Fotos: Simon Templar |
RECITALES
Por Néstor Pousa
Fue el cuarto
integrante de Soda Stereo en la etapa
embrionaria de la banda, incluso antes de que dieran su primer show, pero
renunció al puesto por considerar que Soda debía ser un trío y no un cuarteto. Richard Coleman, que de él se trata,
debutaría luego como líder de Fricción,
proyecto alternativo donde Gustavo Cerati se corría del centro de la escena
ocupando el rol de guitarrista; y en los 90’s daría forma a otro emblemático
grupo: Los 7 Delfines. Considerado uno de los mejores vocalistas y más
inspirados guitarristas del rock local, Coleman, que decidió ponerle su nombre
a una carrera solista a partir de 2010, cumplió con la habitual escala cordobesa
para continuar bancando su más reciente trabajo, el celebrado Incandescente
(2013) que acredita nominación al Premio
Gardel 2014 como Mejor Álbum Artista de Rock.
Fue el pasado viernes
16 de octubre en las instalaciones de Studio
Theater, un espacio emblemático y agradable para escuchar música en vivo, dotado con muy buen sonido y
luces, al que la gente iba arribando por goteo, circunstancia que provocó una
demora de poco menos de una hora en el inicio de un show anunciado para las
21.30.
Con lleno en la sala,
formato pista y cerveza en mano, el telón se deslizó y descubrió a Richard
Coleman y la banda que lo respalda, la Trans-Siberian
Espress. Coleman, luciendo un look de elegante
rockabilly: impecable saco, gafas oscuras, corte de pelo a la última moda y
guitarrón vintage modelo años 50’s, emprendió con la sinuosa balada que da
nombre al disco. A Incandescente (la
canción) le siguieron Perfecto amor y
Lo que nos une, y uno ya podía suponer
que la lista privilegiaría el repertorio solista por sobre las referencias a su
acreditado pasado como líder de las dos
bandas precitadas. El cuarto casillero, luego
de los saludos de rigor y recordar que el año pasado salteó a Córdoba en la
agenda, lo ocupó Turbio elixir, surco
número uno de Siberia Country Club,
el disco que precedió a Incandescente y
que se constituyó en su primer opus solista.
“Seguimos con los problemas de la
gente hechos canción”, fue la presentación de Normal; seguida de Computer
world (cover instrumental de la banda alemana Kraftwerk) y el hit Como la música lenta, con mención al Club R, desaparecido reducto cordobés
que alguna vez tuvo el nombre de Richard Coleman en marquesina.
“Se
está poniendo bueno”, lanzó con tono de pregunta afirmativa, y
ante la respuesta positiva de la platea su gesto fue elocuente. Un instante
antes el quinteto sellaba una fulminante versión de Caravana, tema firmado por la dupla compositiva Cerati-Coleman,
pero que corresponde al período solista del exSoda. El elíptico homenaje no
necesitaba de aclaraciones obvias y no las hubo.
El clímax se sostuvo con Durante la demolición, única referencia
a Fricción junto con la versión
castellana de Héroes de David Bowie (“Y no me vengan con que el año que viene se
cumplen 30 años del primer disco de Fricción”, advirtió sin nostalgia); y Es tan celosa, el breve repaso por Los 7 Delfines junto con El corazón de los amables.
“Como
dice Sui Generis… todo tiene un final”, avisó (adjudicándole
la cita de Vox Dei al dúo que protagonizaron Charly y Nito), el fingido
equívoco sonó a ironía que anticipaba que Fuego
era oficialmente el último tema del show. Ya en los bises eligió otro hito de
la sociedad creativa con Cerati. No parece forzado, ni especulativo el guiño,
porque más allá de su temprana renuncia a la banda, Richard fue un ladero
incondicional y un amigo inseparable hasta los últimos días de Gustavo. Por eso
cuando se escuchó su versión, solo y con guitarra, de Estoy azulado, otra vez el magnetismo de GC volvió a resplandecer en cada uno de los acordes del clásico de Soda.-
Lugar: Studio Theater - Córdoba
Fecha: viernes 16/10/15
Fotos: Simon Templar
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