(foto de archivo) |
EN CONCIERTO
Por Néstor
Pousa
La relación de Liliana Herrero
con los Amigos del Museo Ambato de La Falda se retrotrae al año 2003. En
aquella oportunidad la intérprete nacida en Villaguay, Entre Ríos, tomó
conocimiento de la causa Ambato por su amistad con uno de los integrantes del
grupo mentor de la recuperación de ese museo fundado en 1987 por Aroldo Rosso y
que, tras la desaparición física de su creador, quedó huérfano. Informada sobre
la compleja situación legal y de mantenimiento que experimentaba la valiosa
colección y la antigua casona que la contiene, inmediatamente Liliana dijo que
quería colaborar y se puso a disposición. Hubo un primer concierto, en ese año
2003, que se realizó en el Auditorio de Radio Nacional Córdoba. La convocatoria
al recital fue brutal, en una sala con capacidad para 600 personas asistieron
1200, según recuerdan sus organizadores.
Desde entonces quedó la promesa de
Liliana Herrero de conocer La Falda, su museo y repetir la experiencia de un
recital que emulara a aquel, pero tuvieron que pasar 16 años para que esto se materializara.
La promesa mutua de Liliana y Amigos se pudo concretar el pasado viernes
29 de marzo en el Teatro Edén, ubicado
en los jardines del Eden Hotel de La Falda. Con sala completa también esta
oportunidad, Liliana pudo comprobar en el propio lugar el compromiso de este
grupo de personas para con el patrimonio de su comunidad. Recibió el amor y el
respeto como la excepcional artista que es, pero también el agradecimiento y la
empatía de estos vecinos cuya acción resulta fundamental en el sostenimiento de
ese patrimonio.
Como preámbulo al concierto fue sorprendida
con la designación como madrina del Museo Ambato. “No sé qué implica ser
madrina, no sé qué tengo que hacer”, manifestó con asombro y visiblemente
conmovida. Ese fue el primer instante de emoción. Luego llegarían las
canciones. Sobre el escenario se había dispuesto su atril, una pequeña mesa, un
velador, una copa de vino y una botella de agua. La esperaban sus músicos, los
que habitualmente aportan el marco musical a su particular estilo de expresión.
Ellos son: Pedro Rossi en guitarra y segunda voz; y Ariel Naón en
contrabajo. Empezaron con Imposible,
vidala que titula su disco de 2016, para continuar con ABC, una milonga del uruguayo Edu “Pitufo” Lombardo.Foto: Nora Gómez |
Es notable como la Herrero desarma y
vuelve a armar a placer cada tema que aborda, se mete en la parte medular de
los textos, acentuándolos, interviniendo las melodías, modificando armonías,
creando una nueva canción que sin embargo nunca dejará de ser la misma. Por todo esto, más su acertada
instrumentación, Canción sobre canción (que
recientemente obtuvo 2 nominaciones para la próxima entrega de Premios
Gardel 2019: Mejor Álbum de Folklore
Alternativo y Mejor Álbum Conceptual)
bien podría ser considerado como un disco de jazz que puede ser reinventado en
cada concierto y con cada nueva interpretación.
En la otra parte del recital se dedicó a
repasar piezas claves del cancionero popular, de autores fundamentales como Gustavo
“Cuchi” Leguizamón, Atahualpa Yupanqui, Juan Falú, Ramón Ayala, Violeta Parra y
Jorge Fandermole. Con su magistral
recreación de Confesión del viento
anunciaría el final de una noche a la que le quedaba un bis, Oración del remanso, que fue coreado
afinadamente por toda la platea, una comunidad que canta y responde incondicionalmente
ante cada hecho solidario.-
Escuchá el disco completo: