El Golo: hombre orquesta |
Por Néstor Pousa
Alejandro Cavoti
desembarca con su arsenal de guitarras y equipos, trae un back line como para una banda completa, pero toca solo. Su nombre
de pila es algo formal. Todo el mundo, incluso su madre, lo conoce como El Golo. Con este formato se presentó el
viernes a la noche en El Pungo pub de La Cumbre, aunque se lo puede encontrar todos
los jueves del verano en el Casino de Mina Clavero en horario central, o en
función trasnoche en algún pub de la misma ciudad transerrana.
Su show es una
antología de canciones en clave folk rock, clásicos del Pop Internacional y del
Rock Argentino de todos los tiempos, y va desde el unplugged a la Fender Strato que descuelga para cerrar la velada
con blues y rock and roll. “A la gente le
gusta mucho -me dice mientras compartimos una mesa del bar antes de que
suba a escena- porque no hago tanto
kilombo como una banda de rock, pero sí hago más ruido que un solista. Yo lo
llamo Más vale Golo que mal acompañado”. Esa parece ser la fórmula justa
para un pub. Su fórmula al menos.
El inicio es acústico
con dos temas de Los Beatles, el himno Yesterday
y la exquisita Norwegian Wood, cantadas
en perfecto inglés y con un registro vocal de envidiables agudos. La marca del
Golo es precisamente su forma de cantar, tan emparentada con el estilo de David
Lebón, su gran amigo de la adolescencia. Fue una relación simbiótica la de
ellos dos en los comienzos de los años 70’s, tiempo en el cual deben haberse
influido mutuamente.
Siguen dos temas de
su amigo Luis escritas para Almendra, Plegaria
para un niño dormido y Muchacha ojos
de papel. Y a continuación recuerda a un músico que parece estar entre sus
predilectos, Cat Stevens, con dos canciones que le quedan perfectas al Golo: Wild World y la conmovedora Father and son. Cambia a cuerdas de
acero y con base de baterías programadas más otros yeites electrónicos le da
volumen a las versiones “hombre orquesta” de Everybody hurt (REM) y Canción
para mi muerte (Sui Generis).
La segunda entrada será
una miscelánea donde todo puede pasar, desde Come togheter (The Beatles), Dos
edificios dorados (Lebón), Wish you
were here y Another brick in the wall
(Pink Floyd), Stand by me o Imagine (John Lennon) y hasta un tema
propio, el localista Córdoba Suffle.
Hacia el final el
show se transforma en homenaje y con guitarra eléctrica muestra su faceta más blusera
en un set de clásicos de Charly García, Luis A. Spinetta y Gustavo Cerati.-
Repasá la historia de El Golo haciendo clic acá:
http://www.blogger.com/blogger.g?blogID=571743952078257126#editor/target=post;postID=7395712422035082176
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