La primera vez en La Falda para Los Cafres dejó algunos datos para
destacar, a saber: el show empezó más tarde de lo acostumbrado; en compensación
por la espera la banda entregó un show larga duración seguido por un público en
su gran mayoría festivalero. Sin innecesarios juicios de valor, esto último fue
muy notorio ya que habitualmente la gente que concurre a este ciclo se divide
entre locales y turistas que en la mayoría de los casos no son seguidores de las
bandas programadas. La presentación de Los Cafres en cambio contó con público
adepto desde el minuto cero, Guillermo
Bonetto, cantante y líder, desde el escenario constantemente repetía la
palabra feed-back (retroalimentar),
efecto que se logra por la reacción favorable del que escucha cuando conoce y es
afín a la música que se propala, cosa que no ocurre con un público neutro.
En la faz técnica se estrenó un nuevo sistema de
sonido con alta calidad de prestaciones, se utilizó por primera vez una cámara
con grúa para lograr mejores planos de artistas y gente, sumadas a las vistas
aéreas capturadas por un drone que ya
se había estrenado con Caligaris.
Desde Sin semilla,
primera canción de un concierto que empezó con la banda completa en escena
calentando motores y Bonetto irrumpiendo desde el backstage, fueron casi dos horas de show con un mini intervalo promediando
la función. Simbólico, porque Sin semilla
fue nada menos que el tema que los impulsó, la pista uno de Frecuencia Cafre, álbum debut publicado
en 1994. Pero la banda reconoce una trayectoria un poco más larga, con un
primer período de actividad que va desde 1987 a 1989, un intervalo de tres años
en el cual sus integrantes se dedicaron a viajar fuera del país y la posterior reunión
en 1992 hasta nuestros días. Recién entonces es cuando se formaliza la carrera
de Los Cafres con el disco antes mencionado. Pero nada fue tan fácil, ni
inmediato. El mismo día del show, luego del almuerzo y antes de una incursión
por la pileta del hotel que los recibe durante su estadía faldense, el mismo
Guillermo Bonetto nos confiaba que hace 10 años que pueden vivir de la música,
y llama la atención el dato por tratarse de una banda de tan extensa
trayectoria. La fecha es casi coincidente con la publicación de ¿Quién da más? (2004), trabajo que atesora
el hit Si el amor se cae, canción que
los hizo populares y les abrió las puertas de la consagración definitiva.
Guillermo Bonetto es un frontman imprescindible para una banda que cultive música reggae.
Sus bailoteos constantes y movimientos ondulantes a todo el ancho del escenario
no se interrumpen en ningún momento del show. Dirige una numerosa banda que se
conoce desde hace muchos años y suena corpulenta. El Roots Reggae es un estilo que puede parecer reiterativo para oídos
no iniciados o que prefieran músicas de armonías más complejas, sin embargo Los
Cafres saben traducirlo a la perfección y con incuestionable contundencia
gracias a su sólida base rítmica de bajo, batería y percusión, dos teclados,
dos guitarras y los bronces (saxo, trompeta, flauta traversa, en ocasiones
trombón). Bonetto (quien reconoce entre sus influencias actuales al cantante de
tangos cordobés Ariel Ardit) presenta la banda: el imprescindible Claudio Illobre
en teclados y principal compositor, Gonzalo Albornoz en el bajo, Sebastián
Paradisi en batería y sus compañeros, tuvieron instancias de lucimiento
personal. Entre un número y otro el cantante chequea el estado de ánimo de la
platea, arenga para que liberen gritos de euforia y bromea con los del “sector
vip” (sic), la música rítmica se disfruta
mejor de pie y bailando, sugiere a los que no abandonaron su silla en toda
la noche. Se escucharon en la primera parte: Hace falta, Dale!, La música, Kaos, Imposible, Velas y sahumerios, Loco, Barrilete, Tilcara, entre otros. El segundo bloque
fue demoledor por los hits: Aire, Bastará, Tus ojos (será que sos un ángel), Pelusa (dedicado a Diego Armando), Si el amor se cae, Casi que
me pierdo y La receta le pusieron
el moño a una de las mejores noches de un ciclo que de confirmarse esta
tendencia (Los Pericos inauguraron esta nueva temporada del ciclo) puede convertir a La Falda en un nuevo bastión de la música que
profesó Bob Marley.
Fotos: NP