viernes, 17 de mayo de 2013

Black Amaya: “Yo era la oveja negra”

Una emisora de radio de FM que solamente pasa clásicos de rock, un bar  escondido en una pequeña localidad de Traslasierra y un baterista prócer del Rock en Castellano.                                                                                                   

PERSONAJES

Por Néstor Pousa

Siempre que me voy a dar una vuelta por Traslasierra lo primero que hago es sintonizar la FM Triac (90.1 MHz), una emisora de radio que alejada de los mandatos del mercado, transmite durante las 24 horas, exclusivamente clásicos del Rock Argentino e Internacional. Ni bien bajás por el sinuoso Camino de las Altas Cumbres hasta su finalización, doblás a la izquierda y empezás a recorrer la Ruta 14 que conecta Nono, Las Rabonas, Los Hornillos, Quebrada de los Pozos y Villa de las Rosas, y se te suben al auto por los altavoces del equipo, músicos que difícilmente vas a escuchar en otra radio. King Crimson, Led Zeppelin, Jimi Hendrix, Bob Dylan, Cream, Color Humano, Emerson, Lake & Palmer, Deep Purple, Aquelarre, Creedence, Manal, Yes, Vox Dei, son sólo algunos de los artistas del menú de esta broadcasting serrana que no pierde el tiempo en anunciar los títulos de los temas, ni armar programas con locutores de impostación afectada; lo que escuchás es esa vieja música de locos con apenas algunos jocosos separadores y tandas comerciales en el mismo estilo. El oyente no es un actor pasivo, ya que participa a través del teléfono programando la música y opinando sobre todos los temas que se le ocurran. Los mensajes son dejados en el contestador automático (La oreja de Triac), y luego reproducidos en su totalidad, sin cortes, sin censura y sin editar, generándose una forma de interactividad que es marca registrada de esta radio.
La FM Triac, también conocida como La FM de la Costa y que su isotipo es un dinosaurio, está dirigida por Mario Ferrarese, su creador; pionero de la radio alternativa en 1970, en Hurlingham, partido del Gran Buenos Aires. Precisamente fue en ese lugar del oeste bonaerense donde nació en 1986 la primera FM Triac, que aún sigue emitiendo. En 1998 Mario se mudó a Traslasierra para que el proyecto adquiriera su formato definitivo en la agreste localidad de Los Hornillos. El inefable Mario, hoy convertido en un personaje de la zona, desde hace 15 años apuesta a este modelo de radio no convencional y que solamente pasa la música que a él le gusta, pero ad referéndum de los oyentes, con los que tiene una coincidencia del tipo alcoyana-alcoyana. (Escuchá FM Triac acá: http://www.raddios.com/fmtriac-radiosonline-fm-triac-fm-901-cba-arg).

Esta noche toca Black. Fue escuchando La Triac que me enteré que aquel fin de semana tocaba Black Amaya en Cielito Lindo. Juan Carlos Amaya es un baterista prócer del Rock en Castellano. El Negro Black para los amigos (porque de joven siempre se vestía de negro) integró dos bandas emblemáticas que definieron el sonido de los años 70’s: la primera formación de Pappo’s Blues, con Pappo y David Lebón (luego acompañaría al Carpo con intermitencias durante muchos años, en las diversas reencarnaciones del mítico trío). Y la otra Pescado Rabioso, junto a Luis Alberto Spinetta, David Lebón y Carlos Cutaia. La cuestión era ubicar el lugar de encuentro porque, aunque los datos eran precisos, en lo profundo de la noche las dudas siempre se amplifican. Al final no fue tan difícil llegar a Cielito Lindo, un barcito con onda ubicado a dos cuadras de la ruta, a la altura del dispensario de Los Hornillos. Allí te recibe Pablo, quien es a la vez: dueño, recepcionista, acomodador, bartender, cajero y toda otra función que tenga que ver con la logística del lugar. También es quien contacta a los artistas que allí se presentan. Esa noche Black Amaya y La San Luis Acústica, banda que con formato cuasi unplugged recorrería los clásicos del rock de todos los tiempos. En la antesala del show empieza diciendo que hacía mucho tiempo que quería tocar allí, y no sabía por qué no lo llamaban, tal vez el respeto que su figura inspira era lo que intimidaba a Pablo. Hasta que se animó, y ahora el percusionista es un número habitual del bar. Esta formación alternativa en formato acústico está integrada en su totalidad por músicos puntanos, a excepción de su hijo Agustín, al que le fue inculcado el amor por los parches y acompaña las canciones con bongó y pandereta. Black no canta, pero alrededor de su batería se desarrolla el concierto que empieza a recorrer clásicos del rock. Su experimentado toque y su modo de contar historias hacen muy atractiva la velada. Se escuchan: Tema de Pototo de Almendra, La Balsa en la versión original de Los Gatos, Presente una de las más bellas canciones de Vox Dei, Necesito un amor de Manal y Rebelde de Los Beatniks (Moris / Pajarito Zaguri); que operan como un minucioso relato de los inicios del Rock en Argentina. Una segunda fase trae Mañana campestre escrita por Gustavo Santaolalla para Arco Iris, y confiesa: “Este tema a mí antes no me gustaba, porque nosotros éramos pesados. Ahora es uno de los que más me gusta tocar”. Algo similar le ocurre con Canción para mi muerte de Sui Generis. De Fito Páez dirá que más allá de no compartir algunas declaraciones, es un gran músico que escribe obras como la elegida, Polaroid de locura ordinaria. De Cerati contará que cuando lo conoció en persona, lo sorprendió pidiéndole un autógrafo para el veterinario de su pueblo. La música que inspiró este movimiento será representada por The Beatles con I’ll be back y Eight days a week y Bill Halley con su legendario Rock around the clock. Un apartado especial para uno de sus primeros compinches, Norberto “Pappo” Napolitano, con versiones de temas que nuestro mayor héroe de la guitarra transformó en éxitos: Blues Local y Ruta 66.
Desde hace algunos años Black mudó su domicilio a la tranquilidad de Concarán en San Luis, distante a 95 km. de Los Hornillos, pueblo donde nació su padre y sus abuelos paternos. Este fue uno de los grandes cambios que experimentó en su vida. El otro se evidencia cuando alguien del público, en típica señal de cortesía, le ofrece un vaso de cerveza y todos sus músicos exclaman un “Nooo”, exagerado. Él, con la calma que le da haber pasado de esa vida de estrella de rock, cuenta que hace diecisiete años que no prueba una gota de alcohol. El show se prolonga y la gente no admite que tenga que terminar. Hubo un momento crucial: el del homenaje a Spinetta, en donde el relato se tensa: “Con Luis es con quien más aprendí. Al principio discutíamos mucho, éramos muy jóvenes, ambos teníamos 22 años. Discutíamos porque yo no quería tocar otra cosa que no fuera rock y blues. Yo era como la oveja negra y el Flaco era medio ‘fifi’. Mucho tiempo después, en su casa, mientras él me preparaba un té, le digo: ‘Luis, tengo que pedirte disculpas’, me miró y me contestó: Esta todo bien”, así sellaron su relación de tantos años. Tal vez por eso fue que los temas más logrados del show fueron los de Pescado Rabioso, la banda que juntos integraron, allá en los comienzos de los años 70’s.-  

domingo, 21 de abril de 2013

Edelmiro Molinari: arrancacorazones

Edelmiro: valores nativos y psicodelia
El exintegrante de Almendra y líder de Color Humano presentó en Córdoba su reciente álbum, Contacto 2012. En horas previas el editor literario y productor discográfico Jorge Álvarez recibió el Premio Cultura 400 Años que otorga la UNC.

RECITALES                                                                                                             

Por Néstor Pousa

Tratar de desenmarañar el nudo que se hace a la altura de Plaza España los viernes a eso de las 7 de la tarde es una tarea, tanto para conductores como para peatones, demasiado abrumadora. Mientras el semáforo te da dos verdes seguidos y no adelantás ni veinte centímetros, te ponés a pensar cómo es posible que nadie pueda solucionar semejante desquicio. Pero había que atravesar esa marea de autos sea como sea, porque del otro lado nos esperaba un homenaje necesario. En un acto que se realizó en el auditorio de la Casa Roja de la Facultad de Filosofía y Humanidades sería reconocida la trayectoria de Jorge Álvarez, el emblemático editor literario y productor discográfico de varios de los artistas que fundaron el Rock Argentino: Manal, Miguel Abuelo, Vox Dei, Moris, Tanguito, Pappo, Sui Generis, Spinetta, Color Humano, Aquelarre, entre otros. Durante el acto, que fue conducido por Mario Luna, impulsor del homenaje, estuvo presente como invitado especial Edelmiro Molinari, exmiembro de Almendra y líder de Color Humano, que sorprendió con la interpretación de What a wonderful world de Louis Armstrong. Álvarez recibiría de manos de la por entonces Rectora Carolina Scotto el Premio Cultura 400 años que otorga la UNC, y como cierre del evento tomaría la palabra el homenajeado que con su natural impronta y buen humor, nos dejaría un relato de antología sobre su vida y su obra.
Jorge Álvarez: premiado por la UNC
No había tiempo que perder porque el plan de esa doble jornada (viernes 19 de abril), según lo pergeñado por Luna en complicidad con Pablo Aguiar, contemplaba la presentación de Edelmiro en el CPC Argüello. No era cuestión de tener a un prócer del rock vernáculo en la ciudad, y dejar pasar la oportunidad de escucharlo en directo.
Quien avisa no traiciona, y Edelmiro avisó en notas radiales previas que no iba a ser un show regular, era sumar al homenaje y tocar en honor a la persona con quien había comenzado su carrera solista. Un show íntimo como si estuviera en el living de su casa, rasgueando canciones en la viola. Eso sí, formato curioso: Edelmiro en guitarra eléctrica y voz, acompañado por Luis Ocampo en cajón peruano y un mínimo set de percusión. No obstante, la ocasión serviría para presentar oficialmente en Córdoba Contacto 2012, álbum de reciente aparición y el cuarto facturado por Edelmiro en condición de solista.
Este nuevo trabajo combina canciones que son estreno con versiones propias de clásicos del rock que pertenecen a otros autores. Y así fue que con mayoría de estos temas se conformaría gran parte de la lista del recital en la trasnoche de aquel viernes. Hay que reconocer que sonaron un poco extraños esos clásicos pasados en guitarra eléctrica y cajón. Temas como: Post Crucifixión de Pescado Rabioso, A estos hombres tristes de Almendra, No pibe de Manal y una muy lograda versión de Adónde está la libertad de Pappo. Pero aún con su rareza, resultó una experiencia sonora muy atractiva, sea por la magia que irradia Edelmiro con su Stratocaster verde agua; sea por la habilidad del percusionista puntano que con la ayuda de una escobilla en mano izquierda y la derecha suelta, bate con maestría su instrumento en un estilo casi tribal.

Místico y magnético. Desde hace algunos años Edelmiro eligió como lugar de residencia una cabaña en una zona rural del noreste de San Luis, en un paraje que lleva el curioso nombre de Carpintería, ubicado sobre los faldeos de la Sierra de Comechingones, muy cerca de Merlo. El guitarrista ama y pondera ese lugar en el mundo que lo cobijó, lejos de la locura ciudadana. En el patio de su casa tiene un algarrobo de 250 años, cuenta, y bajo su sombra y su influjo compuso las nuevas canciones que está estrenando. "Es un lugar místico y magnético", asegura, y es ese efecto el que lo influyó en esta suerte de retorno a los valores nativos, aunque con inevitables chispas de psicodelia. Del nuevo álbum presentó: Contacto (la canción que titula el disco), Amar es hoy (el amor siempre está presente en el mensaje de Edelmiro), Doncellas de Dios (con aires folklóricos) y la guerrera Pucará (“Soy Comechingón, comparto mis valores, pero si me los quitan arranco corazones”, amenaza como poseído por algún espíritu cósmico).
Un público absolutamente adepto a la figura del legendario músico pionero del Rock en Castellano, colmó el auditorio del CPC Argüello, lugar que resultó el marco ideal para este encuentro. Sus incondicionales seguidores festejaron cada gesto del músico, y hasta se bancaron pacientemente el circular e interminable relato de la anécdota que le inspiró la canción del Crespín. Sí reclamaron, aunque con moderada insistencia, momentos del período Color Humano, banda fundada por Edelmiro post Almendra, por la que desfilaron músicos de la talla de David Lebón en batería, luego reemplazado por Oscar Moro; y Rinaldo Rafanelli en el bajo. No hubo demasiada suerte, de Color Humano lo único que se escuchó fue Hace casi 2000 años, que sería el único bis de la noche. Luego del show Edelmiro nos decía que para esas canciones es necesaria una banda eléctrica completa, dejando así abierta la expectativa para una nueva visita.-          

miércoles, 17 de abril de 2013

Edelmiro Molinari: contacto en Córdoba


Edelmiro Molinari presentará este viernes en el auditorio del CPC de Argüello temas de su flamante álbum.

RECITALES

Por Néstor Pousa

El legendario músico Edelmiro Molinari, cofundador de Almendra y líder de Color Humano, llega a Córdoba para ofrecer un recital en donde mostrará temas de su reciente álbum titulado Contacto 2012: un trabajo que es “Un retorno a los valores nativos”, define Edelmiro, quien se encargó de las voces, la guitarra eléctrica y el bajo; secundado por Sebastián Peyceré en batería y Luis Ocampo en cajón peruano y bombo legüero; además de las participaciones especiales de: Skay Beilinson y Chizzo Napoli de La Renga.
Este verdadero pionero del Rock en Castellano, que actualmente se encuentra radicado en Carpintería (San Luis), presentará en Córdoba un show en formato acústico acompañado por Luis Ocampo en percusión, con un repertorio que incluirá algunas de las nuevas canciones y clásicos de su extensa carrera musical.
Data del show. Lugar: auditorio de CPC de Arguello, el viernes 19 de abril a las 22.00 hs.
Entradas anticipadas: en Dirección de Cultura del CPC Argüello (Av. Rafael Núñez esq. Ricardo Rojas - Bº Arguello - Córdoba). Teléfonos: (03543) 448331 al 448334.
Valor: anticipadas $ 50. En la puerta, la noche del show, $ 70.

Homenaje a Jorge Álvarez. Previamente Edelmiro Molinari estará presente como invitado especial en la entrega del Premio Cultura 400 Años que otorgará la Universidad Nacional de Córdoba a Jorge Álvarez, emblemático editor literario y productor discográfico, fundador de Ediciones de la Flor y de los sellos Mandioca y Talent, en donde grabaron artistas de la talla de:  Manal, Miguel Abuelo, Vox Dei, Moris, Pappo Blues, Alma y Vida, Tanguito, La Cofradía de la Flor Solar, Pescado Rabioso, Invisible, Aquelarre, Color Humano, Sui Generis y Soluna, entre muchos otros.
Lugar del homenaje: nuevo edificio de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. (Ciudad Universitaria), el viernes 19 de abril, a partir de las 19.30 hs.

viernes, 12 de abril de 2013

Jorge Álvarez: la mano de Mandioca

Manal: blues de acá

El emblemático editor y productor discográfico pionero en la difusión del Rock en Castellano en sus inicios, será reconocido con el Premio Cultura 400 Años que otorga la Universidad Nacional de Córdoba. El viernes 19/4 a las 19.30 hs.


HOMENAJES

                                                                                                           
Por Néstor Pousa

En el contexto de los festejos por los 400 Años de la Universidad Nacional de Córdoba, será homenajeado el emblemático empresario editorial y productor discográfico Jorge Álvarez, quien recibirá el Premio Cultura 400 Años en reconocimiento a su notable y exitosa trayectoria en la edición de libros y discos durante los años 60’s y 70’s en nuestro país; antes de tener que exiliarse en España en 1977 y proseguir allí con su actividad de productor.
La idea de este merecido homenaje fue impulsada por el reconocido locutor y productor de espectáculos Mario Luna, y se realizará en el auditorio del nuevo edificio de la Facultad de Filosofía y Humanidades de la U.N.C. (Ciudad Universitaria), el viernes 19 de abril próximo, a partir de las 19:30 hs. y contará con la presencia, en carácter de invitado especial, de Edelmiro Molinari (exintegrante de Almendra y Color Humano), legendario guitarrista y compositor que inició su carrera con Álvarez.

La madre de los chicos. ¿Qué hubiera sido del Rock en Castellano si Manal, Vox Dei, Tanguito y Spinetta no hubieran tenido la oportunidad de grabar su obra musical? En este sentido la figura de Jorge Álvarez tuvo un papel determinante en la cultura de nuestro país, a fines de los revolucionados años 60’s. Álvarez era en 1963 un prolífico editor que con su propia editorial independiente que llevaba su nombre (luego fundaría Ediciones de la Flor) promovió a fundamentales plumas como: Rodolfo Walsh, Marta Lynch, Manuel Puig, Félix Luna, Leopoldo Torre Nilsson, David Viñas y las primeras entregas de ese entrañable personaje que es Mafalda de Quino (Joaquín Lavado). A la vez que realizó traducciones de la obra de Jean-Paul Sartre y Roland Barthes, totalizando un catálogo de unas trescientas publicaciones.
Cuenta la leyenda que una noche de 1968 le presentaron a Tanguito y flasheó. Luego conocería al trío Manal y, sin ser del palo del rock, se maravilló con esa nueva música que estaba emergiendo e inmediatamente se puso a pensar cómo hacer para difundir y publicar la música de esos artistas que no tenían cabida en los grandes sellos disqueros comerciales. Fue así que Álvarez, que por entonces contaba con 36 años, se juntó con Pedro Pujó, Javier Arroyuelo y Rafael López Sánchez (todos chicos de entre 18 y 20 años) y fundó Mandioca, el primer sello discográfico independiente del rock, conocido como “La madre de los chicos”.
Entre 1968 y 1970, a través de su mítica etiqueta se publicaron una buena cantidad de discos sencillos (simples) y discos compilatorios de artistas varios, que posibilitarían los debuts discográficos de: Manal, Miguel Abuelo, Cristina Plate, Vox Dei, Moris, Pappo, Billy Bond, Alma y Vida, Tanguito y La Cofradía de la Flor Solar, entre muchos otros. Y antes de su cierre definitivo lanzaría tres discos larga duración (long play) fundamentales para la época y para un movimiento musical que se manifestaba con notable impulso: 30 minutos de vida (Moris, 1970), Manal (Manal, 1970) y Caliente (Vox Dei, 1970).
Charly y Nito: Sui
El cierre de Mandioca no amedrentaría a Jorge Álvarez que rápido de reflejos fundaría Talent (sub empresa del sello Microfón) y con este nuevo proyecto seguirían los lanzamientos de álbumes fundamentales, además de la producción de shows y la representación de artistas, más todo lo que tuviera que ver con la difusión de la música rock que en idioma castellano encontraría una identidad propia en Argentina. A través de Talent publicaría trabajos de: La Cofradía de la Flor Solar, Donna Caroll, Pescado Rabioso, Invisible, Aquelarre, Color Humano, Sui Generis y Soluna. Y en su producción para el sello Music-Hall, todo el material de Billy Bond y la Pesada del Rock & Roll y el legendario único álbum de PorSuiGieco. Nada más y nada menos.
En 1977 recibió una advertencia del poder de turno: "Estas creando una juventud contestataria" le dijeron, y fue empujado a exiliarse del país. Su próximo destino: España, en donde prosiguió con su actividad de busca talentos musicales. Su trabajo en el viejo continente para la CBS daría frutos con la creación de dos exitosas bandas del Pop Español de principios de los 80’s: Mecano y Olé Olé, esta última con el guitarrista y compositor argentino Gustavo Montesano.
Jorge Álvarez: hoy
De regreso a casa. Tras su largo periplo español Jorge Álvarez regresó a la Argentina en 2011 y, como promotor incansable de la cultura que es, con 80 años cumplidos manifestó su deseo de retomar su trabajo de edición de libros, producción de artistas musicales y dedicarse a escribir sus memorias, las que sin dudas tendrán muchas historias para contar y enigmas que desentrañar.-



miércoles, 3 de abril de 2013

Baglietto-Vitale: “Nuestro compromiso es con la música”


ENTREVISTAS

Por Néstor Pousa

Se conocen desde 1977 cuando Juan “importó” a Rosario al grupo MIA (Músicos Independientes Asociados) donde tocaba Lito, y por devolución de gentilezas luego Irreal, aquella iniciática banda del rosarino, accedería a Buenos Aires. Amigos desde entonces, años después se reunirían para un trabajo en conjunto, el disco Postales de este lado del mundo, de 1991. Pero la anécdota que eficazmente puso marcha al dúo es muy graciosa y Juan quiere contarla: “Había en Buenos Aires un boliche muy conocido que se llamaba La Casona del Conde de Palermo. El Conde, Alejandro Zambonini, un personajón -precisa- no tenía a quien llevar para tocar la noche de navidad de 1998. Entonces lo llama a Lito y le dice: Mirá, me llamó Baglietto y me dice que muere de ganas de tocar con vos, acá, la noche del 25, ¿qué opinás? Y después me llama a mí y me dice lo mismo, y nos juntó, y así estuvimos tres años tocando juntos”. Todos festejan la ocurrencia que generó uno de los combos musicales más perfectos de la Música Popular Argentina, rótulo usado en este caso sin complejos para definir un repertorio que incluye piezas fundamentales del Folklore, el Tango y el Rock Argentino. Y así la charla con ellos continuó tan rica en conceptos y aventuras, tan imperdible como lo fue el show posterior ocurrido en febrero pasado, sin dudas uno de los más notables de los últimos años en esta ciudad.
Prosigue Juan: “Al Festival de Rock de La Falda vine como público antes de debutar en la edición de 1982, hace nada menos que 31 años”. Y se disparan y entrecruzan opiniones sobre el legendario festival y los porqués de su discontinuidad, Juan dice que por aquel entonces la ciudadanía no estaba muy contenta con el festival. Luego pasamos a los hechos de violencia que lo estigmatizaron. Lito pregunta: “La famosa foto de Miguel Abuelo con el ojo sangrando ¿fue acá, no?”. Le aclaro su confusión, le digo que eso fue en el estadio de Vélez Sarsfield en un festival organizado por la FM Rock & Pop en 1985. “¿Seguro?”, insiste. “Pará Lito”, le recrimino en un ida y vuelta con buena onda. “Bueno boludo, pensé que era en La Falda”, se defiende. Vaya a saber que fuerza misteriosa instaló en el inconsciente colectivo la creencia de que todos los absurdos en materia de recitales de rock surgieron de nuestro protofestival serrano. Claro, después vino Cromañón, pero ese es otro tema. Volvemos al dúo. “Con Lito nos reunimos cíclicamente más o menos cada diez años -dice Juan- nos da mucha felicidad tocar, somos amigos, ambos somos independientes, nuestros discos y conciertos se hacen en forma autónoma, y como nuestro mayor compromiso es con la música, cuando dejamos de tocar juntos es porque queremos preservar la alegría de la relación”.
Este tercer ciclo lleva ya dos años de tocar en directo y generar cosas como el disco titulado Más de lo mismo y una especie de prolongación de ese trabajo que se llama Clásicos y Acústicos. Dos maravillas de registros sonoros y en dvd surgidos de este choque de talentos que próximamente alumbrará una nueva obra que esta vez indagará en el cancionero latinoamericano.

Lito y sus comienzos. “Empecé tocando bajo y batería. Cuando vos me managereaste (sic) tocaba el bajo”. La referencia de Lito es hacia nuestro amigo y colega Mario Thibault, que por aquellos años trabajaba como manager de artistas y en su agencia tenía a Suspenso, la primer banda de Lito Vitale. “A los diez años mis viejos me regalaron un bajo violín como el de Mc Cartney, pero no de la marca Hofner original. Cuando cumplí 50 les dije a mis viejos: Cumplo 50, ¿me pueden regalar un Hofner ahora, no? y me lo regalaron”.
-Vos integraste la primera formación de Spinetta Jade.
“Sí, yo toqué rock hasta ese momento. Estábamos ensayando con Luis (Spinetta) para el concierto de Obras (el 03/05/80) que fue el primer concierto de Jade, con Pedro Aznar, Juan del Barrio y Pomo; entonces me llama Dino Saluzzi, que es un gran bandoneonista del folklore, un genio, y le dije a Luis que iba a tocar en el concierto y después me iba a ir a tocar folklore. Me gustaba más eso que ascender como niño, rockero, pianista, esa figura no me interesaba demasiado, me gustaba más meterme en una música con más arraigo argentino y ahí empecé con los tríos (con Izarrualde-González y Baraj-González) y todo eso. Después, cuando tuve le programa en Canal 13 me volví a encontrar con los rockeros y toda la gente con la que había tenido conexión, y luego produje el disco 40 Años de Rock Argentino”.
    
Juan y la epifanía. “Yo toco la guitarra desde los 5 años. Mi vieja me mandó a las trompadas a aprender guitarra, no es que yo quería. Tocó la guitarra desde entonces, he participado en infinidad de grupos, estudié, trabajé de otras cosas, y mi otra vocación, por decirlo de alguna manera, era la escenografía, no entendía muy bien que era pero me gustaba la escenografía. Cuando terminé la secundaria, tenía 17 años, para poder estudiar escenografía me tenía que ir a La Plata porque en Rosario no existía la carrera. Pero no me animé, porque tenía la noviecita, los amigos, la familia, irme lejos, tocaba la guitarra además; entonces me metí en Arquitectura, hice hasta 5° año. Tuve la suerte o desgracia que en Rosario, en la Siberia que le llaman a esa zona, la Facultad de Arquitectura queda exactamente al lado del Instituto Superior de Música, entonces tenía tantos amigos en un lado como en el otro. Una vez estaba en un final de Construcciones IV, Cálculo de Sección de Tubo de Aire Acondicionado, y me estaba jugando la materia, viste, y me colgué y me puse a pensar en una canción y en un acorde, si era para abajo y que se yo, y cuando me di cuenta miré a los tipos que estaban ahí adelante y me dije “es una boludez esto”, y firmé la hoja, me fui y no volví nunca más a Arquitectura. Desde entonces me dediqué solamente a la música”.
-Siempre fuiste un caso particular dentro del Rock Argentino, por ser el único intérprete que no compone, ni escribe canciones, pero lográs versiones que en muchos casos superan ampliamente a las de los propios autores. ¿No te odiaban los tipos por eso?
“Y es muy probable que sí, sí seguramente. Un odio encubierto, no declarado. Sí me han metido zancadillas de las más diversas, pero yo creo que tiene que ver con que durante años no se terminó de entender qué lugar ocupaba cada uno -y ejemplifica- los que manejan los autos de Formula 1 no son los mismos que los fabrican, y es tan importante uno como el otro. Pero después eso se fue entendiendo, al punto de poder trabajar en conjunto”.
-“¿Cómo eran aquellos conciertos con Irreal?
“Eran muy buenas intenciones con pobres realizaciones. Siempre recuerdo una anécdota que contaba Rodolfo García (baterista) de Aquelarre, viste que ellos eran cuatro y firmaban los temas los cuatro, entonces un periodista va y le pregunta: Rodolfo ¿cómo hacen para componer entre cuatro? Y el tipo le contesta: Mirá, es muy sencillo, uno trae una idea y todos los demás la complicamos. En Irreal hacíamos lo mismo, o sea no podíamos empezar y terminar un tema con el mismo ritmo si antes no pasábamos por diez ritmos entre medio y cortes, era la época, pero había buena madera ahí”.-

miércoles, 27 de febrero de 2013

Los Frenéticos: surfeando en tierra firme


La banda cordobesa editó su disco debut en donde recrean con conocimiento de causa el clásico estilo Surf Rock. Lo presentaron con éxito en la reciente edición del Cosquín Rock.

COMENTARIOS DISCOGRÁFICOS
                                                                                                                 
Por Néstor Pousa

El Surf Rock es un estilo musical que nació al calor de las soleadas playas del sur de California a principios de los años 60’s. Se caracteriza por un sonido y una estética que refieren no sólo a la actividad deportiva acuática a la que debe su nombre, sino también a un estilo de vida. Este movimiento ganó muchos adeptos y se hizo un clásico de la mano de algunos de sus referentes más famosos. Lo curioso es que emerja en lugares tan lejanos y poco propicios como una ciudad mediterránea, donde pretender surfear una ola no es más que un sueño o una utopía.
Sobre fines del año pasado la banda cordobesa Los Frenéticos, cultores de este estilo en su forma más esencial como lo es el instrumental, lanzaron su disco debut en el cual no descuidaron ningún detalle. Editar hoy puede resultar más fácil que en las doradas épocas en las que dominaba el vinilo, pero ellos elevaron la apuesta con una producción acorde al sonido que defienden. El cuidado puesto en la edición de El Playa, tal el título de su ópera prima, se percibe desde su grabación y mezcla realizada por Gonzalo Rainoldi en los estudios Quark (Buenos Aires) y el masterizado en Chicago Mastering Service (U.S.A.) por Jason Ward, ambos especialistas en la materia. Para el packaging se utilizó la forma del sobre de los discos singles que predominaban en la época en las que el Surf Rock vio la luz. Todo un detalle de originalidad y fineza. Nacho Rompantodo, uno de los guitarristas, es quien explica: “Queríamos dar un producto que estéticamente sea diferente. Los discos compactos sabemos que no están en su mejor momento de venta, así que hay que buscarle una vuelta. Como amantes de lo vintage y los vinilos quisimos recrear y homenajear al formato. Una buena tapa, información para leer, alguien que oficiara de curador o presentador en la contratapa como solía hacerse y el tamaño de 7 pulgadas o simple, pero en c. d.”, y adelanta: “Nos gustaría editar en vinilo un próximo disco, en Europa o USA es muy común”.
Pero como sabemos en Córdoba no hay olas, salvo las de baja altura que agitan levemente el lago San Roque, entonces: ¿la apuesta puede verse como una renovación en la atractiva escena musical cordobesa? Nacho aclara: “No nos propusimos renovar nada, sólo hacemos un género que nos apasiona como es el Surf. Eso nos pone en dos lugares: uno es el de cosa nueva e innovadora pero porque no se hizo antes en Córdoba, aunque estemos haciendo un género puramente relacionado a los 60; y el otro es el de explicar que es la música Surf, porque la mayoría no sabe. Todo queda aclarado cuando nos ven en vivo, que es mejor que las palabras”.

El Playa contiene doce temas, todos pertenecientes a Los Frenéticos a excepción de dos versiones: Rompan todo (de la legendaria banda uruguaya Los Shakers) y La playa (del músico francés Claude Ciari) que aporta otra curiosidad al menú. No obstante el primer track, Mediterranean surfers, ubica estilística y geográficamente a Los Frenéticos, que ya desde la portada aclaran a los desprevenidos que su sonido es una mezcla entre música surf, beat, spaghetti y sonidos reverberantes. Después seguirán momentos -siempre instrumentales- con Daddy’s Beach y Frenetiqueando. Los aires se enrarecen con la melodía medio-oriental de Casa Arab, en tanto que Golpe beat (nótese la deliberada redundancia en el título) hace referencia a este estilo.
Se declaran admiradores de Quentin Tarantino. Al talentoso y díscolo cineasta estadounidense le acreditan haber reflotado desde sus películas esta música de guitarras reverberantes. ¿Ya vieron Django sin cadenas? ¿Sueñan con que los incluya en alguna banda de sonido? ¿Le hicieron llegar el disco? “Ya vi Django -dice Nacho, y exclama- ¡y Quentin volvió a hacerlo! Somos fanáticos de sus bandas sonoras y del western. Tenemos canciones que remiten al spaghetti como Agüero el Mesías o Bajo la atenta mirada de Giuliano Gemma. Sería de no creer estar en sus bandas sonoras, elige muy buen material para ellas. No sabría cómo hacerle llegar nuestro disco.
Además de Nacho Rompantodo, la banda la completan Andrés Valesio en batería, Hernán Lettoli en guitarra y Matías Mariani en bajo. En tanto que en el disco participó como músico invitado Marcos Croce aportando el inconfundible sonido del Hammond en dos temas, el nombrado Bajo la atenta mirada de Giuliano Gemma y el que cierra la lista, Evil sun.
Los Frenéticos tuvieron la oportunidad de mostrar su trabajo en la reciente edición del Festival Cosquin Rock en el aeródromo de Santa María de Punilla. ¿Cómo fue esa experiencia? “Fue muy buena, si bien el hangar (N. del R.: tercer escenario) no contaba con un público estable sino más bien de paso, que veía una banda y seguía, tocamos ante bastante gente, en su gran mayoría no nos conocían y bailaron como si fueran fans de siempre. Planteamos un show de festival, mucho más rápido y enérgico, más movido, lo cual hizo engancharse enseguida a la gente. Eran 30 minutos a todo o nada”.
-¿Fue un medio positivo de difusión? “Totalmente positivo. En cuanto a prensa hicimos notas antes y durante el festival, la cantidad que hubiéramos hecho en mucho tiempo de no participar en un evento así. El estar con medios de todo el país, inclusive de otros, te genera mucha expectativa porque estas mostrando tu material a gente que de otra manera se haría más difícil. El público que presenció nuestro show también era nuevo; el festival te abre muchas puertas”.
-¿Por qué "El" Playa? (con el artículo en masculino) “Surge en parte por un hotel que hay en Capilla Vieja cerca de Villa Gral. Belgrano, que se llama El Playa Hotel, pero la palabra Hotel se cayó y sólo se lee El Playa. Como somos una banda relacionada directamente con la playa, el mar y las olas pero vivimos muy lejos de una buena ola, quisimos jugar con eso,  lo más parecido que tenemos acá es el lago y mezclamos un poco de cada cosa”.-

viernes, 15 de febrero de 2013

Cosquín Rock: el misterio de la montaña

COBERTURA ESPECIAL
Por Néstor Pousa

¿Cuál es el misterio que encierra Cosquín Rock? Ni José Palazzo su mentor y organizador puede descifrarlo. La persona por la que pasan casi todas las decisiones y la cara visible de un numeroso staff de producción está logrando darle al ciclo la forma y el estilo que tiene en su cabeza, cuidando hasta los mínimos detalles de la que fue la edición decimotercera consecutiva desde su nacimiento en la Plaza Próspero Molina de la ciudad que le dio nombre al ciclo, pasando luego por el paisaje de montañas y lago en la Comuna de San Roque, hasta esta nueva escenografía del Aeródromo de Santa María de Punilla que reúne todas las condiciones para ser la última y definitiva. Palazzo es quien mejor conoce y desentraña al festival de rock más grande de Argentina, pero así y todo no puede responder la pregunta. Ni él sabe decir porque en una época de baja convocatoria a festivales como fue diciembre pasado, la edición 2013 del Cosquín Rock superó los pronósticos más esperanzados, batiendo en la jornada del sábado el record de asistencia de todos los tiempos (algo así como 45.000 espectadores).
Tal vez la buena estrella comenzó a brillar por la primera banda que pisó el escenario principal el día inaugural. Amel fue la encargada de abrir el show, integrada por Gustavo Spinetta en batería y Gonzalo Pallas en guitarra y voz, hermano y sobrino respectivamente de Luis Alberto. El apellido y algo del gen musical de uno de los padres más ilustres del movimiento fue un buen augurio para las siguientes 72 horas.
Algunos cambios de última hora en la grilla desembocaron en la tempranera presentación de David Lebón. Con el Rey Sol negándose a ceder su supremacía sobre la tarde, el Ruso se dispuso a entregar un set eléctrico de rock and roll con una banda nueva respecto de su última presentación. Temas de Seru y de su etapa solista tuvieron su punto más alto con Noche de perros en donde volvió quedarse con el título de mejor guitarrista del rock local.
Un sábado con artistas deliberadamente clásicos presentaba a continuación a Pedro Aznar que muy lejos de entrar en el ritmo vertiginoso de un festival, programó su set como si estuviera solo. Presentó mayoría de temas de su último disco, concedió algunos clásicos como Mienten y Tu amor, homenajeó al Gitano Sandro y repasó su anterior disco. Se fue ovacionado como prueba de que las multitudes festivaleras no carecen de buen oído.
La nota de color la dieron Marcelo y Tamara, ambos se conocieron durante la edición 2008, entonces le pidieron a la organización casarse en el festival. Palazzo redobló la apuesta y le cumplió el sueño arriba de la pasarela del escenario principal con el intendente de la ciudad, Dardo Zanotti, oficiando la ceremonia ante miles de personas.
Mientras atrás se armaba la banda de Fito Páez quien hacía nueve años que no pisaba este escenario, desde la fatídica edición de 2004 en la Próspero Molina. El rosarino derrumbó los mitos supersticiosos de los organizadores con una gran performance, prolongando el festejo de los 20 años de su disco más exitoso (El amor después del amor) en versión compacta.
Andrés Ciro Martínez, ex líder piojoso ungido como nuevo Rey de los Persas se coló entre los históricos tal vez porque la historia ya le tiene reservado un lugar entre los grandes. Comienzo demoledor con Astros y Antes y después, dos hits de sus dos discos solistas, después la nota emotiva la produjo con un homenaje de ida y vuelta con los Veteranos de Malvinas. Él les dedicó una canción, ellos lo nombraron miembro honorario.
En el segundo escenario (temático) se congregaban las bandas de rock barrial (La 25, El Bordo, Gardelitos, los rosarinos de Cielo Razzo, Ojos Locos, Salta la Banca, entre otros) con la notoria ausencia, para sus miles de incondicionales seguidores al menos, de CJS los alter ego de los Callejeros de Pato Fontanet. A propósito de esto hubo una gran manifestación durante las tres jornadas pidiendo por la libertad de la banda que cumple condena efectiva, aunque la consigna que más adherentes tuvo fue la de “NO a la TRATA”.
Mientras tanto en el principal todo estaba listo para el cierre de Charly García que con aspecto de científico loco se puso una vez más al frente de su multifacética banda, una de las mejores que lo acompañó en toda su carera solista. Tenía una lista de 25 temas, todos sus clásicos, pero había cobrado más fuerza que nunca el rumor previo de la juntada con sus excompañeros de Seru Giran. El dato que en los temas número 26 y 27 los reporteros gráficos tenían que tener prontas sus cámaras y equipos terminó de confirmar la especie. Sobre los últimos minutos del show subieron Lebón guitarra en mano y Aznar bajo en mano para una versión breve e incompleta de Seru 2013 (sin Moro, por razones obvias). Igual las interpretaciones de Perro andaluz y Seminare pasaron derecho al álbum de los momentos cumbres del festival. 

Las chicas al poder. La segunda jornada (domingo 10) comenzaba con amenaza de lluvia primero, seguía con un poco de alivio por la disminución de la temperatura después, pero cuando salió el sol el calor y la humedad volvieron a hacerse sentir. A las cuatro de la tarde, en plena siesta serrana, la temperatura subió aún más con las chicas de Pink Wasted en el hangar (tercer escenario) que albergaría en este día a la prometedora escena de Córdoba (Sur Oculto, Lautremont, Hipnótica, Jotes, Los Frenéticos, Paris Paris Musique, Rayos Laser, Santa Esquina, Drako, The Johnsons y Los Clientes). Mientras que en el principal Eruca Sativa hacia su historia convirtiendo su show de primera hora en algo que ya merece prime time. Lula, Brenda y Gabriel demostraron todo su poder ante el amor presente de muchos de sus seguidores y la mirada ya no tan extraña de los que les empiezan a tomar el peso.  
Le siguió el Bob Marley Living Memory, el tributo de Nonpalidece y Amigos a la figura del máximo icono de la cultura reggae. Los invitados: Ciro Pertusi (Jauría), Malena D’Alessio (Actitud María Marta), la jamaiquina Doreen Shaffer y el Negro García López (el guitarrista tuvo record de presencias como músico invitado).
Así como hay artistas históricos del Rock Argentino, los hay también históricos del Cosquín Rock. Entre ellos Catupecu Machu con un Fernando Ruiz Díaz rindiéndole tributo a la historia del festival que los tuvo como protagonistas desde su inicio. Recordó y reconoció a sus iniciadores: Palazzo, el Negro Constantino y el Perro Emaides. Desde el escenario agitó como siempre, en rueda de prensa se emocionó hasta las lágrimas con el recuerdo de Spinetta.
Otros infaltables La Vela Puerca, demoledora garra charrúa que contrasta con la onda más introspectiva de la música uruguaya en general; y la efectividad de Las Pelotas, ya se dijo demasiado, es la banda con asistencia perfecta al festival. Antes que ellos Pity Álvarez y sus nuevas Viejas Locas. Nunca quedará claro si despidió a sus antiguos compañeros de equipo o estos se fueron por propia voluntad, lo cierto es que al estar solo al mando de la nave le permitirá ampliar el espectro de posibilidades y a las mejores de canciones de Viejas Locas (Homero, Lo artesanal y Perra, entre otras) le puede sumar sin oposición sus creaciones con Intoxicados (Se fue al cielo y Mi inteligencia intrapersonal) y así redondear un gran show al que solamente le faltaría un buen cantante.
Esa noche el temático heavy se superpoblaba como nunca antes de hombres y mujeres de negro para ver al (casi) único exponente internacional, Exodus, junto a Carajo, Horcas, Tren Loco, Hammer, Lethal., Mastifal, Rowek y Ricardo Iorio con Almafuerte.  

Fiesta en la casa jaguar. Eli Suárez, voz, guitarra y líder de Los Gardelitos nos había dicho en sala de prensa que lo único que le podría observar al Cosquín Rock era que debía renovar su grilla. Él es otro de los asistentes históricos (suma ocho presencias) y no vería mal alguna vez dejar su lugar a otra banda. Esto es cierto, pero también lo es que esta edición tuvo algunos pequeños signos de renovación; tal vez buceando en los escenarios alternativos o en las primeras horas del día se pueda ver algo de lo que vendrá, pero no menos cierto es que hoy el rock es un negocio más, dominado por los números como cualquier otro negocio, lamentablemente si los números no cierran no hay recital y lo que se necesita es buena cintura y criterio artístico en los productores. El lunes, en la jornada de cierre, se pudo ver variedad de propuestas y uno de los mejores shows de este ciclo. Un sol rajante, un calor al límite de lo soportable y las gambas a punto de tirar la toalla, nada pudo impedirnos ver bien temprano a Massacre Palestina, la banda del inefable gordo Wallas. Descarga de los mejores temas de El Mamut y Ringo (discos bisagra de esta banda ya longeva) y el placer de una charla en la que el frontman no esquivo ningún tópico.
Las Manos de Filippi y su mensaje contestatario, Kapanga y su estilo cuartetero y jodón y el estremecedor sonido de Molotov no fueron sorpresa para un público que los conoce sobradamente. El detalle que tal vez no todos sepan es que los mexicanos no querían perderse la fiesta y facilitaron su presencia viniendo a tocar sólo por los tickets aéreos.
Tampoco fue sorpresa el cierre de Las Pastillas del Abuelo, merecido en cuanto a la enorme popularidad que consiguieron; ni el magnífico y provocador show de Babasónicos que en reconocimiento a su ausencia del año anterior y a la cantidad de hits que acumularon se despacharon con una lista de temas coreables todos, dejando para otra ocasión lo experimental. Así como los amantes del reggae, con su rancho aparte cada vez más convocante, mecían sus cabelleras al ritmo de Nonpalidece, Zona Ganjah, Dancing Mood, Resistencia, Kameleba, Riddim, Hijas de Zion y Rondamon.     
Pero lo nadie podrá olvidar es la espectacular presentación de Dante Spinetta y Emmanuel Horvilleur, los Illya Kuryaki and the Valderramas. Su regreso no fue en vano al traer consigo Chances, un excelente disco reunión con temas nuevos que en algunos casos compiten en popularidad con algunos de sus “viejos” hits. Así los flamantes Ula ula, Funky futurista, Madafaka (con los Molotov de invitados en el disco y en el escenario) y Águila amarilla (conmovedor homenaje a papá Luis) le pelean protagonismo a Chaco, Jaguar House, Abarájame y Jennifer del Estero. Los Kuryaki dejaron la vara muy alta, quien quiera superarla tendrá que preocuparse por montar un show muy bien producido musicalmente, con un banda que mezcla entrega, glamour y virtuosismo por partes iguales y canciones que hagan mover a una multitud sin necesidad de gestos demagógicos. Mientras esto no se consiga, el de IKV quedará por mucho tiempo como uno de los mejores shows vistos en el Cosquín Rock.
Una mención para Santa María de Punilla que luego de tres ediciones de este ciclo parece haberse convertido legítima e indefectiblemente en la nueva Capital del Rock. Porque su intendente aunque parezca un figuretti apoya el proyecto para la ciudad y porque el pueblo así lo decidió, abriendo sus puertas como buenos anfitriones a las más de 100.000 personas que superpoblaron sus calles durante el fin de semana largo de carnaval. No es tiempo para lamentarse, siempre es así, unos ganan y otros pierden, lo importante es saber verlo a tiempo.-     

miércoles, 6 de febrero de 2013

Baglietto-Vitale: una música infinita

Baglietto, descomunal intérprete
Por Néstor Pousa

Después del emotivo reconocimiento realizado en nombre del Pueblo de La Falda a Mario Luna un par de semanas atrás, y con la inminente llegada de Juan Carlos Baglietto para su presentación junto a Lito Vitale en el mismo escenario de La Falda bajo las estrellas, se imponía un nuevo homenaje, esta vez al músico rosarino. No se trataba de algo traído de los pelos o que nos habíamos cebado en esto de homenajear. No. El reconocimiento a Baglietto está plenamente justificado, con aniversario y todo, ya que este 6 de febrero se cumplen 31 años de su consagratoria actuación en la tercera edición del Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda. Aquella ovación de 8.000 gargantas en el Auditorio Municipal le valió poder editar Tiempos difíciles, disco debut que rápidamente se convirtió en oro, y así pasar de ser un ilustre desconocido del prestigioso under rosarino a la consagración total y definitiva, y convertirse en el artista más emblemático del legendario encuentro.
Momentos antes Juan me había dicho: “Tengo sentimientos encontrados con (el Festival de) La Falda”. Fundamentaba su impresión en el costado violento del ciclo. Pero minutos después, ya sobre el escenario y ante un homenaje que se le estaba tributando sinceramente y sin dobles intenciones, le escuché reconocer en voz baja la importancia que el festival había tenido en el ascenso de su carrera. Otro momento inolvidable se había gestado para la historia de esta ciudad.

Vitale, teclados exuberantes
Tras esto y sin demoras comenzó el recital, con ese monstruo de la música que es Lito Vitale (exuberancia de teclados, coros adicionales y sonido del show) junto a quien es con absoluta certeza uno de los más grandes intérpretes que dio la música argentina, Juan Carlos Baglietto, de quien casi nada se dice lo excelente guitarrista que es y de su buen gusto con los accesorios de percusión.   
El recital no necesitó calentar motores, con formato de quinteto fueron al hueso con una trilogía de hits: Dios y el Diablo en el taller, El Príncipe del manicomio (magistral interpretación) e Historia de Mate Cosido, los tres de Adrián Abonizio. “Canciones de grandes autores argentinos, muchos de ellos rosarinos y otros... que merecerían serlo”, lanzó Baglietto con arrogante humor.
Sin solución de continuidad, pero ahora a dúo, se despacharon con el segmento tanguero. Nuevamente la referencia fue para su ciudad: “Música de Rosario e inevitablemente, Tango”, fue el prólogo para las soberbias creaciones de Renaceré, preludio para el año 3001 (Piazzolla-Ferrer), Naranjo en flor (Virgilio y Homero Espósito) y Nada (Dames-Sanguinetti). Irreprochable y sin respiros, porque cuando Baglietto versiona distintos géneros no copia estilos, los traduce al propio, y nadie puede dudar de que no es genuina su inclinación hacia esos repertorios.
Vuelve el quinteto que completan jóvenes músicos que ya son virtuosos o van camino a serlo: Mariano Delgado en guitarra y charango; Guido Martínez en bajo y coros y Julián Baglietto (el hijo) en batería, percusión y coros. Y se les suma un set de flauta, violín, cello y clarinete; o lo que ellos llaman la orquestita. Pensando en los reconocimientos Juan alude a quien alguna vez les dijera: “Muchachos por aquí es el camino, y así llegamos a La Falda”. Era Litto Nebbia y de él la canción El otro cambio, los que se fueron, una de las primeras sorpresas. Y de otro rosarino famoso, Fito Páez, la baguala DLG que hizo estremecer el cemento del monolítico escenario callejero.  
La pasión confesa de Vitale por el folklore trajo más números de ese cancionero. Otras novedades con la Canción del jangadero y El mensú; el clásico La tonada del viejo amor, la Zamba de Lozano (Leguizamón-Castilla) y Piedra y camino (Yupanqui). En este último con Baglietto pulsando guitarra eléctrica y haciéndose escuchar a varias cuadras a la redonda.
Sobre el final y tras los bises programados (El témpano, Ala de colibrí y un adelanto del nuevo disco por venir, la canción Vámonos) Juan recordó: “Hace 31 años se presentaba aquí un flaco de pelo largo y enterito, con un cagazo!”. Y en homenaje a aquel momento le pusieron el broche a la velada con un popurrí del histórico álbum Tiempos difíciles. Un regalo especial con fragmentos de La vida es una moneda, Era en abril, el inesperado Puñal tras puñal y el inolvidable hit Mirta, de regreso, se llevaron la ovación final de una verdadera multitud absolutamente conmovida y maravillada.-

Fotos: N.P.

jueves, 31 de enero de 2013

La Falda homenajea a Juan Carlos Baglietto

El rosarino a 31 años de su consagración faldense

Por Néstor Pousa

El viernes 1º de febrero desde las 21.30 hs. el Pueblo de La Falda homenajeará a una de las más notables revelaciones artísticas surgidas de su Festival Argentino de Música Contemporánea, a 31 años de su consagración.

La Falda a través de un decreto oficial del Poder Ejecutivo Municipal que encabeza el Intendente Ing. Eduardo Cacho Arduh, distinguirá a Juan Carlos Baglietto como protagonista fundamental de la música y de la cultura de nuestro tiempo, y por estar su prestigiosa carrera profesional tan íntimamente ligada a la historia de nuestra ciudad, considerando que fue precisamente aquí donde recibió su primera gran ovación de parte de una audiencia masiva durante la tercera edición del legendario festival el sábado 6 de febrero de 1982, logrando así un suceso que le posibilitó promover su carrera desde el under rosarino al gran reconocimiento a nivel nacional y permitiéndole debutar discográficamente con el lanzamiento de su primer y exitoso álbum, Tiempos difíciles (1982).

Con posterioridad a este merecido homenaje tendrá lugar la actuación del dúo Baglietto-Vitale en un excepcional recital con lo mejor del repertorio de estos dos grandes intérpretes de la Música Contemporánea Argentina. Este imperdible doble programa se realizará en al marco del ciclo La Falda bajo las estrellas, desde las 21.30 hs con entrada libre y gratuita en el escenario al aire libre de Av. Edén y San Martín.-

Conferencia de prensa: Previo al espectáculo se realizará una conferencia de prensa de Juan C. Baglietto y Lito Vitale, a las 21 hs. en la sala de reuniones de la Secretaría de Turismo de la Municipalidad de La Falda, ubicada en Av. Edén 93.-

miércoles, 23 de enero de 2013

Mario Luna: personaje de la cultura


Por Néstor Pousa

Mario Luna, Huésped de Honor en La Falda
Íntimamente sabía que a Mario Luna le había quedado un sabor agridulce después de su paso por La Falda. Suena paradójico porque en su prolífica carrera profesional como productor de espectáculos el Festival Argentino de Música Contemporánea es sin dudas su medalla más brillante. Así y todo, su decepción era por partida doble. En la década del 80 tras la seguidilla de ediciones mágicas que van desde la inaugural de 1980 hasta la de 1984, Mario decide colgar los botines en las sierras por considerar que el apoyo que tenía de parte de la ciudad no era plenamente incondicional para una epopeya como la que se había propuesto; en tanto que desde la parte oficial el soporte era más nominal que efectivo y concreto. Cuando en 1992 le proponen reflotar el ciclo, él acepta con la única condición de no arriesgar su patrimonio en la renovada aventura. La promesa inicial de las autoridades no fue cumplida y con la nueva edición ya en marcha la plata para financiarlo nunca apareció y así Mario sufrió el peor traspié económico de su historia. Desde ese momento no hubo más La Falda para él.
Sepan disimular si me atribuí sin permiso previo hacer una autocrítica en nombre de toda una ciudad cuando consideré que no habíamos sido agradecidos con una persona que nos había legado para siempre un fenómeno que enriqueció nuestra cultura y nuestra historia. Porque si bien Mario Luna fue el padre, la criatura se quedó a vivir aquí para siempre. La mística y la leyenda del festival nunca se movieron de La Falda.
Hace un año pensé: es tiempo de salvar una omisión que lleva como mínimo un par de décadas. Es el momento de reconocer a Mario Luna por su brillante trayectoria profesional por todos conocida, pero fundamentalmente por la creación y organización del Festival Argentino de Música Contemporánea de La Falda. Tuve que esperar un año porque el homenaje, para tener mayor sentido, debía hacerse en verano y con la actuación de alguna de las figuras que hicieron célebres al ciclo, y preferentemente que hubieran estado presentes en aquella primera edición de febrero de 1980.
Una vez que Adrián Fernández, manager de Nito Mestre, me confirmó extraoficialmente la presencia del ex Sui Generis para el 18 de enero de 2013, elevé al intendente la nota formal con el proyecto. Debo decir que la respuesta que encontré en todos y cada uno de los estamentos municipales fue notable. Desde Alicia Auferil (Directora de Cultura), Diego Veliz (Secretario  de Turismo), Caro Amézaga, Lara Russo, Virginia Robles y toda la gente que trabaja en esa "empresa" que es La Falda cultural y turística se coparon con la idea y la hicieron propia. A todos ellos expreso mis respetos y agradecimiento. Por supuesto debo destacar al Intendente Eduardo Cacho Arduh, quien firmó el Decreto del Poder Ejecutivo Municipal que declara a Mario Luna Personaje de la Cultura, y que este recibiera de propias manos de la máxima autoridad faldense durante el maravilloso acto del viernes pasado, previo al recital de Nito Mestre que le puso el broche musical. A Mario Luna se lo trató como un Huésped de Honor, con una amena conferencia de prensa que fue una reunión de amigos, con un retrospectivo video clip que rememoró aquellas legendarias jornadas plenas de música rock, con el plus de una original plaqueta creación del artista plástico Pascual Varia que recuerda el logo oficial de “las palomitas”, se completó así un acontecimiento que ya entró en la historia y se lo recordará por lo emotivo y sincero. Sentí que se había hecho justicia y salvado una omisión. Que las cosas ahora sí estaban en su lugar.-

La Falda, viernes 18/01/13.-