Por
Nestor Pousa
A
las 0.15 del domingo 15 de febrero Andrés Calamaro pisó por primera vez el
escenario del Cosquín Rock respaldado
por una banda de lujo: Wiedemer – Comotto - Kanevsky – Verdinelli - Domínguez. Entró quitándose la campera, hizo un breve saludo,
se colgó su Telecaster verde y largaron un tándem demoledor y rockero con Alta
suciedad y El Salmón. Casi sin pronunciar palabra continuó con Cuando
no estás, el primer corte de Bohemio; A los ojos, de Los Rodríguez; y dos más
de Bohemio: Rehenes (flamante single
y video clip) y Doce pasos. Recién entonces tomó el micrófono para agradecer a Cosquín Rock por la paciencia y el
respeto, y mencionar a los artistas que lo habían precedido en la grilla de esa
primera jornada. Nacimos para correr, la balada existencial con guitarra slide
de Julián Kenevsky, fue el número que precedió a La libertad. Recordó a Joe
Cocker, Johnny Winter y Paco de Lucía, “Sin
ellos la vida ya no será la misma”, dijo, y les dedicó Tuyo siempre. Uno de los
comentarios más festejados sirvió de introducción para Loco, “Que linda noche para fumarse un…”, y
pidió al auditorio que completaran la frase. “Si nos imputan, que nos imputen a todos”, remató, uniendo
sutilmente un affaire del pasado con
actualidad política. Mil
horas, un
súper clásico de los 80’s, fue la única referencia de su paso por Los Abuelos. Anunció: “Una canción sensible incluida en El Salmón”,
era Gaviotas.
“Aplaudan, putos”, fue el regaño de
Andrés ante la tibia respuesta del público al único “lado B” de una lista
antológica. El bloque que siguió no dio respiro, con Andrés al piano en Los
Aviones con final a lo Santana; y una nueva revisita a la obra de Los
Rodríguez con una extensa e insuperable interpretación de Me estás atrapando otra vez,
Todavía
una canción de amor, con el coro de miles de gargantas, y Mi
enfermedad. La banda se pone heavy
para una flamígera versión de Out
put, in put,
con fragmentito de Smoke on the wáter
(Deep Purple). El piano de Germán Wiedemer nos introduce en Estadio
Azteca. Vuelve el jaleo con Sin documentos y de nuevo el piano acompaña a Andrés en la primera parte de Volver (Gardel-Le Pera) que funciona
como intro de Flaca. Con la lluvia ya instalada Media Verónica y Paloma fueron los últimos temas de una lista a la que todavía
le quedaban los bises. Los chicos (a los amigos que se
fueron primero) y Sucio y desprolijo (cover
de Pappo’s Blues). De la guitarra de Baltasar Comotto brotaban chispas. Fue el
cierre de un show inolvidable.-
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