Con el fuego sagrado ardiendo en sus venas el Golo recrea en formato acústico un puñado de grandes canciones en inglés y castellano. Mientras tanto promete disco propio y sueña con una banda de rock y blues.
RECITALES
Por Néstor Pousa © 2010
En la víspera del 1º de mayo la ciudad de La Cumbre estaba convulsionada por uno de sus máximos acontecimientos anuales, la competencia ciclística El Desafío al Valle del Río Pinto. Muy cerca de allí, en el paraje denominado El Pungo por el Camino de los Artesanos, reinaba la calma aunque adentro del bar un grupo de divertidos parroquianos se debatía entre la atención al músico y el bullicio que ellos mismos generaban mientras transcurría el show del Golo Cavoti quien presentaba su repertorio de clásicos del Rock Argentino e Internacional.
Alejandro “El Golo” Cavoti es un personaje que fue protagonista de la escena del rock local de comienzos de 70’s, y de quien ya contamos su apasionante historia desde estas páginas. Como músico integró Primera Resurrección (su propia banda), Bubú (con Miguel Zavaleta), Polifemo y Seleste (ambas junto a David Lebón), La Máquina de Hacer Pájaros de Charly García, con quien además tocó en el mítico Festival del Amor, en noviembre del ‘77. Hoy se declara amigo de Charly y de David, con quienes se encuentra a menudo y mantiene largas conversaciones sobre la música y la vida.
Después de varias idas y vueltas entre Argentina y EEUU, el Golo se volvió a radicar en su Córdoba natal, de la que emigró con sus padres a la edad de 2 años, y está reencausando su carrera como músico, ahora que sus otras actividades se lo permiten. Suele encontrarse su nombre, al menos una vez por mes, en la cartelera del bar El Pungo, en donde se presenta con un espectáculo unipersonal en formato acústico que vale sentarse a escuchar con atención.
Con un noble registro vocal y su perfecta dicción del inglés (su lengua madre, aunque nació en el Cerro de las Rosas) el Golo se mueve perfectamente entre dos repertorios que entre sí tienen mucho que ver. Y aparecen autores de la talla de Lennon & Mc Cartney, Simon & Garfunkel, George Harrison, James Taylor y Cat Stevens; en sagrada convivencia con textos y músicas de Spinetta, Charly García, Lebón y Santaolalla.
Su banda de apoyo es él mismo, con sus guitarras, sus equipos y algunos chiches electrónicos que toca en tiempo real, y se apura en aclarar que: “Todo lo que toco, lo toco en vivo, algunos piensan que son grabaciones, pero no es así, porque si toco mal… suena mal”. Pero el Golo toca muy bien la electroacústica o la guitarra con cuerdas de nylon -aunque sus dedos extrañan la Fender Strato y sonar con una banda eléctrica de rock y blues, algo que por ahora no puede concretar porque las condiciones no están dadas- y se desenvuelve como un experto que tiene el fuego sagrado aún ardiendo a pesar del tiempo y las dilaciones.
De su repertorio de clásicos me conmovieron especialmente: Credulidad, exquisita versión del tema de Pescado Rabioso y Here comes the sun de Harrison (mi beatle favorito). Otras canciones que interpretó fueron: Sound of silence (Simon y Garfunkel), Wild world (Cat Stevens), Muchacha ojos de papel (Almendra), Mañanas campestres (Arco Iris), Imagine (Lennon), Get back y Yesterday (The Beatles), Handy man (James Taylor), Canción para mi muerte (Sui Generis), No voy en tren (Charly), Mundo agradable (Lebón/Seru Giran) y Long train running (The Doobie Brothers).
En el entretiempo del show, mientras las chicas se entregan al ritmo de un furioso reggaeton que dispara desde la consola el dee jay residente, el Golo me cuenta que mensualmente se lo puede escuchar también en algunos lugares del circuito “off Córdoba” como: El Recodo del Sol en Unquillo, el C.P.C. de Argüello o el Centro Cultural Galileo de la Av. Gauss en Villa Belgrano. En esos conciertos aparte de clásicos, muestra algunos temas propios que piensa incluir en su próximo disco solista que titulará "GOLOsinas peligrosas".-
Foto: Charly y El Golo en camarines del Cosquín Rock ’10 (archivo personal de Alejandro Cavoti)