sábado, 15 de septiembre de 2012

El regreso de PorSuiLuna

Foto: Facundo Luque / LaVoz.com.ar
Nito Mestre y Raúl Porchetto repasaron en Córdoba sus 40 años de carrera, desde las distintas formaciones hasta las respectivas solistas. La producción de Mario Luna le puso su impronta al show.                                      

RECITALES  

Por Néstor Pousa
                                                                                                        
Una característica en común de las bandas de Rock Argentino que dominaron la escena en los 70’s (segundo ciclo), consistió en que sus fugaces carreras fueron inversamente proporcionales al enorme legado que dejaron. Los grupos y solistas de aquella etapa sentaron las bases definitivas para el rock que vendría, tal como se iba a entender el género en nuestro país. Uno de los lugares, fuera de su cuna angloparlante, donde iba a adquirir su propia identidad. Si no fuera así no se entendería como un proyecto tan informal como fue PorSuiGieco con tan sólo un disco editado, estimule un recuerdo tan potente 40 años después.
Impulsados por esta premisa Nito Mestre y Raúl Porchetto realizaron en Córdoba un concierto como hacía muchos años no podían concretar. Con producción artesanal, difusión a la antigua, entorno universitario y la impronta de Mario Luna, pionero de los productores musicales en Córdoba que ostenta los diplomas de fundador de los Festivales de La Falda y Chateau Rock. La mano de Luna, también de regreso a la producción tras un largo impase, se notó en el detalle de la bienvenida a los músicos a cargo de un gran coro formado por tres grupos de diferentes instituciones aunque aunados por la batuta de su director, el cantautor Ariel Borda, un detallista que en la prueba de sonido ajustó todo con minuciosidad para que nada quede librado al azar, y que después se sentó a disfrutar de la puesta tan entusiasmado como un fan más. Con ellos empezó el concierto. Dos temas: Los cisnes no cantan cuando mueren junto a Raúl; y Aprendizaje con Nito.

La presentación iba a tener varios bloques. El segundo mostró a Nito y Raúl presentando a la banda en pleno para otros dos temas: Y las aves vuelan y Quizás porque. Ya en el segmento de Mestre y su banda, que alista a Ernesto Salgueiro (guitarra, bajo y coros), Fernando Pugliese (teclado y coros) y al flamante fichaje de Jonatan Szer (percusión); quedó claro que los temas de Sui Generis tocan una cuerda en el espectador que no logran otros temas. Son como las primeras canciones de Los Beatles. Y ya descartemos el concepto que son sinfonías para adolescentes, basta con repasar algunas líricas para comprobar que no es así. “La fianza la pagó un amigo, las heridas son del oficial” (de Confesiones de invierno) o “La mediocridad para algunos es normal, la locura es querer ver más allá” (de El tuerto y los ciegos) son muestras contundentes. Sin embargo en el catálogo solista del Nito hay joyas que se encargó de mostrar, como: Espero siempre por vos y El fin del mundo, entre otras; y hubo un estrenó La forma de tu corazón, una brillante interpretación en versión castellana de Shape of my heart, original de Sting y Dominic Miller, que verá luz en su próximo álbum.
Nito debe ser de los pocos que se mantuvo fiel a un estilo sin apartarse un milímetro, sin embargo se preocupó por estilizarlo buscando una excelencia que en su génesis el formato no tenía. Tras ese fin el agregado de la percusión fue fundamental, y así el unplugged (versión moderna del acusticazo setentista) es lo que mejor le sienta al creador de Distinto tiempo. El detalle: faltó el toque de su flauta traversa.

A su turno con Raúl Porchetto, acompañado por Daniel Porchetto (teclados, armónica y coros) y Javier Torrecillas (guitarra y coros), en principio era una incógnita a causa de una laringitis que lo tuvo a mal traer en los días previos y hasta hizo temer por su participación. Por suerte salvo en su parte con el ensamble coral, la voz le respondió a la perfección. Con toda una trayectoria hecha, que en los 80’s produjo hitos como Metegol y Televisión que lo rescataron del under al que parece haber vuelto en parte por decisión propia, a Raúl no es común verlo en directo, y recrear esa experiencia fue un hecho casi extraordinario. En el escenario es un artista muy especial que disfruta más que ninguno de los presentes de la celebración. Su personalidad histriónica y extrovertida, el ida y vuelta con el público, su eterna estampa de rocker juvenil, potenciaron la revisión de números archiconocidos surgidos en las diferentes reencarnaciones del autor. Nuevas adaptaciones de Sentado en el umbral de Dios, Che pibe vení votá, Bailando en las veredas, Algo de paz y Noche y día, fueron muy festejadas en platea y pulman. De Dragones y planetas, disco publicado en 2010, A la luz de una vela y Siempre te esperé, sirvieron para tomar contacto con la actualidad del músico que relanza su carrera ahora con gestión independiente. En el cierre de su set la dramatización de Reina Madre puso de pié a un público a esa hora absolutamente entregado.  
¿Y del mentado PorSuiGieco? Este apareció en las pequeñas dosis de Viejo, solo y borracho, Mujer del bosque y El Fantasma de Canterville; que fueron tocadas bajo la consigna que los inspiró en sus orígenes, juntarse y tocar por diversión.
Nito y Raúl son muy buenos amigos, se conocen mucho y se llevan bien; son muy distintos pero se complementan a la perfección en el escenario. De ahora en más ¿sería un absurdo pensar en la reunión completa de la ficha artística del legendario súper grupo?, convencer a las partes faltantes (Charly, León y María Rosa Yorio) no parece una tarea fácil. No obstante el tiempo dirá.-

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