Por Néstor Pousa
¿Cuál es el misterio que encierra Cosquín Rock? Ni José Palazzo
su mentor y organizador puede descifrarlo. La persona por la que pasan casi
todas las decisiones y la cara visible de un numeroso staff de producción está
logrando darle al ciclo la forma y el estilo que tiene en su cabeza, cuidando hasta
los mínimos detalles de la que fue la edición decimotercera consecutiva desde
su nacimiento en la Plaza Próspero Molina de la ciudad que le dio nombre al ciclo,
pasando luego por el paisaje de montañas y lago en la Comuna de San Roque,
hasta esta nueva escenografía del Aeródromo de Santa María de Punilla que reúne
todas las condiciones para ser la última y definitiva. Palazzo es quien mejor
conoce y desentraña al festival de rock más grande de Argentina, pero así y
todo no puede responder la pregunta. Ni él sabe decir porque en una época de
baja convocatoria a festivales como fue diciembre pasado, la edición 2013 del
Cosquín Rock superó los pronósticos más esperanzados, batiendo en la jornada
del sábado el record de asistencia de todos los tiempos (algo así como 45.000
espectadores).
Tal vez la buena estrella comenzó a brillar por la
primera banda que pisó el escenario principal el día inaugural. Amel fue la encargada de abrir el show,
integrada por Gustavo Spinetta en batería y Gonzalo Pallas en guitarra y voz,
hermano y sobrino respectivamente de Luis Alberto. El apellido y algo del gen
musical de uno de los padres más ilustres del movimiento fue un buen augurio
para las siguientes 72 horas.
Algunos cambios de última hora en la grilla desembocaron
en la tempranera presentación de David
Lebón. Con el Rey Sol negándose a ceder su supremacía sobre la tarde, el
Ruso se dispuso a entregar un set eléctrico de rock and roll con una banda
nueva respecto de su última presentación. Temas de Seru y de su etapa solista
tuvieron su punto más alto con Noche de
perros en donde volvió quedarse con el título de mejor guitarrista del rock
local.
Un sábado con artistas deliberadamente clásicos
presentaba a continuación a Pedro Aznar
que muy lejos de entrar en el ritmo vertiginoso de un festival, programó su set
como si estuviera solo. Presentó mayoría de temas de su último disco, concedió
algunos clásicos como Mienten y Tu amor, homenajeó al Gitano Sandro y
repasó su anterior disco. Se fue ovacionado como prueba de que las multitudes
festivaleras no carecen de buen oído.
La nota de color la dieron Marcelo y Tamara, ambos se
conocieron durante la edición 2008, entonces le pidieron a la organización
casarse en el festival. Palazzo redobló la apuesta y le cumplió el sueño arriba
de la pasarela del escenario principal con el intendente de la ciudad, Dardo
Zanotti, oficiando la ceremonia ante miles de personas.
Mientras atrás se armaba la banda de Fito Páez quien hacía nueve años que no pisaba este escenario,
desde la fatídica edición de 2004 en la Próspero Molina. El rosarino derrumbó
los mitos supersticiosos de los organizadores con una gran performance,
prolongando el festejo de los 20 años de su disco más exitoso (El amor después del amor) en versión
compacta.
Andrés
Ciro Martínez, ex líder piojoso ungido como nuevo Rey de los Persas se
coló entre los históricos tal vez porque la historia ya le tiene reservado un
lugar entre los grandes. Comienzo demoledor con Astros y Antes y después,
dos hits de sus dos discos solistas, después la nota emotiva la produjo con un
homenaje de ida y vuelta con los Veteranos de Malvinas. Él les dedicó una
canción, ellos lo nombraron miembro honorario.
En el segundo escenario (temático) se congregaban las
bandas de rock barrial (La 25, El Bordo, Gardelitos, los rosarinos de Cielo
Razzo, Ojos Locos, Salta la Banca, entre otros) con la notoria ausencia, para
sus miles de incondicionales seguidores al menos, de CJS los alter ego de los Callejeros de Pato Fontanet. A propósito
de esto hubo una gran manifestación durante las tres jornadas pidiendo por la
libertad de la banda que cumple condena efectiva, aunque la consigna que más
adherentes tuvo fue la de “NO a la TRATA”.
Mientras tanto en el principal todo estaba listo para el
cierre de Charly García que con
aspecto de científico loco se puso una vez más al frente de su multifacética
banda, una de las mejores que lo acompañó en toda su carera solista. Tenía una lista
de 25 temas, todos sus clásicos, pero había cobrado más fuerza que nunca el
rumor previo de la juntada con sus excompañeros de Seru Giran. El dato que en los temas número 26 y 27 los reporteros
gráficos tenían que tener prontas sus cámaras y equipos terminó de confirmar la
especie. Sobre los últimos minutos del show subieron Lebón guitarra en mano y
Aznar bajo en mano para una versión breve e incompleta de Seru 2013 (sin Moro, por razones obvias). Igual las interpretaciones
de Perro andaluz y Seminare pasaron derecho al álbum de los
momentos cumbres del festival.
Las chicas al poder. La
segunda jornada (domingo 10) comenzaba con amenaza de lluvia primero, seguía
con un poco de alivio por la disminución de la temperatura después, pero cuando
salió el sol el calor y la humedad volvieron a hacerse sentir. A las cuatro de
la tarde, en plena siesta serrana, la temperatura subió aún más con las chicas
de Pink Wasted en el hangar (tercer
escenario) que albergaría en este día a la prometedora escena de Córdoba (Sur
Oculto, Lautremont, Hipnótica, Jotes, Los Frenéticos, Paris Paris Musique,
Rayos Laser, Santa Esquina, Drako, The Johnsons y Los Clientes). Mientras que
en el principal Eruca Sativa hacia su
historia convirtiendo su show de primera hora en algo que ya merece prime time. Lula, Brenda y Gabriel
demostraron todo su poder ante el amor presente de muchos de sus seguidores y
la mirada ya no tan extraña de los que les empiezan a tomar el peso.
Le siguió el Bob
Marley Living Memory, el tributo de Nonpalidece
y Amigos a la figura del máximo icono de la cultura reggae. Los invitados:
Ciro Pertusi (Jauría), Malena D’Alessio (Actitud María Marta), la jamaiquina
Doreen Shaffer y el Negro García López (el guitarrista tuvo record de
presencias como músico invitado).
Así como hay artistas históricos del Rock Argentino, los
hay también históricos del Cosquín Rock. Entre ellos Catupecu Machu con un Fernando Ruiz Díaz rindiéndole tributo a la
historia del festival que los tuvo como protagonistas desde su inicio. Recordó
y reconoció a sus iniciadores: Palazzo, el Negro Constantino y el Perro
Emaides. Desde el escenario agitó como siempre, en rueda de prensa se emocionó
hasta las lágrimas con el recuerdo de Spinetta.
Otros infaltables La
Vela Puerca, demoledora garra charrúa que contrasta con la onda más
introspectiva de la música uruguaya en general; y la efectividad de Las
Pelotas, ya se dijo demasiado, es la banda con asistencia perfecta al festival.
Antes que ellos Pity Álvarez y sus
nuevas Viejas Locas. Nunca quedará
claro si despidió a sus antiguos compañeros de equipo o estos se fueron por
propia voluntad, lo cierto es que al estar solo al mando de la nave le
permitirá ampliar el espectro de posibilidades y a las mejores de canciones de
Viejas Locas (Homero, Lo artesanal y Perra, entre otras) le puede sumar sin oposición sus creaciones con
Intoxicados (Se fue al cielo y Mi
inteligencia intrapersonal) y así redondear un gran show al que solamente
le faltaría un buen cantante.
Esa noche el temático heavy se superpoblaba como nunca
antes de hombres y mujeres de negro para ver al (casi) único exponente
internacional, Exodus, junto a Carajo,
Horcas, Tren Loco, Hammer, Lethal., Mastifal, Rowek y Ricardo Iorio con
Almafuerte.
Fiesta en la casa
jaguar.
Eli Suárez, voz, guitarra y líder de Los Gardelitos nos había dicho en sala
de prensa que lo único que le podría observar al Cosquín Rock era que debía
renovar su grilla. Él es otro de los asistentes históricos (suma ocho presencias)
y no vería mal alguna vez dejar su lugar a otra banda. Esto es cierto, pero
también lo es que esta edición tuvo algunos pequeños signos de renovación; tal
vez buceando en los escenarios alternativos o en las primeras horas del día se
pueda ver algo de lo que vendrá, pero no menos cierto es que hoy el rock es un
negocio más, dominado por los números como cualquier otro negocio,
lamentablemente si los números no cierran no hay recital y lo que se necesita
es buena cintura y criterio artístico en los productores. El lunes, en la
jornada de cierre, se pudo ver variedad de propuestas y uno de los mejores shows
de este ciclo. Un sol rajante, un calor al límite de lo soportable y las gambas
a punto de tirar la toalla, nada pudo impedirnos ver bien temprano a Massacre Palestina, la banda del inefable
gordo Wallas. Descarga de los mejores
temas de El Mamut y Ringo (discos bisagra de esta banda ya
longeva) y el placer de una charla en la que el frontman no esquivo ningún
tópico.
Las Manos de Filippi y su
mensaje contestatario, Kapanga y su
estilo cuartetero y jodón y el estremecedor sonido de Molotov no fueron sorpresa para un público que los conoce
sobradamente. El detalle que tal vez no todos sepan es que los mexicanos no
querían perderse la fiesta y facilitaron su presencia viniendo a tocar sólo por
los tickets aéreos.
Tampoco fue sorpresa el cierre de Las Pastillas del Abuelo, merecido en cuanto a la enorme
popularidad que consiguieron; ni el magnífico y provocador show de Babasónicos que en reconocimiento a su
ausencia del año anterior y a la cantidad de hits que acumularon se despacharon
con una lista de temas coreables todos, dejando para otra ocasión lo
experimental. Así como los amantes del reggae, con su rancho aparte cada vez
más convocante, mecían sus cabelleras al ritmo de Nonpalidece, Zona Ganjah,
Dancing Mood, Resistencia, Kameleba, Riddim, Hijas de Zion y Rondamon.
Pero lo nadie podrá olvidar es la espectacular
presentación de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur, los Illya Kuryaki and the Valderramas. Su
regreso no fue en vano al traer consigo Chances,
un excelente disco reunión con temas nuevos que en algunos casos compiten en
popularidad con algunos de sus “viejos” hits. Así los flamantes Ula ula, Funky futurista, Madafaka
(con los Molotov de invitados en el disco y en el escenario) y Águila amarilla (conmovedor homenaje a
papá Luis) le pelean protagonismo a Chaco,
Jaguar House, Abarájame y Jennifer del Estero.
Los Kuryaki dejaron la vara muy alta, quien quiera superarla tendrá que
preocuparse por montar un show muy bien producido musicalmente, con un banda
que mezcla entrega, glamour y virtuosismo por partes iguales y canciones que
hagan mover a una multitud sin necesidad de gestos demagógicos. Mientras esto no
se consiga, el de IKV quedará por mucho tiempo como uno de los mejores shows
vistos en el Cosquín Rock.
Una mención para Santa María de Punilla que luego de tres
ediciones de este ciclo parece haberse convertido legítima e indefectiblemente
en la nueva Capital del Rock. Porque su intendente aunque parezca un figuretti apoya el proyecto para la
ciudad y porque el pueblo así lo decidió, abriendo sus puertas como buenos
anfitriones a las más de 100.000 personas que superpoblaron sus calles durante
el fin de semana largo de carnaval. No es tiempo para lamentarse, siempre es así,
unos ganan y otros pierden, lo importante es saber verlo a tiempo.-
Felicitaciones Néstor, gran descripción y sentir de esta edición 2013!!!! abrazo, Martín Pozzo, director de revista La Negra
ResponderEliminarMuchas gracias Martín!!! y un placer como siempre encontrarme con vos en cada Cosquín Rock. Hasta la próxima, abrazo!!!
EliminarGracias por nombrar a DRAKO en la nota. Este fue nuestro 4to cosquin rock y lo disfrutamos a pleno.
EliminarSaludos
Seba Geranio
DRAKO Manager
Por nada Seba, son una excelente banda. Felicitaciones!!!
EliminarAbrazos
Néstor
Solamente alguien que lleva una pasión como la tuya, por el rock, puede describir algo en la forma que lo has hecho. Felicitaciones amigo. Un abrazo. Héctor Cícero.
ResponderEliminarMuchas Gracias Héctor!!! un abrazo!!!
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