lunes, 25 de enero de 2010

Histórico: Metallica tocó en Córdoba



Una banda poderosa y un show tremendamente impactante desde lo musical y lo visual. Así Metallica pisó por primera vez suelo cordobés, y dejó una marca indeleble en el calendario.

RECITALES DE COLECCIÓN

Por Néstor Pousa © 2010

Para disimular la espera y la ansiedad mis hijos jugaban al Veo-veo. “Veo veo, ¿qué ves?, una cosa, ¿de qué color?, negro”. Se pudrió todo, a seguir esperando.
Las 10.500 almas que el domingo 24 de enero de 2010 asistieron al momento histórico en que Metallica tocó por primera vez en Córdoba, habían teñido de riguroso negro (uniforme oficial metalero) las instalaciones del Orfeo Superdomo. Aunque en realidad la fauna era variada: heavys cuarentones y nostálgicos, heavys novatos pagando su derecho de "pista", no-heavys amantes del rock fuerte; y curiosos, muchos curiosos.
Con 25 minutos de retraso según lo anunciado, Metallica, el gran monstruo viviente del rock mundial, estaba agazapado y listo para saltar al escenario luego de que una música en low fi que reproducían los altavoces se cortara abruptamente en el mismo instante en que se apagaban todas las luces. El griterío fue ensordecedor y liberador. Las pantallas laterales empezaron a emitir un fragmento de un viejo western spaghetti (The good, the bad and the ugly, 1966), dando inició el show en el momento en que los cuatro músicos aparecieron en escena. Toda esa secuencia fue demoledora. Ver a los tipos ahí, en vivo y directo, parecía mentira, ya que estos espectáculos de gran escala siempre estuvieron negados al interior del país. Aunque fue una circunstancia imprevista (la caída de una de las tres fechas en River) la que hizo realidad el milagro.

La puesta en escena del World Magnetic Tour ’10 es asombrosa. En un estadio como el Orfeo -calificado como una de las principales arenas de Latino América- es mejor aún, ya que todo está muy cerca y el lugar es muy confortable. Una presentación que estuvo exenta de la parafernalia de los grandes estadios, pero que resultó tremendamente impactante desde lo musical y lo visual. En este sentido la parte estética del concierto recayó en un sistema lumínico magistralmente usado y en una pantalla de leds -rectangular, gigante y de altísima definición- que ocupaba todo el escenario, y no sólo reproducía cada mínimo detalle del show en tiempo real, sino que además formaba parte de él.
Todo lo demás lo hicieron los músicos, autoproclamados como la mejor banda de rock del mundo. Ellos son: James Hetfield, guitarra y voz líder, un tipo de aspecto intimidante pero que se comporta como un amable anfitrión que, refiriéndose a la banda y a la gente, proclamó: “We are a family” (“Somos una familia”) mientras extendía sus brazos en señal de querer abrazarlos a todos. El otro pilar es Lars Ulrich, baterista y showman egocéntrico de grandes dotes. Sí la cámara no lo busca, él busca a la cámara, mientras muele a palos a su Tama amarillo brillante de doble bombo. Así es Lars.

Los siguen el enigmático Kirk Hammett en primera guitarra, coros y dueño de la mayoría de los solos; y Robert Trujillo, bajista descomunal, su aspecto una mezcla de jugador de basketball con jefe apache, producto de su 50% de sangre mexicana.  El paso arrasador de la poderosa banda californiana por La Docta, en gira de presentación de su álbum Death Magnetic (2008), dejó la impresión que desde ahora conciertos como este son posibles en nuestra provincia, una plaza que habitualmente había sido esquiva para el rock importado.-

Sala: Orfeo Superdomo 
Fecha: 24/01/10 
Asistencia: 10.500 personas 
Fotos: Ariel Carreras / La Voz del Interior

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