El reconocido músico argentino está celebrando 45 años de
trayectoria con una gira en la que presenta su flamante álbum con nuevas
versiones de sus clásicos. Crónica del show en Quality
de Córdoba.
EN CONCIERTO
Por Néstor
Pousa
La imagen que nos devuelve David Lebón
desde el escenario es la de un tipo relajado y de muy buen humor, física y
espiritualmente en estado de gracia. Enfundado en unos jeans y una amplia
camisa leñadora y pronto a cumplir 67 años en octubre, el notable violero asegura
sentirse mejor que a los 20 y agradece que una discográfica multinacional lo vuelva
a convocar para un nuevo trabajo. Fue a través de Sony Music que salió el
flamante Lebón & Co. (que ya comentáramos en estas columnas), un disco
de versiones de sus clásicos con renovados arreglos, la participación de
invitados especiales y la producción artística de Gabriel Pedernera (baterista
integrante de las banda cordobesa Eruca Sativa).
En 2018 el fundamental músico argentino
celebró 45 años de trayectoria, a contar desde la edición de su debut solista (“David Lebón”, 1973) y este proyecto
estaba destinado a celebrarlo, pero por su ambiciosa producción debió salir con
un año de delay.
El sábado 31 de agosto fue la noche de
su presentación para Córdoba en la sala Quality Espacio (Av. Cruz Roja
Argentina 200), un lugar ideal para escuchar conciertos, con un aforo ajustable
a cada pretensión. La presentación del
disco era la excusa de este concierto al que el Ruso llegó con banda completa para
revisar algunas de esas canciones en actualizadas versiones.
Ante una sala repleta y con los músicos dispuestos en sus lugares, se corrió el telón para que comenzaran a sonar los
acordes de En una hora, un número
ideal para la apertura, con el que su creador empezaba a despuntar el vicio de
héroe de la guitarra. Dejá de jugar
fue la canción que inauguró la lista de Lebón & Co, con Dhani Ferrón haciéndose cargo de las partes que Coty Sorokin
hizo para el disco.
A propósito, es fundamental en el actual
sonido de Lebón la presencia de un músico como Ferrón. Si bien es reconocido
como bajista, aquí se encarga de las segundas guitarras, de seis y doce
cuerdas, eléctricas y acústicas, además de los coros y las voces adicionales,
con notable precisión. La banda suena compacta y potente, rockea y funkea con
solvencia, un sexteto que se completa con el experimentado Daniel Colombres en batería, Leandro
Bulacio en piano, Roby Seitz en bajo y Tavo Lozano en teclados y guitarra.
Este concierto pone énfasis en el
repertorio de Seru Giran, súper banda que Lebón fundó a finales de los setenta
junto a Charly Garcia, con Pedro Aznar y Oscar Moro. Repasaron muchos de sus
clásicos, como Esperando nacer, Cuánto tiempo más llevará y En la vereda del sol.
Siguió un mini-bloque dedicado a Pescado Rabioso con Dhani Ferrón entonando
Credulidad con estilo spinetteano. Luego
David cerraría ese momento con Hola dulce
viento, la primera canción que escribió para aquel legendario grupo del
rock progresivo nacional que integró junto al Flaco Spinetta.
Con luces tenues y alineación de trío,
Lebón, Bulacio y Ferrón, armarían un set de versiones semi-acústicas con El tiempo es veloz (etapa solista), Parado en el medio de la vida y San Francisco y el lobo (dos covers de
Seru).
La referencias a esa banda, para
regocijo y sorpresa de los numerosos fans presentes, no se detendrían allí, se
prolongarían con Encuentro con el diablo
y Noche de perros, con su dramático final
de obra maestra, y una vez más David concediendo sus inspirados solos y sus
agudos vocales como puñales.
El revisionismo no incluiría su obra más
reciente, por eso no hubo canciones de Encuentro
supremo, aquel disco que fechado en 2016 ratificó su vigencia de gran autor.
A cambio siguió con una versión de Puedo
sentirlo, un éxito cosecha ‘87, y otra vez Ferrón al rescate para cantar
las partes que Julieta Venegas aportó en
Lebón &Co.
Reacio a conceder bises, esa institución
de la música en directo por la cual el músico se despide para luego volver ante
el clamor del público, David avisa que quedan los cuatro últimos temas. Mundo agradable el primero, un clásico
revitalizado, que en estudio grabó con Ricardo Mollo. Copado por el diablo, un hit eterno que lo acompaña desde 1973. Sueltate Rock & Roll, la enérgica oda inconformista que produjo la reunión 2019
de Polifemo, trío formado en 1976 con Rinaldo Rafanelli y Juan Rodríguez. Y,
finalmente, Seminare, la canción de Seru que más lo identifica. Lebón se despidió
(sin bises, el que avisa no traiciona) prometiendo volver, admitiendo que
necesita el contacto con su público más que nunca.-
Fotos: Producción David Lebón
No hay comentarios:
Publicar un comentario