martes, 18 de febrero de 2014

Toc Toc: el remedio de la risa


Dentro de la variada cartelera de espectáculos de la villa, destaca esta comedia escrita por el francés Laurent Baffie, que sin escándalos mediáticos que la respalden arrasó con elogios y premios

TEATRO EN CARLOS PAZ

por Néstor Pousa

Para Jorge Schussheim, adaptador de la obra escrita por el francés Laurent Baffie, “Toc Toc parece haber sido escrita especialmente para el sofisticado público argentino, eterno psicoanalizado que se verá a sí mismo en el espejo del escenario, en un goce perverso y sano a la vez”. Suscribo, porque estoy casi seguro que ni bien uno se acomoda en su butaca y antes de las palabras del locutor en off, más de uno se pone a pensar si al salir de casa cerró bien la llave del gas, si puso la alarma en el auto que quedó estacionado en la calle y se lavó suficientemente las manos después de pasar por el baño público del bar. Sobre esas y otras obsesiones y fobias se basa la trama argumental de Toc Toc, pero llevadas a un extremo que aunque parezca delirante, no lo es, cruzando ese difuso límite en el cual lo que para uno (el que lo padece) es un drama, para otros (los observadores ocasionales) se convierte en algo humorístico.
La historia gira en torno a seis personajes, todos afectados con serios Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC), que acuden a la consulta de un eminente especialista, el afamado y misterioso Dr. Cooper. Es en la sala de espera del consultorio, en donde los protagonistas esperarán “pacientemente” al psiquiatra, se desarrolla toda la acción.
De a uno los personajes se van incorporando a la escena: Alfredo quien padece el incurable y antisocial síndrome de Tourette y copralalia, traducido: no puede evitar proferir insultos constantemente, a la vez que realiza todo tipo de gestos obscenos y emite sonidos extraños. Camilo, un taxista que no puede controlar su manía de realizar todo tipo de cálculos matemáticos, hasta los más inverosímiles e innecesarios, y está allí sin asumir su problema e instado por su mujer que lo obligó a acudir a la consulta. Lo de Blanca aunque parezca más clásico no resulta menos perturbador, le teme a todas las enfermedades y por eso lava sus manos constantemente y abre las ventanas para ventilar, con el agravante que es empleada de un laboratorio de análisis clínicos y por lo tanto en permanente contacto con todo tipo de virus y bacterias. Otto tiene obsesión por la simetría y lo manifiesta desde su propio nombre y hasta en su color preferido, el verde, intermedio en la escala cromática del arco iris. Liliana no puede evitar repetir absolutamente todo lo que dice, al punto de transformarse en un verdadero martirio para ella y para sus circunstanciales acompañantes. Finalmente, María Auxiliadora es una fanática religiosa, maniática del orden, que revisa treinta veces la llave del gas y controla permanentemente si en su cartera están las llaves de su casa. Hay un séptimo personaje que entra y sale de escena, es la disparatada secretaria interpretada por Lara Ruiz que con marcada tonada cordobesa de la ciudad trata de mantener la calma de los pacientes, informando que el doctor está demorado pero pronto a llegar, algo que hasta el final no se develará si ocurre o no, lo que obligará a los personajes a realizar una improvisada terapia de grupo con una partida de Monopoly incluida. Con todos los personajes sobre el escenario la comedia toma un ritmo por momentos frenético aunque con la perfección de un mecanismo de relojería. Sobresalen, la magistral composición del personaje de Alfredo (Claudio Da Passano) que con sus irrupciones desmesuradas y fuera de lugar es también quien ilustra a los demás sobre sus propios padecimientos; el hiperactivo Camilo (Osqui Guzmán) quien se convierte en una especie de nexo entre los personajes; la santulona María Auxiliadora (Patricia Echegoyen) quien se espanta ante todo lo mundano; las desopilantes intervenciones de Liliana (Malena Figó) que se destacan como lo más hilarante del guión; las permanentes corridas de Blanca (Leticia González de Lellis) y las sobrias participaciones, pero con resultado de revelación, de Otto (Juan Grandinetti).
Tras casi dos horas en donde se enlazan y superponen todo tipo de situaciones tragicómicas, Toc Toc nos tiene reservado un insospechado final que ni el más entrenado espectador esperaba. Otro de los secretos de esta exitosísima comedia que no pretende aleccionar, ni plantear moralejas, sino simplemente entretener y demostrar que la risa puede ser uno de los remedios más infalibles.-       

Ficha técnica. Elenco: Claudio Da Passano, Patricia Echegoyen, Osqui Guzmán, Malena Figó, Leticia González de Lellis, Juan Grandinetti y Lara Ruiz.
Autor: Laurent Baffie. Dirección: Lía Jelín. Traducción: Julián Quintanilla. Adaptación: Jorge Schussheim. Asistente de Dirección: Matías Strafe. Escenografía: Paula Sabina. Producción General: Eloísa Canton, Sebastián Blutrach, Morris Gilbert y Bruno Pedemonti. Prensa: Valeria Krupick y Adriana Gorosito. Funciones: martes a domingo en Teatro Melos (Alberdi 50 - Villa Carlos Paz). 

En los Premios Carlos 2014. Sin necesidad de aparecer en los programas de la tarde con los recurrentes escándalos y cruces mediáticos que la respalden, “Toc Toc” arrasó por mérito propio en la última entrega de los Premios Carlos 2014, alzándose con 6 categorías, a saber: Mejor Comedia, Mejor Guión (Laurent Baffie), Mejor Dirección (Lía Jelín), Mejor Actor (Claudio Da Passano), Mejor Actriz de Reparto (Lara Ruiz) y Revelación Masculina (Juan Grandinetti).- 

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