Por Néstor Pousa
La Fiesta Nacional del Alfajor de La Falda tiene bien ganado un lugar en
el podio de las fiestas populares que la ciudad supo albergar en los recientes
55 años de historia.
Ostenta un meritorio 3er. puesto (detrás de la Fiesta Nacional del
Tango y el Festival de Rock) aventajando a la ya olvidada Fiesta del
Inmigrante, quizás la única irrecuperable.
De hecho la Fiesta del Alfajor surgió como un sustituto de las
anteriores, en momentos en que las mismas habían perdido su brillo y
relevancia, o directamente se encontraban inactivas. Eso ocurría en el año 1989,
cuando un grupo de ciudadanos agrupados en el Centro Comercial, Industrial y
Hotelero de La Falda, presidido entonces por Roberto Burrone, delineaban
a grandes rasgos la 1ra. Fiesta del Alfajor Cordobés que, desde entonces,
siempre se realizaría en el mes de octubre (aprovechando el feriado nacional
del día 12). Los objetivos eran: potenciar ese período anual de baja temporada
y fortalecer la producción del alfajor cordobés, como típico souvenir que nos identifica como región
turística en el contexto nacional.
Con escasos meses de anticipación se organizó aquella edición inaugural
que contó con el auspicio de la Secretaría de Turismo local y fue declarada de
interés municipal. Todos destacan a Roberto Burrone como su inspirador y
principal impulsor, quien estaba acompañado en su gestión al frente de cámara
comercial local por: Carlos Schork, Alfredo Schäffer, Sergio Miskoski, Adolfo
Sánchez, Carlos y Margarita Vanini, entre otros.
Aquella primera edición funcionó como una prueba piloto, un proyecto que
muchos no entendían y otros todavía no lo tenían bien claro. Los stands se
ubicaron desde Av. Edén 100 hasta la intersección con la calle Bahía Blanca,
lugar en el que se instaló un escenario que fue cedido a préstamo por una
localidad vecina. El corte de cinta estuvo a cargo del Intendente Municipal Dr.
Carlos Enrique Pérez, la Secretaria de Turismo Prof. Susana Ghilardi y el Sr.
Roberto Burrone. La Comisión de
Promoción y Servicios Turísticos aportó la infraestructura y se encargó de la
prensa y difusión. Las principales fábricas alfajoreras locales: La Súper,
Jockey Club e Irwo, estuvieron presentes.
Edición inaugural (Octubre 1989) |
Con todo un año por delante, la segunda edición ya fue tomando otra forma.
Se instaló una carpa gigante de 60 metros de largo en la primera cuadra de la
Av. Edén en la cual se montó un pabellón industrial que emulaba la cadena de
producción, y se construyeron cabañas de madera para los stands. La 2ª Fiesta del Alfajor Cordobés fue
acompañada por el Primer Certamen del Alfajor Nacional. Las importantes firmas
nacionales empezaban a poner los ojos en la fiesta faldense que recibía el
apoyo de instituciones locales como la Asociación Serrana de Hoteles y Afines
(ASH), presidida por Jorge Gallardo.
Para
la tercera edición fue declarada “fiesta nacional” por resolución del
Ente Nacional de Turismo. La novedad fue el cambio de locación. De la arteria
principal de la ciudad se movió al Anfiteatro Municipal. El número de stands
creció a 45 y el pabellón industrial ocupaba la olla del domo faldense
convertido en predio ferial. En la
cabeza de los organizadores crecía la idea de una fiesta con características de
gran congreso alfajorero nacional, que además del perfil comercial, no perdiera
de vista la faz industrial a través de la organización de seminarios y la exportación
de los productos a nuevos mercados. El momento era propicio ya que en marzo de
ese mismo año 1991, Argentina, Brasil,
Paraguay y Uruguay firmaban el tratado que establecía las bases para un mercado
común que se conoció con el nombre de Mercosur.
En
1993 la organización se delegó en forma definitiva a la municipalidad local,
reemplazando a las primeras comisiones que acusaban el impacto de un desgaste
prematuro, el que suele suceder cuando el trabajo recae sobre unos pocos en
beneficio de muchos. La fiesta había
encontrado un contexto óptimo en el anfiteatro, pero en desmedro de la
participación masiva y comunitaria que lograba en la calle. Por esa razón, para
la edición de 1994 retorna a las calles céntricas de la ciudad. El nuevo epicentro sería la Diagonal San
Martín. Al formato gastronómico, comercial
e industrial se le sumaría una grilla de espectáculos artísticos de primer
nivel. Para afianzar este renovado impulso, el Honorable Concejo Deliberante de
La Falda creaba mediante ordenanza la Comisión Municipal de Fiestas con
la designación de doce miembros que cumplirían funciones ad-honorem.
El primer logo |
Recordamos
aquel décimo aniversario como la confirmación del evento en su punto más alto.
Tan solo con chequear los artistas que pasaron por el escenario montado en la
intersección de Av. Edén 100. Fueron
diez días de espectáculos con la participación de las más variadas figuras:
León Gieco (con Nito Mestre de invitado sorpresa), Los Iracundos, Peteco
Carabajal, Facundo Toro, Rubén Juárez, La Orquesta Provincial de Música
Ciudadana, Cuti y Roberto Carabajal, Amboé, Adrián Maggi, Los Alonsitos, el
Trío San Javier, los números locales Lunara y el Ballet José Hernández dirigido
por Rudolf Lescano. Y como en cada edición desde 1990, la Elección de la Reina
Nacional del Alfajor.
El
éxito alcanzado en la primera década, lejos de ser un estímulo, concluyó en la
inesperada discontinuidad del ciclo que recién se reflotaría tímidamente en los
primeros años del nuevo milenio y, luego un nuevo intervalo, resurgir con nuevo
impulso en el 2013.
Es esta una breve síntesis de un ciclo que en 31 años atravesó por todas las
vicisitudes propias de los festivales faldenses, que conoció distintos formatos
y etapas. Y que en este atípico 2020 (tan redondo como impredecible) nos entregará
su primera edición on line. Siempre
en octubre, como desde 1989.-