Fander
nos presenta “Fander”, su flamante álbum doble en el que repasa parte de su obra
previa, a la vez que estrena nuevas canciones que manifiestan su vigencia. Conversamos
con él.
NOVEDADES
Por Néstor Pousa
Por Néstor Pousa
Lo primero que impacta
mi atención una vez que ingreso en Sala de las Américas de la Ciudad
Universitaria en el momento en que Jorge
Fandermole inauguraba su actuación con una versión actualizada de Río marrón, es el silencio absoluto en
el que se mantiene la platea. Hay algo de ceremonia en esa forma de disfrutar
la música y mucho tiene que ver con la expectativa; la misma que provocó que se
agotaran localidades logrando un lleno total no muy frecuente en los
últimos tiempos salvo, claro está, honrosas excepciones. Se entiende, porque el
santafecino llegaba a esta ciudad que lo tiene al menos una vez al año en su
cartelera de espectáculos, con un flamante disco bajo el brazo.
Fander vino a
presentarnos Fander y la ocasión
merecía una celebración así, a escalas mayores, porque Fander es un álbum doble de gran resolución, editado por el sello
Shagrada Medra
en
abril de este año y que había sido previamente tocado en Buenos Aires, La
Plata, Mar del Plata y Rosario. Córdoba, la siguiente parada, es precisamente
una ciudad que profesa un amor incondicional por el músico nacido en Pueblo Andino,
patria chica distante casi 50 kilómetros al noroeste de Rosario. Un amor que
empezó a forjarse a fines de los ‘90, desde las épocas de Arrope aquel
mítico pub que inauguró la movida musical y cultural en Alta Córdoba. El hombre
atrás de aquel proyecto pionero fue José “Pepe” Morlans, hoy amigo personal y
productor local del creador de la Oración
del remanso.
La historia preliminar indica que Jorge
Fandermole fue
uno de los baluartes autorales de lo que en 1982 emergió con el nombre informal
de Trova Rosarina, con fecha de fundación
simbólica en el verano de 1982 en La Falda, durante la tercera edición del Festival Argentino de Música Contemporánea.
Juan Carlos Baglietto, punta de flecha de aquel movimiento no premeditado
interpretaba Era en abril, uno de los
principales números de un temprano repertorio; una canción de Jorge Fandermole que
rotó incansablemente en los medios y que su autor curiosamente siempre se
abstuvo de grabar. La había compuesto a los 15 años y para cuando se transformó
en hit de difusión él ya lo había cantado demasiado tiempo, argumenta.
Pero la carrera de Fandermole se sustenta con una vigencia notable por ser uno de los autores y compositores más lúcidos de habla hispana, y a la vez uno de los más recurridos por otros intérpretes. Su presente tiene que ver con un nombre necesariamente autorreferencial: Fander, un acertado título que legitima el apodo con el que ha sido afectuosamente llamado desde hace muchísimo tiempo. Así bautizó a su flamante álbum que se desdobla en dos volúmenes distintos en contenido. Fander lo resume así: “El disco 1 tiene canciones de un repertorio más reciente y en el 2 corresponden a nuevas versiones de producciones de los años ‘83, ‘85 y ’88 que estaban en vinilo; la idea era recuperarlas un poco porque no habían sido reeditadas y en esos discos había un material que a mí particularmente me interesaba volver a poner a circular después de mucho tiempo, porque hay generaciones que no lo habían escuchado, y por algunas de esas canciones todavía tengo un especial afecto, todavía las canto y quería que suenen de nuevo”.
Cuando le comento que el disco de versiones no luce
como un repaso “a la grandes éxitos”, sostiene: “No, son canciones que yo prefiero, o que estaban allí como sumergidas,
ocultas y ya no sonaban. Tal vez no sean las que más se escucharon en su
momento, es cierto, pero son las que a mí más me gustan”.
Sí aparecen Río
Marrón, Tema del vino y Canción de navegantes representando a esos
clásicos impostergables de principios de los 80’s; junto a otras como Puerto Pirata (escrita con Lucho González)
y Carcará. Para su autor, actualizarlos
implicaba: “Buscarles una sonoridad que
tuviese que ver con cómo uno siente esas canciones hoy. Estas versiones nuevas pasan un poco por el
oído de uno de hoy, así fue que ambos discos por más que sean de repertorios
muy diversos en cuanto a origen, tienen una buena unidad en cuanto a lo sonoro”.
Suscribo este último concepto.
Entre las nuevas composiciones está Hispano, una de esas canciones perfectas,
con un texto que se manifiesta claramente sobre nuestros controvertidos
orígenes, donde predice: “Ya saldará
nuestro idioma sus dos deudas con la historia: pedir perdón tras los mares y
aquí guardar la memoria”. La conocimos por la extraordinaria interpretación de Baglietto y
ahora Fander deja un registro de su exquisita versión de autor. Y apunta: “La compuse en el 2004, año en el cual toda
la ciudad de Rosario se sumó a lo que fue el Congreso de la Lengua Española.
Surgió con la idea de formar parte de las festividades de ese evento, pero finalmente
no sucedió y la canción quedó en el repertorio. Fue evolucionando, la
arreglamos y quedó tal como la conocemos hoy”.
Hispano es uno de los puntos
sobresalientes del disco 1, pero no el único, ya que figuran composiciones de
profunda belleza poética y enorme musicalidad como Alunados, Yarará, Aquí está la marcha, La luminosa y Corazón de bombisto.
Sustentan la labor de Jorge Fandermole, en la ficha
técnica y en los vivos, sus dos habituales compañeros de ruta: Marcelo Stenta
(virtuosa guitarra solista y coros) y Fernando Silva (bajo, contrabajo y
violoncello); reforzados por el pulso certero de Juancho Perone (percusión),
Carlos Aguirre (piano, flauta e instrumentos digitales), Julio Ramírez
(acordeón) y las voces de los cantautores Julián Venegas y Lucas Heredia
(coros).
Así se armó Fander,
un trabajo ambicioso desde su concepción que arrojó como resultado uno de los
mejores discos del 2014. Que dejó a todos conformes, en especial a su
responsable que revela: “Llevó mucho
tiempo de gestación, sobre todo por esta dinámica de las producciones
independientes que a veces te llevan más tiempo de lo que sería lo conveniente
en el mercado estándar, además por ser un mercado tan conflictivo y crítico
como lo es el del disco, actualmente”.-
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