El periodista riotercerense Maxi Carranza publicó
su primer libro en el cual recopila crónicas de 25 años de actividad. Lo
entrevistamos para que nos cuente detalles sobre este trabajo. Por Néstor Pousa
En el 2019 Maxi Carranza (Río Tercero, 1971) celebró 25 años de su
primer artículo periodístico en un medio gráfico de su ciudad natal. Luego de
esa experiencia iniciática, continuó publicando en diferentes medios de la
ciudad y la región. Consciente de la importancia del aniversario, el periodista
recibido en la Escuela de Ciencias de la Información (hoy Facultad de Ciencias
de la Comunicación de la UNC) decidió festejarlo con la publicación de su
primer libro, titulado “De todo Rock and Roll y algo más” (El Mensú
Ediciones), en el cual recopila alguna de esas crónicas.
Hace unos días Maxi me hizo llegar una copia de su libro y entonces le
propuse esta entrevista para que él mismo nos cuente qué significó abrir sus archivos
y reencontrarse con esos trabajos.
“En realidad la idea de recopilar algunas notas –las que envejecieron
bien- venía hace años”, asegura. “La consigna era que todo fuera bien
localista: mis notas, el dibujante local
y el editor (Darío Falconi), que si bien vive en Villa María es
riotercerense. La anécdota es que algunas tenían muchos años, las había
guardado en disquete y no tenía dónde
verlas. Por suerte estaban en papel y
las tuve que tipear otra vez, lo que fue un trabajo extra que me llevo bastante
tiempo de un verano”.
¿Te sentiste tentado a retocar alguna o
las rescataste con sus textos originales?
“Muy poco, se hicieron retoques pero muy simples. Podría haber
actualizado algunos informes (Boxeadores-Complejo de Edipo-Prostitutas-RACING)
pero decidí dejarlas como estaban. También quedaron afuera otros informes de aquellos años, como
el de los trenes, las vedettes, los bandidos rurales, las rutas, todas
vinculadas al rock nacional. Hice una que me gustó mucho -tampoco la incluí-
sobre las calles con nombres de rockeros. Incluso viajamos a La Falda para
hacer las fotos de la intersección Luca Prodan y Miguel Abuelo. Fuimos al
Concejo Deliberante y pedimos la resolución. Por otro lado, estuve cuando
inauguraron la calle Luca Prodan, que se hizo en la misma fecha que un Cosquín
Rock”.
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Maxi Carranza repasa 25 años de profesión con su primer libro |
En el libro hay algunos hallazgos como
el del Bocha Montalvo, músico devenido en cronista de espectáculos. ¿Qué
podés agregar sobre esa faceta del creador del “Blues para la Falda”?
“Sos el primero que me pregunta sobre el Bocha, que bueno, quien vivió la
última etapa de su vida en Río Tercero. La verdad que sorprende verlo en el rol
de periodista de espectáculos. Además, su vínculo con TRIBUNA era muy
particular porque no le pagaban con dinero sino con periódicos que luego él
salía a vender. O sea que pasaba de cronista a canillita y como no tenía kiosko
propio lo voceaba en las esquinas. Con respecto a ese tema, intenté buscarlo
con los amigos locales pero ninguno lo tiene. Incluso el mismo Martín Carrizo
(periodista y recopilador) me dijo que no lo posee. Sería una lástima que se
perdiera porque es el único dedicado al Festival de La Falda. Te digo que las
reseñas del Bocha en Tribuna estaban muy buenas, me sorprendió al leerlas en la
actualidad”.
Mencionás al pasar el fatídico suceso
del 3 de noviembre de 1995. ¿Dónde estabas la noche en que la Fábrica Militar de
Rio Tercero voló por el aire?
“Por suerte me encontraba con mi familia en la ciudad de Córdoba, porque
estaba estudiando periodismo. Ellos habían ido a visitarme justo el día
anterior. De todos modos, nuestra casa estuvo en uno de los barrios más
afectados y se dañó bastante, aunque se pudo arreglar, no es que la tiró abajo como a otras. Incluso a un primo
tuvieron que cortarle unos dedos de uno de sus pies por la herida de una
esquirla. En síntesis, no viví el trauma de haber estado pero la pasamos muy
mal a la distancia por no saber, en un primer momento, el destino de familiares
y amigos”.
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Seru en Río Tercero, histórico show con fecha incierta (Foto: Sergio Gotelli) |
La crónica de Seru Giran en
Río Tercero es el ejemplo de un tiempo en que todo estaba por
descubrirse. El rock pre Malvinas y toda esa época tan hippie está plasmado en
esa anécdota. ¿Estuviste la noche del show?
“No, era muy chico aunque me hubiera gustado estar. Hablé con casi 100
personas y a pesar de eso hasta el día de hoy no pude establecer la fecha
exacta del recital, lo que a esta altura ya no tiene tanta importancia. Incluso
me ayudó bastante (el periodista) Jorge Cuadrado con su grupo de secundario y
tampoco pudo dar con la fecha. Él estudiaba en Río Tercero, era un cantor de
protesta y también estuvo. Hasta el día de hoy, muchos no se enteraron que
estuvo Seru en la ciudad y otros no pueden creer que haya tocado para 200
personas. De todos modos, la gran anécdota es la del chico de 16 años que le va
a pedir a Charly que por favor toque a pesar de no haber juntado el total del
cachet”.
¿La trayectoria de los Proceso a
Ricutti es reconocida y valorada en la ciudad o nadie es profeta de su
tierra?
“Buena pregunta. Por suerte es un emblema local que se conoce bastante y
el año pasado hasta se declaró un escenario local con el nombre de Paco
Ferranti (miembro fundador de la banda). Creo que ayudó a revalorizar bastante
eso que Paco vivió los últimos años en Río Tercero y era un héroe musical.
También participaba en producciones locales y colaboraba con músicos. Cuando
falleció, le estaban organizando -unos amigos músicos- un homenaje en vida que
quedó trunco. Aunque el máximo héroe local es Luis Amaya, que tiene una calle y
el Anfiteatro Municipal lleva su nombre”.
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El autor manifiesta su pasión futbolera en la nota "Racing & Roll" (Ilustración de Mario Olmos) |
Otra particularidad del libro es que
rescata artistas poco conocidos o de muy bajo perfil. Por ejemplo Mario
Olmos, el autor de los dibujos que ilustran las crónicas.
“Mario es un amigo de siempre. Incluí sus
dibujos porque son increíbles y eso le dio un plus al libro porque son
ilustraciones originales hechas especialmente para mis notas de esa época.
Quedaron afuera algunos dibujos hermosos y también sus fotos, porque me
acompañó mucho tiempo como fotógrafo a los recitales. En realidad, más que
perfil bajo es subterráneo porque no lo conoce nadie y trabaja de sereno en un
depósito. El dibujo de Racing se lo pedí para este libro y el de Raly
Barrionuevo es inédito porque lo hizo para una entrevista que le hice a Raly y
nunca salió”.
Río Tercero tuvo una intensa actividad
de recitales de rock generada por los boliches bailables, ¿qué sobrevivió de toda
esa movida?
“Claro, en las ciudades del interior si no es
por los boliches no van a tocar los artistas consagrados. La “guerra” de
boliches logró que tocaran muchos ídolos y lamentablemente queda muy poco
registro de eso. Dejando de lado la pandemia, hoy ya no existen los boliches
grandes como en aquella época. Ahora es
más diversificada la noche y los lugares para bailar son más y más pequeños.
Antes eran dos boliches grandes, o tres, y se disputaban la noche de Río
Tercero y la zona”.