viernes, 15 de febrero de 2013

Cosquín Rock: el misterio de la montaña

COBERTURA ESPECIAL
Por Néstor Pousa

¿Cuál es el misterio que encierra Cosquín Rock? Ni José Palazzo su mentor y organizador puede descifrarlo. La persona por la que pasan casi todas las decisiones y la cara visible de un numeroso staff de producción está logrando darle al ciclo la forma y el estilo que tiene en su cabeza, cuidando hasta los mínimos detalles de la que fue la edición decimotercera consecutiva desde su nacimiento en la Plaza Próspero Molina de la ciudad que le dio nombre al ciclo, pasando luego por el paisaje de montañas y lago en la Comuna de San Roque, hasta esta nueva escenografía del Aeródromo de Santa María de Punilla que reúne todas las condiciones para ser la última y definitiva. Palazzo es quien mejor conoce y desentraña al festival de rock más grande de Argentina, pero así y todo no puede responder la pregunta. Ni él sabe decir porque en una época de baja convocatoria a festivales como fue diciembre pasado, la edición 2013 del Cosquín Rock superó los pronósticos más esperanzados, batiendo en la jornada del sábado el record de asistencia de todos los tiempos (algo así como 45.000 espectadores).
Tal vez la buena estrella comenzó a brillar por la primera banda que pisó el escenario principal el día inaugural. Amel fue la encargada de abrir el show, integrada por Gustavo Spinetta en batería y Gonzalo Pallas en guitarra y voz, hermano y sobrino respectivamente de Luis Alberto. El apellido y algo del gen musical de uno de los padres más ilustres del movimiento fue un buen augurio para las siguientes 72 horas.
Algunos cambios de última hora en la grilla desembocaron en la tempranera presentación de David Lebón. Con el Rey Sol negándose a ceder su supremacía sobre la tarde, el Ruso se dispuso a entregar un set eléctrico de rock and roll con una banda nueva respecto de su última presentación. Temas de Seru y de su etapa solista tuvieron su punto más alto con Noche de perros en donde volvió quedarse con el título de mejor guitarrista del rock local.
Un sábado con artistas deliberadamente clásicos presentaba a continuación a Pedro Aznar que muy lejos de entrar en el ritmo vertiginoso de un festival, programó su set como si estuviera solo. Presentó mayoría de temas de su último disco, concedió algunos clásicos como Mienten y Tu amor, homenajeó al Gitano Sandro y repasó su anterior disco. Se fue ovacionado como prueba de que las multitudes festivaleras no carecen de buen oído.
La nota de color la dieron Marcelo y Tamara, ambos se conocieron durante la edición 2008, entonces le pidieron a la organización casarse en el festival. Palazzo redobló la apuesta y le cumplió el sueño arriba de la pasarela del escenario principal con el intendente de la ciudad, Dardo Zanotti, oficiando la ceremonia ante miles de personas.
Mientras atrás se armaba la banda de Fito Páez quien hacía nueve años que no pisaba este escenario, desde la fatídica edición de 2004 en la Próspero Molina. El rosarino derrumbó los mitos supersticiosos de los organizadores con una gran performance, prolongando el festejo de los 20 años de su disco más exitoso (El amor después del amor) en versión compacta.
Andrés Ciro Martínez, ex líder piojoso ungido como nuevo Rey de los Persas se coló entre los históricos tal vez porque la historia ya le tiene reservado un lugar entre los grandes. Comienzo demoledor con Astros y Antes y después, dos hits de sus dos discos solistas, después la nota emotiva la produjo con un homenaje de ida y vuelta con los Veteranos de Malvinas. Él les dedicó una canción, ellos lo nombraron miembro honorario.
En el segundo escenario (temático) se congregaban las bandas de rock barrial (La 25, El Bordo, Gardelitos, los rosarinos de Cielo Razzo, Ojos Locos, Salta la Banca, entre otros) con la notoria ausencia, para sus miles de incondicionales seguidores al menos, de CJS los alter ego de los Callejeros de Pato Fontanet. A propósito de esto hubo una gran manifestación durante las tres jornadas pidiendo por la libertad de la banda que cumple condena efectiva, aunque la consigna que más adherentes tuvo fue la de “NO a la TRATA”.
Mientras tanto en el principal todo estaba listo para el cierre de Charly García que con aspecto de científico loco se puso una vez más al frente de su multifacética banda, una de las mejores que lo acompañó en toda su carera solista. Tenía una lista de 25 temas, todos sus clásicos, pero había cobrado más fuerza que nunca el rumor previo de la juntada con sus excompañeros de Seru Giran. El dato que en los temas número 26 y 27 los reporteros gráficos tenían que tener prontas sus cámaras y equipos terminó de confirmar la especie. Sobre los últimos minutos del show subieron Lebón guitarra en mano y Aznar bajo en mano para una versión breve e incompleta de Seru 2013 (sin Moro, por razones obvias). Igual las interpretaciones de Perro andaluz y Seminare pasaron derecho al álbum de los momentos cumbres del festival. 

Las chicas al poder. La segunda jornada (domingo 10) comenzaba con amenaza de lluvia primero, seguía con un poco de alivio por la disminución de la temperatura después, pero cuando salió el sol el calor y la humedad volvieron a hacerse sentir. A las cuatro de la tarde, en plena siesta serrana, la temperatura subió aún más con las chicas de Pink Wasted en el hangar (tercer escenario) que albergaría en este día a la prometedora escena de Córdoba (Sur Oculto, Lautremont, Hipnótica, Jotes, Los Frenéticos, Paris Paris Musique, Rayos Laser, Santa Esquina, Drako, The Johnsons y Los Clientes). Mientras que en el principal Eruca Sativa hacia su historia convirtiendo su show de primera hora en algo que ya merece prime time. Lula, Brenda y Gabriel demostraron todo su poder ante el amor presente de muchos de sus seguidores y la mirada ya no tan extraña de los que les empiezan a tomar el peso.  
Le siguió el Bob Marley Living Memory, el tributo de Nonpalidece y Amigos a la figura del máximo icono de la cultura reggae. Los invitados: Ciro Pertusi (Jauría), Malena D’Alessio (Actitud María Marta), la jamaiquina Doreen Shaffer y el Negro García López (el guitarrista tuvo record de presencias como músico invitado).
Así como hay artistas históricos del Rock Argentino, los hay también históricos del Cosquín Rock. Entre ellos Catupecu Machu con un Fernando Ruiz Díaz rindiéndole tributo a la historia del festival que los tuvo como protagonistas desde su inicio. Recordó y reconoció a sus iniciadores: Palazzo, el Negro Constantino y el Perro Emaides. Desde el escenario agitó como siempre, en rueda de prensa se emocionó hasta las lágrimas con el recuerdo de Spinetta.
Otros infaltables La Vela Puerca, demoledora garra charrúa que contrasta con la onda más introspectiva de la música uruguaya en general; y la efectividad de Las Pelotas, ya se dijo demasiado, es la banda con asistencia perfecta al festival. Antes que ellos Pity Álvarez y sus nuevas Viejas Locas. Nunca quedará claro si despidió a sus antiguos compañeros de equipo o estos se fueron por propia voluntad, lo cierto es que al estar solo al mando de la nave le permitirá ampliar el espectro de posibilidades y a las mejores de canciones de Viejas Locas (Homero, Lo artesanal y Perra, entre otras) le puede sumar sin oposición sus creaciones con Intoxicados (Se fue al cielo y Mi inteligencia intrapersonal) y así redondear un gran show al que solamente le faltaría un buen cantante.
Esa noche el temático heavy se superpoblaba como nunca antes de hombres y mujeres de negro para ver al (casi) único exponente internacional, Exodus, junto a Carajo, Horcas, Tren Loco, Hammer, Lethal., Mastifal, Rowek y Ricardo Iorio con Almafuerte.  

Fiesta en la casa jaguar. Eli Suárez, voz, guitarra y líder de Los Gardelitos nos había dicho en sala de prensa que lo único que le podría observar al Cosquín Rock era que debía renovar su grilla. Él es otro de los asistentes históricos (suma ocho presencias) y no vería mal alguna vez dejar su lugar a otra banda. Esto es cierto, pero también lo es que esta edición tuvo algunos pequeños signos de renovación; tal vez buceando en los escenarios alternativos o en las primeras horas del día se pueda ver algo de lo que vendrá, pero no menos cierto es que hoy el rock es un negocio más, dominado por los números como cualquier otro negocio, lamentablemente si los números no cierran no hay recital y lo que se necesita es buena cintura y criterio artístico en los productores. El lunes, en la jornada de cierre, se pudo ver variedad de propuestas y uno de los mejores shows de este ciclo. Un sol rajante, un calor al límite de lo soportable y las gambas a punto de tirar la toalla, nada pudo impedirnos ver bien temprano a Massacre Palestina, la banda del inefable gordo Wallas. Descarga de los mejores temas de El Mamut y Ringo (discos bisagra de esta banda ya longeva) y el placer de una charla en la que el frontman no esquivo ningún tópico.
Las Manos de Filippi y su mensaje contestatario, Kapanga y su estilo cuartetero y jodón y el estremecedor sonido de Molotov no fueron sorpresa para un público que los conoce sobradamente. El detalle que tal vez no todos sepan es que los mexicanos no querían perderse la fiesta y facilitaron su presencia viniendo a tocar sólo por los tickets aéreos.
Tampoco fue sorpresa el cierre de Las Pastillas del Abuelo, merecido en cuanto a la enorme popularidad que consiguieron; ni el magnífico y provocador show de Babasónicos que en reconocimiento a su ausencia del año anterior y a la cantidad de hits que acumularon se despacharon con una lista de temas coreables todos, dejando para otra ocasión lo experimental. Así como los amantes del reggae, con su rancho aparte cada vez más convocante, mecían sus cabelleras al ritmo de Nonpalidece, Zona Ganjah, Dancing Mood, Resistencia, Kameleba, Riddim, Hijas de Zion y Rondamon.     
Pero lo nadie podrá olvidar es la espectacular presentación de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur, los Illya Kuryaki and the Valderramas. Su regreso no fue en vano al traer consigo Chances, un excelente disco reunión con temas nuevos que en algunos casos compiten en popularidad con algunos de sus “viejos” hits. Así los flamantes Ula ula, Funky futurista, Madafaka (con los Molotov de invitados en el disco y en el escenario) y Águila amarilla (conmovedor homenaje a papá Luis) le pelean protagonismo a Chaco, Jaguar House, Abarájame y Jennifer del Estero. Los Kuryaki dejaron la vara muy alta, quien quiera superarla tendrá que preocuparse por montar un show muy bien producido musicalmente, con un banda que mezcla entrega, glamour y virtuosismo por partes iguales y canciones que hagan mover a una multitud sin necesidad de gestos demagógicos. Mientras esto no se consiga, el de IKV quedará por mucho tiempo como uno de los mejores shows vistos en el Cosquín Rock.
Una mención para Santa María de Punilla que luego de tres ediciones de este ciclo parece haberse convertido legítima e indefectiblemente en la nueva Capital del Rock. Porque su intendente aunque parezca un figuretti apoya el proyecto para la ciudad y porque el pueblo así lo decidió, abriendo sus puertas como buenos anfitriones a las más de 100.000 personas que superpoblaron sus calles durante el fin de semana largo de carnaval. No es tiempo para lamentarse, siempre es así, unos ganan y otros pierden, lo importante es saber verlo a tiempo.-     

6 comentarios:

  1. Felicitaciones Néstor, gran descripción y sentir de esta edición 2013!!!! abrazo, Martín Pozzo, director de revista La Negra

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Muchas gracias Martín!!! y un placer como siempre encontrarme con vos en cada Cosquín Rock. Hasta la próxima, abrazo!!!

      Eliminar
    2. Gracias por nombrar a DRAKO en la nota. Este fue nuestro 4to cosquin rock y lo disfrutamos a pleno.

      Saludos
      Seba Geranio
      DRAKO Manager

      Eliminar
    3. Por nada Seba, son una excelente banda. Felicitaciones!!!
      Abrazos
      Néstor

      Eliminar
  2. Solamente alguien que lleva una pasión como la tuya, por el rock, puede describir algo en la forma que lo has hecho. Felicitaciones amigo. Un abrazo. Héctor Cícero.

    ResponderEliminar