miércoles, 20 de enero de 2010

Litto Nebbia y la canción de mundo











Fotos: Carlos Romero

El creador de La balsa renovó su contacto con La Falda. Llegó para mostrar su nuevo espectáculo titulado “A su aire”, el que ya paseó por el país y por distintas ciudades de Europa. Antes del show dialogó en exclusiva con este cronista.

RECITALES

Por Néstor Pousa © 2010

“El show que voy a presentar esta noche en La Falda se llama ‘A su aire’, que viene a ser algo así como ‘a su antojo’, y aunque la lista de temas es parecida, siempre sale distinto porque le cambio las armonías, le cambio los ritmos, los solos y las improvisaciones. Tengo grabaciones de este show en Barcelona, en Londres, en París, en El Cairo de Rosario, en Mar del Plata, y voy a lanzar una serie de discos para vender en los recitales porque sale muy lindo, ya vas a ver”, cuenta Litto en la amable charla de más de media hora que mantuvimos en el lobby del hotel de su estadía faldense (escala intermedia de una mini gira cordobesa, que en los extremos recorrió Carlos Paz y Villa María), exactamente una hora antes que se trepe al escenario de Av. Edén y San Martín, el pasado sábado 16/01/10.
En la grilla que ofrece este verano el ciclo La Falda bajo las estrellas, la presencia de Litto Nebbia es un salto de calidad que no pretende desmerecer al resto de los artistas que intervienen, simplemente que en una cartelera plagada de números de pronta llegada al público (Nacho y Daniel, Los Caligaris, Los Cocineros, Mariana Cayón y diversas peñas de tango, folklore, salsa y humor) lo de Litto es una apuesta mucho más fuerte por tratarse de un pionero de la música popular argentina, uno de los principales fundadores del movimiento de Rock en Castellano y alguien al que le cabe a la perfección el, a veces, mal usado título de músico y artista de raza. Litto lo es, porque mamó la música desde muy chico por la influencia de sus padres en su Rosario natal.
Empezó su concierto sentado al piano -con un infaltable vaso de cerveza como compañero- con las estrofas de No sé, para calentar la garganta y terminar de ecualizar sonido, y de inmediato versionó Contigo en la distancia, del cubano César Portillo de la Luz, que no fue elegida por que si, esa canción la estrenó el padre de Litto antes de que este naciera y que artistas como Luis Miguel la lanzaran al mundo.
En nuestra charla previa (único medio en La Falda) repasamos toda su vida y sus innumerables pasos por esta ciudad serrana; desde sus participaciones a comienzos de los 80’s en el Festival de Rock de La Falda (recibió gustoso un ejemplar del libro La Falda en tiempo de Rock), y hasta la realizada en 1987 en la desaparecida disco Gregor con el trío Nebbia-Baraj-González. Y como el show se va armando al azar, decidió incluir Cuando yo me transforme, una bella canción compuesta a dúo con Juan Carlos Ingaramo de los cordobeses Músicos del Centro; y Coplas del musiquero, perteneciente al trío aludido. La inclusión de estos números en el show fue como un homenaje al recuerdo de esas dos etapas.
En un repertorio -impecable y de altísimo vuelo- elegido de entre sus más de cien discos grabados a los largo de su extensa carrera, este prolífico cantautor no eludió clásicos como: Cuando te veas crecer, No importa la razón, Sólo se trata de vivir, Más que loca, y una selección de Los Gatos de las primeras épocas: Sueña y corre (1969), Viento dile a la lluvia (1968) y La balsa (1967) en remozada versión 2010. Y cuando dejó por unos instantes el piano eléctrico y el sintetizador y se colgó la guitarra, aparecieron hermosas recreaciones de Canción del horizonte y Si no son más de las tres (comocida como El Bohemio).
Como compositor inquieto que es, no podía faltar algún tema nuevo, esa fue La canción del mundo, aún inédita pero que pasará a integrar un álbum doble próximo a editar. Con su habitual elocuencia, que contrastó con lo casi inmutable que se mostró sobre el escenario, se encargaría de explicarnos el sentido de esta nueva composición: “Es un poco la idea de que hay una canción que tiene cada quien, y que puede estar en cualquier lado, y te darás cuenta del domicilio de la misma por las características del tipo que la canta, como pronuncia, etc., pero que no es tampoco que porque yo nací en Rosario tiene que ser un tango, o que tengo que salir con un poncho”, dice Litto, quien con esto pretende transmitir varias ideas trascendentes: la idea de la universalidad de la canción, del poder sanador de la música, y de esta como punto de partida para que se encuentren los hombres. Nada más y nada menos.-

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