martes, 29 de septiembre de 2020

Orfeo Superdomo: réquiem para un gigante


Por Néstor Pousa

Estos primeros seis meses de cuarentena y aislamiento social por la pandemia, empezaron a hacer sentir sus efectos adversos y sus consecuencias nefastas en la economía y especialmente en algunos rubros, gremios y actividades. 

Sobre finales del mes pasado se conoció la nada feliz noticia del cierre, aparentemente definitivo e irreversible, del Orfeo Superdomo de Córdoba, una de las arenas (pistas de espectáculos artísticos y deportivos) más grandes e importantes de Latino América.

La drástica determinación fue informada a los medios el empresario cordobés Euclides Bugliotti, titular del Grupo Dinosaurio al cual pertenece el gigante ubicado en Cardeñosa y Rodríguez del Busto en el Barrio Alto Verde de la capital cordobesa.

Los factores de su cierre, según la palabra del empresario, son estrictamente económicos, agravado por la incertidumbre de no saber cuándo se podrán reactivar, al menos en un cincuenta por ciento de su aforo, los espectáculos en vivo y con presencia de público.

Para entender el problema es necesario saber que el costo de mantenimiento del Orfeo con sus puertas cerradas, según lo informado, es de 1.7 millones de pesos por mes. Para tener una idea, tan sólo el puente peatonal que une el estacionamiento con las instalaciones del mismo, cuesta $ 70.000 de impuestos mensuales. Es inviable, según palabras de Bugliotti, mantenerlo en estas condiciones.

Por sus características y desde su inauguración (el 6 de septiembre de 2002) el Orfeo Superdomo fue una pieza estratégicamente clave para instalar a Córdoba como la segunda plaza del país en la realización de espectáculos artísticos y deportivos, nacionales e internacionales de gran envergadura.  Su fácil accesibilidad, sus amplias dimensiones, el confort exterior e interior, las condiciones técnicas, sanitarias y de seguridad, su amplio parking, hicieron del inmenso domo, en sus 18 años de vida, un lugar único en el país. Con una capacidad máxima aproximada de 10.000 espectadores para espectáculos artísticos (que puede ascender a 14.000 si se trata de eventos deportivos), el Orfeo fue una de las piezas decisivas para que Córdoba y todo el centro del país hayan podido acceder a una cartelera espectáculos de primer nivel y sin precedentes, que hoy a causa de un virus se encuentra en modo pausa y en vías de extinción.

                             


                            

Los años dorados. En sus casi dos décadas el Orfeo Superdomo programó con producción propia o por gestión de empresarios privados, una larga lista de espectáculos musicales que convirtieron a Córdoba en un polo de atracción sin competencia en el interior del país. Un menú artístico que, en la mayoría de los casos, no hubiera sido posible de no contar con un espacio de sus características.  Muchos recordarán las célebres presencias de Bob Dylan en 2008, o la seguidilla de presentaciones del grupo Les Luthiers, ellos fueron uno de los números más programados junto a Luis Miguel. Pero hay un lapso de tiempo que podemos destacar como “los años dorados”, y es el período que va desde el 2010 hasta el 2012. Repasando los archivos, recordamos conciertos como el de Divididos en 2010, presentando su disco Amapola del 66; o la indescriptible sensación de ver a Metallica (2010) en un poco habitual formato indoor, en la cima de los mejores conciertos vistos en esa sala en toda su historia. También al año 2010 corresponden los conciertos de: (la banda inglesa) Yes, Skay Beilinson, Luis Alberto Spinetta (su último show en la ciudad de Córdoba fue en Orfeo), Charly García en su regreso a los escenarios cordobeses (performances que luego repetiría en 2011, 2012 y 2013) y los californianos Stone Temple Pilots.

En el 2011 sería el año de Deep Purple, Alan Parsons, Calle 13, Roxette y Guns & Roses.

Y en el 2012 la lista se engrosaría con: Megadeth, La Renga, Fito Páez, Noel Gallagher (ex Oasis), Joe Cocker (en mi lista figura como uno de los mejores shows), Robert Plant (ex Led Zeppelin) y Roger Hodgson (ex Supertramp).

Metallica en la cima del Orfeo (2010) - foto: lavoz.com.ar


Tras esto, y por desastroso advenimiento del dólar blue y sus nefastas consecuencias devaluatorias (algo que podríamos denominar como la pandemia sin fin), la cartelera de conciertos internacionales se vio seriamente disminuida, pero igualmente el Orfeo seguiría proponiendo espectáculos de alta calidad y convocatoria por algún tiempo más, como el realizado por: el beatle Ringo Starr.

Cada uno tendrá su momento para recordar en el Orfeo y hasta podrá armar su propio podio personal. Muchos elegirán alguno de los conciertos de Gustavo Cerati, Andrés Calamaro, Los Fabulosos Cadillacs o Abel Pintos; figuras de la talla de Joan Manual Serrat, Joaquín Sabina o Silvio Rodríguez; bandas y solistas internacionales como Black Sabbath, Bryan Adams, Arctic Monkeys, Muse, Queen + Adam Lambert y un largo, larguísimo, etcétera.

Para la anécdota con sabor amargo quedará el último show al que asistí como cronista, Andrés Calamaro (19/10/2019), o el último show antes de que el telón baje definitivamente, Ricky Martín (25/02/2020) y el primero de una larga lista de suspendidos por la pandemia, el de Chayanne, inicialmente programado para el jueves 19 de marzo de 2020, aquel fatídico día en que el mundo cambió.

Parece una irrealidad que hoy toda esa rica historia vaya a esfumarse así como así. Que no haya un plan B para su subsistencia. Alguna estrategia de salvataje para un lugar que además de su importancia como epicentro de la cultura, el deporte y el entretenimiento, fue generador de fuentes de trabajo en los diversos rubros afines.

Como epílogo, cuando esta nueva realidad pase, tal vez el célebre Orfeo Superdomo y su colosal estructura, ya formen parte de la historia y sobre su despojos se llenen los cimientos para nuevo emprendimiento inmobiliario.

jueves, 3 de septiembre de 2020

Tuti Ruggiero: canciones de pospandemia

ENTREVISTAS

Por Néstor Pousa

Nueva normalidad. Conciertos vía streaming. Reuniones por Zoom. Hay todo un nuevo glosario que impuso este año 2020. Los músicos, los artistas en general, fueron los primeros en bajar el telón a causa de la pandemia y, según se especula, serán los últimos en reactivarse. Una delicada situación para este gremio y sus afines, que además pone en modo espera la actividad del cronista musical.

¿Si un músico reconoce lo difícil que es realizar un show en vivo sin público presente? ¿Cómo se supone que se pueda escribir una reseña de eso?

La última crónica que escribí para este blog-semanario data de principios de marzo de este año. Un par de semanas antes de la invasión del virus a escala mundial. Un hecho, para todos nosotros, sin precedentes y que nos obligó a reconfigurar todas las actividades conocidas. Por ejemplo: la de escribir una columna cada siete o diez días.

Ahora, con la prolongación (¿por tiempo indeterminado?) de la cuarentena/aislamiento, algunas cosas empiezan a reacomodarse e intentan reactivarse. Y surge así esta primera nota en la pospandemia.

Tuti Ruggiero es el protagonista de este re-estreno de la sección en modo crónica-reseña-entrevista.

El músico, compositor, productor, cantante, nacido en Buenos Aires, pero radicado en las Sierras de Córdoba desde hace seis años, tiene novedades para contar. Y ameritaba entrevistarlo en modo virtual, en aislamiento social y respetando el protocolo.

Lo primero que queríamos saber es como venía sobrellevando este tiempo de aislamiento obligatorio, y esto nos respondió: “En este periodo de cuarentena, que me alejó de los escenarios (cosa que extraño mucho), aproveché para terminar de producir las nuevas canciones que hace tiempo venía trabajando. Además, con muchas noches de desvelo y sin dejar pasar los momentos de inspiración, seguí componiendo otras nuevas, de las cuales elegí un par para el nuevo álbum. Si bien, siempre trato de estar activo en las redes, ahora, en aislamiento, es la manera más cercana que tengo de mantener y seguir en contacto permanente con la gente que me apoya y me sigue mediante mi música.

En definitiva, trato de llevar de la mejor manera este período, como puedo y me dejan, adaptándome a la circunstancias y siempre haciendo música que es lo que me mantiene vivo”.

 -De qué se trata Así como me ves, el nuevo single que vas a presentar en las redes el próximo 9 de septiembre (en todas las plataformas digitales).   

"Así como me ves es una canción que nace partiendo de vivencias propias, resumiendo en pocos minutos que lo que realmente importa es ser uno mismo, sin tener que excusarse por eso, al fin y al cabo es imposible poder agradarle a todos. Es una canción optimista que desde la letra deja en claro que me planto ante la vida, persiguiendo sueños, siempre manteniendo la dirección del rumbo al que quiero ir”, resume Tuti, desde su casa en Villa Giardino

 -Teniendo en cuenta todos los condicionamientos actuales, ¿cómo fue el proceso de grabación?

“Esta canción, que es la que da nombre al nuevo material, fue grabada en su totalidad durante esta cuarentena, de manera poco convencional, parte en mi estudio y parte en Eclectic Music de Buenos Aires, a la distancia. Realmente estoy muy contento con el resultado final y más aún de poder llegar al punto de poder presentarlo en sociedad”.

 -¿Qué fue lo que te motivó a radicarte en las Sierras de Córdoba?

“Fue un cambio radical de vida. Siempre me gustó la idea de vivir en un lugar más campestre, que tenga montañas y arroyos... y lo encontré en Córdoba. En el 2012 estaba promocionando mi primer disco (Sin ser quien soy) y estuve en radios de Merlo (San Luis) y Villa Carlos Paz (Córdoba). Aproveche para pasar unos días en Villa Giardino, así la conocí y me encantó. A los dos años ya estaba plantando bandera donde hoy es mi hogar, mi lugar en el mundo”.

 -¿Fue complicado para vos resetear tu actividad musical desde aquí?

“Mirá, para ser sincero me mudé a las sierras justo cuando estaba saliendo mi segundo álbum (Mil Preguntas) y se me complicó un poco, por el hecho de que era el momento de promoción y de presentarlo en Buenos Aires. Viajar seguido y tratar de acomodarme en el nuevo lugar, justo al mismo tiempo, fue raro.  Una vez instalado en Giardino, comencé a conocer músicos de la zona para el armado de la banda que me acompaña y a golpear muchas puertas, al principio, sin ser escuchado. Costó mucho, pero soy un ‘testa dura’ (sic)... y si bien viajaba a tocar a otros lugares del país, por estos lares tuve que insistir mucho para ser tomado en cuenta, hasta que llegó el día que pude pisar las tablas mostrando mi arte. Doy gracias por la oportunidad. De ahí en más tuve muchísimos shows”.

 -¿Cómo te imaginás que será la vuelta a los conciertos con presencia de público?   

“Creo que en un principio va a ser de manera más íntima y va a ir normalizándose gradualmente en lugares chicos y cerrados. En cuanto a escenarios grandes y al aire libre, tomando las medidas correspondientes y respetando el distanciamiento del público, se puede hacer. De hecho en varios países del mundo ya lo están realizando. Quiero imaginar que la vuelta va a ser de la mejor manera. Necesitamos volver a disfrutar los shows, tanto el espectador como los artistas”.

 -¿Con qué herramientas cuenta un músico para sobrevivir, de prolongarse esta situación?

“Hay muchas maneras, en mi caso me dedico a la composición y producción de canciones para cantantes y músicos, como también jingles para radios o publicidades que me lo requieran. Otros se dedican a dar clases del instrumento que ejecutan, entre otras cosas. No voy a negar que se hace cuesta arriba ya que de cierta manera me impiden trabajar con normalidad y no recibo ningún tipo de ayuda. Es mi medio de vida y trato siempre de generar, cualquiera sea la situación en la que estemos viviendo. Hoy por hoy se dificulta más, por no poder tocar en vivo”.