sábado, 1 de julio de 2017

Alejandro Ros: el chico de las tapas

"Soy un músico frustrado" (Ale Ros)
El diseñador estrella del rock argentino nos cuenta de qué se trata “Ros Sin Receta”, la muestra que trajo hasta Córdoba y que se puede recorrer hasta el 23 de julio en “220 Cultura Contemporánea” (Costanera esq. Mendoza)

Por Néstor Pousa

“Está planteado como un resumen de toda mi obra gráfica y un par de performances que hice también de arte”, explica Alejandro Ros sobre la muestra titulada Ros Sin Receta de diseño gráfico para música y editorial que se puede visitar en Córdoba todos los días hasta el 23 de julio en “220 CC”, subsuelo Plaza de la Música (Costanera esq. Mendoza), además de incluir la instalación audio-olfativa Perfumancia que realizó  junto al periodista y escritor Pablo Schanton para la Feria Arco Madrid 2017.
Sin embargo Ros, el diseñador que es referente indiscutido del rock argentino de los últimos 25 años, reconoce que la mayor trascendencia la logró a través de la música, con sus colaboraciones para Soda Stereo, Spinetta, Cerati, Divididos, Fito Páez y Babasónicos, entre muchos otros, y explica por que: “Los discos son como más populares, a los discos los ve todo el mundo, en cambio los diarios solo los ven los que lo compran, también se pueden ver por internet, pero la relación que tiene la gente con la música es muy fuerte, como muy emocional, entonces ese vínculo es más fuerte”, evalúa.
 
"Rex Mix" (Soda, 1991)
  -¿Cómo fue tu ingreso al mundo de la música y cuál tu primer trabajo en este sentido?   
“Una vez que fui a ver a la Mona Jiménez en Cemento (nota: mítica sala de conciertos fundada por Omar Chabán, plataforma del mejor rock de los años 80/90) y el disc-jockey de ahí, Dani Nijensohn, me presentó a Daniel Melero, músico que por entonces producía a Soda Stereo”. 
De esta forma Ros debutó diseñando para el trío de Cerati, Bosio y Alberti la tapa de Rex Mix, EP publicado en 1991. Fue poner en modo inicio la faceta más importante de su trabajo profesional, la que le dio, según él concede, el mayor reconocimiento.

Puede pasar, y de hecho muchas veces sucedió, que una tapa cobre una trascendencia inusitada cuando el disco que contiene se convierte en una obra maestra. En estos casos el diseñador ¿consigue alguna regalía extra? “¡Para nada! -se apura en contestar- yo cobro por el diseño y ya está. Se puede transformar en un afiche o en una remera, ahí ya no tengo nada que ver, ese es el pueblo, pero me encanta que la gente se apropie de las imágenes”, enfatiza.
Para alguien que llegó a prestar servicios para los más grandes de la música, ¿cómo será trabajar con ellos? “Yo me llevó re bien porque soy como un músico frustrado -revela- y tengo el mismo lenguaje de ellos, la música es mi sangre, hablamos el mismo lenguaje, entonces es como mi forma de hacer música”

  -¿Los músicos son muy demandantes o te dan vía libre para trabajar?  “Depende del músico”, hace una pausa y luego completa con una sonrisa cómplice: “… no me hagas dar nombres”.

Ya que no podemos hablar de músicos, hablemos de algunas tapas, no por ser las mejores, ni las más exitosas, hablemos de las más significativas para vos. Empezamos a caminar por la muestra y algunos de sus trabajos más emblemáticos (casi todos lo son) empiezan a aparecer ante nuestra mirada en la forma de gigantografías traslúcidas, “Para Moda y pueblo -recuerda- fuimos con Fito Páez al camarín de Susana (Giménez) a pedirle permiso para usar una foto de ella de los años 80, y nos dijo: “Ay, sí, me encanta que me usen de tapa pero me tenés que retocar la nariz porque ahora tengo otra nariz”, entonces le tuvimos que hacer la nariz actual”.
Seguimos caminando y aparece la de Baldíos lunares disco de Juanse que nos muestra en primer plano unas nalgas, “No es Juanse” -dice sonriendo- se trata de una amiga del líder de Ratones Paranoicos. La siguiente es la portada de un disco de Juana Molina, trabajada sobre una foto tomada con una cámara analógica”, repasa.

"Damas Gratis" (2009)
Estamos en el día de la inauguración y Alejandro se ocupa de todos los detalles, desde la música ambiental hasta los amigos que aparecen a saludar, en general gente del arte gráfico, la música y los medios, todo muy cool. Y en el medio de esa vorágine que implica una inauguración se recompone para continuar respondiendo la entrevista lo más concentrado posible.  De repente le observo que si la idea era que eligiera algunos de sus trabajos más significativos, en realidad estamos viendo los que van apareciendo en modo random según nos vamos moviendo por el lugar. Entonces le propongo que me hable de alguna, aunque no esté a la vista. Sin dudar elije la de Damas Gratis, tal vez para demostrar que su trabajo no se aísla en el nicho del rock. “Una vez vino Pablo (Lescano, líder del grupo de cumbia villera) a mi casa y me empezó a contar de todas sus locuras y sus cosas, entonces le dije: ‘bueno a ver, mostrame tus tatuajes’, entonces se sacó la remera y le saqué la foto que ilustra la tapa de En vivo en el Luna”. Me lleva a verlo, para lo cual cruzamos toda la sala central plagada de esas enormes imágenes transparentes y llegamos a uno de los pasillos laterales tipo catacumba que para la ocasión se ambientó con luz extremadamente tenue, y aparecen por ahí unas vitrinas con discos físicos reales en donde, entre muchas otras portadas reposa el disco del cual hablábamos.
                                                                                                                                                               
Spinetta y las BE (2010)
Nuestra recorrida culmina a los pies de la gran imagen de Spinetta y Las Bandas Eternas, documento que resguarda en audio, imagen y testimonios de lo ocurrido durante el mega-concierto homónimo en el cual el Flaco repasó de forma excepcional toda su vida musical. Hablamos de esa portada. “Dylan Martí, fotógrafo y uno de los mejores amigos de Luis, sacó esa foto durante uno de los ensayos del show”. La imagen, que ya es un ícono, es deliberadamente difusa y Ale nos explica que fue tomada en uno de los pasillos del complejo donde ensayaban para el concierto. “Muchas veces las fotos las tomo yo -aclara- como en el caso que vimos de Juana Molina, porque nos juntamos en su casa y trabajamos tipo un juego; pero si no yo las dirijo, le digo al fotógrafo como es el maquillaje, como es el fondo, los colores, tipo de luz a usar, dirijo la foto”. Luego Alejandro escucha la música y lee todas las letras del disco en cuestión, esa es la mayor fuente de inspiración del diseñador que se transformó en un gurú para los músicos, así desarrolló cubiertas de discos que no casualmente fueron varias veces premiadas en las diferentes entregas de los Premios Gardel a la Música. Sin embargo prefiere restar importancia al asunto. “Son premios de la industria -sentencia- tengo ocho y nunca los voy a recibir. Una vez mandé a una drag-queen a recibirlo por mí. El de Un mañana (Spinetta) se lo quedó Luis, con Luis la relación era de locura, inasible sería la palabra. La única vez que fui en persona a recibir un premio tenía puesta una remera de Coto y fui para mostrarla” (sic).

   -Podría especularse que Córdoba tuvo algo que ver en tu faceta de diseñador de tapas de discos, ya que esta empezó una noche durante un show de la Mona en Cemento.  “Ponele (se ríe). Ese fue el catalizador”.

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