Se
cumplen 47 años del legendario Festival de Woodstock, evento que con una
asistencia multitudinaria se convirtió en el mayor emblema de una generación
que se oponía a la guerra.
FESTIVALES HISTÓRICOS
Por Néstor Pousa
¿Dónde y
cuándo nació el concepto de “festival de rock multitudinario” tal como lo
conocemos hoy?, un formato que tanto éxito consigue y que en algunos casos
alcanza ribetes épicos. Los festivales de rock reconocen como antepasado
directo al Festival
de Woodstock, evento que durante los días 15, 16 y 17 de
agosto de 1969 reunió a los mayores exponentes de la música rock del momento. Por
estos días se cumplen exactamente 47 años de aquel fin de semana en que
profetas musicales como Jimi Hendrix, John Sebastian, Richie Havens, The Who,
Janis Joplin, Joan Baez, Ten Tears After y Crosby, Stills, Nash & Young, entre muchos más;
compartían cartel y escenario con las nuevas expresiones, ilustres desconocidos
como Carlos Santana o Joe Cocker que se convertirían en estrellas en un abrir y
cerrar de ojos.
Para
su concreción cuatro jóvenes de nombre John Roberts, Joel Rosenman, Michael Lang y Artie
Kornfeld, alquilaron una extensión de terreno próximo a una pequeña ciudad
llamada Bethel, cercana a Nueva York, en rigor una granja propiedad de Max
Yasgur con posibilidades para albergar en el mejor de los casos a unas 100.000
personas. Por un error de cálculo el predio se vio desbordado con las 400.000
almas que hasta allí llegaron, haciendo colapsar una logística prácticamente
inexistente, pero a la vez convirtiendo al hoy legendario festival en un mito y
en el más emblemático de toda la historia.
-Sugiero
echar un vistazo a "Woodstock: 3 Days of Peace
& Music",
película dirigida por Michael
Wadleigh (Oscar de la Academia de Hollywood en 1970 como mejor documental)
Curiosamente,
si bien por este hecho y por lo que ocurrió tanto arriba como abajo del
escenario, a Woodstock se lo reconoce
como el génesis, tampoco fue el primero. Ese honor le corresponde al Monterey
Pop Festival realizado en California entre el 16 y el 18 de
junio de 1967. De este ciclo verdaderamente iniciático fue que los creadores de
Woodstock tomaron la fórmula
magistral, y aunque a ambos se los reconoce como el punto de encuentro de la
floreciente cultura hippie de aquellos años, sólo Woodstock alcanzó la inmortalidad como el
portador incansable de los estandartes de paz, amor y no violencia de todos los
tiempos, con fondo de música rock. Un poco más de cuatro décadas y media
después aquel rechazo a la guerra está más vigente que nunca ante un mundo que,
está a la vista, parece no haber acusado recibo del mensaje.
Woodstock a la criolla. En nuestro país a finales
de los años ’60 el rock empezó a germinar con fuerza gracias a la constancia de
los primeros pioneros que comenzaron a advertir que algo estaba ocurriendo
fronteras afuera. Referentes como: Litto Nebbia y Los Gatos, Manal, Moris, Miguel
Abuelo, Luis A. Spinetta y Almendra y Vox Dei, fueron los responsables de reinventarlo
en castellano, naciendo una Nueva Cultura
Joven en nuestro país, que exportaría el fenómeno a toda Latinoamérica y
España, lugares donde parecía absurdo que una música de raíz anglosajona
pudiera interpretársela en la lengua de Cervantes sin perder autenticidad e
identificación.
Era de
cajón que en el rubro festivales tendría su correlato emulando lo que estaba sucediendo
en el mundo. Así, en noviembre de 1970 en el Velódromo de Buenos Aires se
inauguraba el Festival BARock (Buenos
Aires Rock), auspiciado por la revista Pelo,
una de las primeras en la difusión de la cultura rock en nuestro país. Los
30.000 asistentes a esa primera edición pudieron chequear qué era lo que estaba
ocurriendo con las primeras expresiones de lo que por entonces se conocía como Música Progresiva. BARock tuvo su continuidad
en los años 1971 y 1972; y un efímero regreso en 1982 por el impulso de
difusión que tuvo el género una vez instalada la Guerra de Malvinas.
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La primera
mitad de la década siguiente estuvo dominada por el Festival de Rock de La Falda,
cuyo nombre original fue Festival Argentino
de Música Contemporánea. Por aquello de los rótulos y las etiquetas, lo que
antes fue progresivo pasaba a denominarse
contemporáneo. La hegemonía de este prestigioso ciclo faldense
(que tuvo como antecedente una fecha realizada en la Plaza Próspero Molina de
Cosquín en 1976) se extendió durante 10 ediciones, con interrupciones, desde el
verano de 1980 hasta el 2002. Su creador y organizador, Mario Luna,
desvinculado de La Falda luego de 1984, fundaría al año siguiente en la capital
cordobesa el Chateau Rock (con sede
en el estadio mundialista hoy conocido como Mario Alberto Kempes) otro importante
bastión provinciano del rock en el interior del país.
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Las primeras luces del nuevo milenio vieron nacer a un nuevo festival: Cosquín Rock, otra vez en tierras hostiles para el género, al cual le cupo la virtud de desempolvar y reinventar el modelo “festival de rock” y desatar una fiebre de la cual muchos se contagiaron. Este evento considerado en la actualidad el mayor ciclo de rock del país, y cuyos creadores son José Palazzo (continúa al frente) y Perro Emaides (desvinculado en 2005), cumplió 16 ediciones ininterrumpidas en febrero pasado, todo un record histórico de permanencia. Y va por más, la próxima meta para 2017 es abrir franquicias en otros países.-