domingo, 26 de agosto de 2018

Divididos: pasión, locura y amor

Foto: Constanza Juan
El trío cumplió con la escala faldense de la “Gira 30 Años” entregando un show de alta factura en el anfiteatro municipal el sábado 25 de agosto. Fue la tercera visita de Divididos a esta ciudad.

RECITALES

Por Néstor Pousa

La historia de Gastón es muy parecida a la de tantos otros pibes, y no tan pibes, que siguen a una banda de rock por todo el país, o allí donde toquen. Gastón es de Puan, una pequeña localidad de 5000 habitantes, ubicada en el suroeste de la provincia de Buenos Aires, distante unos 600 km de la Capital Federal. En la mañana del sábado 25 de agosto, día en que Divididos tocaba en La Falda, él ya estaba haciendo cola en el acceso al auditorio municipal desde la 8.30 de la mañana. “Sé que no hace falta venir tan temprano, pero quiero asegurarme el primer lugar en la valla”, dice justificando su ansiedad. Sabe positivamente que a esa hora de la mañana no va a haber nadie disputándole la pole position, ni siquiera habían llegado aún los encargados de la producción, ni el responsable de abrir las puertas. Igual, Gastón y su mochila ya estaban listos.
A las 14.30 de ese mismo día, y previo al show de la noche, estaba programado que la banda viniera a probar sonido en una larga sesión de casi tres horas. Puntualmente a la hora convenida una combi depositaba a los tres integrantes en la puerta de acceso de artistas, sobre la parte posterior del predio. La información se había filtrado y había llegado a oídos de Gastón que no se quería perder la posibilidad de verlos de cerca. Se acercó tímidamente y para su sorpresa, cuando Ricardo Mollo descendió del vehículo que lo transportaba, lo reconoció, se acercó y le extendió la mano para saludarlo e invitarlo a presenciar la prueba de sonido. Así, se convirtió en uno de los pocos testigos del momento en el cual se chequea hasta el mínimo detalle para que a la noche todo funcione como debe ser. Gastón me cuenta que 48 horas antes estuvo en el show de Rio Cuarto, viajó a La Falda y buscó un hotel donde pasar la noche. Que sigue a la banda siempre que puede, aún en estos tiempos en que se puede menos. Disfrutaba de ese instante que pocos pueden presenciar, con algo de preocupación. Terminada la prueba debía abandonar el recinto y temía perder su bien ganado lugar de privilegio en la fila de afuera. “Quiero entrar primero para ganar la valla, tengo que pararme enfrente de Ricardo, es un TOC que tengo”, revelaba. Pocos podrán entender la pasión que moviliza a Gastón, algunos dirán que es una locura, otros pensarán que es muy parecido al amor. Es que, el algunos casos, seguir a una banda de rock hace que pasión, locura y amor, se transformen en sinónimos.


Foto: Constanza Juan
El concierto. A las 21.48 Ricardo Mollo (voz y guitarras) saludaba desde el escenario para dar inicio al concierto de la gira Divididos 30 años, efeméride que lleva a la banda a recorrer distintas plazas del país. De movida se escuchó una seguidilla de canciones con Che, ¿qué esperás?, Los sueños y las guerras y Haciendo cosas raras, pertenecientes a su primer disco, 40 dibujos ahí en el piso, editado originalmente en 1989 y que ahora fuera regrabado y relanzado como novedad en los días previos al show. Este trabajo se llama Haciendo cosas raras y funciona como una precuela de su obra.   
La ocasión era propicia para un repaso ordenado por toda la extensa discografía de la banda que completan Diego “Cóndor” Arnedo (bajo y voz) y Catriel Ciavarella (batería y percusión). Pero tal cosa no ocurrió. Sí hubo un extenderse por algunos discos claves, omitiendo otros. De Acariciando lo áspero (1991), el álbum que contribuyó a forjar su espíritu de power trío, aparecieron: Cuadros colgados, Paraguay, El 38 y Ala delta. A Narigón del siglo (2000) pertenecen los del intermedio electro-acústico de banqueta: Como un cuento, Spaghetti del rock y Par mil.
De La era de la boludez (1993), otro título sobresaliente, repasaron Salir a comprar, Paisano de Hurlingham, Rasputín, y la chacarera eléctrica Huelga de amores con Arnedo rasgueando una Telecaster.
El tributo a Sumo tuvo dos momentos: primero con La rubia tarada (muy coreada por todo el público) que se unió en tándem con Que tal, otro clásico del trío.
Y hacia el final, ya en los bises, apareció desde el backstage “Superman” Troglio para hacerse cargo de los tambores en Crua chan. Esta situación habitualmente se repite cada vez que Divididos toca en la zona, recordemos que el ex batero de la banda de Luca Prodan está radicado en Punilla desde hace varios años.
Ricardo Mollo se mostró extremadamente comunicativo luego de los primeros temas de precalentamiento. Al principio agradeciendo las bondades que ofrece la naturaleza del lugar: el sol, el aire, las caminatas por las sierras. Luego, políticamente correcto, se alineo con todas las consignas que le apuntaban desde la primera línea. “Hay varios NO”, dijo, y enumeró: no al basural, no a los incendios forestales, no a la minería y no a la autovía por la montaña. “La montaña es la madre ¡no toquen a mamá!”, reclamó.
Más adelante, y siempre siguiendo el clamor que subía desde la popular, se manifestó a favor del aborto y en contra del modelo económico actual. “Volvemos al año 30, no volvemos al neoliberalismo. Volvemos a una Argentina agroexportadora, una cagada, loco. Se acaba la industria, se acaba la tecnología, entonces somos un montón de gente sembrando soja”, se lamentaba el músico, al que puede verse en un vídeo que se viralizó en redes sociales. Y cuando una declaración de este calibre gana los titulares de los portales, relega hasta la mejor crónica que se pueda escribir sobre el show.



Foto: Constanza Juan
 Lista de temas
-Che, que esperás?
-Los sueños y las guerras
-Haciendo cosas raras
-Alma de budín
-Tanto anteojo
-Salir a comprar
-Perro funk
-Cabeza de maceta
-Que tal / La rubia tarada (cover Sumo)
-Paisano de Hurlingham
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-Como un cuento
-Spaghetti del rock
-Par mil
-Huelga de amores
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-Cosas de Baboon
-Vida de topos
-Caballos en la noche/La foca (con Federico en guitarra)
-Cuadros colgados
-Tengo (cover Sandro)
-Amapola del 66
-Sucio y desprolijo (cover Pappo’s Blues)
-Rasputín
-Paraguay
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 Bises
-El 38
-Crua-chan (cover Sumo con Superman Troglio en batería)
-Ala delta

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lunes, 20 de agosto de 2018

Divididos, haciendo cosas raras

Mollo-Arnedo-Ciavarella
El sábado 25 de agosto el trío de Ricardo Mollo y Diego Arnedo renuevan su relación con La Falda. Aquí un repaso por sus anteriores visitas a esta ciudad y un adelanto de lo que se viene.

PRÓXIMOS SHOWS

Por Néstor Pousa

Hubo dos momentos en que los caminos de Divididos y La Falda, ciudad serrana e irremediablemente rockera, coincidieron. Dos instantes separados por 24 años uno del otro. Casi dos décadas y media en que Ricardo Mollo y Diego Arnedo pasaron de ser dos ex Sumo con nuevo proyecto a una de las bandas con más prestigio y respeto de la escena nacional. En la previa de una nueva visita, la que se concretará el sábado 25 de agosto en el Auditorio Municipal, repasamos aquellos dos momentos y adelantamos el que viene.

Viernes 7 de febrero de 1992. Mario Luna revolvía entre los escombros para intentar reconstruir el Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda, ciclo que había creado en 1980. 
En el verano de 1992, con cinco años de interrupción forzada tras diferentes producciones que no habían logrado dar en la tecla, Luna ordenaba una grilla esencialmente rockera para volver a darle vida al mito e instalarse definitivamente en la historia. Ratones Paranoicos, Attaque ‘77, Los 7 Delfines, La Guardia del Fuego, Fabi Cantilo, Spinetta, Baglietto, Patricia Sosa, Nito Mestre, Rata Blanca, Los Violadores y los cordobeses Proceso a Ricutti, entre otros, eran los nombres centrales para llevar a buen puerto esta nueva hazaña. Y entre esos nombres célebres aparecía por primera vez Divididos. Ricardo Mollo (en guitarra y voz) y Diego Arnedo (en bajo y voz) habían delineado un formato de banda y un sonido que no se asemejaba en nada a Sumo, estos ya habían dejado su legado tras la muerte de Luca Prodan y ellos preferían despegarse de referencias obvias. Con Federico Gil Solá en la batería animaban un power trío de estilo demoledor. Los temas clave de esa noche: El 38, Sábado, Ala delta, Cielito lindo (canción popular de mexicana), Voodoo Chile (Jimi Hendrix cover) y Mejor no hablar de ciertas cosas (Sumo cover). Así se convirtieron en la consagración absoluta de aquella edición.

Foto: Ezequiel Giardelli
Sábado 26 de marzo de 2016. Fue un fin de semana largo de Semana Santa y nadie puso el grito en el "cielo". Habían pasado 24 años de aquella primera actuación consagratoria y Divididos, ya con Catriel Ciavarella en batería, regresaba al histórico domo como una banda definitivamente consolidada en el olimpo del rock argentino, con un sello distintivo en su sonido, una gran contundencia en sus performances en vivo, pero a la vez con matices estilísticos sensibles que están expuestos en su obra discográfica.
La responsable de esta nueva visita fue la productora cordobesa XL Abasto, manejada por el faldense Matías Cibin. En esa ocasión no hubo banda soporte, ni ningún tipo de previa de parte del trío que hace del hermetismo un culto y sólo ofrece entrevistas o ruedas de prensa, con quien y cuando ellos lo disponen.  “Después de 26 años volvemos a La Falda”, saludaba desde el escenario un Ricardo Mollo al que le fallaron los cálculos o tal vez la memoria. Lo que siguió fue una clara manifestación de porque tienen tan bien puesto el alias de aplanadora del rock. Una larga lista de 26 canciones en la que se destacaron momentos claves como: Haciendo cosas raras, Salir a asustar, Sábado, Spaghetti del rock, Par mil, El arriero (A. Yupanqui), Amapola del 66, Crua-Chan (cover de Sumo con Superman Troglio en la batería) y el infaltable cierre con Ala delta y El 38.

El próximo sábado 25 de agosto de 2018 será la tercera visita de Divididos a La Falda, siempre en el mismo escenario, y esta vez su llegada está contextualizada por la celebración de los primeros 30 años de carrera del grupo. Una parte de esta celebración es la gira nacional que ya comenzó por diferentes plazas y con distintos formatos, los clásicos conciertos en grandes superficies con la gente de pie, y otros también eléctricos pero con butacas y el público cómodamente sentado.
A su vez, se encuentran trabajando en la regrabación y relanzamiento de 40 dibujos ahí en el piso, disco inaugural del trío, originalmente publicado en 1989.
Como adelanto están disponibles en plataformas digitales las nuevas versiones de La Foca, un instrumental al que le agregaron letra y desde ahora se titula Caballos de la noche. El segundo anticipo del disco, que pronto verá la luz en formato físico, es el video de Haciendo cosas raras, canción elegida como leit motiv de la gira y del festejo.