martes, 9 de febrero de 2016

El Cosquín de los milagros

Brancciari (NTVG), frontman distante.
En medio de un alerta meteorológico se realizó la 16va. edición del Cosquín Rock. Ciro, La Beriso, Don Osvaldo, sin mostrar novedades, fueron los más convocantes. El cierre fue para No Te Va Gustar y una larga lista de invitados.

Por Néstor Pousa 
Cobertura Especial

La reciente edición del Cosquín Rock que acaba de finalizar, número 16 consecutiva en el record histórico del ciclo, comenzó a escribirse en las páginas de informes meteorológicos antes que en las secciones de espectáculos. Tan sólo 24 horas antes de su inicio, la mañana del viernes 5 de febrero, el cielo parecía desplomarse con una de esas tormentas de verano que ocurren cada tanto. Las caras empezaban a mostrar gestos de preocupación, sin embargo para José Palazzo, organizador y productor general del evento, una cosa estaba clara: el festival se iba a realizar a como dé lugar y así lo ratificaba rotundamente en cada nota periodística que le hacían en los medios de prensa que mostraban preocupación por la suerte del festival. Decía Palazzo con su clásico humor irónico, pero muy en serio, que: “Va a ser una fiesta con un poco de barro en los pies”. No estaba dispuesto a asumir otra vez el monumental trajín logístico y costo económico que el año pasado le insumió a su producción trasladar completa la grilla del domingo al martes por los efectos de un diluvio tanto o más impetuoso que el que ahora amenazaba. Aquel que produjo estragos en las Sierras Chicas y puso fuera servicio por 6 meses el nuevo Camino del Cuadrado.
No es inapropiado entonces empezar trazando un mapa pluvial de lo que fue ese fin de semana largo en el Aeródromo de Santa María de Punilla, locación donde se realiza el ciclo desde hace seis años, en donde el sábado amaneció con un sol que cuarteaba la tierra y convertía en un verdadero sauna al predio, estado que cambió gracias a una leve lluvia que llegaría cerca de la medianoche cuando hacían su aparición en escena los nuevos niños mimados del festival, La Beriso, banda de Avellaneda que acredita un estilo con indisimulables influencias de Callejeros. Hasta ahí todo aparentaba normal y hasta parecía que Palazzo había conseguido el celular de San Pedro. Pero había que ser cautos por los pronósticos que mantenían el alerta meteorológico, fue entonces que durante la segunda jornada, en el multitudinario show ofrecido por Don Osvaldo (sustituto de Callejeros que comanda Pato Fontanet) comenzó una lluvia de proporciones que no cesó hasta el otro día, poniendo a prueba tanto a la sólida infraestructura de este festival campestre, como a su fiel público. Y hay que decirlo, ambos soportaron estoicamente y a pie firme, casi con obstinación. El lunes amaneció inestable y con lloviznas aunque despejándose por la tarde con lo cual la jornada de cierre se pudo resolver con un clima ideal, ni lluvia, ni calor, ni frío, en definitiva un alivio ante tanta inclemencia. Aunque la profecía de los pies embarrados se cumplió a rajatabla.
   
Walas con Massacre, cátedra de buen rock
Modelo europeo. Si el festival se bancó inmutable tantos contratiempos, habría que agregar el tremendo caos vehicular en que se convierte la RN38 desde Córdoba hasta Cosquín, es por una impecable organización, la estructura y logística sin fisuras, un estándar de calidad que se afianza cada año, en donde se verifica cada detalle, se resuelve cada error y con ideas “importadas” de los principales festivales campestres de Europa, por ejemplo el Roskilde en Dinamarca y el de Glastonbury en Inglaterra. Basta con mencionar la disminución de generación de basura con la implementación de vasos reciclables y el no uso de volantes publicitarios de papel. El Cosquín Rock de Argentina del escenario para atrás es una empresa que funciona aceitada y en la que cada uno de sus integrantes cumple con su rol, siempre ante la atenta mirada del responsable principal que aunque delegue obligaciones, se encarga de supervisar todo y comunicarlo con vehemencia. En la faz artística la grilla apostó a lo seguro con los números que el público coscoíno conoce y espera. Ciro y Los Persas, La Beriso, Don Osvaldo, Las Pastillas del Abuelo y Las Pelotas (que mantiene su record de única banda con presencia en las 16 ediciones) no habrán mostrado novedades pero fueron los encargados de agitar la taquilla. Boleterías que fueron menos visitadas para el sábado de apertura (28.000 asistentes) y reventaron el domingo y lunes (cerca de 38.000 mil en ambas jornadas).
                                                                                                                                                       
Iorio (Almafuerte), argentinidad al palo
Peso argento. A Ricardo Iorio pudieron convencerlo de que asista a la sala de prensa, hacía mucho tiempo que no respondía las preguntas de los periodistas allí acreditados y aunque sus respuestas pueden resultar previsibles y aportan más notas de color que otra cosa, la carpa estaba repleta de reporteros. Claro, Almafuerte se había ganado el privilegio de mostrar lo suyo en el escenario principal en lugar del Temático Heavy, aunque el líder aclaró: “Heavy Metal no es lo mismo que Metal Pesado, El Metal Pesado en sus letras habla de la Patria”. Fue en el mismo día que en el Hangar se repasaba la actualidad del rock hecho en Córdoba con interesantes performances de: Trebolares, Nóstica, Los Monkys, Planeador V, Sir Hope, Segundo Nova, Cith, Los Cocaleros y Géminis, entre otros.
El sábado todo giró en torno a Don Osvaldo, si hasta se desplazaron los muy estrictos horarios de cada show para esperar que ingrese la totalidad del público afín a este nuevo proyecto del exCallejeros Patricio Santos Fontanet. Los cordobeses de Eruca Sativa (por fin en horario central), Guasones, los uruguayos de La Vela Puerca y Las Pastillas completaban la grilla de una noche en donde las cruces de sal no funcionaron para cortar la tormenta.
El lunes, luego de que Walas y Massacre volvían a dar cátedra de buen rock en el atardecer del tablado más grande, la actividad en la sala de prensa fue incesante con conferencias de Yamandú Cardozo (Agárrate Catalina), Adrián Dárgelos (Babasónicos), José Palazzo (organizador) y No Te Va Gustar. A la hora de los bifes los dirigidos por Yamandú fueron la consagración en el Escenario Alternativo ante un público híper politizado que matizó la espera con cánticos anti-Clarín. Ofrecieron una versión compacta de su nuevo espectáculo conceptual Un día de Julio que dos días antes habían mostrado en forma completa en el Auditorio Municipal de La Falda con el mismo rotundo suceso. Lo mismo para Catupecu Machu en el Espacio Geiser con su set acústico titulado Madera.Microchip, que si bien fue concebido para teatros o espacios cerrados, merecía ser mostrado a una mayor cantidad de público en el escenario principal.

La Catalina, talentosos y divertidos
Noche uruguaya. En una noche con mayoría de presencias charrúas, los NTVG hacían prevalecer su estrellato imponiendo algunas condiciones (no permitieron la transmisión en vivo de su show, entre otras cosas). Emiliano Brancciari (voz y guitarras) anticipaba un show largo e importante nómina de invitados especiales. Una extensa lista de hits junto a notables como la murga Agarráte Catalina (hermosa versión de Clara enganchada con La puerta de atrás) y Hugo Fattoruso, acordeón en Clara y solo de piano en Chau. Que una celebridad como Hugo Fattoruso, ex integrante de Los Shakers, Opa y de extensa carrera solista, haya pisado el Cosquín Rock es un dato para el cuadro de honor. Hubo convidados sorpresa como Daniel y Cóndor de la Bersuit (De música ligera y un medley de Verte reír y Un pacto), e inesperados como Joaquín y Leandro de Turf (compartieron Pasos al costado y Comodín).
No hay dudas de que Cosquín Rock es el festival de los milagros. Si hasta consiguió lo que nadie pudo, volver a reunir sobre un escenario a dos irreconciliables como el Indio y Skay. Está bien, sólo fue un entremés de marionetas, pero el público igual armó en el pogo más grande del mundo ¡con dos marionetas! Juro que no lo soñé.

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