domingo, 25 de octubre de 2015

Recitales: El año del Perro

Reseña del show de Tos de Perro en Barbol (viernes, 23/10/15) y presentación del videoclip oficial de "Ojos Bellos".

Por Néstor Pousa

Alineación de cinco integrantes mostraba Tos de Perro en lo que fue su segunda presentación del año en Barbol de La Falda. Había una razón. “Estoy con un problemita de salud, pero no queríamos perdernos esta fecha”, blanqueó Julio Molina desde el escenario ni bien comenzaba el show. Estaba a la vista: su mano izquierda en cabestrillo indicaba que esa noche no iba a poder tocar la guitarra, por lo que tuvieron que convocar a un guitarrista rítmico adicional. Tos de Perro tiene en su plantilla dos bajistas, pero no tocan en simultáneo, están disponibles por si alguno no puede asistir a la cita. La noche del pasado viernes ante la emergencia fueron convocados ambos, y así uno de ellos se hizo cargo de la segunda guitarra.
El impedimento del Negro Julio no disminuyó la performance de la banda, sino todo lo contrario, aún con la mano vendada su desempeño como frontman y cantante ganó en expresividad e intensidad al no tener que ocuparse de tocar ningún instrumento. Así, este nuevo Tos de Perro Quinteto quedó conformado en la zaga central por: Gonzalo Martín Pérez Herrera "The Boss" en el bajo, Martín “Chileno” Flores en la batería y Nahuel Gordillo en la guitarra rítmica; mientras que adelante se anotaban Fidel Vega en guitarra líder y el Negro en voz.

Aún con distintas formaciones e integrantes, Tos de Perro es una propuesta que en su ADN remite al rock y blues de los años 70’s, en la onda de los pioneros Manal. Pero sus líricas contestatarias confrontan con la más cruda actualidad. En la noche del viernes pasado, en rigor, inicio de la madrugada del sábado, comenzaron mostrando algunos números menos conocidos de su amplio y propio repertorio. Repasaron luego Ojos bellos, un tema con aires latinos (al que no le quedarían mal unas tumbadoras) del que recientemente estrenaron videoclip oficial y está disponible en YouTube.
Sin violar la veda electoral del fin de semana, atendieron en duros términos a la política global: “La mafia Bush ya está por aquí, amenaza con la paz de un iraquí, en todos lados quieren robar, cosecharán lo que han sembrado, son bien tarados, van a pagar”, proclaman en La mafia Bush, un tema con letra y música de Santiago Marrau.
Aunque uno de los que más pega tiene que ver con una problemática de alcance local. Como todo rockero pero a la vez padre de familia, Molina afila su eficaz pluma para hablar sobre el complejo futuro de los jóvenes: “No hay trabajo en ningún lugar, si estudias, no queda tiempo, si lo lográs, te dan dos pesos, adónde van a parar, chicos jóvenes de este lugar”, analiza en Chicos Jóvenes, un rock and roll que es uno de los más celebrados de la noche.

A esa altura el público coreaba, sin que lo arenguen, casi todo lo que le proponían y la banda se empezó a acostumbrar a esa devolución de parte de la gente y la incentivan. Los últimos minutos de esa primera entrada estaban reservados para uno de sus grandes clásicos. Ante los pedidos del público que reclamaba Sociedad, excusándose optaron por La carretera, un tema con aires funky en donde se percibió que los músicos habían calentado sus dedos suficientemente. Sonó tremendo porque los tres del fondo edificaban con precisión una base cada vez más sólida; mientras la guitarra solista de Fidel, agazapado entre las cajas de sonido, proveía de riffs y punteos con exuberancia, y el Negro Julio se olvidaba de su mano izquierda (los momentos de gozo suelen ser un buen antídoto contra los dolores) y parecía que entraba en trance. El final de esa canción que hace una épica de la experiencia de salir a la ruta, fue una expansiva y lisérgica jam instrumental. Lamentablemente el habitual entretiempo cortó la onda de esa primera vuelta, invitando a un balotaje algo tardío.

Tos de Perro es una banda que lleva mucho tiempo de transitar diferentes escenarios, pero tuve la sensación de que 2015 puede ser el año de su despegue. Ojalá lo logren.-  



domingo, 18 de octubre de 2015

Richard Coleman: elegir el verbo rockear

Fotos: Simon Templar
El exlíder de Fricción y Los 7 Delfines revisó en amplitud su producción solista con un intenso show en Studio Theater. A su manera homenajeó a su amigo Cerati.

RECITALES

Por Néstor Pousa

Fue el cuarto integrante de Soda Stereo en la etapa embrionaria de la banda, incluso antes de que dieran su primer show, pero renunció al puesto por considerar que Soda debía ser un trío y no un cuarteto. Richard Coleman, que de él se trata, debutaría luego como líder de Fricción, proyecto alternativo donde Gustavo Cerati se corría del centro de la escena ocupando el rol de guitarrista; y en los 90’s daría forma a otro emblemático grupo: Los 7 Delfines.  Considerado uno de los mejores vocalistas y más inspirados guitarristas del rock local, Coleman, que decidió ponerle su nombre a una carrera solista a partir de 2010, cumplió con la habitual escala cordobesa para continuar bancando su más reciente trabajo, el celebrado Incandescente (2013) que acredita nominación al Premio Gardel 2014 como Mejor Álbum Artista de Rock.
Fue el pasado viernes 16 de octubre en las instalaciones de Studio Theater, un espacio emblemático y agradable para escuchar música en vivo, dotado con muy buen sonido y luces, al que la gente iba arribando por goteo, circunstancia que provocó una demora de poco menos de una hora en el inicio de un show anunciado para las 21.30.
Con lleno en la sala, formato pista y cerveza en mano, el telón se deslizó y descubrió a Richard Coleman y la banda que lo respalda, la Trans-Siberian Espress. Coleman, luciendo un look de elegante rockabilly: impecable saco, gafas oscuras, corte de pelo a la última moda y guitarrón vintage modelo años 50’s, emprendió con la sinuosa balada que da nombre al disco. A Incandescente (la canción) le siguieron Perfecto amor y Lo que nos une, y uno ya podía suponer que la lista privilegiaría el repertorio solista por sobre las referencias a su acreditado pasado como líder  de las dos bandas precitadas.  El cuarto casillero, luego de los saludos de rigor y recordar que el año pasado salteó a Córdoba en la agenda, lo ocupó Turbio elixir, surco número uno de Siberia Country Club, el disco que precedió a Incandescente y que se constituyó en su primer opus solista.  “Seguimos con los problemas de la gente hechos canción”, fue la presentación de Normal; seguida de Computer world (cover instrumental de la banda alemana Kraftwerk) y el hit Como la música lenta, con mención al Club R, desaparecido reducto cordobés que alguna vez tuvo el nombre de Richard Coleman en marquesina.

“Se está poniendo bueno”, lanzó con tono de pregunta afirmativa, y ante la respuesta positiva de la platea su gesto fue elocuente. Un instante antes el quinteto sellaba una fulminante versión de Caravana, tema firmado por la dupla compositiva Cerati-Coleman, pero que corresponde al período solista del exSoda. El elíptico homenaje no necesitaba de aclaraciones obvias y no las hubo.  
El clímax se sostuvo con Durante la demolición, única referencia a Fricción junto con la versión castellana de Héroes de David Bowie (“Y no me vengan con que el año que viene se cumplen 30 años del primer disco de Fricción”, advirtió sin nostalgia); y Es tan celosa, el breve repaso por Los 7 Delfines junto con El corazón de los amables.
“Como dice Sui Generis… todo tiene un final”, avisó (adjudicándole la cita de Vox Dei al dúo que protagonizaron Charly y Nito), el fingido equívoco sonó a ironía que anticipaba que Fuego era oficialmente el último tema del show. Ya en los bises eligió otro hito de la sociedad creativa con Cerati. No parece forzado, ni especulativo el guiño, porque más allá de su temprana renuncia a la banda, Richard fue un ladero incondicional y un amigo inseparable hasta los últimos días de Gustavo. Por eso cuando se escuchó su versión, solo y con guitarra, de Estoy azulado, otra vez el magnetismo de GC volvió a resplandecer en cada uno de los acordes del clásico de Soda.-

Lugar: Studio Theater - Córdoba
Fecha: viernes 16/10/15
Fotos: Simon Templar