Las Pelotas defiende su récord |
FESTIVALES
Por Néstor Pousa
En
el balance de la pasada edición del Cosquín Rock José Palazzo aseguraba que las relaciones con las autoridades de la
ciudad de Cosquín, lugar donde nació el festival y de la cual porta su nombre,
eran de mucha cordialidad. No pasó demasiado tiempo para poder corroborar que
esta afirmación es una realidad. Hace exactamente un mes se reunieron el
intendente municipal de Cosquín Gabriel
Musso, el titular de EN VIVO Producciones José Palazzo e integrantes de la
Comisión del Folklore, para establecer un acuerdo de hermandad entre ambos
ciclos, del cual surgió como primera acción, homenajear el nacimiento del
Cosquín Rock.
“Volvemos
al lugar que nos vio nacer -aseguraron desde la producción del evento rockero- ,
acompañados por algunas bandas de aquella primera edición”. Aquella primera
edición es la que se celebró los días 10 y 11 de febrero de 2001 en la Plaza
Próspero Molina de Cosquín, espacio folklórico por excelencia. Las entradas para este evento tendrán un
precio casi simbólico de $300 y lo recaudado será a beneficio del Hospital
Armando Cima y la Dirección de Desarrollo Social de Cosquín.
¿Quiénes serán esas bandas que invocarán
los espíritus musicales de comienzos de centuria? Pues bien, estarán allí, en
una única jornada celebratoria: Las Pelotas (ostentan el record de ser
la única banda que participó de todas las ediciones), Kapanga y Palo
Pandolfo; Fernando Ruiz Díaz revisitando el repertorio de Catupecu
Machu; mientras que por Córdoba dirán presente: Armando Flores, Juan
Terrenal y Los Navarros.
Un festival sin
techo
¿Quién
podía imaginarse a principios del 2001 que un festival de rock tenía chances de
germinar en la mismísima plaza del folklore de Cosquín? Veinticinco años atrás
de ese día, un 20 de febrero de 1976, el mismísimo Mario Luna lo había
intentado siendo poco menos que expulsado del lugar por su osadía de “profanar”
lo que para el folklorista ortodoxo es poco menos que tierra santa. Como
resultado de esa frustrada experiencia Luna
fundaría casi un lustro después el Festival
Argentino de Música Contemporánea de La Falda, un ciclo que se consolidaría
en la década del 80 estimulando en el imaginario popular su merecido rango de
leyenda.
Haciendo caso omiso de los resultados conseguidos
por el locutor y proto-productor de espectáculos rockeros en Córdoba, fue que
el binomio conformado por José Palazzo y Héctor Perro Emaides se embarcó en el proyecto de realizar un festival de similares
características, aunque aggiornado a
la nueva era, para febrero de 2001 en ese mismo espacio. El dato insólito: el
que entusiasmó a Palazzo había sido el mismísimo Julio Márbiz, controvertido
mecenas del Festival Nacional del
Folklore durante buena parte de su historia más sobresaliente.
Con cero de presupuesto para publicidad,
una mínima logística y sin el imperio de las redes sociales, Palazzo y el Perro
se mandaron en un acto casi inconsciente, sino suicida, a programar en dos días
consecutivos a las bandas más relevantes del momento, en un contexto por
entonces confuso para el rock argentino y nada prometedor en cuanto a
convocatoria. El evento que, con todo este diagnóstico previo, estaba condenado
a ser debut y despedida, explotó desde el minuto cero congregando ante la
mirada incrédula de sus propios productores la cantidad de diez mil personas
por noche.
La historia del festival se afianzó en
una mística propia, debió atravesar la crisis híper inflacionaria de fines de
2001, cuando el ciclo era apenas un brote. Luego le tocó sortear el síndrome
pos tragedia de Cromañon en diciembre de 2004. Ninguna de esas estocadas
mortales pudo con la tenacidad de un encuentro destinado al perpetuo
crecimiento.
Luego de la última y escandalosa edición
realizada en la Próspero Molina, las autoridades municipales de entonces harían
caer el contrato con los fundadores del festival para dejarlo en manos de otra
producción con el recordado Jorge Guinzburg a la cabeza, a la postre una fallida
experiencia.
Palazzo daría su golpe de gracia
llevándose consigo la marca “Cosquín Rock” a una nueva sede en la Comuna
de San Roque y posteriormente en la actual de Santa María de Punilla.
Desde 2017, gracias a una inquebrantable
vocación expansiva, internacionalizaron la marca sacándola de paseo en un extenso
derrotero por Latino América, plantando bandera en sedes como: México, Perú,
Colombia, Chile, Bolivia, Paraguay, Uruguay; para luego intentar extender sus
tentáculos hasta España y Nueva York. Increíble, pero cierto.
A lo largo de
las 19 ediciones que lleva realizadas, en febrero 2020 se celebrará la número
20 oficial, el ciclo fue sumando una innumerable cantidad de hitos artísticos
que lo consolidan como el festival de rock argentino en actividad con mayor
trayectoria. Un festival que parece no tener techo.
José Palazzo entusiasmado con la grilla del CR'20 |
Cosquín Rock 2020
El martes 12 de noviembre, en las instalaciones de la Plaza de la Música de Córdoba, fue presentada ante la prensa la grilla de la edición “20 aniversario” de Cosquín Rock a realizarse los días 8 y 9 de febrero de 2020. Con la conducción de su principal responsable, José Palazzo, se conocieron los nombres de los más de 150 artistas que desfilaran por ocho escenarios montados en el enorme predio del Aeródromo de Santa María de Punilla. Entre los nombres principales figuran el regreso al festival de Charly García y Divididos; Ciro y Los Persas, Skay, Los Auténticos Decadentes, Ratones Paranoicos, Babasónicos, la chilena Mon Laferte, La Vela Puerca, Las Pastillas del Abuelo, los mexicanos Molotov, Guasones, Air Bag, Los Caballeros de la Quema, Las Pelotas, La Mississippi y Dante Spinetta; además de los representantes de las nuevas tendencias urbanas del rap y del trap nacional, como: Wos, Duki, Cazzu, Nathy Peluso, Ca7riel, Paco Amoroso, Ysy A, Neo Pistéa y Sara Hebe. Los programadores acusaron recibo del tan reclamado cupo femenino con la contratación de artistas femeninas ascendentes y de primer nivel.