DISCOS / CD'S
por Néstor Pousa
Hace algunos años, en mis tempranos inicios melómanos, había decidido
completar mi colección discográfica de The Beatles, banda que fue la más grande
influencia para la mayoría de los que amamos el rock. Para eso, concurría
mensualmente a la casa de discos de la ciudad en busca de cada uno de los ejemplares
en vinilo del famoso cuarteto de Liverpool. Pero ocurrió que en una de esas tantas
incursiones se cruzó en mi camino un disco que no pensaba comprar y que
interrumpió la secuencia beatlemaníaca que
había planeado. Era el álbum Crónica
de Creedence Clearwater Revival,
disco doble editado originalmente en 1976 que compila con bastante precisión la
carrera de la banda californiana convertida en uno de los grandes sucesos del
rock internacional con tan sólo 5 años de fugaz carrera, entre 1968 y 1972, período
en el que facturaron siete discos de larga duración.
Problemas de egos y disputas por el liderazgo entre John Fogerty
(voz, primera guitarra y principal compositor) con el resto de la banda: su hermano
mayor Tom Fogerty (segunda guitarra y coros), Stu Cook (bajo) y Doug Clifford
(batería), hicieron que esta se disolviera más rápido de lo esperado, dejando
en su lugar un juicio millonario por reparto de regalías.
Tras esto John emprendió una carrera solista de singular éxito pero
que no obstante no alcanzó la magnitud que consiguió con Creedence, banda cuyas
canciones pasaron a ser clásicos universales del rock and roll, la música country
y el folk rock. Apuesto a que, sin importar si sos conocedor o no, alguna
canción de ellos tarareaste alguna vez.
Como casi siempre sucede con las grandes bandas y sus clásicos,
llega un momento en el que su autor decide ventilar ese cancionero al cual la constante
repetición puede de alguna manera desgastarlo. Es por eso que en 2013 Fogerty
decidió lanzar Wrote a song for everyone
(Escribí una canción para todo el mundo),
un disco imprescindible y seguramente muy esperado por los acólitos de este
célebre repertorio. Un trabajo que se caía de maduro y que con excelente resultado
repasa doce clásicos de Creedence con el aporte de celebridades que actualizan
las versiones originales.
"Alenté a cada uno de los
artistas a que traigan su propia visión de mi canción, en lugar de volver a
hacer lo que yo había grabado en el pasado. Tenía la esperanza de que tuvieran
algún giro diferente, yo quería que fuera algo nuevo”, declaró
Fogerty y fue así que consiguió momentos verdaderamente intensos junto a Dave
Grohl y los Foo Fighters que atacan con una furiosa versión de Fortunate son; o sacándose chispas con
sus hijos Shane y Tyler Fogerty en Lodi;
y haciendo lo propio junto a Kid Rock en Born
on the Bayou.
Más introspectivos resultan los pasajes por Long as i can see the ligth que destaca a la banda My Morning
Jacket; Someday never comes que
introduce a unos desconocidos Dawes; la conmovedora y personal interpretación de
Who’ll stop the rain a cargo de Bob
Seger; y Alan Jackson quien con tonada sureña interviene el Have you ever seen the rain.
Entre tanto exceso de indiscutidos himnos del rock mundial, tal
vez la página menos conocida de todas sea la que titula el álbum, en la que John
vuelve a reprocharse: “Escribí una
canción para todo el mundo, y ni siquiera pude hablar con vos”, compartiendo roles con la bella Miranda Lambert en voz y el solo de guitarra eléctrica
de Tom Morello.
La edición viene acompañada por un booklet o folleto interno en el
que abunda un valiosísimo material adicional con la explicación, según el
relato en primera persona del autor, de cómo y en qué contexto fueron concebidas
las canciones, revelando detalles no conocidos hasta el momento en la vida y la carrera del músico.-
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