Bgalietto-Vitale: sólo tangos |
COBERTURA ESPECIAL
Textos:
Néstor Pousa / Fotos: Nico Bucci
A comienzos de los años 70’s la
polémica en el Festival Nacional del
Tango de La Falda y en todo el país tanguero, se centraba en si la música
de Piazzolla era o no era tango. Cuarenta años pasaron y con el merecido
reconocimiento ganado por el Gran Astor, los que sostenían la segunda opción
hoy no podrían mantenerse en sus dichos sin al menos ponerse colorados.
En la actualidad el eje de la
discusión alentada por la ortodoxia tanguera pasa por si a los intérpretes
extra tango, les corresponde el derecho de abordar el género sin que se los
trate de meros invasores y profanos. Afortunadamente este dato no amedrenta a
los que les toca el turno de programar la grilla de artistas del Padre de los festivales faldenses, y por
eso pudimos chequear el pasado fin de semana sobre el escenario Carlos Gardel
una feliz convivencia de lo clásico y
lo moderno, generándose un interesante
intercambio y un espectáculo sin pausas, que no decayó en intensidad y calidad.
Mal que les pese a sus detractores, al
nuevo público del tango hoy lo acercan baluartes como Baglietto-Vitale, María
José Demare, Omar Mollo y Adriana Varela. Lo demás debería ser una discusión de
gustos, pero por si alguno le quedaba alguna duda, fue el mismísimo Silvio Soldán el que en la última noche,
puso las cosas en su lugar: “Se trata de
sumar y no de restar, a los chicos de hoy el tango les llega por intérpretes
como Calamaro y no por los clásicos”, aseguró el indiscutido speaker que hizo las veces de maestro de
ceremonias asistido por María Fernanda Corda.
El generoso tango, aquella maravillosa
música que tanto insistieron en inculcarnos nuestros padres, reserva un lugar
para todos los intérpretes y todos los públicos. Pero ¿cuánto falta para que
podamos transitar por él sin complejos de culpa?, según Omar Mollo, ese tiempo va
a llegar, es cuestión de tener paciencia.
Osvaldo Piro y el bandoneón de Troilo. |
Alberto Bianco y Néstor Rolán, figuras
del legendario envío televisivo Grandes
Valores del Tango que conducía Soldán; José Ángel Trelles y su estilo
catártico y Tango a 3 bandas con
Esteban Riera en sus filas, fueron la antesala para dos de los mejores momentos
de la noche del viernes y de todo el evento. La voz de Baglietto con el
acompañamiento musical de Lito Vitale, resignificaron aquello de “Las gotas caen en el charco de mi alma,
hasta los huesos calados y helados, y humillando este tormento todavía pasa el
viento empujándome”. La estremecedora poesía tanguera toma un renovado
vuelo a través de Baglietto-Vitale, quienes hace muchos años no se presentaban
en formato de dúo, y dejaron una selección con: Naranjo en flor, Como dos
extraños, Garúa, Nada, La última curda, Nostalgias
y Una vuelta más (de Rubén Goldín).
Solo tangos y un refinado y ajustadísimo diseño de luces pusieron la vara muy
alta para todo lo que vendría después.
Menos mal que después venía Osvaldo
Piro a cerrar la primera noche, con formación de orquesta, calidad sinfónica y la
presencia de un cantor excepcional como el cordobés Marcelo Santos. Fue el
homenaje a Aníbal Trolio, a cien años de su nacimiento, el eje temático de la magnificente
presentación de Piro, un tributo a Pichuco que se replicó durante las tres veladas.
Ardit: magistral y polémico |
Amelita Baltar expresó que “a La Falda
se viene a cantar tangos”, como si a alguien le quedara alguna duda. Se mostró
canchera y repasó sus colaboraciones para con la obra del creador de Balada para un loco.
A Ariel Ardit y su Orquesta Típica
(formación de cuatro bandoneones, cuatro violines, contrabajo y piano) le
corrieron el telón a una actuación sobresaliente del cordobés radicado desde
hace muchos años en Buenos Aires. Había hecho maravillas con su voz y su aplomo
interpretando María, Che bandoneón, Patío mío y Romance de Barrio.
Pero abusó en exceso de su tiempo en el escenario, y para cuando llegó Sur el gran telón fue corrido
abruptamente e hizo invisible a la orquesta que igual siguió tocando. Fue una
medida que si bien es atribución del jefe de escenario, provocó un desagradable
momento de tensión para todos. Después, la polémica. El cantor expresó su enojo
ante la prensa y los organizadores replicaron con su descargo. Para cuando
bajen las pulsaciones habrá que analizar este hecho, que se puede volver a
repetir en el futuro; pero que quedará como anécdota, así como en el atril de
Ardit quedó Mariposita, el frustrado
bis de una lista demasiado extensa para un festival de grilla amplia.
Al faldense Carlos Habiague no le
tembló el pulso para afrontar la situación y salió al ruedo con un mega show de
ambiciosa producción pergeñado para esta sola noche. Su grupo de respaldo fue
el Contramano Trío al que se sumó el
Coro Municipal de Cámara de La Falda dirigido por el Prof. Sergio Hernández, más
efectos especiales, y luego cambió por Mariachis para un sorpresivo broche,
completando una plantilla de 26 músicos que desfilaron por el escenario.
Habiague logró lo que nadie, una ovación cerrada y de pie, como siempre le
devuelve el público de su ciudad. Apostó muy fuerte con un show de alta escala,
y ganó.
Omar Mollo adelantó "Tangazos" |
A la noche le aguardaba un final
intenso y sin solución de continuidad, primero con María José Demare y su
personalidad y encanto para abordar los clásicos, algunos escritos por su tío
Lucio Demare. Acompañada por el Cuarteto de Esteban Morgado también se mandó
con composiciones propias.
Omar Mollo celebraba sus diez años de
relación con el público de La Falda y presentó parte del material de Tangazos, su flamante disco en vivo que
aparecerá en quince días. Sin chamuyo, ni bises, para que no se repita lo del
sábado, le puso garra a Afiches, Bailarín, Se tiran conmigo y Los
Mareados; pero supo matizar con sensibilidad para que aparezca Grisel (“A esta hay que cantarla bien”, preavisó). Un capo.
La Varela: gran final |
A Adriana Varela le volvieron a dar la llave para que cierre el auditorio, y completó un trío perfecto de indiscutidos referentes del tango con pasado rockero. Surgida de la “escuela del Polaco”, la Varela es tan avasallante en el escenario, como cálida cuando se baja de él. Después de Por una cabeza, Los cosos de al lao, En un feca, Malevaje, de la belleza de Con la frente marchita (el cuasi tango de Sabina) y de hacer cantar Garganta con arena a todo el domo, los últimos trasnochados del domingo no la querían dejar ir, no aceptaban que se empezaban a acallar los sones de una edición inolvidable.-
Certamen Final de
Sub Sedes. El
Certamen Final del Pre La Falda Tango
2014 realizado con los finalistas de las 14 sub subsedes de todo país y de Uruguay,
arrojó como ganadores en el rubro voz femenina a Erica Ritman de Godoy Cruz
(Sub Sede Mendoza) y en voz masculina a Leandro Ponte (Sub Sede San Nicolás,
Buenos Aires), ambos se hicieron acreedores a debutar en el escenario mayor.
Este certamen es el sucedáneo actual
de lo que hace diez años atrás se conoció como el concurso de Solistas de
Tango de donde surgieron, entre otros, figuras como Esteban Riera. La
promoción de nuevas voces tiene a su vez como antecedente histórico, en esta
misma fiesta y en sus primeros años, lo que se conoció como el Gardel de Oro,
galardón que entregaba la comisión del viejo Festival Nacional del Tango a los
intérpretes que eran revelación de cada edición. Fueron sus ganadores artistas
como: Claudio Bergé, Carlos Solari, María Garay, Roberto Argentino, Néstor
Prado, Carlos Fernán y Graciela Susana.-
El Tango en La
Falda, una historia a punto de cumplir 50 años.
Por
su importancia y trayectoria La Falda Ciudad
Tango (tal su nueva denominación) es el padre de los festivales faldenses.
Nacido en el verano del año 1965, este ciclo que indiscutiblemente identifica a
la ciudad en el contexto nacional e internacional, alcanzará las primeras cinco
décadas de existencia en el 2015, cuando se realice la trigésimo segunda
edición.-