Foto: Facundo Luque - La Voz digital |
EN CONCIERTO
Por Néstor
Pousa
Si repasáramos los primeros años de la siempre
prolífica carrera musical de Joan Manuel Serrat podríamos coincidir si
temor a equivocarnos que su disco Mediterráneo fue el que lo consolidó definitivamente
como el gran autor y compositor de habla hispana. Ese disco rápidamente se
transformó en un grandes éxitos, repleto de canciones imborrables que,
muchas de ellas, no podían faltar en cualquier presentaciones en vivo.
Mediterráneo, la canción que da nombre al disco, fue
su carta de presentación desde aquel lejano 1971 en que fue publicado. No
extraña entonces que su creador haya decidido homenajearlo con una nueva gira a
escala mundial que se conoce como Mediterráneo
Da Capo, una expresión musical de origen italiano que significa “volver al
principio”.
La segunda de las dos funciones mostraba
a la sala de Espacio Quality de Córdoba tan repleta como la del día anterior.
Las entradas se agotaron rápidamente ni bien se abrió la venta de la escala
cordobesa. Es que Argentina, y Córdoba, siempre fueron incondicionales al
catalán y le prodigan su amor y reconocimiento sin mesura.
Casi al filo de las diez de la noche la
banda de acompañamiento arremetía con un medley
instrumental sobre canciones de la obra que esa noche será repasada en forma
completa en sus diez movimientos.
La intro sirve para calentar los dedos y
poner a la platea en situación de concierto. Hasta que aparece la figura
central para una primera versión de Mediterráneo,
leit motiv de este renovado
encuentro. Luego, y a modo de prólogo, apunta que puede que resulte extraño
celebrar un disco a 47 años de su lanzamiento, que lo lógico hubiera sido
hacerlo a los 50, o en alguna otra fecha “redonda”. No es la ansiedad lo que
adelanta el festejo, Serrat justifica el apuro en la fragilidad de la vida que
lo llevan a ser prudente, y así invita a un viaje por un disco esencial en su
catálogo, por diez canciones que, revelará, fueron escritas en 1971, en un
pequeño hotel de la Costa Brava catalana, con el Mediterráneo como espejo.
"Mediterráneo" (portada, 1971) |
La velada se aliviana con Tío Alberto, de quien el Nano se apura a
aclarar que “No era mi tío”. Alberto
Puig Palau, el destinatario de la canción, era uno de los tantos pintorescos
habitués que agitaban las noches de Bocaccio, una boite que era sinónimo de la
bohemia barcelonesa de finales de los ‘60 hasta mediados de los ‘80. Como
souvenir Serrat conserva el taburete tapizado en rojo que hasta hoy lo acompaña
en todos sus conciertos y cuida como un fetiche.
En el último tramo de la primera parte
se suceden más clásicos como: La mujer
que yo quiero (“Con dedicatoria transversal”, sostendría con humor), la
historia de amor de Lucía, la
evocación al Quijote de la Mancha en Vencidos (con letra de León Felipe) y Aquellas pequeñas cosas. Como un viaje
musical circular, que termina y vuelve a empezar, el primer tramo del concierto
cierra con un nuevo vuelo rasante por un fragmento de la canción que titula el
disco.
"Mediterráneo Da Capo" en Quality |
La lista de bises (Fiesta y De cartón piedra)
ya no es tan extensa como en otras épocas, Serrat bromea con esa imposibilidad
pero promete una futura visita. Con el cierre del show se relaja y ahora sí
responde comentarios y recibe algún presente al pie del escenario. A sus casi
75, con su apostura de hombre español y sus modos de catalán intactos, cada
nuevo encuentro siempre será esperado y muy bien recibido por aquí.
Lugar: Espacio Quality
Fecha: 27/10/18Asistencia: entradas agotadas
Prensa: Fátima Siri
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