Un gato en la ciudad... de La Falda |
El exilio y el regreso, el Rock Argentino, Los Gatos, fueron algunos de los temas que tocamos con el creador de “La Balsa”.
ENTREVISTA
Por Néstor Pousa © 2011
Aparece por la puerta del ascensor del gran hotel con nombre de barco y se dirige directamente hacia mí. “¿Sos vos, no?”, me pregunta. Será simple intuición, o se acordará por la entrevista que le hiciera hace ya varios años atrás en la sala de la malogrado Cine Teatro Gran Rex.
Como sea, él es él, sin dudas. Félix Francisco Litto Nebbia, uno de los músicos contemporáneos más influyentes de nuestro medio, y un gran conversador que siempre te agota la cinta del grabador analógico. De las muchas cosas que hablamos, reproducimos aquí lo más importante de esta entrevista exclusiva en L a Falda.
-¿Cómo fue que se produjo tu exilio en los 70’s?
“El tema de porque te prohibían o te ponían en una lista negra no era sólo porque te encontraran con una ametralladora, era la actitud o el pensamiento que vos tuvieras. Yo soy un tipo muy parlanchín, muy expuesto, muy de decir las cosas que pienso, y lo que pensaba no tenía nada que ver con la actitud militarista de estos tipos. De pronto hubo una época en que no podía tocar en ningún lado. Había mucha autocensura, ibas a grabar un programa a Canal 9 y te decían: ‘Disculpá, pero llegó una orden de arriba que no podés estar acá’, y nunca sabías quien daba la orden, ni cual era la razón. A los tres días tenías un programa en otro canal, y en ese canal ya se habían enterado que vos eras un bicho raro y ellos mismos te prohibían. En la radio no te pasaban, ya tenía discos donde habían tachado temas como ‘Despertemos en América’ o ‘El otro cambio los que se fueron’ que estaba censurado…”
-¿Lo censuraban por la letra, por el título?
“Sí, sí, pero por todo lo que vos escribieras y que tuviera que ver con una perfección del ser humano, ya eras como un enemigo”.
-No hacía falta hablar de política para que te prohíban
“No, no. Y así fue que esto se empezó a poner más agudo, me seguían por la calle, y esto fue creciendo a lo que ya sabemos cómo terminó. Y llegó un momento en que me volví loco, no tenía un mango, vendí un piano Fender, me compré un pasaje y me fui”.
-¿Por qué elegiste México?
“Tenía dos lugares para ir, México o España, porque yo pensaba ir a un lugar donde pudiera seguir haciendo lo mío. Me decían andáte a EEUU porque con lo que vos sabés de música de películas, ahí la pegás. Pero yo no quería irme para pegarla y tener que cambiar la letra de mis canciones, y entonces me bajé en México. Y la verdad que tuve suerte porque los mexicanos son muy solidarios, muy buena gente, y aunque en ningún lugar te vas sentir como en tu casa, mucho menos si te tuviste que rajar, allí me sentí protegido y empecé a componer y dar conciertos”.
-Y cuando volviste reimpulsaste tu carrera, y surgieron una cantidad de canciones que tuvieron una gran popularidad.
“Yo trate de venir de la manera más natural posible. Nunca me gustó utilizar la cosa política con el tema de la música. Tampoco quería hacer un recital del tipo ‘Regresa del exilio’, no quería mezclar las cosas.
-Pero volviste y acá había ocurrido un fenómeno con el rock.
“Bueno, ocurrió una cosa pero que no fue exclusivo mío, que tiene que ver con la música en sí. En realidad este rock que inventamos es el único rock hispanoparlante original que hay sobre todo el planeta, modestia aparte. Y si bien siempre fue un género ansiado masivamente, nunca nadie le quiso dar legitimidad. Pero pasó tanto tiempo, resistió tantas cosas, que empezó a tener más cuerpo, nadie se imaginó nunca que iban a perdurar las canciones, o que iba a ser un negocio grande como es hoy en día. Hoy en día (el negocio) ya se pasó de mambo para mí, ok, no importa. Pero a poco más de 40 años de que se inició, se transformó en una tercera corriente musical auténtica de este lugar, junto con el tango y el folklore”.
¿Recordás el momento en que se te reconoció como el padre del Rock en Castellano?
“Siempre hubo una mención, pero por el éxito que tuvieron Los Gatos que fue el grupo que dio la patada para que pudieran salir grupos de otros estilos como Almendra y Manal. Con Los Gatos íbamos a tocar a Bolivia y había 40.000 personas en épocas en que no existían los mega conciertos, no había infraestructura, no había equipos, ni sonido y todo sonaba como el orto, pero estaba el fenómeno de la gente”.
La relación de Litto Nebbia con La Falda es extensa y profusa. En las últimas tres décadas tocó en momentos y lugares emblemáticos de esta ciudad: en el Festival de Rock, en el pub Atelier, en el Cine Gran Rex y hasta en la desaparecida Disco Gregor. Pero hay un lugar que Litto no recordará. “¿Toqué en el Hotel Edén?”, se pregunta con sorpresa este ícono de nuestra música, “Mirá que locura, me había olvidado que también toqué ahí”.-
Foto: N. P.
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