Por Néstor Pousa
Juan Alfredo Baleirón
baja a la entrevista con una remera que en el pecho dice: “Que buena nota”. Tal
vez fue una casualidad o bien un gesto de bienvenida para el cronista que lo
espera. Bromeamos sobre el detalle y enseguida con envidiable memoria me
recuerda que la primera vez que vinieron Los Pericos a La Falda fue en el verano
2004 con un show también gratuito en el andén del ferrocarril, un predio que
por entonces se había reconfigurado como un circuito de expo-aventura (?).
Pero Juanchi, apodo
con el que todos lo conocen, conserva una relación con esta ciudad que va mucho
más allá de su actividad profesional y tiene que ver con su adolescencia: “Yo
venía en los veranos a La Falda a la casa de mi tía, uno de mis primos hermanos
(nota: Enrique Rodríguez, Baleirón por parte de madre y mi amigo del colegio
secundario) regenteaba el Restaurant Munich (que estaba ubicado al 150 de la
Av. España) y por las noches íbamos a bailar a Bon Bai”, recuerda con precisión
el cantante.
Volviendo al 2004,
esa fue una gira serrana organizada por el productor cordobés José Palazzo que
incluyó otras localidades como Capilla del Monte, pero fue precisamente en la
ciudad de Las Varillas (al este de la provincia) donde Bahiano hizo su último
show al frente de la banda, pocos meses antes de su repentina renuncia. Surge
solo el tema de cuando Pericos se quedó sin el que fuera por 17 años su cantante
y líder natural, y de cómo consiguieron seguir adelante sin él. “Ni siquiera
fue una decisión, era lo más normal seguir, el tema era ver cómo… nuestro amor
propio, la energía puesta en la banda. La crisis entonces se transformó en oportunidad
para chequear la actitud”, asegura quien tuvo que tomar la posta al frente del
grupo.
Para afuera, como les
gusta diferenciar, nunca se aclararon los reales motivos de la renuncia del
Bahiano para emprender una carrera solista, pero los que se quedaron insisten
en que: “Siempre fuimos un equipo, el desafío era revertir la imagen. Y la
gente se adaptó. Hubo un duelo, miedos e inseguridades pero a la distancia
vemos que lo pusimos todo en la misma carpeta y vamos para adelante.
Reaccionamos rápido porque si nos poníamos a pensar creo que se hubiera diluido
la energía”, expresan casi en forma coral Juanchi junto a dos de sus compañeros:
Diego “Chapa” Blanco (teclados y coros) y Ariel “Topo” Raiman (batería).
Se preocupan por remarcar
que la decisión del excantante fue unilateral y que ellos siempre se
consideraron como un equipo, cuando tal vez hacia afuera parecía otra cosa.
¿Cómo se decidió el reemplazo? Juanchi: “Yo hacía coros y cantaba en los
ensayos, pero en algún momento pensamos en traer otro cantante como reemplazo, un
venezolano o amigos nuestros. Pero empecé a cantar en la sala como catarsis y
para ver qué pasaba, estábamos viviendo una transición tocando, y así se dio
que pasé a cantar yo”.
“Si bien había una
identificación de la gente con el Bahiano, nos acomodamos, pero fue muy
natural, y bueno, ya llevamos 11 años”, agrega Raiman.
Cuando Los Pericos irrumpen en la escena nacional con el arrollador suceso de su primer disco El ritual de la banana (1987), el reggae para Argentina era un ritmo exótico y con un nombre que no sabíamos bien cómo pronunciar. Si bien era originario de Jamaica, los datos llegaban de la cultura anglosajona. La banda The Police tuvo mucho que ver con la difusión del reggae a escala global, pero por entonces aquí sólo algunos pocos iniciados sabían de Bob Marley.
Ahora que el género
se impuso y suma incondicionales seguidores a todo lo largo y ancho del país,
que responsabilidad consideran Los Pericos que les cabe en esta historia:
“Somos la banda que hizo más popular al reggae -aseguran sin dudarlo- si bien
estaban Sumo, Los Abuelos de la Nada, Alphonso S’Entrega, y hasta Donald llegó
a hacer reggae en su momento, cuando aparecimos nosotros apareció la palabra reggae. Los Pericos irrumpió y a la vez
de hacer un género diferente éramos muy populares en el comienzo, el primer
disco fue muy exitoso con el Ritual de la
banana, Jamaica Reggae y Nada que perder) hicimos una difusión
importante. Involuntaria, porque fue un éxito que explotó”, examinan.
Un par de horas
después, y luego de que en el primer turno los locales Mil Nombres expusieran su rock de power trío, Los Pericos se subían al escenario de Edén y San Martín
para poner en modo inicio una nueva temporada del ciclo La Falda bajo las Estrellas que aparte de ellos agenda para el sábado
30 de enero a Los Cafres, otra banda
de enorme predicamento en el reggae argentino (chequear por google la grilla
completa).
Los comandados por
Baleirón ofrecieron un show sin fisuras, de menor a mayor y a la altura de una
banda que acumula 28 años en la ruta. También el público fue concentrándose de
a poco hasta transformarse en una muy buena convocatoria. Se escucharon en
renovadas versiones los más grandes éxitos de la banda: Runaway, Complicado y
aturdido, Pupilas lejanas, Waitin’, Mucha experiencia, Boulevard
y Natural Mystic, cover de Bob
Marley. Siguieron, el flamante Señales
erróneas y otro clásico, Sin cadenas
con Marcelo Fink como músico invitado en el bajo.
Fue una fiesta que
explotó al final en un inesperado pogo, de la mano de un calificado maestro de
ceremonias como es Juanchi que reservó para el cierre los más bailables Eu vi chegar, Parate y mira (con entonación cuasi bahiana), Home, Sweet Home y Casi
nunca lo ves.
La noche parecía no
tener fin, tanto que Juanchi apelando a su memoria emotiva se despidió con un:
“¡Che, que abran Bon Con y Bon Bai!”.
Fotos: NP
No hay comentarios:
Publicar un comentario