miércoles, 6 de agosto de 2014

Omar Mollo: melodías de arrabal

De reciente aparición, el flamante “Tangazos”, primer disco en vivo en la carrera del músico, recorre los clásicos que registrara en sus cuatro discos tangueros.      

NOVEDADES DISCOGRÁFICAS

Por Néstor Pousa

Acaba de ver la luz Tangazos, el flamante disco de Omar Mollo y primero con registro en vivo, que repasa y resume buena parte de los temas grabados con anterioridad en sus cuatro discos solistas de género tanguero, desde 2012 a la fecha. Tangazos contiene los clásicos que registrara en: Tango (2003), Gola (2006), Y que siga (2008) y Barrio Sur (2012), este último ganador del Premio Gardel 2013 al mejor álbum de cantante masculino de tango.
Estas renovadas versiones obtenidas en vivo durante una única presentación en el Teatro ND Ateneo de Buenos Aires, la noche del 28 de mayo de 2014, ofrece la posibilidad de chequear la polenta que un cantante nacido en el rock le imprime a cada una de sus interpretaciones tangueras, con el plus que solamente se consigue fuera del espacio de confort que ofrecen las cuatro paredes de un estudio de grabación. En directo, en una sala repleta y con el feedback de la gente, se percibe definitivamente el impacto que genera un artista. De ahí que en algunos casos resulte imprescindible documentar ese momento.
“Nunca voy a dejar de cantar los clásicos”, reconoció Mollo a su paso por La Falda en el pasado mes de julio, luego de su actuación en la 31° edición del Festival Nacional de Tango en donde  adelantó parte de este nuevo material, hoy disponible en formato físico en las disquerías.
Es que recurrir a los clásicos es volver a recuperar una vez más a esa invencible pléyade de autores y compositores que alumbró este maravilloso género, entre los que no faltan, ni faltarán, Aníbal Troilo y Cátulo Castillo, Gardel y Le Pera, Demare y Manzi, Atilio Stampone, Dames y Sanguinetti, Cobián y Cadícamo, Mores y Contursi y los hermanos Expósito, entre muchos más. Creadores de una poesía y una música tan extraordinaria, y que tanto nos representa aunque pretendamos mirar para otro lado y hacernos los “giles”.

El programa que se ofrece en Tangazos es un manifiesto de ello, con una lista de 15 himnos indiscutidos, con Garúa inaugurando la escucha desde la pista número uno, sitial de privilegio para, tal vez, una de las obras máximas de todo el catálogo tanguero. Continúa con los absolutamente indiscutibles Melodía de arrabal, Desencuentro, Malena, Los cosos de al lao, Tarde, Pasional, Afiches, Nada, La última curda y Los mareados. No podía faltar Se tiran conmigo, un tango fundamental en los inicios de Omar en el Tango, y del que ya había registrado dos versiones distintas: una con bandoneón en el ya citado Tango (2003), y otra sin bandoneón pero con la base de batería de su banda de rock MAM en Opción, disco debut de estos, editado en 1999.
La parte final de Tangazos remite al final del concierto, con una magistral versión de Grisel, con Naranjo en flor (y su dedicatoria especial) y el cierre festivo de Que nadie sepa mi sufrir.

Omar Mollo ha encontrado en esta etapa de su carrera a los socios perfectos para que lo respalden y que él ponga su voz. Ellos: Diego Ramos (piano y arreglos), Hugo Satorre (bandoneón) y Hernán Cuadrado (contrabajo), componen un trío de base que, desde la creación de los arreglos y la ejecución, parecen más que tres. En esta oportunidad intervienen como invitados especiales Alicia Alonso Baeza en violín y Lucas Caballero en cello (en Pasional, Gricel y Que nadie sepa…); junto a un gran staff y la producción artística de Alejandro Pont Lezica.

Tangazos cierra un circulo en la carrera artística de Omar Mollo. Es, como decíamos al principio, el resumen de once años de trayectoria en donde se definió su dedicación full time a la excelsa música del 2x4. Pero es también una fantástica antología. En la posibilidad que tienen los intérpretes de poder armar su repertorio a placer, Mollo no se priva de nada y selecciona la mejor banda de sonido del género, esa que durante tantas décadas le cantó a la ciudad y a todos sus personajes -hombres y mujeres de la vida real- que transitan por ese micro universo, afectados por las melodías de arrabal de un barrio inquieto y plateado por la luna.-