5 músicos, 11 manos (Foto: Michael Cooper) |
Por Néstor Pousa
Podríamos asegurar
que Michael Cooper estuvo en el lugar
preciso y en el momento oportuno. O tal vez por su cercanía y amistad con los Rolling Stones, pudo predecir el futuro.
Sea que supiera o no lo que iba a ocurrir, ya que estamos hablando de la banda más
longeva del rock mundial; con su ojo avizor y un talento innato Michael se
dedicó a retratar todos y cada uno de los momentos de la génesis del grupo durante
sus primeros 9 años de existencia.
Pero Cooper no era un
mero observador. Fue un artista polifacético dedicado a las artes visuales, especialmente
a la fotografía, que también formaba parte del asunto, y como una consecuencia
no deseada de la experimentación y búsqueda que resultaron los convulsionados
años 60’s a nivel mundial, él pagó con el alto precio de su propia vida.
El legado de Michael,
luego de que en 1973 y a la edad de 32 años tomara la drástica determinación de
quitarse la vida, quedó en poder su hijo Adam, por entonces menor y a cargo de
un albacea. Al llegar a la mayoría de edad, este decide desclasificar esos
archivos para que el mundo se asombre.
En la actualidad todo
ese intenso trabajo se encuentra recopilado en la colección Early Stones by Michael Cooper, son más
de 200 fotografías que abarcan el período 1962-1971, nacimiento de la legendaria
banda. La misma se exhibe en Córdoba y para quien la visita es difícil no
maravillarse ante la fuerza documental que encierra ese material. Ahí están Mick Jagger, Keith Richards, Bill
Wyman, Charlie Watts y el tempranamente malogrado Brian Jones, con gesto
adolescente de los primeros años (early Stones = primeros Stones); inclusive en
algunas tomas de cuando todavía no habían adoptado el nombre con el que adquirieron
status universal. Están los personajes periféricos que rodeaban al fenómeno,
sus amigos, managers, sus históricas novias, las bellas Anita Pallenberg y
Marianne Faithfull. Los grandes conciertos, como la multitudinaria despedida a
Brian Jones en Hyde Park de 1969. El autoexilio en el sur de Francia de 1971. Y
atisbos de genialidad psicodélica como la foto de las “Once manos”. Además de las portadas de discos antológicos como Their Satanic Majesties Request; en un
cruce insospechado con el no menos emblemático Sgt Pepper’s Lonely Hearts Club Band de Los Beatles, del que
Michael también fue autor de la magistral foto frontal. Aun así, la mayoría de
las imágenes documentan momentos de intimidad y de la vida cotidiana de los
músicos, en los que Michael siempre tenía la lente lista. “Jamás te fastidiaba poniéndote una cámara en tu cara, ni haciéndote
consciente de ella. Lo hacía tan bien y tan sigilosamente que la mayor parte de
las veces nadie notaba que nos estaba fotografiando”, aclaró Keith Richards
en uno de sus tantos comentarios que completan la obra. Las fotos que reveladas en blanco y negro
adquieren, gracias al ingenioso diseño de presentación de esta versión
cordobesa, un realce artístico que eleva la muestra a la categoría de
imperdible.
El día de la
inauguración, entre periodistas e invitados especiales, Adam Cooper recorre con
total naturalidad las diversas salas y espacios en donde se expone la obra de su
padre. Con algo de la típica formalidad inglesa, viste de traje aunque sin
corbata y luce en la solapa un pin con la lengua Stone. Adam manifiesta estar “Totalmente
destruido”. Junto a su mujer, la argentina Silvia Ripoll, y a Elio Kapszuk,
ambos curadores del proyecto, estuvieron trabajando sin descanso las últimas 48
horas en la puesta a punto de la exposición; aun así responde muy atento y amable
ante la requisitoria del cronista, y en un aceptable castellano con acento británico relata
la sucesión de hechos que dieron vida a la muestra. “Para el 50°
aniversario de los Stones recibo una invitación especial de la embajada de Gran
Bretaña en Buenos Aires, preparamos un pequeño show de 30 imágenes nada más y
fue un éxito total. Empecé a pensar en la edición de un libro con 350 fotos y
textos de una entrevista a Keith Richards; yo había producido este libro en
inglés en el año ‘92 y no quedé muy conforme con la impresión y la
presentación. Entonces hablamos con el jefe editorial del Grupo Planeta, que
por suerte es un gran fanático de los
Stones también, sacamos el libro y fue un éxito. Un año después hacemos una
edición para Brasil, otro éxito. Entonces Silvia me dice que lo mejor era
preparar una muestra y planificar un tour por Latinoamérica empezando por
Argentina. En junio pasado lo presentamos en el Festival Emergente de Buenos
Aires, con imágenes un poco más chicas de las que se pueden ver acá, y fue un
éxito increíble con casi 200.000 personas en 3 semanas”.
Adam, que conoció a
su mujer trabajando en la filmación de Highlander
II en Argentina, tomó contacto con Córdoba cuando vino a producir un
comercial para una compañía de teléfonos en la Quebrada del Condorito. “Me gustó mucho Córdoba, la ciudad y su
gente, y gracias a Elio conocí a José (Palazzo) quien tiene mucho interés en traer exposiciones con temas de rock”,
resume cuando le pregunto porque eligió esta plaza.
Adam Cooper interview (Foto: Silvia Bush) |
-¿Dudabas en mostrarla porque era algo demasiado íntimo? “Emocionalmente es difícil -confiesa- pero yo tengo la obligación de mostrar toda la historia, las cosas buenas y las malas. Por otra parte la prensa, de Inglaterra particularmente, escribió que Michael murió por sobredosis de heroína, y esto no es verdad, la verdad es que él sí tenía un problema con las drogas y se internó en un hospital para rehabilitación, pero en esos años ni los médicos entendían muy bien lo que eran las drogas, entonces ellos le sacaron la heroína y le recetaron metadona que es un químico y lo hicieron adicto a la metadona, la que en realidad es más peligrosa y fue peor. Había mucha ignorancia”.
Para ilustrar, cuenta la siguiente anécdota: “Mirá, en una de las redadas en busca de
drogas en Redlands (nota: la casa de campo de Richards, famosa por las
orgiásticas fiestas) entra la policía en
busca de marihuana y en el medio del living había una inmensa mesa de café con
un montón de heroína, pero los policías no sabén qué es, y creen que es
incienso, entonces Mick y Keith tienen un problema por la marihuana pero no les hacen cargos por
la heroína. Ahora, personalmente, yo no tengo mucha simpatía por la gente con
adicción a las drogas duras, porque hay información por todos lados, pero en
los 60’s y 70’s nadie entendía, y hasta ellos mismos no entendían, los 60’s
eran una fiesta…”
-Interminable
“Vos lo dijiste”
“Vos lo dijiste”
-Tu padre tenía una relación muy estrecha con
los Stones, ¿vos prolongaste esa amistad con ellos? “Él
tenía relación con todos, pero en particular con Keith con quien eran íntimos
amigos. Por suerte yo siempre mantuve una buena relación con él, por ejemplo
para este show hablé con su gerente, aunque no necesito permisos, yo tengo
todos los derechos para esto, pero para mí es importante que lo sepa la banda,
ellos conocen cual es mi intención al usar sus caras y a ellos les gusta este
tipo de cosas. Porque hay un montón de gente que no tiene permiso para nada, merchandising
y todo eso, y yo no tengo interés en esas cosas”. Y agrega: “Yo visité muchas veces su oficina en Nueva
York y hay un piso solamente para temas legales en donde trabajan unas 50
personas. Tienen mucho poder, mucha plata y, la verdad, yo no quiero tener
problemas con ese departamento”, remata la nota Adam con una risotada.-