lunes, 17 de enero de 2011

Inventando la bomba de rayos pacíficos

"Yo vivo en esta ciudad", 40 años después
Miguel Cantilo y Jorge Durietz volvieron a reencarnar al célebre dúo Pedro y Pablo. Con banda completa recrearon los temas de “Yo vivo en esta ciudad”, su álbum debut de 1970.

RECITALES DE VERANO

Por Néstor Pousa © 2011

Cualquier artista con historia que pertenezca al Rock Argentino y que llega hoy a La Falda, seguro que ya pisó este suelo por haber participado en el Festival de Rock que dominó la década del 80. Porque por aquel legendario encuentro pasaron todos -con muy pocas excepciones- los músicos que fichan en este género, muchos de ellos inclusive se consagraron aquí, o fueron revelación.
El dúo Pedro y Pablo no es la excepción, ya que tuvieron su momento de gran protagonismo en aquellas veladas que se realizaban en el entonces Anfiteatro Municipal, que desde entonces no logró igualar páginas tan gloriosas.
Miguel Cantilo (Pedro) recuerda al detalle momentos de sus actuaciones faldenses, con una memoria que asombra por su precisión y minuciosidad. Jorge Durietz (Pablo) a su lado durante la entrevista que mantuvimos en el backstage durante la prueba de sonido previa al show, se asombra tanto como yo, del relato de su compañero de rubro.

Así fue que una vez más Pedro y Pablo llegaron a La Falda portando toda su facha de hippies veteranos que en más de 40 años de trayectoria nunca renunciaron a sus convicciones e ideales.
El recital que presentaron este verano tiene un formato y un concepto especial, recrear en forma casi completa el primer disco larga duración del dúo, fechado en 1970 y que fuera reeditado con temas adicionales en el 2009.
Ese trabajo se llama Yo vivo en esta ciudad, y contiene muchos de los hits del binomio, aunque también hay algunos que no pasaron a ese status, y que fue una suerte poder escucharlos en vivo, un placer que le debemos a Cantilo y Durietz por no tentarse a hacer una lista que tenga sólo los temas más conocidos por la mayoría de la gente.
La poesía, si cabe el término, o la forma de escribir de Miguel Cantilo, creó un estilo propio que se manifestó desde sus tempranos años. Para muestra está el repertorio de este álbum, que abarca toda la cosmovisión del valiente autor que no deja tema sin tratar, y sin pelos en la lengua, y descerraja frases de una lucidez absoluta, tales como: "Donde no hay sol, sino un confort que nace al norte y se pone al sur", ó "Y dónde estás tú famoso gurú, ahora que se fueron y apagaron la luz", son muestras cabales.
Una “big band” con un promedio de edad muy bajo los apoya para recrear el disco en la forma en que originalmente fue concebido, y aparecen en escena una sección de vientos a cargo Martín Rur en el saxo y Miguel Hornes en trompeta. El resto es banda básica pero con una particularidad, la misma alista la nueva generación de Cantilo’s, a saber: Anael Cantilo en bajo y Sufián Cantilo en teclados, y completando Rodrigo Genni en batería. Con look flower power psicodélico, de sombreritos y gafas negras, Miguel se hace cargo de las voces, guitarra acústica y armónica, mientras que Jorge de la otra voz y la guitarra eléctrica, consumando un combo poco común, por lo recargado, en tiempos en que los artistas reducen su propuesta en un sentido minimalista economicista.

Prueba de sonido (Jorge Durietz / Miguel y Anael / Miguel Cantilo)







Yo vivo en esta ciudad da cuenta de las problemáticas que siempre desvelaron a Cantilo: los cuestionamientos existenciales de su generación (“La quimera del confort”, “Vivimos, paremos”, “Guarda con la rutina”), el hombre y su entorno (“Donde va la gente cuando llueve”, “Yo vivo en una ciudad”, “Che ciruja”), la protesta antisistema (“Los perros homicidas” y ese hit cambalache del rock que es “Marcha de la bronca”), los desgarradores alegatos antibélicos (“En este mismo instante”) y por supuesto el amor de pareja (“Catalina bahía”, “Con ropa de varón”). Pero también la crítica mordaz y corrosiva, tan cantileana, en sátiras como “Johnny Bigote” y “Asociación Modelos Argentinas”.
El concierto que presentaron estos singulares personajes de nuestra afortunadamente vasta Música Popular Argentina, fue un lujo inesperado entre tanto fulgor pasatista que se pretende instalar mediáticamente en las noches de desenchufe estival.-

fecha: 16-01-11 / predio: Av. Edén y San Martín (espacio público) / entrada libre y gratuita
fotos: N.P.

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