jueves, 24 de mayo de 2018

Divididos: tres décadas al palo

Divididos en La Falda (Foto: Flor Piai)
La banda de Ricardo Mollo y Diego Arnedo está cumpliendo 30 años y en agosto lo celebran en La Falda, una de las plazas que los consagró. Aquí un repaso por su historia y su relación con esta ciudad.

GIRA 30 AÑOS

Por Néstor Pousa

Tras la muerte de Luca Prodan, ocurrida el 22 de diciembre de 1987, Sumo se quedó sin posibilidades de sobrevida. Si bien una banda es la suma de sus partes, el indudable liderazgo e influencia que Luca ejercía en el resto hicieron imposible la continuación del proyecto sin él.  Sus compañeros le rindieron homenaje tocando juntos por última vez en el Festival Chateau Rock de Córdoba en marzo de 1988, para luego dispersarse y seguir sus carreras en distintas direcciones. Ricardo Mollo y Diego Arnedo formarían Divididos; al tiempo que Germán Daffunchio y Alberto “Superman” Troglio junto a Alejandro Sokol, un ex Sumo de la primera formación, harían lo propio con Las Pelotas. Roberto Pettinato en tanto se radicaría en España para formar Pachuco Cadáver. 
La relación de los músicos con Córdoba se dio desde la mismísima génesis de Sumo. Siempre se señala a Nono, localidad de Traslasierra, como el bunker creativo y lugar en el mundo durante los primeros años.
Fueron memorables las presentaciones en el Chateau Rock en 1987 y el ya mencionado homenaje de 1988. Es por eso que no sorprende que las actuaciones consagratorias de Divididos y Las Pelotas, más significativo en el caso de los primeros, hayan ocurrido en el Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda. Esto pasaba durante el verano de 1992, cuando Mario Luna, creador del trascendental ciclo que luego mutaría su nombre por el de La Falda Rock, programaba en una misma cartelera a las dos bandas edificadas sobre los escombros de Sumo.
Divididos llegaba en ese año a La Falda precedido por una bien ganada fama de banda que te aplanaba con su sonido y presentaban como prueba irrefutable de ello su segundo disco titulado Acariciando lo áspero (1991). Habían debutado en junio de 1988 con Gustavo Collado en la batería con quien un año después lanzan 40 dibujos ahí en el piso, pero para el estreno faldense Collado ya había abandonado el trío dejando su lugar a Federico Gil Solá con quien Ricardo Mollo (guitarra y voz) y Diego Arnedo (bajo y voz) le darían el acabado final al sonido de power trío que proyectaban y que ante el público de La Falda pudieron documentar fehacientemente con una performance arrolladora y sorprendente. De esa forma se ganarían con justicia el mote de aplanadora del rock.

Así fueron edificando una carrera sin precedentes en la escena nacional, acumulando un repertorio tan sólido como su estilo y una seguidilla de discos fundamentales como: La era de la boludez (1993), Otroletravaladna (1995), Gol de mujer (1998), Narigón del siglo (2000) y Vengo del placard de otro (2002). Luego de este, deberíamos esperar ocho años para que viera la luz la que tal vez sea su obra más lograda: Amapola del 66, con el que obtendrían el Premio Gardel de Oro a la música. Tal vez para una banda exitosa ocho años entre un disco y otro sea demasiado tiempo, pero los Divididos habían alcanzado un estado de gracia tal que les permitía emprender cada acción desentendiéndose de la histeria propia de los intereses de la industria.
En ese camino también habían dejado como hitos un puñado de discos en vivo que exponen el terreno donde son más eficaces, el escenario.
En ese devenir se habían sucedido los sucesivos cambios de bateristas, Gil Solá dejó su lugar a Jorge Araujo (período 1995-2004), y este a Catriel Ciavarella (desde 2004 hasta el presente). Mientras que el inquebrantable doble liderazgo de Mollo-Arnedo persiste inamovible.
Con esta formación hace apenas dos años regresaron a La Falda, esa vez para un show propio (ya no es tan habitual ver su nombre en grillas de festivales) en el Anfiteatro Municipal, el 26 de marzo de 2016. Fue un regreso con algo de nostalgia y con cuentas pendientes por saldar, como la de la tristemente célebre edición La Falda Rock ’87, el año en que Sumo, entre otros, no pudo concretar su actuación por la suspensión del festival.
Pero el 2018 será un año de celebración para Divididos que está cumpliendo 30 años de trayectoria. La publicación en Facebook nos anotició, con algo de sorpresa, que La Falda está anotada como una de las escalas de la gira que conmemora esa efemérides de número redondo. La fecha será el sábado 25 de agosto. El lugar no puede ser otro que el Anfiteatro Municipal, un espacio de referencia cuando hablamos de los más importantes eventos musicales de La Falda y zona. La cita se presume impostergable.


La Falda Rock ¿sí o no?

Anfiteatro Municipal LF (Foto: Eze Giardelli)
A finales del año pasado nos desayunábamos con la novedad que el renovado Festival La Falda Rock movería su fecha de Semana Santa, polémica mediante, al fin de semana largo del 25 de Mayo. Un par de meses después, desde la secretaría de turismo y dirección de cultura faldense confirmaban un nuevo traslado de la fecha, a pedido del productor, al mes de agosto. Es por eso que sorprendió la programación de Divididos para el sábado 25 de ese mismo mes, primicia que se conoció a través de redes sociales.
Consultados por este medio, tanto desde la productora privada XL Abasto, como desde el ámbito municipal, la respuesta fue coincidente: no está descartada la realización de La Falda Rock en su edición 2018, se está evaluando hacerlo en una fecha posterior y muy cercana al show de Divididos. Desde ambos espacios, privado y público, está trabajando en ello, pero nada está definido por el momento.
Habrá que seguir esperando entonces para ver cuál será la suerte del ciclo en esta, su tercera reencarnación.

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