Hace
dos décadas aparecía El amor después del amor, obra cumbre de Fito Páez y
record de ventas en el Rock Argentino de todos los tiempos. El 2 de junio comenzó
la gira aniversario que en octubre llegará al Orfeo Superdomo de Córdoba.
DISCOS ANTOLÓGICOS
Por
Néstor Pousa © 2012
En 1992, a diez años de su aparición en el
firmamento del rock, Fito Páez ya
había dejado de ser una promesa para convertirse en uno de los referentes más
importantes de una nueva generación de intérpretes, autores y compositores. Entre
1984 y 1990, su talento ya había alumbrado discos notables: Del ’63, Giros, Ciudad de pobres
corazones, Ey!, Tercer Mundo, y en el medio La la la, a dúo con Luis Alberto Spinetta.
Sin embargo renegaba de su destino que lo
condenaba, según él consideraba, a no dar nunca el gran salto. La coyuntura del
país a comienzos de los noventa ciertamente no ayudaba, y Fito amenazaba con emigrar
para buscar nuevos aires para sus expectativas artísticas que no solamente se
proyectaban en la música.
Pero pasó que en una fiesta de disfraces alguien
le presentó a quien sería uno de sus grandes amores, la actriz argentina Cecilia Roth, y esa pareja menos pensada
fue el disparador para la que es considerada su obra cumbre, la que ya se venía
gestando. El amor después del amor
empezaba a tomar forma definitiva, y tenía en una misma persona a su musa
inspiradora y su destinataria directa.
Para el proyecto se destinó un presupuesto inusitado
para aquellos años, se convocaron músicos de primer nivel, todos de la más
estrecha confianza de Páez quien fue asistido en la producción artística y
grabación por Tweety Gonzalez. Una larga lista de prestigiosos invitados había
sido cuidadosamente seleccionada para realzar cada canción, las que se pensaron
para ser grandes éxitos, y en eso se transformaron, ya que de los catorce números
que incluye casi todos fueron a su turno cortes de difusión. Desde el que abre
y titula la placa, pasando por Dos días
en la vida (con Fabiana Cantilo y Celeste Carballo), La Verónica, Tráfico por
Katmandú, Pétalo de sal (con
Spinetta), Un vestido y un amor, Tumbas de la gloria, La rueda mágica (con Charly García y
Andrés Calamaro), Detrás del muro de los
lamentos (con Mercedes Sosa, Lucho González y Chango Farías Gómez), La balada de Donna Helena, Brillante sobre el mic y A Rodar la vida, que cierra el disco y es
el bis obligado de todos sus recitales, hicieron de este un trabajo
absolutamente consagratorio por muchas razones.
El amor
después del amor
se transformó en el record de ventas del Rock Argentino (desplazando de ese
sitio de privilegio al Rockas Vivas
de Zas) alcanzando en la actualidad
la cifra de 1.200.000 copias vendidas; y además provocó una gira de
presentación que en su epílogo llenó tres veces el estadio de Vélez Sarsfield
con 50.000 personas por noche. Esto multiplicó la popularidad del artista, su
público creció hasta niveles insospechados elevándolo a la masividad y sus
conciertos dejaron de ser un reducto sólo para entendidos, y en alguna medida
Páez llegó a renegar de tanta fama.
Para bien o para mal, fue una bisagra en la
vida y la carrera -siempre fueron indivisibles una de otra- de Fito, ¿pero cuál
será la mirada que el músico tiene sobre su obra maestra? Cierta vez, en el
verano de 2006, en una de las largas estadías que regularmente realiza en La
Cumbre -sea para descansar o para crear, ya que muchos de sus trabajos fueron
concebidos o pre producidos por aquí- tuve la oportunidad de preguntárselo, y esto
respondió: “Es muy difícil elegir un
disco, porque yo no hago canciones para vender discos ni para agradarle a
nadie, a mí en cada música que hice se me fueron las tripas, entonces sería muy
injusto de mi parte decir que este está mejor o que quiero más a uno que a
otro; ahora si me preguntás: yo veo que ‘El amor después del amor’ es un álbum
de una contundencia fenomenal, pero eso me lo da el tiempo. Algo pasó ahí, ahora,
los acordes son los mismos, los arreglos son los mismos, a lo mejor está
grabado de una forma un poquito más sofisticada, tiene un audio muy novedoso
para la época, pero ahí posiblemente se hayan sedimentado muchos años de
trabajo, a la vez que también coincidía con cosas de la vida personal. Es un
disco que con los años ha ganado garra”, concluía el rosarino.-
Veinte
años después del amor. No es sorpresa que a dos décadas de su lanzamiento se
haya puesto en marcha una gira mundial para festejar la indiscutida
trascendencia que alcanzaron esas canciones. El tour bautizado Veinte años después del amor comenzó el sábado
2 de junio en Santiago de Chile, y llevará a Páez y su flamante banda a
recorrer San José de Costa Rica, Venezuela, Colombia, Brasil, Uruguay, Perú,
Paraguay, Bolivia, México, Miami, Nueva York, El Salvador, Nicaragua, Honduras,
Panamá, España, Israel, Londres, París; y las ciudades argentinas de Buenos
Aires, Mendoza, Rosario, Tucumán y Córdoba; a esta última está previsto su
arribo para la segunda semana de octubre en el Orfeo Superdomo.
No son todas flores para esta crónica, la
decisión de Fito de no convocar para esta celebración a ninguno de los
integrantes de la banda que hace 20 años estrenó El amor… trajo cierto descontento en algunos de ellos, que a su
manera lo hicieron saber a través de sus cuentas de facebook. Entre ellos el tecladista y guitarrista Fabián Gallardo y
el baterista Daniel Colombres. Aunque el caso que estalló en los medios fue el
de la cantante de blues Claudia Puyó, socia fundamental en la versión original
del leit motiv de la obra, y que hoy
tampoco será de la partida.
Sabido es que algunas declaraciones y
actitudes de Páez últimamente le han traído algunos dolores de cabeza y
exposiciones que nada tienen que ver con la música, y su naturaleza
contestataria que en un principio espantaba a los mayores, hoy no hace distinción
de edades. No obstante, ni siquiera estos entredichos podrán empañar la fiesta
de cumpleaños número veinte de un disco tan trascendente como lo fue El amor después del amor.-
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