lunes, 16 de enero de 2012

Raly Barrionuevo: zamba pa’ ti

Paisano eléctrico en La Falda 
Recital de Raly Barrionuevo y su banda en La Falda. Ciclo La Falda bajo las estrellas. Domingo 15 d eenero 2012.

Texto y fotos: Néstor Pousa

La gente baila, canta, aplaude, grita, se queda en silencio, se emociona, adhiere, toma conciencia, acuerda, se levanta, saca fotos, se vuelve sentar y salta otra vez a la pista de baile. La chacarera bailada de a dos o en grupos, gambeteando los cables que cruzan por adelante las sillas de la primera fila, es el pogo del folklore. Con esa intensidad el público del Raly vive cada uno de sus recitales.
El santiagueño se excusa: “Hoy estoy zambero, sabrán disculpar”. A esa altura llevaba más de dos horas de show y la aclaración estaba sobrando, había llenado la noche faldense de zambas. Las que registró en su disco conceptual titulado Radio AM, y muchas otras más del repertorio tradicional, entre ellas un tributo al Chango Rodríguez con la Zamba de Alberdi. Cualquiera hubiera planchado el show con esa lista, el Raly no, le sobra crédito y al instante pela una chacarera, o alguno de los clásicos por los cuales “el Raly es el Raly”. Ey paisano (rap telúrico que esa noche dedicó a la resistencia heroica en el Famatina), Circo criollo, Somos nosotros, el reggae Como danza la esperanza, la Chacarera del exilio, o el triple homenaje: al Che, al Sub Comandante Marcos y a Jacinto Piedra.
Así, lo tradicional, pero a su modo, se funde con lo innovador, y es lo que marca la diferencia, es lo que hace que muchos lo adoren (“Me encanta el Raly”, se escucha entre sus fans) y otros lo ignoren (“Es demasiado hippie”, dirán los que lo miran de reojo). Pero nada en él es forzado, su actitud rebelde, su lado melódico, todo le fluye de forma natural y autentica, y hasta con cierta timidez provinciana.
A su lado juega una banda sintonizada en la misma frecuencia, músicos finos y talentosos que se tocan todo lo que el líder les marca. Musiqueros porque así lo dicta el Sol: Clara Presta en piano, teclados, acordeón y coros, es el toque femenino entre tanta testosterona dando vueltas; el maestro César Elmo, en batería y percusión, mide el pulso del combo junto con el bajo de Sebastián Sayes. Y la nueva incorporación, Marcelo Gómez, otro friense como el Raly (“En Frías no van a encontrar gente para trabajar, pero guitarreros sobran”, fue su introducción), en guitarra acústica, eléctrica, coros y voz.
“Lo único que sabemos hacer es tocar la guitarra, somos bastante insoportables, cuando empezamos a tocar no paramos”, no es un eufemismo, es la pura realidad, y Raly, un frontman de pocas palabras que dice las cosas a través de sus canciones (“Somos disidentes de la puta corrupción”), pasa de la criolla a la acústica, de esta a la eléctrica, y de ahí al cuatro venezolano.
El folklore debería bendecir la aparición de un artista como Raly Barrionuevo, respetuoso de lo esencial y difusor de lo ancestral, pero con el talento y la audacia necesaria para hacer que el género no enferme de claustrofobia. Es la manera en que el fuego del más tradicional de nuestros ritmos permanecerá vivo.-

martes, 10 de enero de 2012

David Lebón: parado en el medio de la vida


El Ruso en La Falda (07/01/12)
Impactante inicio de una nueva temporada del ciclo “La Falda bajo la estrellas” con la presentación de David Lebón y su banda.

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2012

Es noche de rock en La Falda y, no sé a los demás, pero a mí se me acelera el pulso, tal vez sea un síndrome que me quedó de la época de los festivales que se hacían aquí. Los síntomas se acrecientan aún más si el que toca es Lebón, y en la platea está Mario Luna quien llegó hasta aquí avisado por una publicación que hice en mi perfil de facebook. Mario, de más está decirlo, fue el creador del legendario Festival de Rock en el que tantas veces brilló su amigo David Lebón; por eso no sorprendió que haya sido invitado como presentador adjunto la noche del sábado, función que cubre en forma oficial el MC local Ezequiel Giardelli.
Pero vayamos por partes. El agite empezó un poco más temprano de las 22, hora en que estaba programado el comienzo del show. Porque tres horas antes hubo una conferencia de prensa con presencia de los medios locales invitados por la Secretaría de Cultura faldense.
“Hace mucho tiempo que nadie me llama así”, me dice David cuando lo llamo Davis (leasé Deivis, su apodo de las primeras épocas), al final de una rueda de prensa que transcurrió en un clima de mucha cordialidad. Al músico se lo notó distendido y no le escapó a ninguna pregunta, aunque había advertido: “Sí me tocan el tema del estado de salud de Spinetta me pongo a llorar”.

A la noche, las inmediaciones del escenario callejero de Edén y San Martín se empezaron a colmar de a poco. La hora de inicio se demoró y la asistencia ascendió a unas 2000 personas, entre fans y curiosos. Poco antes de las 23 llegó David como un gurú seguido en fila india por los integrantes de la banda: Daniel Colombres, Hernán Gravelloni; Leandro Bulacio y Adriana Sica. Subió al escenario casi obviando las formalidades de las presentaciones y marcaron cuatro. Lo primero que se escuchó fue En una hora, tema de su más reciente y muy buen disco titulado Deja Vu, fechado en 2009 y que jamás fue presentado, ni en Córdoba, ni en el país.
Mundo agradable, a continuación, confirmó una vez más que los temas de Seru Giran son piedras preciosas que tienen el don de la inmortalidad.
Siguió con otro de Deja Vu, Sos mi oasis, con un largo pasaje de improvisación para que se luzca una banda que, aún sin ensayo, toca de memoria y no necesita mirar a su líder para saber que tienen que hacer cada uno. Para destacar, el Negro Colombres, un histórico que volvió al lado de David y Adriana Sica una guitarrista que se pela los dedos para no desentonar.
El Ruso, mientras tanto, mantenía su buen humor de la tarde, haciendo chistes permanentemente y tomándose con calma los notorios desajustes de sonido (“Años de lo mismo”, comentó resignado y suspirando), y el incontenible viento que azotaba el escenario (“Hoy no llueve, pero mirá que viento, ¡dejate de joder!” bardeó, en referencia a los temibles diluvios que estropeaban el festival).
Los problemas técnicos y la incomodidad del viento dispersaban la atención de David y hacían que el show se convirtiera en un puñado de canciones sin continuidad.
“Esta guitarra es nueva, me la compraron Uds., gracias”, dijo al colgarse una flamante Les Paul dorada. Repetiría varias veces ese nuevo latiguillo, es la forma que encontró para agradecer a su público. Y entre tanto dato anecdótico aparecía la música de este prócer del rock a punto de cumplir 60, el gran violero del rock & blues del país (escucho réplicas), y además un creador de canciones insuperables, de esas que la gente siempre quiere volver a escuchar. Parado en el medio de la vida o Cuánto tiempo más llevará fueron parte de la lista. Set de guitarra acústica y piano después para No sería yo (“Si pudiera darte más de lo que soy, si pudiera olvidar este dolor, no sería yo”), y San Francisco y el lobo, su pieza solista en Seru.
Hasta que llegó “el” momento del show. Alguien pidió un tema de Pescado Rabioso, la banda que integró junto a Luis Alberto Spinetta en 1972. Otra voz pronunció el nombre del Flaco. David hizo silencio y luego dijo: “A ver, como les explico esto” -señaló a Colombres y siguió- “el Negro zafó, pero mis amigos se están yendo”, y se quebró en llanto. No pudo seguir hablando, y fue el mismo Colombres con su experiencia quien piloteó el momento arrancando con la intro de batería de Sueltate Rock and Roll para pasar el mal trago.
David Lebón no se viste de estrella de rock y a cada paso va dando muestras de que su rol preferido es el de anti-héroe. Lo insinuó en El tiempo es veloz (“Vos me tratás como si fuera algo más que un ser”) canción que en el final de su presentación faldense, y todavía quebrado, no pudo terminar de cantar.
Este Oscar David Lebón, como se registra en los hoteles, reniega de ser ídolo y lo asusta que lo llamen Maestro, porque -dirá- se siente un hombre común al que se lo privilegió con un don que algún día tendrá que devolver.-

La bio de Lebón. El lunes 9 por la noche participamos de la charla abierta al público que dio David Lebón en el pub Sesto Senso de Río Ceballos. Allí contó que próximamente empezará a trabajar en su biografía junto al periodista Víctor Pintos. La misma ya tiene nombre: Parado en el medio de la vida, título que según reveló, más lo identifica con este momento.-