LIBROS / NOVEDADES
Por Néstor
Pousa
La palabra “periodista” no necesita del
lenguaje inclusivo, su acepción es indistinta para ambos géneros. En Yo estuve ahí… Testimonios sobre el Rock en
Córdoba, nueve profesionales de reconocida trayectoria en los medios, aportan
sus experiencias personales, sumado a entrevistas de rápida resolución y
narraciones en primera persona de gente vinculada al género en Córdoba. Raúl
Dirty Ortíz, Martín Brizio, Martín Carrizo, Rodrigo Artal, Pablo Ramos, Humberto
Sosa, Soledad Toledo, Elisa Robledo y Carlos Rolando (este último, además
compilador de los testimonios), son los encargados de transcribir al papel sus
vivencias vinculadas al rock de Córdoba en las últimas décadas. De esto se
trata este trabajo de reciente edición, el primero que sobre temática rock
lanza la Editorial de la Universidad Nacional de Córdoba que codirigen José
Ortega y Marcelo Bernal.
Si bien Martin Carrizo, por una cuestión
de edad, no estuvo ahí cuando Los Teen
Agers cordobeses se lanzaban a la aventura como banda de rock, sí estuvo
dispuesto a realizar un profundo trabajo de antropo-rock sobre los orígenes del
género y elaboró una osada teoría con la que pateó el tablero, la que documentó
en Radio Roquen Roll I y II: el rock de autor en castellano
habría surgido a orillas del Suquía, antes que con Los Gatos Salvajes rosarinos de Litto Nebbia. Carrizo (periodista,
conductor de radio y coleccionista de música), en Yo estuve ahí… aporta nuevos y reveladores datos que reafirman el concepto,
a la vez que sostiene que con un poco de rebeldía y persistencia hubieran
torcido la historia que finalmente, y como sabemos, tuvo otro relato.
Yo estuve ahí… empieza con dos entrevistas tan informales
como sus protagonistas: ellos son Carlos Avalos y el Chino Baró, dos de los integrantes
originales de Los Bichos, banda
cordobesa que llegó a codearse con los fundadores del rock en castellano. Repasar esa parte de la historia, hasta
ahora desconocida por muchos, y tal vez rendir un necesario homenaje, es lo que
se propuso Carlos Rolando en la primera parte de este trabajo.
Con Raúl Dirty Ortiz no hacen falta las presentaciones,
su vasto curriculum habla por sí solo. Él fue el relator de salto en alto, de
su inspirada pluma salieron las letras de Proceso a Ricutti y otros tantos textos.
De eso y de sus experiencias iniciáticas en el periodismo en una ciudad llamada
La Falda, cubriendo un legendario festival de rock en los ‘80, da cuenta en sus
líneas, aunque asegure que escribir sobre el pasado no es su actividad
favorita.
A Humberto Sosa (ex guitarrista de Washington
Canesú y Las Solapas, entre otras actividades) le tocó documentar desde adentro
los ’80, el post punk, el dark y algunos de los antros en los cuales bullía el
movimiento under.
Rodrigo Artal (conductor radial,
director artístico, movilero y actor) nos devela las dos caras de Barrio
Güemes, su barrio. El antiguo “Pueblo” y la modernidad que estalla en
marquesinas multicolor con seductoras propuestas nocturnas de entretenimiento
musical y gastronómico. Artal que conoce sus calles como la palma de la mano, también
dará cuenta de los orígenes de la mítica Radio La Rocka.
“Los noventas fueron una década larga y
sinuosa”, asevera Pablo Ramos (docente e investigador de la UNC, trabaja en
radio y medios gráficos), y desliza una frase concluyente: era más fácil tener
una viola y un amplificador que conseguir trabajo. Con un relato intenso y
memoria difusa, pero asistida por compañeros de ruta, le tocará explicar cómo
fue resistir la decadencia.
De los 2000 a la actualidad, de las
innumerables salas de conciertos y pubs que emergían y se sostenían con más
voluntad que recursos financieros (desde el iniciático El Mariscal, pasando a
Casa Babylon, 990 Arte Club, Captain Blue, El Ojo Bizarro y tantos más), de las
bandas que pululaban por la noche cordobesa, nos cuenta Martín Brizio, otro
especialista con 30 años ininterrumpidos de actividad radial, desde la FM Joven
y un programa clave para la difusión del metal pesado: Encrucijada del Metal. Brizio también se extenderá en temas como el
nacimiento de Cosquín Rock, el final de Los Redondos en el mismísimo Estadio
Córdoba y la tragedia de Cromañon.
Las chicas claman por su espacio en esta
historia sobre el rock de Córdoba. Elisa Robledo (gestión y comunicación
relacionadas con la música, el arte y la cultura) nos cuenta sobre la movida en
Villa María con el 2008 como año posible y su posterior mudanza a la capital de
la provincia. Es ella quien también rubrica el epílogo.
Soledad Toledo escribe sobre el año en
el que estallamos y la primera noche en la que Belle Epoque abrió sus puertas, otro de los lugares de culto.
La cuarta y última parte del libro está
dedicada a Entrevistas, breves,
agiles, entretenidas. Tito Acevedo, mentor de Tonos y Toneles, y una infinidad de anécdotas relacionadas a la
actividad; María Pía Arrigoni, una de las pocas mujeres a cargo de la
producción de campo en espectáculos de rock; Tincho Siboldi (ex Proceso a
Ricutti) y como fue pegar un hit desde Córdoba; Fernando Caballero y el día que
acompañó a un Spinetta sinfónico; Daniel Miraglia, de guitarrista de rock a
trabajar con grupos de cuarteto; Nicolás Bravo y la fotografía de rock; Héctor Perro Emaides y las desopilantes aventuras de
un productor atípico; Pablo “El Colo” Yuan y la seguridad en espectáculos en
vivo, Rossana Vanadía, la chica rocker que hacía periodismo en un espacio donde
los chicos tenían la primicia (“Pero no acusé recibo de alguna diferencia”,
sic); Lagarto Guizzardi y Toto Colombo y los choripanes para
La Falda Rock; Marcelo Gómez y los 29 años de un clásico radial: Al Abordaje. Y Pablo Aymal, Claudia
Sawka, Ricardo Cabral, Cecilia Chux Picco, Martín Toledo, Luciana Mora. Y
tantas otras historias más en un libro que se presume de lectura imprescindible
para los devotos del rock made in
Córdoba.-
Me imagino que debe haber testimonios imprescindibles e inolvidables del rock, esta musica que amamos tanto.
ResponderEliminarEspero poder llegar a este libro pronto.
Saludos!