domingo, 21 de abril de 2013

Edelmiro Molinari: arrancacorazones

Edelmiro: valores nativos y psicodelia
El exintegrante de Almendra y líder de Color Humano presentó en Córdoba su reciente álbum, Contacto 2012. En horas previas el editor literario y productor discográfico Jorge Álvarez recibió el Premio Cultura 400 Años que otorga la UNC.

RECITALES                                                                                                             

Por Néstor Pousa

Tratar de desenmarañar el nudo que se hace a la altura de Plaza España los viernes a eso de las 7 de la tarde es una tarea, tanto para conductores como para peatones, demasiado abrumadora. Mientras el semáforo te da dos verdes seguidos y no adelantás ni veinte centímetros, te ponés a pensar cómo es posible que nadie pueda solucionar semejante desquicio. Pero había que atravesar esa marea de autos sea como sea, porque del otro lado nos esperaba un homenaje necesario. En un acto que se realizó en el auditorio de la Casa Roja de la Facultad de Filosofía y Humanidades sería reconocida la trayectoria de Jorge Álvarez, el emblemático editor literario y productor discográfico de varios de los artistas que fundaron el Rock Argentino: Manal, Miguel Abuelo, Vox Dei, Moris, Tanguito, Pappo, Sui Generis, Spinetta, Color Humano, Aquelarre, entre otros. Durante el acto, que fue conducido por Mario Luna, impulsor del homenaje, estuvo presente como invitado especial Edelmiro Molinari, exmiembro de Almendra y líder de Color Humano, que sorprendió con la interpretación de What a wonderful world de Louis Armstrong. Álvarez recibiría de manos de la por entonces Rectora Carolina Scotto el Premio Cultura 400 años que otorga la UNC, y como cierre del evento tomaría la palabra el homenajeado que con su natural impronta y buen humor, nos dejaría un relato de antología sobre su vida y su obra.
Jorge Álvarez: premiado por la UNC
No había tiempo que perder porque el plan de esa doble jornada (viernes 19 de abril), según lo pergeñado por Luna en complicidad con Pablo Aguiar, contemplaba la presentación de Edelmiro en el CPC Argüello. No era cuestión de tener a un prócer del rock vernáculo en la ciudad, y dejar pasar la oportunidad de escucharlo en directo.
Quien avisa no traiciona, y Edelmiro avisó en notas radiales previas que no iba a ser un show regular, era sumar al homenaje y tocar en honor a la persona con quien había comenzado su carrera solista. Un show íntimo como si estuviera en el living de su casa, rasgueando canciones en la viola. Eso sí, formato curioso: Edelmiro en guitarra eléctrica y voz, acompañado por Luis Ocampo en cajón peruano y un mínimo set de percusión. No obstante, la ocasión serviría para presentar oficialmente en Córdoba Contacto 2012, álbum de reciente aparición y el cuarto facturado por Edelmiro en condición de solista.
Este nuevo trabajo combina canciones que son estreno con versiones propias de clásicos del rock que pertenecen a otros autores. Y así fue que con mayoría de estos temas se conformaría gran parte de la lista del recital en la trasnoche de aquel viernes. Hay que reconocer que sonaron un poco extraños esos clásicos pasados en guitarra eléctrica y cajón. Temas como: Post Crucifixión de Pescado Rabioso, A estos hombres tristes de Almendra, No pibe de Manal y una muy lograda versión de Adónde está la libertad de Pappo. Pero aún con su rareza, resultó una experiencia sonora muy atractiva, sea por la magia que irradia Edelmiro con su Stratocaster verde agua; sea por la habilidad del percusionista puntano que con la ayuda de una escobilla en mano izquierda y la derecha suelta, bate con maestría su instrumento en un estilo casi tribal.

Místico y magnético. Desde hace algunos años Edelmiro eligió como lugar de residencia una cabaña en una zona rural del noreste de San Luis, en un paraje que lleva el curioso nombre de Carpintería, ubicado sobre los faldeos de la Sierra de Comechingones, muy cerca de Merlo. El guitarrista ama y pondera ese lugar en el mundo que lo cobijó, lejos de la locura ciudadana. En el patio de su casa tiene un algarrobo de 250 años, cuenta, y bajo su sombra y su influjo compuso las nuevas canciones que está estrenando. "Es un lugar místico y magnético", asegura, y es ese efecto el que lo influyó en esta suerte de retorno a los valores nativos, aunque con inevitables chispas de psicodelia. Del nuevo álbum presentó: Contacto (la canción que titula el disco), Amar es hoy (el amor siempre está presente en el mensaje de Edelmiro), Doncellas de Dios (con aires folklóricos) y la guerrera Pucará (“Soy Comechingón, comparto mis valores, pero si me los quitan arranco corazones”, amenaza como poseído por algún espíritu cósmico).
Un público absolutamente adepto a la figura del legendario músico pionero del Rock en Castellano, colmó el auditorio del CPC Argüello, lugar que resultó el marco ideal para este encuentro. Sus incondicionales seguidores festejaron cada gesto del músico, y hasta se bancaron pacientemente el circular e interminable relato de la anécdota que le inspiró la canción del Crespín. Sí reclamaron, aunque con moderada insistencia, momentos del período Color Humano, banda fundada por Edelmiro post Almendra, por la que desfilaron músicos de la talla de David Lebón en batería, luego reemplazado por Oscar Moro; y Rinaldo Rafanelli en el bajo. No hubo demasiada suerte, de Color Humano lo único que se escuchó fue Hace casi 2000 años, que sería el único bis de la noche. Luego del show Edelmiro nos decía que para esas canciones es necesaria una banda eléctrica completa, dejando así abierta la expectativa para una nueva visita.-          

miércoles, 17 de abril de 2013

Edelmiro Molinari: contacto en Córdoba


Edelmiro Molinari presentará este viernes en el auditorio del CPC de Argüello temas de su flamante álbum.

RECITALES

Por Néstor Pousa

El legendario músico Edelmiro Molinari, cofundador de Almendra y líder de Color Humano, llega a Córdoba para ofrecer un recital en donde mostrará temas de su reciente álbum titulado Contacto 2012: un trabajo que es “Un retorno a los valores nativos”, define Edelmiro, quien se encargó de las voces, la guitarra eléctrica y el bajo; secundado por Sebastián Peyceré en batería y Luis Ocampo en cajón peruano y bombo legüero; además de las participaciones especiales de: Skay Beilinson y Chizzo Napoli de La Renga.
Este verdadero pionero del Rock en Castellano, que actualmente se encuentra radicado en Carpintería (San Luis), presentará en Córdoba un show en formato acústico acompañado por Luis Ocampo en percusión, con un repertorio que incluirá algunas de las nuevas canciones y clásicos de su extensa carrera musical.
Data del show. Lugar: auditorio de CPC de Arguello, el viernes 19 de abril a las 22.00 hs.
Entradas anticipadas: en Dirección de Cultura del CPC Argüello (Av. Rafael Núñez esq. Ricardo Rojas - Bº Arguello - Córdoba). Teléfonos: (03543) 448331 al 448334.
Valor: anticipadas $ 50. En la puerta, la noche del show, $ 70.

Homenaje a Jorge Álvarez. Previamente Edelmiro Molinari estará presente como invitado especial en la entrega del Premio Cultura 400 Años que otorgará la Universidad Nacional de Córdoba a Jorge Álvarez, emblemático editor literario y productor discográfico, fundador de Ediciones de la Flor y de los sellos Mandioca y Talent, en donde grabaron artistas de la talla de:  Manal, Miguel Abuelo, Vox Dei, Moris, Pappo Blues, Alma y Vida, Tanguito, La Cofradía de la Flor Solar, Pescado Rabioso, Invisible, Aquelarre, Color Humano, Sui Generis y Soluna, entre muchos otros.
Lugar del homenaje: nuevo edificio de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. (Ciudad Universitaria), el viernes 19 de abril, a partir de las 19.30 hs.

viernes, 12 de abril de 2013

Jorge Álvarez: la mano de Mandioca

Manal: blues de acá

El emblemático editor y productor discográfico pionero en la difusión del Rock en Castellano en sus inicios, será reconocido con el Premio Cultura 400 Años que otorga la Universidad Nacional de Córdoba. El viernes 19/4 a las 19.30 hs.


HOMENAJES

                                                                                                           
Por Néstor Pousa

En el contexto de los festejos por los 400 Años de la Universidad Nacional de Córdoba, será homenajeado el emblemático empresario editorial y productor discográfico Jorge Álvarez, quien recibirá el Premio Cultura 400 Años en reconocimiento a su notable y exitosa trayectoria en la edición de libros y discos durante los años 60’s y 70’s en nuestro país; antes de tener que exiliarse en España en 1977 y proseguir allí con su actividad de productor.
La idea de este merecido homenaje fue impulsada por el reconocido locutor y productor de espectáculos Mario Luna, y se realizará en el auditorio del nuevo edificio de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. (Ciudad Universitaria), el viernes 19 de abril próximo, a partir de las 19:30 hs. y contará con la presencia, en carácter de invitado especial, de Edelmiro Molinari (exintegrante de Almendra y Color Humano), legendario guitarrista y compositor que inició su carrera con Álvarez.

La madre de los chicos. ¿Qué hubiera sido del Rock en Castellano si Manal, Vox Dei, Tanguito y Spinetta no hubieran tenido la oportunidad de grabar su obra musical? En este sentido la figura de Jorge Álvarez tuvo un papel determinante en la cultura de nuestro país, a fines de los revolucionados años 60’s. Álvarez era en 1963 un prolífico editor que con su propia editorial independiente que llevaba su nombre (luego fundaría Ediciones de la Flor) promovió a fundamentales plumas como: Rodolfo Walsh, Marta Lynch, Manuel Puig, Félix Luna, Leopoldo Torre Nilsson, David Viñas y las primeras entregas de ese entrañable personaje que es Mafalda de Quino (Joaquín Lavado). A la vez que realizó traducciones de la obra de Jean-Paul Sartre y Roland Barthes, totalizando un catálogo de unas trescientas publicaciones.
Cuenta la leyenda que una noche de 1968 le presentaron a Tanguito y flasheó. Luego conocería al trío Manal y, sin ser del palo del rock, se maravilló con esa nueva música que estaba emergiendo e inmediatamente se puso a pensar cómo hacer para difundir y publicar la música de esos artistas que no tenían cabida en los grandes sellos disqueros comerciales. Fue así que Álvarez, que por entonces contaba con 36 años, se juntó con Pedro Pujó, Javier Arroyuelo y Rafael López Sánchez (todos chicos de entre 18 y 20 años) y fundó Mandioca, el primer sello discográfico independiente del rock, conocido como “La madre de los chicos”.
Entre 1968 y 1970, a través de su mítica etiqueta se publicaron una buena cantidad de discos sencillos (simples) y discos compilatorios de artistas varios, que posibilitarían los debuts discográficos de: Manal, Miguel Abuelo, Cristina Plate, Vox Dei, Moris, Pappo, Billy Bond, Alma y Vida, Tanguito y La Cofradía de la Flor Solar, entre muchos otros. Y antes de su cierre definitivo lanzaría tres discos larga duración (long play) fundamentales para la época y para un movimiento musical que se manifestaba con notable impulso: 30 minutos de vida (Moris, 1970), Manal (Manal, 1970) y Caliente (Vox Dei, 1970).
Charly y Nito: Sui
El cierre de Mandioca no amedrentaría a Jorge Álvarez que rápido de reflejos fundaría Talent (sub empresa del sello Microfón) y con este nuevo proyecto seguirían los lanzamientos de álbumes fundamentales, además de la producción de shows y la representación de artistas, más todo lo que tuviera que ver con la difusión de la música rock que en idioma castellano encontraría una identidad propia en Argentina. A través de Talent publicaría trabajos de: La Cofradía de la Flor Solar, Donna Caroll, Pescado Rabioso, Invisible, Aquelarre, Color Humano, Sui Generis y Soluna. Y en su producción para el sello Music-Hall, todo el material de Billy Bond y la Pesada del Rock & Roll y el legendario único álbum de PorSuiGieco. Nada más y nada menos.
En 1977 recibió una advertencia del poder de turno: "Estas creando una juventud contestataria" le dijeron, y fue empujado a exiliarse del país. Su próximo destino: España, en donde prosiguió con su actividad de busca talentos musicales. Su trabajo en el viejo continente para la CBS daría frutos con la creación de dos exitosas bandas del Pop Español de principios de los 80’s: Mecano y Olé Olé, esta última con el guitarrista y compositor argentino Gustavo Montesano.
Jorge Álvarez: hoy
De regreso a casa. Tras su largo periplo español Jorge Álvarez regresó a la Argentina en 2011 y, como promotor incansable de la cultura que es, con 80 años cumplidos manifestó su deseo de retomar su trabajo de edición de libros, producción de artistas musicales y dedicarse a escribir sus memorias, las que sin dudas tendrán muchas historias para contar y enigmas que desentrañar.-



miércoles, 3 de abril de 2013

Baglietto-Vitale: “Nuestro compromiso es con la música”


ENTREVISTAS

Por Néstor Pousa

Se conocen desde 1977 cuando Juan “importó” a Rosario al grupo MIA (Músicos Independientes Asociados) donde tocaba Lito, y por devolución de gentilezas luego Irreal, aquella iniciática banda del rosarino, accedería a Buenos Aires. Amigos desde entonces, años después se reunirían para un trabajo en conjunto, el disco Postales de este lado del mundo, de 1991. Pero la anécdota que eficazmente puso marcha al dúo es muy graciosa y Juan quiere contarla: “Había en Buenos Aires un boliche muy conocido que se llamaba La Casona del Conde de Palermo. El Conde, Alejandro Zambonini, un personajón -precisa- no tenía a quien llevar para tocar la noche de navidad de 1998. Entonces lo llama a Lito y le dice: Mirá, me llamó Baglietto y me dice que muere de ganas de tocar con vos, acá, la noche del 25, ¿qué opinás? Y después me llama a mí y me dice lo mismo, y nos juntó, y así estuvimos tres años tocando juntos”. Todos festejan la ocurrencia que generó uno de los combos musicales más perfectos de la Música Popular Argentina, rótulo usado en este caso sin complejos para definir un repertorio que incluye piezas fundamentales del Folklore, el Tango y el Rock Argentino. Y así la charla con ellos continuó tan rica en conceptos y aventuras, tan imperdible como lo fue el show posterior ocurrido en febrero pasado, sin dudas uno de los más notables de los últimos años en esta ciudad.
Prosigue Juan: “Al Festival de Rock de La Falda vine como público antes de debutar en la edición de 1982, hace nada menos que 31 años”. Y se disparan y entrecruzan opiniones sobre el legendario festival y los porqués de su discontinuidad, Juan dice que por aquel entonces la ciudadanía no estaba muy contenta con el festival. Luego pasamos a los hechos de violencia que lo estigmatizaron. Lito pregunta: “La famosa foto de Miguel Abuelo con el ojo sangrando ¿fue acá, no?”. Le aclaro su confusión, le digo que eso fue en el estadio de Vélez Sarsfield en un festival organizado por la FM Rock & Pop en 1985. “¿Seguro?”, insiste. “Pará Lito”, le recrimino en un ida y vuelta con buena onda. “Bueno boludo, pensé que era en La Falda”, se defiende. Vaya a saber que fuerza misteriosa instaló en el inconsciente colectivo la creencia de que todos los absurdos en materia de recitales de rock surgieron de nuestro protofestival serrano. Claro, después vino Cromañón, pero ese es otro tema. Volvemos al dúo. “Con Lito nos reunimos cíclicamente más o menos cada diez años -dice Juan- nos da mucha felicidad tocar, somos amigos, ambos somos independientes, nuestros discos y conciertos se hacen en forma autónoma, y como nuestro mayor compromiso es con la música, cuando dejamos de tocar juntos es porque queremos preservar la alegría de la relación”.
Este tercer ciclo lleva ya dos años de tocar en directo y generar cosas como el disco titulado Más de lo mismo y una especie de prolongación de ese trabajo que se llama Clásicos y Acústicos. Dos maravillas de registros sonoros y en dvd surgidos de este choque de talentos que próximamente alumbrará una nueva obra que esta vez indagará en el cancionero latinoamericano.

Lito y sus comienzos. “Empecé tocando bajo y batería. Cuando vos me managereaste (sic) tocaba el bajo”. La referencia de Lito es hacia nuestro amigo y colega Mario Thibault, que por aquellos años trabajaba como manager de artistas y en su agencia tenía a Suspenso, la primer banda de Lito Vitale. “A los diez años mis viejos me regalaron un bajo violín como el de Mc Cartney, pero no de la marca Hofner original. Cuando cumplí 50 les dije a mis viejos: Cumplo 50, ¿me pueden regalar un Hofner ahora, no? y me lo regalaron”.
-Vos integraste la primera formación de Spinetta Jade.
“Sí, yo toqué rock hasta ese momento. Estábamos ensayando con Luis (Spinetta) para el concierto de Obras (el 03/05/80) que fue el primer concierto de Jade, con Pedro Aznar, Juan del Barrio y Pomo; entonces me llama Dino Saluzzi, que es un gran bandoneonista del folklore, un genio, y le dije a Luis que iba a tocar en el concierto y después me iba a ir a tocar folklore. Me gustaba más eso que ascender como niño, rockero, pianista, esa figura no me interesaba demasiado, me gustaba más meterme en una música con más arraigo argentino y ahí empecé con los tríos (con Izarrualde-González y Baraj-González) y todo eso. Después, cuando tuve le programa en Canal 13 me volví a encontrar con los rockeros y toda la gente con la que había tenido conexión, y luego produje el disco 40 Años de Rock Argentino”.
    
Juan y la epifanía. “Yo toco la guitarra desde los 5 años. Mi vieja me mandó a las trompadas a aprender guitarra, no es que yo quería. Tocó la guitarra desde entonces, he participado en infinidad de grupos, estudié, trabajé de otras cosas, y mi otra vocación, por decirlo de alguna manera, era la escenografía, no entendía muy bien que era pero me gustaba la escenografía. Cuando terminé la secundaria, tenía 17 años, para poder estudiar escenografía me tenía que ir a La Plata porque en Rosario no existía la carrera. Pero no me animé, porque tenía la noviecita, los amigos, la familia, irme lejos, tocaba la guitarra además; entonces me metí en Arquitectura, hice hasta 5° año. Tuve la suerte o desgracia que en Rosario, en la Siberia que le llaman a esa zona, la Facultad de Arquitectura queda exactamente al lado del Instituto Superior de Música, entonces tenía tantos amigos en un lado como en el otro. Una vez estaba en un final de Construcciones IV, Cálculo de Sección de Tubo de Aire Acondicionado, y me estaba jugando la materia, viste, y me colgué y me puse a pensar en una canción y en un acorde, si era para abajo y que se yo, y cuando me di cuenta miré a los tipos que estaban ahí adelante y me dije “es una boludez esto”, y firmé la hoja, me fui y no volví nunca más a Arquitectura. Desde entonces me dediqué solamente a la música”.
-Siempre fuiste un caso particular dentro del Rock Argentino, por ser el único intérprete que no compone, ni escribe canciones, pero lográs versiones que en muchos casos superan ampliamente a las de los propios autores. ¿No te odiaban los tipos por eso?
“Y es muy probable que sí, sí seguramente. Un odio encubierto, no declarado. Sí me han metido zancadillas de las más diversas, pero yo creo que tiene que ver con que durante años no se terminó de entender qué lugar ocupaba cada uno -y ejemplifica- los que manejan los autos de Formula 1 no son los mismos que los fabrican, y es tan importante uno como el otro. Pero después eso se fue entendiendo, al punto de poder trabajar en conjunto”.
-“¿Cómo eran aquellos conciertos con Irreal?
“Eran muy buenas intenciones con pobres realizaciones. Siempre recuerdo una anécdota que contaba Rodolfo García (baterista) de Aquelarre, viste que ellos eran cuatro y firmaban los temas los cuatro, entonces un periodista va y le pregunta: Rodolfo ¿cómo hacen para componer entre cuatro? Y el tipo le contesta: Mirá, es muy sencillo, uno trae una idea y todos los demás la complicamos. En Irreal hacíamos lo mismo, o sea no podíamos empezar y terminar un tema con el mismo ritmo si antes no pasábamos por diez ritmos entre medio y cortes, era la época, pero había buena madera ahí”.-