosas”. Y agrega: “Yo visité muchas veces su oficina en Nueva York y hay un piso solamente para temas legales en donde trabajan unas 50 personas. Tienen mucho poder, mucha plata y, la verdad, yo no quiero tener problemas con ese departamento”, remata la nota Adam con una risotada.-


Datos útiles. "Early Stones by Michael Cooper" se exhibe en el espacio “220 Cultura Contemporánea” subsuelo de Plaza de la Música (Costanera y Mendoza - Córdoba). Días, horarios y precios: martes a jueves (15 a 21 hs) $25, y viernes a domingo (15 a 22 hs) $35. Durante los meses de octubre y noviembre 2014.-

martes, 14 de octubre de 2014

Fabi Cantilo: Reina Nacional del Rock

Fabi brillando sobre el mic
La cantante y compositora brilló en el cierre musical de la exitosa XVII Fiesta Nacional del Alfajor en La Falda. Desplegó todo su arsenal de recursos interpretativos en un show intenso e inolvidable.

RECITALES                                                    

Por Néstor Pousa

Con lo complicado que suele ser para los cantantes extra género interpretar el repertorio tanguero y sin embargo a Fabiana Cantilo (tapado negro largo, calzas rojo sangre y pelo un toque desaliñado) no pareció pesarle ni ese condicionamiento, ni el hecho de encontrarse en la mismísima ciudad capital del tango, para expedirse con una versión muy precisa de la Balada para un loco. Así, la intérprete, en la noche de cierre de la exitosa XVII Fiesta Nacional del Alfajor y luego de la elección de la reina que la representa, vino a defender su propio cetro de Reina del Rock Nacional. Y lo consiguió, exponiendo una notable variedad de recursos interpretativos y matices compositivos, expandiendo el rango musical más allá del pop, el rock y la balada, para experimentar, además de tango, con algunos mínimos aires folklóricos.
Sino la conociéramos como la conocemos podríamos asegurar que la del domingo a la noche en el escenario callejero sobre avenida Edén fue una performance consagratoria que tuvo más momentos intensos como el descripto al principio de esta nota. Repasemos. Recién iba por el tercer tema de la lista (Me arde) cuando invitó a subir a la cordobesa Marian Pellegrino. En tan sólo 3' 30 la voz y guitarra del trío Lucila Cueva dejó a todos con la boca abierta, especialmente con su solo de viola final. La energía que desataron en vivo las dos féminas que extienden una relación de amistad desde que sus caminos se cruzaron en la ajetreada Ibiza, harían poner colorado a más de un macho cabrío del rock. El tercer momento para el podio fue Eiti Leda, el clásico de Seru es uno de los altos exponentes de su reconocida etapa “versionística” en la que Fabi facturó un repertorio del que no reniega, pero muestra en cuenta gotas. Muy por el contrario luego de empezar el show con Una tregua atacó con buena parte del que es hasta aquí su disco más reciente (Ahora, 2011). De allí extrajo: Micrón de segundo, Una vez más, Meteoritos y la canción que le dedicó a Spinetta. En Rayo de luz le escribe al Flaco líneas que dan cuenta de un difícil desapego: “Al final me quedo sola, tanta gente que me habla, y no estás, aquí no estás”.   

Fabi nunca dejará de reconocer a Luis Alberto como su gran inspiración; así como a quienes con su aprobación la introdujeron al mundillo del rock. A ellos los llama "mis maestros musicales", uno es Charly García a quien invoca en Inconsciente colectivo; el otro Fito Páez, su pareja en aquellos años, y dice: “Este tema lo compuso para mí”. Ese tema es Brillante sobre el mic. Nada más acertado, así luce hoy la Cantilo: brillante y, a diferencia de otros tiempos no tan lejanos, muy segura de sí misma; comunicativa con un público con el que bromeó permanentemente, sin afectaciones, ni poses; y muy concentrada en lo que tiene que hacer. A pesar de ser un torbellino híper kinético al borde de volver loco a su asistente personal, al que le pide un té, una silla, un pañuelo para el cuello o que le arregle el cable del auricular.  Moviéndose y bailando tan alocadamente como en las mejores épocas de la Bay Biscuits, aquella protobanda de rock teatral que encarnó en los tempranos 80’s junto a Vivi Tellas e Isabel de Sebastián. Y antes de que se vinieran los hits, apostó con Profecía, un número poco conocido del provocador De qué se ríen?, álbum publicado en 1998 que no tuvo el respaldo del sello grabador, “Hoy soy una artista independiente, aplausos por favor”, ironizó. Al mejor estilo Calamaro, Fabi toma mate entre tema y tema cebados por (adivinaron) su asistente, y para redondear la referencia entona con la acústica esa conmovedora oda escrita por Andrés que se llama La libertad. Ya en el cierre de una lista de canciones para nada complaciente, llegaron algunos clásicos como Fue amor, Dos días en la vida y Mary Poppins, reservando en los bises un lugar de privilegio a Zona de promesas, con un emocionado recuerdo por Gustavo Cerati.
Cuando un artista de más de 30 años de trayectoria en la música popular ofrece mucho más de lo que de él/ella se puede esperar, es que estamos ante el hecho consumado de un recital inolvidable.-

La Banda: Cay Gutierrez (teclados y coros), Marcelo Capasso (bajo), Javier Miranda (batería) y Sergio Liszewki (guitarra eléctrica y acústica)
Lugar: Escenario al aire libre de Av. Edén 100 (La Falda)
Fecha: domingo 12/10/14
Evento: XVII Fiesta Nacional del Alfajor (entrada libre y gratuita)
Foto: gentileza Ezequiel Giardelli

sábado, 11 de octubre de 2014

Omar Mollo: sin traje ni charol

Mollo: intimo e interactivo
Omar Mollo presentó en Córdoba su primer disco en directo, el flamante “Tangazos”, una antología de grandes clásicos. El público cordobés se rindió ante la personalidad del singular cantor.                                                

PRESENTACIÓN DE DISCO

Por Néstor Pousa

La clave del éxito en el caso de Omar Mollo puede explicarse cuando la calidad expresiva y carisma no forzado del artista se encontraron con un nuevo público de tango que no tenía hasta ahora un referente con el que se identificara. Puede observarse que en el género del 2X4 emergen continuamente nuevas camadas de músicos e intérpretes, pero no obstante esta renovación no experimenta un correlato en auditorios donde cuesta encontrar promedios de edades por debajo de los 40.
Es ahí donde la personalidad de este rocker devenido en tanguero encontró su lugar, sin adoptar poses, ni ceñirse a los clichés. Pero no como una estrategia, Omar es así y el público lo percibe. Jamás negoció su pelo largo en favor de un look que se adapte al estilo. “Siempre me aceptaron tal como soy. Eso fue siempre una señal que lo importante estaba en lo que yo hacía y no en la estética del zapato de charol y el traje”, nos decía en una nota que le realizamos en julio de este año.
En esta nueva visita Omar llegó hasta Córdoba para bancar la salida de Tangazos, su flamante disco registrado en vivo en donde reúne una antología de grandes clásicos; y con el que también resume una carrera de once años con el género y cuatro discos publicados; uno de ellos (Barrio sur) premiado con el Gardel 2013 en el rubro mejor álbum de artista masculino de tango.

El 4 de octubre pasado en ese reducto musical-gastronómico conocido como Cocina de Culturas, el cantor que desde el escenario acusa 64 de edad, se muestra más espontáneo y auténtico que nunca. Juega durante toda la noche, aunque sin descuidar el repertorio, con un público de variedad etaria pero con supremacía de gente joven. La cercanía del público facilita los diálogos; el formato intimista, también.  “Hay un fuelle que… no está”, canta, y cambiándole la letra a Melodía de arrabal blanquea que el repertorio de Tangazos será revisado en dúo. Omar llegó con el único acompañamiento del pianista de su trío, el Maestro Diego Ramos, quien a su turno, también será blanco de  sus bromas: “El Maestro está con tendinitis, pero no por tocar el piano, sino por el mouse de la computadora”, suelta ante las risas de todos. No será la única ocurrencia que delatará la incipiente relación de Omar con el universo virtual. Cuando una voz anónima desde el fondo le pide Rocanrol (tango del uruguayo Edu "Pitufo" Lombardo), le retruca: “¿Tenés el disco o lo bajaste de Youtube?”. Y para presentar Grisel, dirá: “Tiene una historia tremenda que pasó aquí en Córdoba, busquen en Google”. Sobre este clásico de Mores y Contursi y su exigente final confesará: “Sí no llegás a esta nota, te tenés que bajar del escenario”. Y luego dirigiéndose a la platea femenina les advertirá: “Miren que nosotros somos bravos, también”, en alusión a la letra fatal del bolero Venganza que acaba de interpretar.
Así, entre grandes versiones del vasto repertorio del Tango Argentino y las apostillas lúdicas entre un tema y otro, termina por meterse en el bolsillo a un público absolutamente cómplice de su estilo.-
En la presentación oficial de Tangazos en Córdoba, a sala llena, igual que las 6 fechas con entradas agotadas en el Maipo de Buenos Aires, se escuchó: Afiches, Malena, Nada, Gricel, Melodía de arrabal, Desencuentro, Se tiran conmigo (“El primer tango que me enseñaron cuando tenía 17 años”), Garúa, Que nadie sepa mi sufrir, Naranjo en flor y Pasional. Combinados con versiones de Bailarín, Venganza, Los ejes de mi carreta, Con pan y cebolla, Siempre Paris y Rocanrol; todos del precedente Barrio sur, uno de los álbumes más logrados de su discografía solista. En suma, los grandes clásicos repensados sin la estética del traje y los zapatos de charol, sino con jeans y borcegos, tal como se acostumbra en el “Planeta Mollo”.-

Lugar: Cocina de Culturas 
Fecha: sábado 4 de octubre
Asistencia: sala llena
Foto en vivo: myself

viernes, 3 de octubre de 2014

Cuchicheando en voz alta

Foto: La Voz del Interior (lavoz.com.ar)
Músicos cordobeses y un emocionado homenaje al genial pianista y compositor salteño, ante un Teatro Libertador conmovido y repleto.

           
Por Néstor Pousa

Siempre se dice que a los homenajes hay que hacerlos en vida y Gustavo “Cuchi” Leguizamón tuvo el suyo en el lugar menos pensado. Fue en un entorno rockero, en el Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda del año 1984, que tuvo su reconocimiento por parte de músicos, público y organizadores que le dedicaron la edición completa. Aunque no hubo una designación oficial, el salteño fue huésped de honor durante todo un fin de semana, marcando un hito, no demasiado difundido y poco conocido, en la biografía del artista.
Claro que el legado de músicos tan geniales como él son inmortales y sus composiciones afloran permanentemente en miles de versiones de músicos de diversos géneros que lo redescubren todo el tiempo. El Cuchi fue un inclasificable, un tipo que desafiaba las estructuras de espaldas a la industria. Si porfiáramos en buscarle alguna clasificación, en ella conviviría indudablemente con Piazzolla y Spinetta. Suena lógico decir que fue un pianista y compositor folklórico, aunque esta categorización sólo se justifique para ordenar su obra en los anaqueles de las disquerías; como también es lógico decir que trascendió todos los estilos musicales.   
El homenaje realizado el viernes 26 de septiembre pasado, que se conoció como Córdoba Cuchichea, fue uno de los espectáculos más emotivos que se recuerden, en lo que a celebrar las músicas y trayectorias de artistas fundamentales se refiere. Sincero desde la intención de sus organizadores: Facundo Farrando, gestor de la idea; y Mario Luna, mentor de aquel homenaje de hace 30 años en La Falda.
Contó con la cómplice emoción de los músicos cordobeses que participaron, aunque el sentimiento no atentó contra la calidad interpretativa. Ni siquiera se los vio intimidados por un Teatro Libertador tan magnificente, con sus plateas, palcos, cazuelas y tertulias  absolutamente repletas. Fue una gran obra la que se montó, con las partes justas para una combinación memorable y sin la mínima falla. Mario Luna oficiando de maestro de ceremonias y relatando textos del periodista y especialista en la obra del Cuchi, Alejandro Mareco. La aparición de los artistas y números musicales que no fueron dispuestos al azar sino con un criterio estético y una continuidad que nunca decayó.

Los primeros acordes que inundaron la oscuridad del magno espacio fueron los del Coro Resonancia dirigido por Hugo de La Vega; Facundo Farrando se expidió con una gran versión de Juan del Monte con Mario Tozzini (piano), Miguel Rivaynera (guitarra) y el Zurdo Roqué, por momentos en función de trío estable. Al embrujo de la Pelu Mercó surgió la genialidad del autor en la Chacarera del Expediente y la más reposada Cantora de Yala. Mingui bajó del planeta Ingaramo para aportar una exquisita versión de De solo estar, con leves aires jazzeros. Los hermanos Laura y Pocho Bertora agitaron con la Zamba del carnaval, para que luego Silvia Lallana hiciera su primera gran aparición acompañada por el coro en Corazonando. En noche de grandes pianistas Juan Cruz Peñaloza empalmó teclas con la voz en off del Cuchi en el canto del Rococo. Luego, el mismo Peñaloza, acompañaría a Farrando (Zamba para la viuda) y la primera salida de Mery Murúa en una inspirada versión de Zamba de Argamonte. Sin baches, ni acoples, ni innecesarios discursos, Mario Tozzini reemplazaba a Juan Cruz y Mery se quedaba para La Pomeña invitando, fuera de guión, a Silvia Lallana. La voz del Cuchi vuelve aparecer, graciosa, por los altavoces para contar la anécdota del chileno Maturana, prólogo de una descomunal versión de Mery y Juan Iñaki sobre esa historia de irreversible doble destierro.
A modo de broche de gran show Mario Luna introduce al invitado especial José María “Moro” Leguizamón, uno de los hijos del homenajeado, pianista y abogado como su padre. Con la impronta heredada de su “tata” contó anécdotas y dejó versiones instrumentales más emocionales que con técnica depurada de los clásicos Balderrama y Zamba de Lozano; en La arenosa invitó a cantar al público; para luego acompañar a Silvia Lallana (Zamba del pañuelo) y Facundo Farrando (Bajo el azote del sol). El final de luces encendidas y con el público de pie, mostraron al staff completo, incluidos los bailarines Adriana Juri y el Negro Valdivia, más la artista plástica Cecilia Tomasetti que pintó en cinco minutos un retrato del Cuchi en escena. Todos unidos y a capella en el Carnavalito del duende.
Cuando en el hall del teatro la opinión es unánime, la tarea del crítico sólo se justifica para que quede documentado que fue este un gran acontecimiento que se recordará por siempre. Imaginado como “única función”, pero que por el resultado merecería ser repuesto en un futuro no demasiado lejano. Los inadvertidos que esta vez se lo perdieron, así como la figura y obra del Cuchi Leguizamón, estarán eternamente agradecidos.-

Fecha: viernes 26/09/14
Lugar: Teatro del Libertador Gral. San Martín
Asistencia: sala llena