A 9 años de su primera visita
a Córdoba el músico canadiense conmovió a un Orfeo repleto que se rindió ante
sus universales baladas de amor y un intenso show de rock & roll. Aquí un
repaso.
RECITALES
Por
Néstor Pousa
“I
don’t speak spanish, i’m sorry”,
de esta forma se lamentaba Bryan Adams (57),
que se presentó en el Orfeo Superdomo de Córdoba el domingo 24 de abril por la
noche, por no poder comunicarse con su público cordobés en idioma castellano. El condicionamiento
no fue una barrera para expresarse permanentemente, primero para explicar que
iba a ser un show largo (casi dos horas de duración) en el cual con su banda
repasarían viejas, muy viejas y nuevas canciones, estas últimas las que
pertenecen a su más reciente disco: Get up, que contó con la producción
de Jeff Lynne, capo de la Electric Light Orchestra. De hecho la apertura del show fue rockeando con una de sus nuevas
canciones Do what you gotta do (algo
así como Haz lo que tengas que hacer).
Y eso fue lo que hizo el canadiense, hacer lo que tenía que hacer, respaldado
por una banda en formato de quinteto con músicos muy eficaces, especialmente su
primera guitarra Keith Scott a quien Bryan otorga buena parte de protagonismo
durante toda la función, y aquel responde con solos de alto voltaje eléctrico para
luego pasar con la misma destreza al sonido de las cuerdas de nylon de una
guitarra española en la canción Have you ever
really loved a woman, motivo de la película Don Juan de Marco. Ambos momentos, el de los rockanroles épicos y el
de las universales baladas de amor, son recibidos con idéntico entusiasmo por
una platea absolutamente colmada y en éxtasis. Pero la primera gran ovación se
experimentó con Heaven en una notable
versión que hizo enmudecer a una multitud por demás bulliciosa esa noche. Era una de las canciones más esperadas,
aunque no la única. En clave eléctrica
descollaron momentos como Run to you,
Kids wanna rock y Summer of ‘69, todas pertenecientes a Reckless
(1984), álbum fundamental en su carrera y el más revisitado en esta nueva gira
que lleva por nombre Get Up Tour 2017.
Pero los
momentos brillantes abundaron en un show que no conoció altibajos. En especial
cuando aparecieron números como It’s only
love y Somebody (otras dos de Reckless), Here i am y (Every thing i do)
I do it fot you.
Esta
presentación, que fue la segunda en nueve años en la capital cordobesa y tiene
un deslumbrante desarrollo visual desde la pantalla de alta definición que
contrasta con la sobriedad del vestuario de los músicos (todos de impecable
blazer negro, camisa blanca y jeans), prevé instancias claves, como cuando Adams
invita a una de las tantas chicas que colmaron en mayoría el domo a bailar la
siguiente canción. Con ojo clínico detectó en la zona media de la platea baja a
una morocha de remera negra y la seleccionó para para bailar el sugerente blues
If
you wanna be bad. Los movimientos de
Lorena Sotomayor (36), cordobesa sobre quien recayó la elección, fueron tan
sensuales y perfectos que provocaron el asombro del cantante que con una mirada
cómplice a sus músicos solo atinó a decir: “Oh
my Godness… I love Córdoba!” (“Oh
Dios mío… Amo Córdoba!”). Lorena, que en efecto es cantante y bailarina
profesional, meciéndose al pie de su butaca se llevó la admiración de todos y la
remera oficial de la gira entregada por un asistente. Cumplió un gran sueño, pero
a pesar que insistió no hubo caso, no pudo alcanzar su mayor anhelo de subir a
cantar un tema con su ídolo de toda la vida.
Con la promesa de que
no volverían a pasar otros nueve años para una nueva visita, Adams dejaba en
claro que esta segunda pasada por Córdoba fue mucho más trascendente para los
fanáticos y para el artista que aquella del 2008, en el mismo mes y estadio.
Fue entonces que se entregó a una serie de bises con banda completa primero presentando
Brand new day, de la nueva cosecha, y
un final solista entonando con su guitarrón acústico el clásico All for love bajo un impactante cielo interior,
estrellado por miles de pantallas de teléfono celular. Todos para uno y todo
por el amor.