sábado, 29 de agosto de 2015

Les Luthiers: Con lo que mejor saben hacer

Tras la irreparable pérdida de Daniel Rabinovich, el prestigioso grupo retomó las actuaciones con cuatro fechas consecutivas en el Orfeo Superdomo de Córdoba. Estuvimos en la primera de ellas y te contamos lo que pasó.  

ESPECTÁCULOS

Por Néstor Pousa

Cuando el viernes 21 de agosto la resistencia física de Daniel Rabinovich dijo basta, ya estaban prácticamente agotadas las cuatro funciones que Les Luthiers tenía programadas desde hacía algunos meses en Orfeo Superdomo de Córdoba. Como siempre ocurre, en esta u otras plazas, se habían anunciado dos fechas (jueves 28 y viernes 29 de agosto) y luego se sumaron otras dos (domingo 31 y sábado 30, en ese orden); confirmando un privilegio que pocos ostentan, llenar en cuatro noches consecutivas a uno de los estadios cubiertos más importantes del país.
Ante el triste suceso consumado justo una semana antes de la seguidilla de shows con sold out, ¿algunos de los miles de tenedores de entradas habrán evaluado la posibilidad de no asistir? Difícil saberlo. Lo cierto es que aunque no se había aclarado suficientemente, a causa de su estado de salud, Rabinovich no venía siendo parte del elenco desde marzo de este año, es decir que su muerte no modificaba lo que el grupo tenía programado para los próximos meses. Igual, hubiera sido entendible que las funciones en suelo cordobés se reprogramaran, pero el grupo entendió, y difundió en su perfil de facebook y en el lujoso programa desplegable que se entregaba al ingreso a la sala, que aún de duelo, tristes y doloridos, la decisión era seguir trabajando y continuar con lo que mejor saben: hacer reír a la gente.
Me tocó asistir a la primera función tras la partida de Daniel, uno de los miembros fundadores y más emblemáticos del prestigioso grupo humorístico y musical, creado hace exactamente 48 años. Y seguro que no fue una función más. Era una sensación extraña y de sentimientos encontrados. Algo me decía que no iba a haber manifestaciones implícitas, mucho menos explicitas, de homenaje al amigo y compañero. Si a través de tantos años se ha llegado a aceptar el bajo perfil de sus integrantes y su carácter esquivo a las manifestaciones mediáticas, hubiera apostado doble contra sencillo que no iba a haber desde el escenario ninguna ofrenda que modifique la continuidad del espectáculo. Y así fue. Y aunque a alguno de los asistentes le haya sorprendido y hasta molestado el mutis por foro del resto, el homenaje se manifestó con un silencio más elocuente que cualquier discurso, que hubiera resultado tan obvio como innecesario.

Foto: Martín Baez / La Voz
En cuanto al show, se trata de Viejos Hazmerreíres, una nueva antología que reúne los mejores momentos de su obra previa. A punto de alcanzar el medio siglo de trayectoria Les Luthiers ha decidido que en adelante se dedicarán a revisar sus grandes éxitos, con estrenos en pequeñas dosis. De esta forma, con la recreación de obras ya probadas y conocidas por el público entendido en el grupo, el resultado el altamente eficiente y brillante.  
Nadie va a descubrir aquí las virtudes indiscutidas de estos cinco geniales artistas que supieron conjugar el humor, la música y la actuación; produciendo, arreglando y dirigiendo sus propios espectáculos, y perfeccionando obsesivamente cada movimiento que ejecutan sobre el escenario.
Viejos Hazmerreíres consta de nueve de algunos de los mejores episodios de los últimos años, que se van enlazando entre sí a través de Radio Tertulia, el desopilante envío radial conducido por el insuperable Marcos Mundstock en el rol de Murena, es utilizado aquí para introducir cada uno de los sketchs que se sucederán a lo largo de dos horas vertiginosas. Rankeando alto y en orden de aparición, el primer acto es con Las Majas del Bergantín, zarzuela heroica que narra las peripecias en alta mar de un grupo de poco hábiles marinos de la corona de España que deben enfrentarse al temible Pirata Raúl. Así hablaba Salí Babá, las desopilantes afirmaciones de un gurú de este tiempo, un líder espiritual muy poco convincente. Quién mató a Tom McCoffee?, policial negro de disparatada trama en el cual además exponen sus enormes dotes musicales para interpretar jazz de alto vuelo. Párrafo al margen: Carlos Núñez Cortés, que en ausencia de Rabinovich es el  más bufón del grupo, es un notable músico que bien podría ganarse la vida solamente tocando el piano. Completa este podio Dilema de amor, una clase de filosofía al ritmo de cumbia epistemológica. 
Es justo destacar los momentos donde prevalecen los instrumentos informales, una marca registrada de Les Luthiers. Loas al cuarto de baño, Receta postrera (el único estreno de este espectáculo) y el final épico con Pepper Clemens sent the messenger, nevertheless the Reverend left the herd, en el cual aparece por primera vez la mítica figura de Johann Sebastián Mastropiero, célebre personaje incorpóreo que su sola mención provoca un aplauso espontáneo de la multitud.
El clásico “fuera de programa”, que en Les Luthiers equivale a los habituales bises de un recital, queda para Los jóvenes de hoy en día, un alegato que comienza en forma de oda litúrgica para convertirse abruptamente en un rap que intenta advertir, obviamente sin éxito, sobre los desenfrenos juveniles, con Carlos López Puccio y Jorge Maronna en las voces principales. 

  La pregunta final es: ¿se notó la ausencia de un irremplazable como Daniel Rabinovich?

El grupo Les Luthiers, fundado en 1967 por Gerardo "el Flaco" Masana, tuvo desde siempre actores de reemplazo para que una eventual ausencia no obligue a suspender un show. Esos roles están cubiertos por los actores y músicos: Horacio “Tato” Turano (desde 2000) y Martín O’Connor (desde 2012). Ellos están preparados para salir al toro y suplir a cualquiera de los integrantes originales, pero por la ausencia definitiva de Daniel, la situación de subrogante se transformó en titular. A Turano y O’Connor les toca hoy la difícil tarea de repartirse los textos, remates e interpretaciones musicales del gran Rabinovich, y por su experiencia puede asegurarse que la calidad de Les Luthiers no se verá resentida. Igual no va en desmedro decir que a Daniel Rabinovich se lo extrañará más de la cuenta.-      

domingo, 16 de agosto de 2015

GTX: Sin ninguna duda existencial

GTX antes de salir a escena (Ph: Nicolás Papa)
RECITALES

Por Néstor Pousa

Fue el acontecimiento metálico de los últimos años en Córdoba. La banda de heavy metal GTX presentó el sábado pasado Me volveré camino, su segundo disco en un show histórico en el que no se ajustaron a los límites preestablecidos y desafiaron la ortodoxia. Repasemos algunos datos. Se animaron a salir de los ámbitos habituales del género en Córdoba y aceptaron presentarlo en el elegante Studio Theater, espacio que cuenta en la actualidad con una nutrida programación de shows en vivo de los más variados estilos (chequear próximas fechas en la pestaña Agenda del sitio www.studionoche.com). Pero como ese lugar en segundo turno funciona como una discoteca, los GTX debieron ceñirse a márgenes horarios poco habituales y comenzar el show no mucho más tarde las 23 horas para finalizar con puntualidad inglesa a las 00.30, sabiendo que el público del palo maneja otros usos horarios. En la larga lista de invitados especiales tuvo un lugar de privilegio Celeste Sarmiento, notable vocalista a la que cedieron buena parte de protagonismo cuando cantó a dúo con Lucas Giorgi Buenos vientos. Una canción antes había aportado su voz en los coros de Despertares, la balada que cierra el nuevo disco y que fue la otra apuesta fuerte de la banda. ¿Ver a Pacha Gómez colgarse una electroacústica haría bajar la tensión de un show al palo? ¿Lo aceptaría de buen grado el público? Tomar el riesgo valió la pena porque fue uno de los momentos altos de un show intenso en todas sus formas. No obstante el frontman aclaró: “Quizás sea la primera y última vez que lo tocamos en vivo”.
Otro rasgo de este recital lo aportaron las chicas (tanto arriba, como abajo del escenario) que se acercaron en buen número al antiguo teatro de Rosario de Santa Fe 272. Las de arriba del escenario se encargaron de decorar con sensualidad algunas canciones (Escritos, Despertares, GTX) improvisando coreografías y jugando a ser hot dancers por una noche.

GTX, un show histórico (Ph: Nicolás Papa)
Tras una interesante previa animada por la ascendente banda local En Tu Scien y los porteños Coral; llegó el esperado momento de GTX despachándose de movida con una ajustada lista de temas del nuevo disco. A la intro de Jinetes de la oscuridad sonando en playback, le siguió, ya con la banda en escena, Gritos, Ojos vacíos, Escritos (con proyección muda del nuevo video clip, musicalizado en vivo por la banda), Poca vida y Me volveré camino, ese indiscutible hit que la banda aportó a la antología del Rock de Córdoba. Los estrenos se intercalaron con algunos los mejores momentos de Sin límites al fin, disco debut de 2012. De ese trabajo revisaron Cabeza de piedra, Hades y Dime con quién andas. Lejos de las presiones y ansiedades provocadas por una presentación de este nivel de importancia, a la banda que alista al faldense Aníbal Zanni (guitarras, coros y liderazgo intelectual), se la vio en su mejor forma, con un Lucas Giorgi (voz) repartiéndose el centro del escenario con Maxi Domínguez (bajo). El nuevo look capilar del expresivo cantante de los agudos imposibles contrasta ahora de manera notoria con la habitual cabellera bíblica del bajista. Un similar cambió estético adoptó Emi Di Natale, sólido baterista que sostiene el feroz ritmo casi sin que se le despeine su novedoso jopo. Mientras que Guillermo Pacha Gómez aporta solos de alto nivel y sutilezas, tanto con la eléctrica como con la acústica.
Si existe una palabra autorizada en la escena metalera cordobesa es la de Pablo Scalabrelli. Al exmiembro de Sentencia le tocó subir sobre en el desenlace del concierto, minutos antes que desde la consola de sonido le bajaran inexorablemente el pulgar al tiempo estipulado. El guitarrista antes de cumplir con su parte pidió el micrófono y se despachó con la siguiente afirmación: “Este es un momento trascendente para la música de Córdoba, esta es una de las mejores bandas heavys de todos los tiempos, hacía mucho que no se veía un show de heavy metal con una asistencia como esta”. Por su parte Aníbal Zanni, el día después y desde su perfil en Facebook, manifestaba: “Fue la noche de mi vida”. La noche en que GTX formalizaba la presentación en sociedad de Me volveré camino. Un gran disco para una gran banda, sin ninguna duda existencial.-

Fotos gentileza: Nicolás Papa

miércoles, 12 de agosto de 2015

“Hago lo que siempre quise hacer”

Ph: Paulina Frontera
Dice Aníbal Zanni, guitarrista de GTX, banda cordobesa que el próximo sábado estará presentando oficialmente Me volveré camino. Hablamos con el músico faldense. Bonus track: el flamante video-clip de "Escritos".

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

“Para mi viejo, Troilo era lo que para mí es Bruce Dickinson”, me cuenta Aníbal Zanni para justificar el origen de su nombre de pila, en el comienzo de la charla que mantuvimos días antes de la presentación del flamante segundo disco de GTX, su actual banda. El bar donde nos encontramos es una antigua construcción de 1942 que originalmente fue una inmobiliaria regenteada por un tío abuelo del entrevistado. Zanni es un nacido y criado en La Falda con profundas raíces en esta ciudad pero, como tantos otros, una vez tuvo que emigrar: “Estuve viviendo diez años en Córdoba, desde el 2003 al 2013, acá en La Falda, en realidad en todo el país -observa- estaba muy complicado el tema del laburo, todos sabemos lo que fue desde el 2001 para acá, faltaba un cartel que diga ‘Se Vende’…”

   -¿Te fuiste con la idea de hacer música?  “Sí, he andado por muchos lados, Buenos Aires, Neuquén, Córdoba, y en todos lados siempre hice música, tocando o cantando”.

Aníbal acusa 42 años, “Un pibe”, acota. Mi primer recuerdo de él se remonta a los años en que asistía en calidad de fan-plomo a la banda local Sexton. Luego, como una consecuencia más habitual de lo que se supone, saltó de la platea a formar parte del grupo. Lo explica: “Lo que pasa es que en Sexton eran cinco que tocaban, pero siete o diez que íbamos a todos lados juntos, como decís vos, éramos mitad fans, mitad amigos, haciendo las veces de plomos, sin saber nada de lo que estábamos haciendo, pero tratando de colaborar en lo que nos gustaba. Por eso hoy en día es un sueño hecho realidad estar tocando, estar haciendo música”, completa.

   -Posteriormente te vi en otro proyecto, tocando en bares de por aquí…  “Esa banda se llamaba Shocker que fue un proyecto que vino después de Sexton donde también estaba el Gordo Finizzola, pero con otros músicos, algo más evolucionado, no tan tradicional sino algo más de los 90, ese estilo. Ahí ya dejé de estar atrás y me dediqué a tocar”.

    “No me quiero ni acordar porque son muchos años -reflexiona ante el ejercicio de memoria que le propongo- pasaron muchas bandas y fue mucho… no diría renegar, pero sí buscar, buscar y buscar hasta encontrar lo que creo que encontré hoy en GTX. No quiero decir que este sea el techo, pero sí un muy buen momento, seguramente”.  

Para quien conozca a Aníbal no será difícil suponer que GTX, banda fundada en mayo de 2008,  le significa haber encontrado su lugar en el mundo, él confirma: “Sí, hoy en día sí, porque hago lo que siempre quise hacer, que es tocar y componer, estar con músicos que van para el mismo lado que yo siempre quise ir, que es como dice nuestro primer disco: sin límites, no conformarse con decir: ‘bueno, toco en el bar de enfrente de mi casa todos los fines de semana’, sino ir mucho más allá. En eso estamos trabajando constantemente”.

Desde la gráfica, las letras y la estética, GTX es una banda del camino. Hasta su nombre hace referencia a una cupé que es un ícono de la industria automotriz argentina de la década del 70, un auto hoy considerado de culto. “Sí, totalmente”, corrobora. “El nombre se le ocurrió a Lukas, el cantante, con quien siempre estuvimos de acuerdo en poner un nombre que tuviera que ver con los fierros, y GTX es el V8 argentino, el más representativo y el más groso. El que tiene una Dodge GTX no la va a tener para ir a hacer las compras, la va a tener espectacular, para salir con los amigos, o para correr, por qué no. Le pusimos ese nombre por todo lo que representa”.

"Me volveré camino" (2015)
   -Hablemos del nuevo disco. “La verdad que tenemos muy buenas expectativas y mucho nervio porque nos tenemos que encargar de un montón de cosas, y estamos laburando lo más profesional que se puede, porque somos gente que se dedica a otra cosa, y hacemos las veces de músicos, productores, managers y… muchas otras cosas más, pero todo con mucha pasión, con muchas ganas, entonces terminás reventado y quemadísimo de la cabeza, pero siempre que terminás de hacer una cosa, te ponés a pensar en la próxima con las mismas ganas o más”.

   -¿Las canciones fueron escritas para este disco?   “A diferencia del anterior (Sin límites al fin, 2012), este es totalmente nuevo, es muy fresco porque laburamos a conciencia, todos. En cuanto a las letras son temáticas actuales, que van a tener goyete hoy, dentro de diez años y diez años atrás lo hubieran tenido también, y todas hablan de vivencias personales”.

Me volveré camino, la canción que titula el disco, desde que la escuché me pareció que tiene todos los atributos de un hit. “Pensamos igual -apunta- de hecho cuando teníamos el disco casi terminado y empezamos a pensar cómo se iba a llamar, el orden de los temas, etc, pensamos en Me volveré camino porque cuando lo tocábamos en los ensayos saltaba todo, abríamos la cerveza, entonces nos dimos cuenta de eso que decís vos, que es un tema que explota”.

   -¿Y qué le falta para que le expidan el certificado de hit?  “Que lo pasen en la Gamba, que lo pase Mario Pereyra”, bromea. Y, aunque sea innecesario, aclara que no fue algo intencional escribir un hit.

GTX (Lukas Giorgi en voz, Aníbal Zanni en guitarra, Pacha Gómez en guitarra, Maxi Domínguez en bajo y Emi Di Natale en batería) es una banda con un sonido demoledor en los vivos, y en este disco lograron documentar fielmente ese poder que desarrollan sobre un escenario, sin embargo al álbum lo cierra una balada, Despertares. ¿Tienen espalda para tocarla en la inminente presentación?  Aunque hace un gesto de duda, sostiene: “Sí, de hecho la estamos ensayando y la tenemos que tener afilada para cuando pinte, no la tenemos porque sí. La letra la escribió el batero (Emi) y está perfecta, lo puedo decir con toda tranquilidad porque no es mía”.

Emi, Aníbal, Lukas, Maxi & Pacha: GTX
Con bandas históricas como Hammer todavía en actividad, con GTX haciendo un gran trabajo actualmente, además de Pésame, Eterna Agonía, entre muchas otras; y el panorama que se ve en el interior con referentes como MAGMA o Apocrypha, ¿en qué momento consideras que está el género metálico en Córdoba, hoy?  “El Heavy está en uno de sus mejores momentos históricos, eso te lo puedo decir con toda seguridad, hoy tenés público, tenés a los medios que lo apoyan y tenés un montón de bandas que están laburando seriamente, haciendo buena música y grabando discos. Eso antes no pasaba, ese era un problema que tenía el Metal, que se grababa como se podía y muy mal, hoy en día se busca sonar bien, mandarlo al exterior para hacer las mezclas, hoy se puede, hoy se tiene la cabeza, antes en los 90 ni en pedo ibas a mandar un disco a Polonia o Canadá para que te lo mezclen allá, como se hace hoy”.

   -Con tanta proliferación de bandas, ¿hay público para todos?   “Muchas veces la mitad del público son músicos, pero a las bandas que están laburando bien, la gente las termina apoyando, por ejemplo Mortuorial Eclipse, que es una banda de black metal sinfónico, te los recomiendo, después búscalos en YouTube. Son cuatro monos todos pintados, caracterizados de vikingos, que aunque no te guste el estilo, te da curiosidad, ¡hay que ser muy amargo para no ir a verlos! Además tienen una producción tipo Hollywood, te juro”, exagera Aníbal.

   -Luego de radicarte nuevamente en La Falda y tener que moverte a Córdoba por trabajo y para ensayar, ¿qué tanto te rompe las pelotas el cierre del Camino del Cuadrado?   “Uh, un montón ¡me cortaron las gambas! como dijo el Diego. Sí, me cagaron la vida, mal”, se queja.

La presentación oficial de Me volveré camino se concretará el próximo sábado 15 de agosto desde las 20.30 hs (puntual) en Studio Theater (Rosario de Santa Fe 272 - Cba). Bandas invitadas: En tu Scien (Cba) y Coral (Bs As). Anticipadas: $70. En puerta: $100.
“Es muy importante que pongas -sugiere Aníbal- que durante nuestro show va a ver una performance con chicas ligeras de ropas (sic), va a ser algo muy cuidado, más bien artístico, para brindar algo más que cinco gordos tocando”, concluye.-


lunes, 3 de agosto de 2015

Un café con el maestro

Juan Carlos Godoy fue cantor de Ricardo Tanturi, Alfredo de Angelis y el legendario Glostora Tango Club. A sus 92 años fue una de las figuras del Festival del Tango de La Falda. “Es un trabajo común y silvestre”, asegura en esta entrevista exclusiva.

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

Es uno de los últimos exponentes en actividad de la denominada década de oro del tango. A sus 92 años todavía tiene ganas y la energía suficiente para subirse a un escenario y cantar. O cantar en donde sea. Mientras le arreglo el micrófono para la entrevista que será grabada en audio y video, le pido que diga algo para hacer la prueba de micrófono. ¿Un tanguito?, propone. Y arranca: Si el mundo revirao, golpeándote, te tira pa’ un costao de la pared, si el 20 es un suspiro, y el día 3, ya se piantó de yiro y queda el mes…”  
Juan Carlos Godoy canta con un caudal que asombra, por su prolongada edad, toda la primera parte de Y a mí qué, tango de Aníbal Troilo y Catulo Castillo con el que iniciará su actuación acompañado por el Contramano Trío, en la última noche de una nueva edición del Festival Nacional del Tango de La Falda.  Pero ahora son las 3 de la tarde, y en plena siesta faldense Juan Carlos se acomoda a gusto en un sillón del lobby del hotel y completa: “Este tango lo cantaba Elba Berón, cantábamos en un cabaret y la Elba me lo pasó. Lo empecé a cantar, gustó y lo metí en el repertorio”. No harán falta demasiadas preguntas del cronista para que empiece a reconstruir su historia: “Yo empecé a cantar en el año ‘56, siempre cantaba con guitarras, con los amigos, y resulta que había un sexteto que tocaba en el Sans-Souci, me escuchó el director y me dijo: Ud. tendría que venir a probarse con el sexteto. Y fui al Sans-Souci un día de verano que hacía como 40 grados de calor, quedaba enfrente del Teatro El Nacional en la calle Corrientes. Entonces empecé a cantar ahí, dos meses; iba al Montecarlo, que era otra confitería, otros dos meses, después hacíamos el Picadilly, y siempre la misma ronda”.

“Yo trabajaba en el Banco Municipal -prosigue el relato- y lo que pasaba es que me acostaba a las 5 de la mañana, y a las 9 me levantaba, me iba al banco, marcaba la tarjeta, iba al baño y me dormía 3, 4 horas (risas). Después salía del baño. ¿Dónde estabas?, me peguntaban. Y, no, me descompuse. ¿Siempre te descompones, vos? me decían. Ya cuando pasé a (la orquesta de Alfredo) De Angelis fui a hablar con el gerente del banco, le dije miré me voy a ir seis meses sin goce de sueldo, porque salíamos a una gira de tres meses con la orquesta de Radio El Mundo y el Glostora Tango Club. Y el gerente me dice: Miré, me contaron que Ud. llega, marca y se va al baño a dormir, entonces vamos a hacer una cosa, antes que le demos la baja, pídala Ud. a la baja, y cuando no cante más, venga a trabajar, o si no, siga con el canto. Entonces le dije, voy a dejar el banco, voy a dejar todo, y me dedico a cantar, y si me viene mal la mano volveré al banco otra vez. Pero como no me vino mal la mano, la mano cada vez venía mejor…”

 -No tuvo necesidad de volver…

“No volví más”.

Godoy y Contramano Trío (La Falda Tango 2015)
 -¿Cuántos años con la orquesta de De Angelis? “Con Angelis empecé en el ‘60, por ahí, cuando se fue Carlos Dante me llamaron a mí porque tenía la voz melodiosa como él. Entonces me dijeron ¿por qué no hacés una prueba con De Angelis? Yo estaba en la orquesta de Ricardo Tanturi y habíamos discutido con él, porque éramos tres los cantores, estaba Horacio Roca, la Elsa Rivas y yo. Éramos muchos cantando, con dos basta. Me probé con De Angelis y le gustó. Hicimos unas grabaciones para (el sello discográfico) Odeon y si aceptaban me quedaba con la orquesta. Y me quedé. Claro, al poquito tiempo grabé un tango que se llama Quién tiene tu amor que se vendieron más de tres millones, entonces a ellos les convenía. Con De Angelis estuve seis años y medio, y dejé porque hicimos muchas giras, salíamos todos los años, para enero empezaba la gira, conocimos todas las provincias; fuimos a Colombia, y cuando volvimos le dije a De Angelis mirá yo me voy a ir de la orquesta porque yo grabo y Ud. me da $300; y voy al Rincón de los Artistas (nota: mítico reducto en donde cantaban todos los cantores de la época) y me dan $1000. Y seguí como solista”.
Juan Carlos guarda un lugar especial en su memoria para el Café de los Maestros, aquel documental producido por Gustavo Santaolalla y Miguel Kohan en 2008 con las grandes glorias vivientes del tango. “Estuve en el Café de los Maestros y recorrimos toda Europa con Leopoldo Federico y los mejores músicos que había de tango. Hacíamos giras, de todo”, resume con orgullo Godoy. 

 La prueba con Rivero. “Él iba a la calle Córdoba y Pueyrredón, los sábados a la madrugada a un  boliche, venían todos los guitarreros, ahí se quedaban hasta las siete, ocho de la mañana tocando, y yo iba siempre ahí. Me presentaron a Edmundo Rivero, y la gente amiga de él le dice ¿Por qué no lo probás? Y me probó. ¿Qué tango querés cantar? Alma de loca en La. Y me dijo: Tenés una linda voz, pero tenés que vocalizar, hacer ejercicio para impostar la voz. Entonces yo le dije, no conozco como es impostar la voz. Me dio una dirección y me dijo, andá acá, Ricardo Domínguez se llama y es el maestro de canto con el que yo estudié. Y fui. Y después nos hicimos amigos con Rivero".

 Gardel, un fuera de serie. “Como Gardel no hubo ni va a haber otro, fue una cosa fuera de serie, para mí fue el mejor. No sé por qué, que razón tenía. Porque yo lo escucho a Gardel, esa voz pastosa, linda, con melodía y con todo, aire, tenía de todo. Tuvo la desgracia de ir a morir a Colombia, por una bobada, estaban en Medellín y tenían que ir a Bogotá, entonces los aviadores (sic) habían tenido una fiesta y estaban todos medios borrachos, y carreteo el avión para ponerse en la pista, había como una montaña antes de llegar a aterrizar, pasaban la montaña y aterrizaban, y como los aviadores estaban medio chupeteados (sic) le aflojaron los frenos y se quisieron meter cuando pasaba el otro avión y ¡tac! vino el choque y ahí murieron. Pero como voz no creo que haya un cantor superior a Gardel”.
 
“¿Sabés lo que era eso?”, exclama, mientras rememora sus años de juventud en la noche porteña, cantando de confitería en confitería, junto a todos sus colegas y amigos cantores. “Yo llegaba a mi casa a eso de las 9 o 10 de la mañana, y mi señora se enojaba conmigo, pobrecita ya falleció, pero yo le decía, si querés venir conmigo, vení. Terminábamos de trabajar, íbamos a comer un asado por ahí, porque nunca faltaba alguien que te invitaba a comer un asado a las 6 de la mañana, recién después me iba a dormir. Dormía de día y de noche salía a laburar. Con el Polaco Goyeneche andábamos en el Rincón de los Artistas juntitos, ahí estaban todos: Nelly Omar (se emociona la recordar su nombre), Héctor Maure, eran más de 10 cantores y cobrábamos bien, trabajé como tres años ahí y me compré el departamento y todo. Pero como todo se termina, pasan los años, pero yo me puedo quejar, hice las cosas correctas, voy a cumplir 93 años y todavía canto. Yo siento que hay días en que no puedo cantar, porque estoy afónico, entonces descanso un día y al otro día tengo la voz arreglada. Y no me arrepiento de nada de lo que hice, es un trabajo común y silvestre”.    

 Bonus track. “Me ofrecían, y yo no, de esa no. ¿Y por qué?, me preguntaban. Porque tomo de esa y no me siento bien, me hace vomitar, les decía. Mentira, yo sabía que me jodía. El médico me decía: Ud no vaya a tomar coca, eh. ¡Ni loco!”.


lunes, 27 de julio de 2015

Ciudad de Tango, luna y misterio

Osvaldo Piro, 50 años dirigiendo
Con la edición número 32 la ciudad de La Falda festejó los 50 años con el Tango. El tradicional y legendario ciclo demostró tener buenos reflejos para asimilar propuestas nuevas. Crónica e imágenes.

LA FALDA CIUDAD TANGO

Néstor Pousa (cobertura especial)

El número de treinta dos ediciones acumuladas palidecía ante un dato mayor: los 50 años cumplidos del Festival Nacional del Tango de La Falda. La efeméride fue ampliamente destacada, como correspondía, en los medios de prensa y por los locutores del evento, salvo algún distraído que no cayó en la cuenta. Es mucha la importancia de este medio siglo de existencia del ciclo, y más relevante aún que lo encuentre con plena vigencia, con estatus de asunto de estado, atravesando décadas y acumulando años consecutivos.  
Ni siquiera una cartelera diseñada con los condicionamientos que impone un presupuesto corto pudo opacar el mito. Más allá de los gustos musicales, de las grandes figuras que vinieron y de las que pudieron haber venido; si hay algo que quedó claro es que la mística está intacta y nuestra autoestima como ciudad que engendró y conserva al festival de tango más importante del mundo, sigue en alza y no corre riesgos. No es un cliché, Silvio Soldán, si hay alguien que sabe de tango es él, permanentemente remarca el hecho de que festivales de tango hay por todo el mundo, pero ninguno con la importancia y antigüedad del nuestro. Entonces ¿cabe alguna duda que hay que cuidarlo a como dé lugar?
La edición que recién finaliza ¿puede haber marcado un antes y un después? Sí, en cuanto a las convicciones, porque por más que hoy sea de gestión municipal, el festival pertenece a La Falda pero además forma parte del acervo cultural del país. Por eso es un orgullo, pero también una responsabilidad el tener que protegerlo. Parecen términos demasiado graves los expuestos, cuando todavía hay gente que no dejará de pensar y expresar que se trata solamente de un festival de música y que hay otras prioridades que atender.

El armado de esta nueva edición demandó como es habitual de un gigantesco esfuerzo de muchas personas, visibles e invisibles. En los rubros técnicos hubo cambios notorios. El sonido mantuvo el muy buen nivel de los últimos años con mínimos detalles a corregir. La iluminación tuvo un cambio de rumbo, y al estilo de lo que se impone actualmente en los grandes escenarios además de la función básica de iluminar, ofreció un show permanente de luces robotizadas. El diseño de la escenografía, creación del joven artista local Santiago Fried (búsquese  en facebook por el nickname Santiagoartt), fue concebida como un regreso a las fuentes, que por contraste se ensambló a la perfección con la parafernalia de luz y sonido. Un acierto.
De la grilla de artistas se habló mucho en la previa, y lo cierto es que como en todo festival de música popular cualquiera sea el género, al pre anunciarse la cartelera se habla más de los que no están, que de los que vendrán. Lo concreto es que si hubiera que calificar la nota oscilaría entre muy bueno y excelente. Sólo le faltó un número sobresaliente para el cierre, lo que hubiera mejorado la floja convocatoria de la tercera noche. Peteco Carabajal fue la figura freaky de la grilla y generó una expectativa que, a decir verdad, poco fue lo que sumó al resultado final. Es el mismo Peteco quien, en rueda de prensa, declaró que no le viene a aportar nada al género. Mientras tanto un artista local e histórico del festival como Rodolfo Tulián asumía con dignidad el no ser considerado para un horario mejor rankeado. Leandro Ponte, ganador del Pre La Falda 2014, nos mostraba Concierto de Arrabal, su debut en el disco realizado junto a Contramano Trío. Osvaldo Piro, reconocido por sus análogos 50 años como director de orquesta, dejaba en claro que si el sub-género de tango sinfónico existe, él lo inventó. Su orquesta, con el agregado de cuerdas, sutiles toques de flauta traversa y el sonido actualizado de una guitarra eléctrica, hace de su propuesta algo superior. Piro sabe que marca la diferencia. Hoy es un indiscutido de este festival, que además eligió la tranquilidad de La Falda para vivir e invita a uno de los mejores cantantes de Córdoba, Marcelo Santos.    

Lisette, consagratoria actuación
Hugo Varela en base a su rutina de sátiras tangueras (El fonógrafo, Como ha cambiado mi barrio, Último guapo en la Bristol y Corbata rojo punzó) cumplió con lo que de él se esperaba, darle aire a la programación. Quedó claro que si a un festival de tango de le incluye un número humorístico, mucho mejor si es de características musicales como el que presenta el nacido en Córdoba.
El inamovible Raúl Lavié tiene a favor su estilo y vigencia inobjetable, y en contra que la lista de temas no contempla sorpresas, aunque este detalle para él sea un mérito. Soy un clásico y cantó clásicos, defendió. A su turno Esteban Morgado se desmarcó de la rigidez del género e inspirado en su devoción por Paul Mc Cartney recreó la Milonga del pajarito (basada en Black bird de Los Beatles), todo un hallazgo aunque no la única cita a la banda de Liverpool que tuvo el festival.
Lo dicho sobre Don Rodolfo Tulián vale para la Orquesta Provincial de Música Ciudadana dirigida por Damián Torres con voz de Gustavo Visentín, ellos ya merecen alguna temporada en el prime time. Admirable la versión de Por una cabeza, según arreglos de Leopoldo Federico y en homenaje a Carlos Gardel.
Con chapa de local Horacio Burgos presentó a la cancionista Graciela Novellino para una selección de clásicos: Nada, Soledad, Barrio de tango, Grisel y El último café. El disco Burgos toca tango (2012) es una oportuna aproximación a su faceta tanguera. Luego del show el inspirado guitarrista nacido en Buenos Aires y radicado en Córdoba, anunció su próxima gira solista por países europeos.     
A Contramano Trío (Martínez-Della Vedova-Cassi) les tocó la responsabilidad de ser grupo estable, actividad que les demandó, en algunos casos, tener que remar más de lo esperable. No obstante sumaron horas de vuelo, resolvieron con oficio y se llevaron el reconocimiento del público. Cuando les tocó el turno de mostrar su propio set se jugaron todas las fichas con exigentes versiones y arreglos de A Don Agustín Bardi y A fuego lento (ambas de Salgán, su máximo referente), Recuerdo (Pugliese) y Azul noche (Osvaldo Piro).
Tras varios años de actuaciones que la tuvieron como niña prodigio y revelación, el renovado show de Lisette fue indudablemente consagratorio. Con Tango Loco como banda de respaldo la cantante sólo se calzó el fueye para estrenar Eterno tango, un tema con su firma que revalida una notable evolución. Su despliegue escénico tuvo picos emotivos en Libertango y El último café, acompañada por el piano de Daniel García. El dato: su pequeña hermana Stephanie (11 años) hizo su debut como bailarina acompañada por Martín Pereyra.      

______________________________________________________________________
"Repetir me parece impune" (Rodolfo Mederos)
______________________________________________________________________
Mederos Trío, brillante conferencista

Rodolfo Mederos trajo la más minimalista de sus propuestas, la que integra con Sergio Rivas (contrabajo) y Armando de la Vega (guitarra). Me encanta la fragilidad del trío apuntaría el bandoneonista, dándole un significado no literal al término, ya que su oferta fue de las más sólidas y celebradas de esta edición. Posteriormente en sala de prensa sorprendería con una charla antológica en la que se explayó a placer y sin mirar el reloj, sobre su carrera (incluida la etapa con Generación Cero), recordó con emoción al Maestro Pugliese y reflexionó sobre el fenómeno cultural que es el Tango. Fueron 45 minutos de una exposición sin concesiones. Con la dinámica que impone el evento y su incesante ciclo de show-conferencia de prensa-show, en un ritmo tan vertiginoso como preciso, la reunión con Mederos me privó de ver el tiempo de escenario de Mora Godoy, una de las artistas más esperadas de la noche. Por lo que sugiero recurrir a la crónica de otro colega. Lo mismo me ocurrió con la primera parte de Carlos Habiague quien por primera vez ascendió a la categoría de número de cierre en la noche del sábado y ante un auditorio repleto. Todo un privilegio para el artista faldense que presentó un espectáculo sobrio, de muy buena factura y con banda propia.

El domingo prometía la presencia de uno de los últimos exponentes en actividad de la denominada década de oro del tango, Juan Carlos Godoy, quien a sus 92 años realizó un desmesurado esfuerzo por mantenerse en el escenario. No obstante un caudal de voz asombroso para su dilatada edad, no soportó el esfuerzo y se retiró antes de lo previsto, antes entonó algunos de sus clásicos: Y a mí qué, Que risa, Hermana, Alma en pena y Quien tiene tu amor. En horas de la siesta nos concedería una entrevista exclusiva que reproduciremos en próximas ediciones.
Con el quinteto Tango Loco el tradicional festival faldense demostró estar preparado para llevar a los extremos el eclecticismo sonoro, siempre y cuando venga de la mano de músicos del nivel que manifiestan Daniel García (piano y dirección), Walther Castro (bandoneón), Horacio Montesano (guitarra eléctrica), Mono Hurtado (contrabajo) y Christian Colaizzo (batería). A ellos no les tiembla la barbilla para ensayar una mezcla insólitamente transversal entre Beatles y Piazzolla, Beethoven y Piazzolla, Manal y Piazzolla o una inesperada versión de Yelow Submarine (otra vez Los Beatles) en clave de candombe. La propuesta netamente instrumental eventualmente cuenta con invitados lujosos, en este caso Lisette con quien hicieron Cantar es vivir, tema que bautiza el disco debut de la cantante con raíces faldenses.
La Falda Tango, nueva estética
Con excelente criterio la organización optó por invertir el orden de cierre pre-anunciado, haciendo aparecer en primer término a Peteco Carabajal y su set de tangos, dejando en manos de Esteban Riera la foto final. Al santiagueño, que aportó público propio, no dejaron de pedirle alguna chacarera. El reclamo se volvió tan insistente que llegó a incomodar, aunque no pareció sacar de las casillas al folklorista que respetó imperturbable su lista de tangos clásicos.

Para Esteban Riera, ganador del premio revelación en el 2004 en este mismo festival, tener el privilegio de cerrar el capítulo fue un merecido honor para su flamante trabajo que venía a presentar. Un sueño y nada más se llama el tercer disco del solista que en esta ocasión fue acompañado por la Richard Cappz Orquesta, hasta aquí unos ilustres desconocidos incluso para los más conocedores de tango. “Si no fuera por el Festival de La Falda que me consagró revelación, cuyo premio contemplaba la grabación de un disco, hoy no me conocería nadie”, analizaba Riera en una tardía conferencia de prensa cuando la edición 2015 ya empezaba a ser historia.-     

Gracias! Martín Carrizo por las fotos.

martes, 21 de julio de 2015

Contramano Trío: “Nos toca el honor de abrir y cerrar la edición”

Por segundo año consecutivo el trío local será el grupo estable en la 32° edición del Festival Nacional del Tango de La Falda que comienza este viernes. Mauricio Martínez nos devela detalles sobre los ensayos y preparativos.

ENTREVISTA

Por Néstor Pousa

Acompañar a solistas de los más variados rangos y estilos, ser por segundo año consecutivo el grupo estable del más legendario Festival de Tango de Argentina, esa será la responsabilidad, pero también la gran oportunidad, que tendrá el Contramano Trío. Nada mal si consideramos que llevan tan sólo cuatro años de formación y algunos cambios de integrantes. El trío hoy alista a: Mauricio Martínez (guitarra, 27 años, La Falda), Rodrigo Della Vedova (piano, 23 años, Huerta Grande) y Jeremías Cassi (bajo eléctrico, 26 años, San Antonio de Padua, Bs As., actualmente radicado en Huerta Grande). De los tres es Mauricio Martínez quien ejerce como vocero del grupo, y a nuestro pedido hace un alto en la exigente rutina de ensayos para responder este cuestionario y develar detalles sobre los preparativos para la próxima edición del Festival Nacional del Tango de La Falda que comienza el viernes.
“El festival de tango de La Falda es realmente mucho más importante de lo que se cree -prologa el guitarrista y arreglador- al tener la oportunidad de viajar, descubrimos que a donde fuéramos todos conocían nuestro festival, y los artistas de tango aspiraban a llegar algún día a pisar este escenario. Teniendo en cuenta que el lugar de grupo estable anteriormente fue ocupado por grandes maestros del tango, a nosotros hoy en día es lo que más nos enorgullece, no sólo por haber sido el primer grupo local en los 50 años de historia del festival en ocupar este rol, sino también por el hecho de imponer de alguna forma una instrumentación que no es la más tradicional dentro del género, sin bandoneón y sin violín”.

  -El formato “grupo estable acompañando a solistas” es una característica exclusiva de los festivales de tango (no ocurre en el folklore, no pasa en el rock), ¿cómo se organiza una dinámica de ensayos a distancia? ¿qué cosas hay que tener en cuenta?   “En todos los casos tuvimos una comunicación previa con los cantantes, ellos son quienes eligen el repertorio que van a interpretar en base a la cantidad de tiempo establecida por la organización. En el caso de tener partituras, pedimos que nos las envíen por mail y las adaptamos a nuestra instrumentación, de lo contrario necesitamos saber al menos la tonalidad y tener algún audio de referencia para saber en base a qué estilo empezar a trabajar en la escritura del arreglo para cada uno de los instrumentos. Una vez terminado el arreglo o adaptación, cada uno estudia sus partituras para comenzar luego el proceso de ensamble en los ensayos. Lo principal a la hora de arreglar e interpretar es tener bien en claro el estilo de cada cantante, para facilitar así el ensayo general ya con la presencia del artista”.

  -Imagino que el encuentro con el artista, en el mejor de los casos, se produce el mismo día de la actuación, ¿hay tiempo de pasar los temas? ¿genera ansiedad salir a escena en estas circunstancias?   “El año pasado tuvimos tiempo de hacer uno o hasta dos ensayos con cada uno de los cantantes, el mismo día de la actuación y de ser posible algún día previo. Este año trataremos de organizarnos de la misma forma, aunque ya sabemos que algunos de ellos llegan a La Falda el mismo día de la presentación, por lo que será un sólo ensayo general en esos casos. Tuvimos la experiencia de ocupar una función similar en el Festival Internacional de Montevideo, Uruguay, en la que no hubo tiempo de ensayar previamente con los cantantes y salimos a escena sin haber hecho el ensayo general. En cualquiera de los casos, no deja de ser exigente mentalmente y uno tiene que estar con los sentidos bien alerta. Hay cantantes que se dejan llevar por la adrenalina del escenario y cambian la forma en la que interpretaron en el ensayo. Eso te obliga a estar atento no sólo a la partitura, sino también a todo lo que está pasando en el escenario, para que no se pierda el ensamble dentro del grupo y con el cantante”.

  -¿Tuvieron alguna exigencia especial por parte de alguno?   “Nos toca acompañar nuevamente al cantante uruguayo Francisco Falco, el año pasado él nos pidió si podíamos filmar un ensayo y enviarle el video por internet para poder cantar sobre nuestra grabación e ir ganando tiempo con esta suerte de ensayo a distancia. En esta oportunidad el repertorio con él será diferente, pero nos manejaremos de la misma forma”.


  -Este año les toca acompañar a artistas en un amplio rango de estilos: un exponente de la década de oro como Juan Carlos Godoy; nuevos intérpretes como Leandro Ponte y Francisco Falco; y a un “forastero” del género como Peteco Carabajal, ¿será esta una prueba de fuego para la versatilidad el trío?   “Absolutamente. El tango tiene un rango de muchas décadas desde sus orígenes hasta la aparición de Piazzolla, por ejemplo, en donde cada director, compositor, o arreglador, aportaba nuevos ingredientes al género, dándose un abanico inmenso de posibilidades estilísticas. Antes de comenzar los arreglos para Juan Carlos Godoy escuchamos muchas grabaciones suyas en diferentes etapas de su vida, principalmente de la década del ‘50 junto a la orquesta de Alfredo De Angelis, para conocer su estilo y no incorporar recursos que no se hayan utilizado en esa época. En el caso de Peteco Carabajal, abarca un repertorio amplio y eso nos permite ciertas libertades estilísticas a la hora de arreglar. En cuanto a Leandro Ponte y Francisco Falco, a ambos ya los acompañamos y tuvimos la oportunidad de grabar con ellos, por lo que ya conocemos bien su estilo y forma de interpretar”.

  -Poco se sabe de Peteco en el rol de cantante de tangos, por lo escaso que se filtra en Youtube el santiagueño lookea de traje y asume un estilo clásico gardeliano, ¿cómo preparan esa actuación en particular? más teniendo en cuenta que con él tendrán la responsabilidad de cerrar la edición.   “Nos toca el privilegio de abrir la edición del viernes acompañando al cantante local Rodolfo Tulián, y cerrar la edición el domingo junto a Peteco Carabajal, un inmenso honor para nosotros. El intermediario nos hizo llegar su material llamado Peteco de Buenos Aires (CD doble + DVD), que es lo único con lo que contamos para preparar esta presentación. Luego en una conversación telefónica con Peteco nos pusimos de acuerdo con el repertorio que se va a interpretar. Él viene tocando con dos de los máximos exponentes del tango actual en Buenos Aires que son Julio Pane (bandoneón) y Hugo Rivas (guitarra), por lo que además nos toca la tarea de ponernos en los zapatos de estos grandes músicos. Estamos terminando de trabajar en los arreglos, respetando las tonalidades y su forma de interpretar, pero permitiéndonos darle un aire distinto a lo que grabó con Pane y Rivas, ya que la instrumentación es muy diferente. Cabe destacar que es la primera vez que Peteco lleva este espectáculo de tango fuera de la ciudad de Buenos Aires, por lo que la expectativa por parte del público y la prensa es muy grande”.

  -Al margen de la tarea de grupo estable, y sin estropear la sorpresa, ¿qué pueden anticipar sobre su propio set como Contramano Trío?   “Vamos a mostrar lo que somos y lo que hacemos el resto del año cuando nos subimos a cualquier escenario. No queremos armar algo para la ocasión que luego la gente no pueda ver en otra de nuestras presentaciones. Ya tenemos elegido el repertorio, se trata de los arreglos más recientes que hemos incorporado, los que más nos gusta tocar en este momento y mejor representan esta etapa del grupo. Podemos anticipar que estamos preparando un pequeño homenaje para el Maestro Osvaldo Piro por sus 50 años como director de orquesta”.

  -Será muy intensa la actividad de Uds. durante el festival, además de un trabajo previo con prolongadas sesiones de ensayos, con todo ¿queda tiempo para comer, dormir, detenerse para repensar este buen momento?   “Hace casi dos meses que estamos trabajando en esto, con varios ensayos semanales y escribiendo partituras en cada rato libre que nos permiten las obligaciones de cada uno. Estamos tratando de disfrutar de esta etapa previa, en la que ponemos todo de nuestra parte para estar a la altura de las circunstancias, e imaginando el momento de subirnos al escenario con semejantes artistas, que  en algunos casos admiramos y escuchamos desde hace tantos años. Creo que hasta ese momento, no vamos a ser absolutamente conscientes de lo que nos está tocando vivir”.-

jueves, 2 de julio de 2015

Una plaza en memoria de Cromañón

Los signos de la tragedia y el horror están ahí y casi que se pueden tocar. Como una cruel paradoja, a dos cuadras de allí sigue activo el lugar donde nació el Rock en nuestro idioma.

Por Néstor Pousa

Las huellas del horror de lo que sucedió la noche del 30 de diciembre de 2004 siguen allí, son imborrables. No es fácil pararse frente a la puerta de lo que alguna vez fue el boliche Cromañón. Para el que se anime llegar hasta el lugar lo que más lo estremecerá será la fila de zapatillas pendiendo de una cuerda. Es imposible no pensar que cada uno de esos calzados perteneció a alguna de las 194 víctimas, en su mayoría jóvenes, que encontraron la más absurda de las muertes puertas adentro durante lo que iba a ser un recital de su banda favorita, Callejeros. El entorno no ayuda a mejorar la impresión. La zona del Barrio de Once delimitada por la calle Bartolomé Mitre, que luego del siniestro fue cerrada al tránsito de vehículos y reabierta recién en marzo de 2012 como paso peatonal; la Plaza Miserere enfrente, todo conforma un cuadro desolador. Tal vez sea por esa agria sensación de saber que allí ocurrió la catástrofe no natural más grande de la República Argentina. Y esas zapatillas pendiendo de sus cordones son el símbolo más atroz. Sobre la esquina se levanta un pequeño monumento que recuerda a las víctimas con fotos y ofrendas, una especie de santuario; y en el terreno adyacente a la estación de tren se inauguró una plazoleta que hoy espera por la construcción formal, por parte del gobierno porteño, de un memorial en homenaje a las víctimas. La puerta de Cromanón está bloqueada desde aquella noche. Sus vidrios rotos, las ventanas entreabiertas y todo lo que encierra en su interior está como detenido en el tiempo. Congelado. Obstruye su paso un gran cartel de fenólico con los colores de la bandera argentina y una leyenda: EN MEMORIA DE LOS 194 ANGELES MASACRADOS EN CROMAÑON SEGUIMOS PIDIENDO JUSTICIA Y VERDAD PARA QUE DESCANSEN EN LA PAZ QUE SE MERECEN!! Los 194 nombres están ahí, escritos en letras de molde sobre el muro, y gritando tan fuerte como el enorme cartel. Caminando con sus manos tomadas en la espalda, por entre los bancos y cruces de la pequeña plazoleta, una mujer de unos sesenta y pico de años se inquieta ante la llegada del cronista. En un momento se aleja y ya no la veo, o es que mi mente viajó 10 años y medio al pasado y me distraigo. Súbitamente la mujer reaparece ante mi vista y comienza a increparme en un idioma inentendible, una especie de inglés sanateado. Una secuela más del espantoso saldo de locura que dejó aquella noche de pre fin de año, pienso. La dejo sola con sus fantasmas y me voy con los míos.

Cuna del Rock. A tan sólo dos cuadras de allí, cruzando la plaza en diagonal, en la intersección de Av. Rivadavia al 2800 esquina Jujuy, está La Perla del Once. El bar hoy se encuentra remodelado pero otrora fue refugio de escritores y poetas en busca de inspiración; y de estudiantes de filosofía que acudían a su tranquilidad para preparar las materias. Fue también uno de los espacios preferidos por los primeros músicos de rock en Argentina, los pioneros del género en idioma castellano, para prolongar la madrugada hasta que esta se encuentre con el nuevo día. Pero el verdadero mito de La Perla empezó el 2 de mayo de 1967, una noche como tantas otras entre divagues y algún café con leche comunitario, Litto Nebbia y Tanguito se juntaron guitarra en mano en el baño del local para componer espontáneamente a dúo la canción La balsa, la que luego grabada por Los Gatos, banda en la que cantaba Nebbia, se transformó en el primer gran hit que dio inicio a la banda de sonido de una nueva generación. Es por eso que el emblemático bar-pizzería fue declarado en 1994 sitio de interés cultural y hoy luce sobre su actualizada marquesina el subtítulo de Cuna del Rock. Tal vez sea esta la más feroz paradoja, que el lugar donde se presume nació el Rock Argentino este separado tan sólo por doscientos metros del lugar donde recibió su más despiadada estocada mortal. Dos lugares simbólicamente tan opuestos.
Por orden de un tribunal las víctimas de Cromañón tendrán, seguramente en dos meses o menos, su plaza de la memoria, pero ¿habrá alguna vez verdad y justicia? Santiago Aysine (31 años) era parte del público la noche del 31/12/2004 y salvó su vida casi de milagro. Fue después de la tragedia, y quizás a consecuencia de ella, que se dedicó a componer y cantar. Su destino se modificó y hoy es el líder de Salta la Banca (SLB), ascendente banda que en sus líricas y declaraciones públicas nunca olvida remitir a lo que ocurrió entonces, él cree firmemente que los Callejeros no son los culpables y que la responsabilidad mayor es del Estado. Santi, como suelen llamarlo, fue tal vez quien respondió de forma más brutal a la pregunta enunciada más arriba: “Justicia no va a haber nunca -dijo- porque lo justo era que no hubiese pasado lo que pasó”.

Sobre Omar Chabán. Cuando en febrero pasado le pregunté a Santiago Aysine su opinión sobre Omar Chabán, manager de Cromañón (en ese momento fallecido hacía 3 meses), desde el fondo de la sala de prensa del Cosquín Rock 2015 se escuchó una ahogada exclamación. Santiago mismo resopló y bajó la cabeza un instante, antes de ordenar las palabras para una respuesta: “Yo escuchó a mis colegas, como Germán (Daffunchio), Andrés, Ciro (Pertusi), los chicos de Attaque, todos hablando maravillas de él. Claramente es un tipo que les habría las puertas a las bandas, no puedo discutir eso, pero derrapó, se equivocó; yo creo que todas las partes que estuvieron de alguna manera involucradas en la intervención del estado para que dé un permiso que básicamente era…  no me sale la palabra ahora porque es la primera vez que me preguntan esto, así que te voy a agradecer que me lo preguntes… yo creo que toda la gente que estuvo en ese momento y que dio fe que ese era un lugar apto para ser utilizado, no sé… creo que lo bueno de todo esto es que Omar murió en prisión y es lo que deberían hacer tanto Aníbal Ibarra como todos los funcionarios que están de alguna manera imputados en la causa”, concluyó.-