Por Néstor
Pousa
Charly
García y sus ángeles mantienen una relación
profesional y personal muy estrecha que se puede cuantificar en décadas. Con Andrea “Andy” Cherniavsky se conocieron
a mediados de los años 70. Fueron casi familia, ya que ella fue la novia en la
secundaria de Daniel García Moreno, hermano del astro.
A Hilda Lizarazu tomó contacto en el
amanecer de los años 80. Ella, estaba recién llegada de Nueva York y empezaba a
frecuentar el mundillo del rock como reportera gráfica en revistas de primera
línea. Él, se le acercó en el medio de un evento de la noche porteña para
elogiar su trabajo ante la sorpresa de la fotógrafa que lejos estaba de
imaginar que en un futuro no tan lejano integraría una de las bandas más
recordadas del García solista, Los
Enfermeros. Tampoco sospechaba Hilda su posterior protagonismo en el firmamento
de la música nacional, sea con su banda Man
Ray (junto a Tito Losavio) o su presente solista.
Con Nora Lezano el vínculo empezó en 1997,
durante la presentación a la prensa de Alta
Fidelidad, aquel disco que germinó como fruto de la admiración
incondicional entre Mercedes Sosa y Charly. Este tuvo como un flechazo con la
joven fotógrafa que lo veneraba como un ídolo. Fue así que la empezó a convocar
para sus producciones fotográficas.
Ellas tres
documentaron en imágenes la mayor parte de lo que fue el rock argentino desde
los convulsionados ochentas a la
fecha. Aunque Hilda, como ya dijimos, en un momento cambió definitivamente la
cámara por el micrófono.
Es por eso que
no debería sorprender cuando fueron convocadas para una muestra en homenaje a quien
es considerado como uno de los músicos más influyentes de la escena nacional.
Una exposición de fotografías potenciada por el Ministerio de Cultura de la
Nación en línea con los 50 Años de Rock Argentino, con la curaduría de Elio Kapszuk,
y la idea y producción de Marcelo Panozzo, Marcelo Fernández Bitar y Juanjo
Carmona. Una muestra que recopila cerca de 200 imágenes, en su mayoría
inéditas, con autoría de Andrea Cherniavsky, Hilda Lizarazu y Nora Lezano,
quienes abrieron sus archivos especialmente para este proyecto.
Lezano, Cherniavsky & Lizarazu |
En una segunda
etapa y rompiendo con el clásico ombliguismo del puerto, la colección comenzó
un derrotero itinerante por las principales ciudades del país. Viedma. Mendoza,
Rosario y Córdoba (durante marzo y abril en 220 Cultura Contemporánea - Costanera
y Mendoza) fueron las primeras plazas que la colección empezó a recorrer durante
los pasados meses. Así el público de todo el país podrá espiar en la vida de
uno de los máximos autores de la música contemporánea, su carrera, sus giras,
sus conciertos, momentos de la vida cotidiana y doméstica retratados en
imágenes de alta calidad artística. Exhibidas en una galería de imágenes que no
respeta un orden cronológico, sino dispuestas en modo random (aleatorio) para sorprenderse con el mejor Charly de los
años ochenta y el Charly desbordado y espectral de los 90. El que hizo de su vida un
escenario perpetuo y de su casa, el ya célebre departamento en el 7º piso de
Coronel Díaz y Santa Fe en el popular barrio de Palermo, su bunker preferido donde
se gestaron algunas de sus obras más recordadas.
Charly tiene una enorme
empatía con la lente de la cámara y eso bien supieron capitalizarlo, en distintos
momentos de su vida, Hilda Lizarazu, Nora Lezano y Andy Cherniavsky. Al respecto,
está ultima manifestó: “Es esta cosa que creo que tenemos las
tres, y que convive mucho en la muestra, de robarle fotos a una persona que
tiene una energía desbordante y que todo lo que hace es fotografiable. Eso es
maravilloso”.
Charly en el Edén. Hay algo que tal vez sorprenda
al ocasional visitante que recorre la muestra y es una serie de imágenes del músico
posando en distintos salones del Edén Hotel de La Falda. La más imponente es una gigantografía
transparente que lo muestra a Charly semi inclinado en el hall de entrada del centenario
edificio. Hay otra, titulada Desarma y
sangra, en la que se lo ve tocando un piano de cola desvencijado (según
expresa el rótulo). En una tercera está solo contra un muro (Rasguña las piedras) y la cuarta asomado
a una ventana, acompañado por Fito Páez y Fabiana Cantilo. Según la visión y
memoria emotiva de Hilda Lizarazu, esta última foto refleja: “La hermosa unidad
fraterna y musical de los tres, recorriendo diferentes salones abandonados de
este hotel que era algo así como fantasmagórico en ese momento. Y yo como una
ardilla los perseguía y les sacaba fotos”.
Si bien las cuatro tomas están fechadas en 1985 parece
inexacto el dato. Charly no anduvo por La Falda en ese año, en cambio sí lo
hizo en las temporadas 80, 82, 83, 86 y 87 (el año correcto de la sesión de
fotos) dejando un saldo de conciertos memorables, algún que otro escándalo y
una infinidad de anécdotas desopilantes.
Los créditos de esta serie, que bien podríamos
denominar como Charly en el Edén, pertenecen a Hilda quien por esos años solía
asistir como foto-reportera al legendario Festival de Rock que se realizó
durante la década del 80, que fue un hito indiscutido de la música nacional y
que dejó legados de la trascendencia de este que hoy nos ocupa.-
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