El
ex guitarrista de Manal y La Pesada del Rock, pionero del blues y el rock en
castellano, está celebrando 50 años de carrera con una gira nacional que lo
depositó en Cosquín.
EN CONCIERTO
Por Néstor
Pousa
Si alguien que no lo conoce se lo cruza por la
calle, difícilmente pueda imaginar que ese hombre pertenece a la elite de
músicos que hace 50 años fundaron rock en castellano en Argentina. Su aspecto
de hombre común con ropa de calle, camisa a cuadros, campera de polar gris,
haría difícil suponer para algún distraído, que se trata de Claudio Gabis, miembro fundador de Manal
e integrante de La Pesada del Rock & Roll, y como guitarrista de blues, uno
de los mejores rankeados de nuestro país.
Pero cualquier incógnita se despeja cuando se cuelga
su inseparable Gibson 335, la viola que habitualmente usa, y le empieza extraer
los sonidos del Blues de un corazón
destrozado. Es la segunda fecha de su mini-gira cordobesa, la que forma
parte de una gira más amplia y de carácter nacional para celebrar sus 50 años
de carrera. Lo acompaña una banda de músicos formada ad hoc por Esteban Kabalin, mentor de esta y todas las recientes
giras de Gabis por Córdoba y quien, además, se encargará de la parte vocal.
Es viernes a la noche en La Encrucijada, el pub de Cosquín al que se accede por el camino al
Pan de Azúcar, y si no fuera por Fredy Mustafá, propietario del lugar y fan del
rock, una fecha como esta no tendría lugar en Punilla. Mucho menos en junio.
Por eso hay que reconocer el riesgo que toman los responsables del lugar en
programar un show de estas características, pero por muchas razones imperdible.
Las características físicas del lugar permiten
la cercanía con el músico que promete una noche de mucha música complementada
con anécdotas y “algunos chismes” (sic) del rock nacional. Como ya sabemos se
trata de uno de los pilares del rock, que en 1968 fundó Manal junto a Javier
Martínez y Alejandro Medina, y sin dudas tiene mucho para contar.
Ese primer tema fue el único instrumental de la lista,
antes que se sume Kabalin en la voz a la banda que completan Fernando Coco
Yanello en batería (integrante de Pésame,
al igual que el cantante), Gustavo Giannini en bajo y Maxi Cervetti en los
teclados.
La lista sigue con Bajando a Buenos Aires, una composición propia, de 1973, de cuando
ya se había mudado a Buzios, en Brasil. “Me fui porque en esa época el país
andaba mal”, dice, haciendo un deliberado silencio que provoca las primeras
risas y comentarios de la privilegiada platea.
“Cuando empezamos a cantar rock y blues en
castellano decían que era una cosa mersa, berreta". Y agrega: "El rock aquí
era considerado una cosa maldita, no nos quería nadie”
Luego de la temprana separación de Manal y de su
viaje a Brasil, Gabis se incorpora a La Pesada del Rock, esa experiencia
musical de puertas abiertas que comandaba Billy Bond por donde pasaron la
mayoría de los músicos de la primera fase del rock local. Con ellos Claudio
grabó varias colaboraciones en discos fundamentales y dos álbumes propios, a ese
momento pertenece el monumental Blues de
un domingo lluvioso que repasó esa noche.
De su relación con Los Gatos de Litto Nebbia,
banda iniciática del movimiento beat
en Argentina, versionaron uno de sus temas más rockeros, Rock de la mujer perdida.
Y de su estrecha y temprana amistad con Norberto “Pappo” Napolitano recordaron Desconfío, un blues compuesto al piano
por el Carpo al cual juntos le pusieron un título que nada tiene que ver con su
letra.
“Con Pappo nos poníamos a tocar la guitarra en
una piecita hasta que su mamá nos llamaba a tomar la leche. Quiero que sepan
que el Nesquik fue la droga que estimuló el nacimiento del rock en Argentina”, revela,
mientras bebe pequeños sorbos de whisky de un vaso que le custodian los
músicos.
Gabis no para de narrar historias que nos
introducen a cada nuevo tema, como la que inspiró una de las, opina, más bellas
canciones escritas por Javier Martínez, Una
casa con diez pinos. Luego contará que en 1985 regresó al país por un breve
lapso de tiempo, hasta que en 1989 se mudó definitivamente a Madrid (“El país
no andaba bien”, insiste) donde prosiguió su camino como músico y docente,
lugar que es su actual residencia desde hace 29 años, aunque regularmente
vuelva para tocar. De esa época extraerá dos números: Malas condiciones, con fuerte lírica, y Mudanzas 1989, un gran tema que será el
preludio de un final reservado exclusivamente a las composiciones de Manal que
no necesitan presentación, No pibe
(“Queríamos cambiar el mundo”), Avellaneda
blues y Jugo de tomate.
Imposible terminar la noche sin dos bises
calientes como Esto se acaba aquí y Boogie de Claudio en los cuales sacará a
relucir una vez más sus dotes intactas de notable y versátil guitarrista.
Lugar: La Encrucijada del Supaj-Ñu ñu (Cosquín)
Fecha: 08/06/2018