Este mes
recordamos un nuevo aniversario del “padre de los festivales faldenses”,
inaugurado un 9 de enero de 1965. Fueron nueve noches de gala con las
principales figuras del tango.
Por Néstor
Pousa
Con la realización de la Fiesta Nacional del Tango desde el verano
de 1965, La Falda se reinstalaba como destino turístico, a la vez que demostraba
que el tango no le temía a los agoreros pronósticos sobre su decadencia.
Fue un 9 de enero de 1965 la fecha inaugural de la 1ª Fiesta Nacional del Tango de La Falda, tal cual fue su denominación original. El primer evento festivalero faldense que generaría un flujo de promoción genuina, convocando lo que hoy conocemos como “turismo cultural”, para reinstalar a esta ciudad como centro de atracción a nivel nacional. Toda vez que empezaban a extinguirse los fulgores del Eden Hotel, icónico edificio rodeado de mitos y leyendas indescifrables que le atribuyó identidad turística a un pequeño pueblo luego conocido como La Falda, sin fecha oficial de fundación y que cuatro años después (Noviembre 1969) por su vertiginoso crecimiento alcanzaría el status de ciudad.
La tradición oral y documentos de la época nos indican que la idea embrionaria de un festival surgió en (informales) charlas de café en las que el tango no fue elegido al azar, había pasión incondicional por la música “importada” de Buenos Aires en aquellos hombres que fantasearon con la concreción de este evento. De dichas tertulias en un concurrido bar del centro, participaban intercambiando ideas: Roberto Isiar, Tito Pousa y Majín Roset, entre otros amigos y colegas.
El modelo a seguir sería el del encumbrado Festival Nacional de Folklore de Cosquín, surgido a 20 km de La Falda y que, con la participación de las mayores figuras de la música folklórica argentina, ya acumulaba cuatro ediciones desde enero de 1961.
En La Falda una idea similar empezaría a tomar forma a mediados de 1964. Había
que ponerse a trabajar contrarreloj y para ello era necesario sumar voluntades,
involucrar al municipio, convencer que era posible. Fue así que se formó la Comisión
Municipal de Cultura y Fomento al Turismo, sus integrantes eran
profesionales, hoteleros y comerciantes locales que ofrecían su tiempo y su
trabajo en forma ad honorem. De aquella primera comisión formada un 29 de julio
de 1964 y que encaró la proeza de hacer realidad la Fiesta Nacional del Tango,
fue su Presidente el Dr. Juan Carlos Remo Vigliocco. Lo acompañaban con idénticas
convicciones: el Dr. Reynaldo Cicarilli (Vice Pte. 1°), el Dr. Héctor Lázaro
Montoya (Vice Pte. 2°), Mario Micca (Secretario), Domingo Margiotta (Pro
Secretario) y en el resto de los cargos: Juan Martini, Joaquín Baggio, José
Romanutti, Rodolfo Rametta, Eugenio Martini, Roberto “Chichín” Rodríguez,
Roberto Chaumont, Amador Almozny, Juan Sol, José Herrera, Ing. Edgardo
Buonamico, Matías Pérez, Manuel Gómez Uría, Héctor Giacometti, Dr. Enrique
Laperié, César Rodil y Dr. Carlos Santía.
La estructura interna estaba dividida en sub comisiones que se repartían las múltiples tareas a desarrollar, quedando a cargo de la “Sub Comisión de Tango” los señores Rametta, Cicarilli, Chaumont y Almozny.
Fue un 9 de enero de 1965 la fecha inaugural de la 1ª Fiesta Nacional del Tango de La Falda, tal cual fue su denominación original. El primer evento festivalero faldense que generaría un flujo de promoción genuina, convocando lo que hoy conocemos como “turismo cultural”, para reinstalar a esta ciudad como centro de atracción a nivel nacional. Toda vez que empezaban a extinguirse los fulgores del Eden Hotel, icónico edificio rodeado de mitos y leyendas indescifrables que le atribuyó identidad turística a un pequeño pueblo luego conocido como La Falda, sin fecha oficial de fundación y que cuatro años después (Noviembre 1969) por su vertiginoso crecimiento alcanzaría el status de ciudad.
La tradición oral y documentos de la época nos indican que la idea embrionaria de un festival surgió en (informales) charlas de café en las que el tango no fue elegido al azar, había pasión incondicional por la música “importada” de Buenos Aires en aquellos hombres que fantasearon con la concreción de este evento. De dichas tertulias en un concurrido bar del centro, participaban intercambiando ideas: Roberto Isiar, Tito Pousa y Majín Roset, entre otros amigos y colegas.
El modelo a seguir sería el del encumbrado Festival Nacional de Folklore de Cosquín, surgido a 20 km de La Falda y que, con la participación de las mayores figuras de la música folklórica argentina, ya acumulaba cuatro ediciones desde enero de 1961.
La estructura interna estaba dividida en sub comisiones que se repartían las múltiples tareas a desarrollar, quedando a cargo de la “Sub Comisión de Tango” los señores Rametta, Cicarilli, Chaumont y Almozny.
Con un importante avance en la gestión, el 15 de octubre de 1964 elevan al Intendente Municipal de La Falda, Sr. Manuel Arnedo, una nota firmada por Juan Carlos Vigliocco y Mario F. Micca en la cual le manifiestan que “se encuentran en pleno auge (sic) las gestiones para llevar a feliz término la FIESTA NACIONAL DEL TANGO, a realizarse en esta localidad de La Falda los días 9-10-11-12-13-14-15-16 y 17 de enero del entrante año de 1965”.
Seis días después (21 de octubre de 1964) el intendente recibía una misiva similar en la cual se le informaba: “hemos estado ocupándonos con toda dedicación en la búsqueda del terreno para emplazar la obra que se viene gestando con el fin de disponer de un amplio auditórium […] estudiados todos los pormenores de las ofertas recibidas y de los solares vistos, llegamos a la conclusión siguiente: que el mejor ubicado es el solar ofrecido por el Sr. JUAN MARÍA JAN, de la manzana Nº 1-A del Barrio Parque Jardín, limitado por las calles: Camino al Golf (hoy Carlos Gardel), Avda. La Falda (hoy Dante Alighieri), Avda. España (Ruta Nacional 38) y J.J.Copello, con una superficie de 6.652 metros cuadrados y un precio fijado en $2.500.000 moneda nacional”. La propuesta es elevada ad referéndum de la Intendencia Municipal y del H. Concejo Deliberante y una vez aceptada la misma, en tiempo récord se montaba la estructura metálica del flamante auditorio, cuyo techo parabólico cubría todo el predio con una capacidad para 7000 espectadores sentados.
Desde entonces La Falda se ganaría legítimamente el mote de Capital
Nacional del Tango, con un festival pensado en grande desde el minuto
cero.-
que lindooo, espero se haga de nuevo,,
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